LOS ASESINOS DE SHARON TATE
Oh, no, no. Estoy arrepentida. Arrepentida de haber hablado. Ahora Charles se vengará de mí, estoy segura. Conjurará algún maleficio contra mí. El no perdona A nadie, y menos una traición. No quisiera volver a encontrarme con su mirada, porque entonces volvería a dejar de ser yo misma, volvería a quedar atrapada por él. Todos lo odiábamos. Todos le temíamos, pero no podíamos vivir sin él. Era algo mágico, algo extra-terreno el dominio que tenia sobre todos nosotros...

Durante cinco interminables horas, Susan Denis Atkins, de 21 años, relata a su abogado Richard Caballero, los alucinantes pormenores de la matanza de Bel Aire, donde fueron despiadadamente ultimados Sharon Tate, Sthepen Parent, Jay Sebring, Voyteck Frokowsky y Abigail Folger. La múltiple matanza tenía un objetivo en el que se mezclaban motivos religiosos y místicos: terminar con la gente de vida licenciosa, expiar por medio de esas cinco muertes al "Yo" plural de los integrantes de una banda hippie, que se sentían asqueados por tanta inmoralidad. La múltiple matanza de Los Angeles tenía un cerebro: Charles George Manson, un tejano de 34 años, de copiosos antecedentes penales, que ahora se halla detenido en la cárcel del condado de lndependence, California, acusado del robo de 8 automotores.

—No sé cómo llegué a esto, cómo llegué a delatar a mis amigos. Pero Paul J. Tate, el padre de Sharon, tiene mucho que ver. Él, disfrazado de hippie, se vinculó con otros grupos, llegó a descubrir nuestra vivienda en la hacienda de Barker, cerca del Valle de la Muerte; simuló ser compinche nuestro y ahí fue donde hablamos. Ahora todos se vengarán de mí, dirán que no fui merecedora de pertenecer a "la familia Manson". Pero el más cruel será Charles. El nos tenía permanentemente hipnotizados a los 63 miembros de la familia. Robábamos cuando teníamos hambre, matábamos cuando sentíamos que la moral se resquebrajaba. Pero vivíamos al aire libre, casi en estado de naturaleza, porque pretendíamos la purificación de la humanidad. No nos pueden acusar de nada. Todo lo que hicimos fue por motivos superiores, casi metafísicos. Charles enamoraba con frecuencia a las chicas, era muy atractivo, muy dulce, tenia facilidad de palabra. Pero no tenía relación con ninguna. Era un verdadero profeta, un mesías, Jesús, y no se podía permitir ninguna debilidad humana. Oh, no, no, ¡cuánto lo amo!. . . ¡qué arrepentida estoy!...

La noche del 9 de agosto cinco miembros de "la familia Manson", entre los que estaba Susan Atkins, se presentaron en la mansión de Román Polansky vestidos de negro de pies a cabeza, y con órdenes precisas de Charles Manson: matar a todos los ocupantes de esa casa. Al parecer, era un viejo recelo de "Satanás" contra Terry Melcher, el hijo de 27 años de la actriz Doris Day, antiguo ocupante de esa casa. Terry le había negado, repetidas veces, su apoyo al satánico individuo, que quería editar varios temas que había compuesto en guitarra. El desaire fue alimentando el odio de Manson contra Terry Melcher, que culminó la noche trágica en que Los Angeles vivió su día más amargo en mucho tiempo.

—Si, es cierto, estábamos drogados esa noche, pero sobre todo influía sobre nosotros el poder hipnótico de Charles. Watson, un compañero de 24 años, llevaba en sus manos dos alicates aislantes, con los que cortó la línea eléctrica y la telefónica para que los de la casa no pudieran pedir auxilio. Después se introdujo por una ventana y, desde adentro, nos abrió la puerta a todos. Pero antes mató al primer estorbo que tuvimos esa noche: Sthepen Parent, que llegaba con su coche a la casa en esos momentos. Después me enteré que Sthepen tenia sólo 18 años, y que no tenia nada que ver con la casa. Él era sólo un amigo del casero, que venía a charlar un rato con él. Pero uno no puede detenerse en estas cosas cuando está impulsado por una fuerza superior, por una orden dada imperiosamente. Preferíamos perder cualquier cosa antes de desmerecer a los ojos de Charles, perder su estima y su confianza.

La actriz Sharon Tate, a quien le faltaban sólo 15 días para tener su primer hijo, estaba sentada en un sillón, conversando despreocupadamente con su ex novio, Jay Sebring, íntimo amigo también de Román Polansky. Fue entonces cuando Charles Watson, de 24 años, y Patricia Kemwinkel, de 21, nacida en Alabama, se abalanzaron sobre la actriz y su amigo y los amordazaron.

—Antes de eso Sharon pudo gritar, implorar, suplicar, que la dejasen tener a su hijo. "¿Por qué me hacen esto, por qué?", gritaba, hasta que una gruesa servilleta la silenció para siempre. Yo creo que Sharon y su amigo murieron de asfixia. Y lo que vino después, o sea el colgarlos con las cuerdas del techo, el apuñalarlos varias veces, no fue sino una obra inútil: los dos ya estaban muertos. Mientras tanto Linda Louise Kasabian de 20 años, intentaba detener con su revólver la huida de Voyteck Frokowsky y Abigail Fotger, que fueron alcanzados en el jardín. Cuando nosotros llegamos ahí, ya los dos tenían el cráneo hundido por los culatazos. No, no robamos nada. Sólo encontramos 73 dólares en la casa, que por supuesto nos llevamos. Pero ¿qué valor tiene eso? El quinto compañero se llamaba Michael, él era nuevo, por eso no lo conocíamos mucho. Si, es cierto, Frokowsky ofreció mucho dinero a Linda antes de morir. Pero nosotros no podíamos traicionar a nuestro jefe. Tampoco se puede culpar a Charles de todo esto. Él desde los 15 años no conoció un hogar. Y sí conoció, en cambio, a la policía; ha estado mucho tiempo en prisión.

La múltiple matanza de Benedict Canyon, sin embargo, no es el único hecho sanguinario del que tomara parte la joven Susan Atkins: ahora tendrá que dar cuenta a los jueces del asesinato del músico Gary Hinman, cometido el 25 de julio, y del que la joven fue también autora material. También este crimen se debió a la instigación del maquiavélico Manson, y por los mismos móviles. Hinman le había rechazado varios temas suyos que quería fueran grabados. Y por último, en un período de tiempo que electriza, la última masacre: el matrimonio Labianca, dueños de una cadena de supermercados. cuyo móvil, al parecer, difirió en este caso: como el ánimo de los miembros de "la familia de Manson" estaba deprimido a raíz del caso Sharon Tate, Manson los indujo a la noche siguiente a asesinar al matrimonio Labianca.

—Los cinco recibimos la orden de trasladarnos nuevamente a Los Angeles para liquidar al matrimonio. Linda se ocupó de la mujer, mientras Watson terminó con el hombre, y después empezó a mutilarlo con un cuchillo. No, es mentira, yo no fui la autora de ninguno de los hechos materiales de que me acusan. También es mentira que hayamos escrito con sangre en puertas y paredes la inscripción "Cerdos". Cuando terminábamos nuestra obra, limpiamente, nos Íbamos sin dejar rastros. Habíamos cumplido con nuestro deber. Podíamos enfrentar a nuestro jefe con la cara alta. Sí, es cierto, yo creo que Chantes conocía personalmente a Sharon. Creo que alguna vez habían estado juntos. De otra manera no se explica el apesadumbramiento del jefe cuando se enteró que ella había resultado asesinada. "Pobre amiga, pobre amiga", repitió varias veces al enterarse. El es un hombre muy sensible, pero cumplía objetivos superiores.

Cinco de los asesinos de Los Angeles ya están detenidos. Pero se espera aún la detención de cinco más, que tendrán que dar cuenta de otros sanguinarios hechos en el sur de los Estados Unidos. Entre ellos, la muerte de Marina Hebe, de 17 años, hija del escritor cinematográfico Hans Hebe, que el 1º de enero último fue hallada sin vida, apuñalada, en las montañas de Santa Mónica.

—Lo único que esperamos todos los integrantes de esta familia es que tanto los jueces como la humanidad comprendan perfectamente el apostolado que cumplíamos con estos hechos. Nosotros no nos hubiéramos permitido nunca matar a un animal, ni a un insecto. Porque ellos no pertenecen a nuestra especie, y hacerlo sería criminal. Pero con los seres humanos era distinto. Ellos pertenecen a nuestro mismo "yo plural" que tiene que ser permanentemente depurado. Matar es como renunciar a la parte diabólica de sí. Nosotros hacíamos una real magia negra, pero no hay que reírse de esto. La magia negra es algo serio y poderoso. ¿Drogas? Sí, algo de LSD. Pero no mucho, lo suficiente para estimularnos y darnos fuerza. Sí todos comprendieran cabalmente la importante misión que cumplimos con estas muertes, no sólo no nos detendrían, sino que nos darían ayuda y carta blanca para que Charles y nosotros podamos seguir con nuestra vocación.

La última palabra, por supuesto, va a estar en posesión de los jueces. Pero tanto a Susan Atkins como a sus congéneres de "religión", les va a ser bastante difícil convencerlos de que estaban bajo estado hipnótico. Ni las drogas, ni la magia negra, ni el tremendo poder de "su dios". Charles Manson, van a ser suficientes para lograr la libertad necesaria para seguir cumpliendo "sus altos fines".

Pie de fotos
-LOS PROTAGONISTAS. Los principales acusados y la casa donde los hippies asesinos vivían. Estas son las puntas del hilo que poco a poco conducen a clarificar esta masacre que tuvo como escenario la residencia de Hollywood.
-CHARLES MANSON
EL ROSTRO DE UN ASESINO. UNA CARA QUE ES TODO UN DOCUMENTO DE NUESTRO TIEMPO. LA MIRADA INYECTADA POR LA DROGA. EL "CREADOR" DE UNA MASACRE QUE PASARA A LA HISTORIA. HE AQUI AL AUTOR.
-LA TESTIGO. Susan Denise Atkins. Un rostro angelical que vio la masacre.
-"AQUI VIVIERON", dijo Mike Armstrong dueño del rancho de los asesinos.
-OTRA ACUSADA. Linda Kasabian, 20 años. Ahora a declarar ante el juez.
-AQUI OCURRIO LA MASACRE. En la residencia donde Sharon y sus cuatro amistades pasaban las vacaciones.

Revista Gente y la actualidad
11.12.1969

 

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