Es generalmente
admitido que los carroceros italianos de hoy son
los mejores. Tanto, que hasta las grandes empresas
de los Estados Unidos recurren a ellos muy a
menudo para el diseño y la fabricación de algún
prototipo especial. La capital de la carrocería
italiana, así como de su industria automotriz es
Turín, y su "rey" es el hombre que se llama
Pininfarina, un solo nombre para un individuo
excepcional desde que ha influido sobre toda una
época del desarrollo del automóvil, forjándola a
su manera, y dando al vehículo su forma actual.
La influencia que
Pininfarina ha tenido sobre el diseño de la
carrocería puede entenderse mejor si se piensa que
sus coches y que todos los diseñadores
independientes que prosperan en Turín actualmente,
han sido sus discípulos: actualmente los coches
diseñados por él son fabricados en serie por su
misma empresa para Fiat, Alfa Romeo, Lancia y
Ferrari, o sea, las fábricas italianas de autos
utilitarios y de lujo, así como son diseñados por
él y llevan su nombre los coches de las empresas
BMC, de Inglaterra (entre las cuales está el Di
Tella 1500), el Peugeot, y varios coches más,
alemanes y hasta japoneses cuyos nombres se
reservan. Además, la firma Pininfarina trabaja
para la General Motors haciendo los coches
experimentales.
Es interesante saber
quién es el hombre que decide si el coche del
próximo tendrá parrilla alta o achatada, y si el
techo será derecho o curvo. Su verdadero nombre es
Juan Bautista Farina, pero como era el más chico
de una familia de diez hijos, su madre dio en
llamarlo con el diminutivo Pinin. Y cuando tuvo
que dar un nombre a la empresa que había creado
desde la nada con su trabajo y su ingenio, pensó
que nada mejor sería que ese sobrenombre casero y
casi humilde que le recordaba su madre: ese nombre
es hoy el más famoso de la industria y para que
sea duradero se ha pensado en cambiarlo por el
apellido, haciendo de Pininfarina un todo único.
Ese detalle de la vida
en familia dice algo del hombre, pero hay algo
mucho más importante, más importante desde el
punto de vista humano que el hecho que Pinin
Farina sea un experto carrocero. Hace cinco años,
cuando llegaba a los sesenta en su pleno vigor
físico y espiritual, y cuando su fama llegaba a
límites nunca alcanzados y su posición económica
era espléndida, ese hombre renunciaba a todo en
favor de su hijo y su yerno, a quien ponía a la
cabeza de la empresa, en la cual quedaba como
simple asesor (y por cierto, que sus consejos son
buscados muy a menudo). Ese gesto no era algo
improvisado, sino un detalle de su vida preparado
durante todos los años de formación de los dos
herederos, a los cuales el padre les enseñó que el
trabajo es el más seguro de los métodos del éxito,
mientras por su parte razonaba que las herencias
se dejan en vida y no después de muerto. ¿Es
posible heredar un arte como el de hacer coches
elegantes? Parece que sí, en ciertos casis, dado
que los coches más recientes han sido hechos por
los herederos de Pininfarina, siguiendo las reglas
establecidas por él y con los mismos criterios
prácticos. Quizás el más pintoresco y curioso de
los criterios de Pininfarina es el que sostiene
que un coche debe ser como una mujer hermosa;
cuando son viejos, deben mantener ciertas
cualidades que hagan pensar cuan hermosos deben
haber sido en sus años mejores, criterio éste que
recuerda en otra forma que la belleza no tiene
límites de edad.
Lo fundamental en un
automóvil es que sea funcional y apto para moverse
según las intenciones del constructor; unir lo
funcional con la belleza es difícil, pero si se
logra gracias a un particular sentido estético y
mecánico, los resultados son positivos y
duraderos. En el caso particular de la
carrocería, el problema fundamental que muchas
veces escapa, y en el caso de Fariña, ha sido
siempre tenido muy en " cuenta es la facilidad de
producción; sin ser educado en una escuela de
ingeniería, sino haciéndose sólo a medida que sus
posibilidades y las posteriores necesidades de su
industria lo requerían, Farina ha pensado siempre
en los problemas que surgen en el taller cuando se
trata de realizar en metal lo que el dibujante ha
hecho en papel. Problemas mecánicos y la
aerodinámica han ocupado siempre un lugar de
privilegio en la mente de Farina proyectista,
mientras su instinto lo guiaba en la elección de
las formas.
Actualmente, los dos
jóvenes ingenieros que integran la firma han dado
vuelta al problema: entrenados para dar solución a
los aspectos técnicos del diseño del automóvil,
recurren a las enseñanzas y la experiencia del
maestro para la parte estética. Temprano, en el
desarrollo de un nuevo modelo, una maqueta en
escala 1:5 es llevada al túnel de viento de la
Facultad de Ingeniería de Turín, donde es
estudiada cuidadosamente, tanto en lo que respecta
a la resistencia frontal como los aspectos
negativos de la estabilidad lateral.
Es así como, además de
los éxitos en campo comercial con la construcción
de los modelos de lujo para un sinnúmero de
firmas, la Carrocería Pininfarina tiene en su
haber los éxitos alcanzados por los coches Abarth
que establecieron gran cantidad de récords
mundiales de velocidad, gracias a las carrocerías
especialmente estudiadas.
Es curioso encontrar
explicaciones de algunas soluciones técnicas y
estéticas donde menos se lo piensa: así por
ejemplo, la línea actual "europea", con el techo
casi derecho y el corte neto atrás se debe a la
búsqueda de la menor resistencia frontal con el
máximo espacio interior. Fariña se dio cuenta que
la línea totalmente aerodinámica, es decir, con la
cola que se junta y prolonga el techo, no sirve
para dejar una altura suficiente para las cabezas
de los ocupantes del asiento trasero, a menos de
empezar con una parte muy alta adelante; entonces
llegó la línea actual, en que el techo es
trapezoidal (visto de costado) y la línea baja de
la carrocería es también trapezoidal pero
invertida, es decir, se achica de arriba hacia
abajo. El nuevo diseño fue experimentado desde
1955 a 1957, con los distintos modelos llamados
Florida (I y II en tipos de dos y cuatro puertas);
una vez que gustaron se lanzó la producción de los
vehículos de serie, copiada muy pronto por casi
todos los fabricantes.
El Lancia Florida y un
Ferrari son los dos coches del "Commendatore"
Pinin Farina. Usa uno porque es el que determinó
la línea actual de los coches del mundo, y el otro
porque no puede escapar a la atracción
irresistible de las potentes máquinas que fabrica
su amigo y el otro "Commendatore" del
automovilismo italiano, es decir, Enzo Ferrari, y
para el cual se construyen normalmente todas las
carrocerías de los coches para la venta y ha sido
diseñada y estudiada también la forma de los
coches sport. De la amistad entre estos dos
pilares del automovilismo habla bien a las claras
el hecho de que Pinin Farina es vicepresidente de
la nueva sociedad anónima en que se ha
transformado la Ferrari.
Indudablemente, la
vida de un artista, haga esculturas o automóviles
(que no son sino esculturas en movimiento) tiene
una evolución, un desarrollo, desde el comienzo
hasta la plenitud. La historia de Pinin Farina
tiene esos pasos, y recorriendo los álbumes que
contienen las fotos de sus coches vemos la
secuencia de ese desarrollo, con falsos pasos
materializados en coches cuyas líneas eran
equivocadas y que es menester hacer para darse
cuenta del error, y la lenta pero continua
evolución hacia la perfección alcanzada en la
posguerra, cuando el diseño del Cisitalia cupé dio
vida a una nueva concepción del automóvil como
objeto de uso común.
Toda la producción de
Pinin Farina tiene un detalle característico: la
personalidad, que se traduce en originalidad y
frescura de línea y, por supuesto, la ausencia de
inspiraciones ajenas; por el contrario, hemos
visto muchos coches inspirarse en las creaciones
del maestro de Turín. Notables entre ellos un Alfa
Romeo, cuya carrocería fue retomada integralmente
por la Jaguar para su coche sport, el famoso XK
120.
En el punto máximo de
su éxito, Farina ha demostrado una vez más su
genio dejando la dirección de la empresa a sus
jóvenes herederos. Su motivo: cuando uno envejece
corre el peligro de que el exceso de experiencia
le bloquee la imaginación y el coraje de las
grandes decisiones. Por eso, al dejar a dos
jóvenes en la posición de tomar decisiones,
habiendo podido aventajarse con la experiencia de
quien la tiene, se consigue en realidad una doble
ventaja, con máximo provecho para la empresa en
momentos en que la competencia pude hacerse
peligrosa. Por el momento, sin embargo, la
competencia no «s temible: con su fábrica, que
emplea casi dos mil obreros y produce más de
cuarenta carrocerías por día, la firma no tiene
rivales y tiene además planeado otro
establecimiento.
Para el futuro se
prevén dos desarrollos de la técnica
automovilística; uno es sintetizado en un coche
experimental llamado "X", y que tiene las
características de que sus ruedas no están
colocadas en la posición tradicional, sino que
están puestas en forma de rombo, una adelante
(directriz), otra atrás (motriz) y dos laterales
más atrás del punto medio y cuya única función es
de dar estabilidad al coche. Este automóvil, que
algunos han criticado considerándolo un puro medio
publicitario, tiene por fin estudiar nuevas formas
aerodinámicas para mayores economías, y nuevas
estructuras para mejorar la técnica constructiva.
El otro desarrollo,
completamente audaz y que demuestra la vitalidad
de su creador, consiste en el estudio de la
posibilidad de la unificación en las medidas y
técnicas constructivas del automóvil de una manera
tal que permita al comprador elegir, no ya un
modelo de auto de una fábrica, sino una carrocería
de su agrado y colocarle el motor de acuerdo a sus
exigencias; la teoría de Pinin Farina se basa
sobre la comprobación de que eso se hace en
aviación, donde es mucho más complicado y puede
hacerse en automovilismo.
Se nota claramente el
cambio, producido por la evolución de la manera de
pensar moderna, desde la época del coche especial,
construido en un solo ejemplar carísimo para un
cliente excepcional y exigente, para el cual se
cobraba una suma fabulosa. Hoy el coche especial
si se fabrica es, generalmente, para un fin
experimental, mientras que el modelo "fuori serie"
se construye en pequeña serie para un núcleo de
clientes que necesitan un coche práctico, hermoso,
con ese toque de personalidad que la producción en
masa no puede dar, si más no fuere por el número
de unidades iguales. De modo que no sólo una
línea, sino toda una técnica del auto nos ha dado
Pinin Farina.
Revista Parabrisas
05/1961
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