El poeta catalán habla en esta
oportunidad de su gira por Latinoamérica, los proyectos para 1982, la situación de su
país después de la muerte de Franco, y además:
Machado, Hernández y León Felipe, el
sentimiento político.
La nueva canción catalana, de la burguesía
a la izquierda nacional.
La protesta, un compromiso con la realidad.
JOAN MANUEL SERRAT ENTRE UNA ESPAÑA QUE MUERE Y OTRA
ESPAÑA QUE BOSTEZA
En tus canciones se pueden separar tanto las
letras como la melodía, lo cual es un rasgo positivo para un compositor. ¿Cómo se dio
este proceso de la poesía y la música? ¿Recuerdas el momento en que comenzaste a
componer?
No sabría decirte. El mecanismo que yo sigo
para trabajar una canción no es nunca el mismo y quizás lo único que podría servir
para explicarlo es que funciona a partir de una frase, una frase que puede ser literaria o
musical. A partir de ahí se incorpora lo contrario, es decir, una con la otra como en una
trenza; sigo el desarrollo de ambas, las termino, les doy la vuelta, las sacudo, las lavo
y normalmente acabo tirándolas y empiezo a partir de esto, de otra manera. Siempre y
nunca he funcionado así, porque no hay un mecanismo similar para todas las canciones;
así como no hay un lugar ni una hora determinada. Mi rigor consiste en escribir cada día
pero sin tener un horario para hacerlo.
Las opciones literarias que te planteaste
Antonio Machado, Miguel Hernández, León Felipe, ¿representaron una opción
política para tí?
Hay naturalmente un nexo sentimental profundo
de una poesía que se integra en los problemas de su país y que los vive no desde una
torre de marfil, ¿verdad?, sino desde su gente, de la gente del pueblo. Esto crea una
sensibilidad especial hacia el hombre.
¿Y tus contactos literarios se dieron en
ambas lenguas catalana y castellana? ¿Hubo algún vinculo artístico con la
generación del cincuenta, la llamada generación social de poetas Goytisolo, Angel
González, Angel Crespo, Jaime Gil de Biedma, etc.?
Con unos más que con otros, naturalmente.
Fíjate que en Barcelona se produce una generación de poetas como Goytisolo, Gil de
Biedma, por ejemplo, que son catalanes de nacimiento y que escriben también en
castellano. Ahora que no sé si Gil de Biedma sea filipino, pero no, creo que es catalán,
y pienso en Pedro Gimferrer; es un grupo de poetas a los que llego más tarde. Y descubro
quizás al poeta más importante en lengua catalana, valenciano, que se llama Andrés
Estellet. Me refiero a los poetas de cincuenta años. Y yo lo descubro hace un par de
años. Cuando uno habla de las dificultades por las que ha atravesado la cultura catalana
es cierto, pues no existe ese nivel de información que seria adecuado; hay lagunas
graves, con mucha represión durante la época franquista.
¿Es por eso que en tu obra hay una
predilección por un tipo de España, la medieval y cerrada de costumbres, a la que
permanentemente aludes de manera satírica, hiriente?
Claro, pero esto lo hace todo el mundo que
escribe, desde Gil de Biedma, González, Pepe Caballero Bonald, ¿no? Machado no hace más
que satirizar, evidentemente...
Pero en tí parece una obsesión, en la que se
puede notar la presencia del campo y de la urbe...
Sí, es cierto, y creo que en estos momentos
estoy más cerca de la urbe que del campo, aunque ahora vivo, en el campo. Es que hay el
descubrimiento de una verdad y es que soy un animal urbano: toda mi información básica
viene de la ciudad, pese a que mis conocimientos fundamentales pertenecen al campo y
además estudié agronomía. Pero hay esa ansiedad por el campo y el mar, ansiedad que no
hace más que poner en evidencia mi vinculo con la ciudad.
¿Y de dónde viene esa ansiedad?
Creo que está ligada a una necesidad de
respirar, de espacios abiertos, de búsqueda de lo sencillo...
En principio no tenía otra ambición que la defensa
de la ecología, pero esta defensa representa además otra cosa, ¿verdad?, y el lenguaje
utilizado lo confirma.
En la década del sesenta hay una especie de
pacto entre los cantantes de lengua catalana para cantar sólo en catalán...
Bueno, eso fue de otra manera. Yo creo que no
había realmente unos compositores catalanes que hicieran canciones en catalán. Alrededor
de los años sesenta se produce en Barcelona un movimiento de la propia burguesía
catalana para recuperar una "canción" popular cantada en catalán, truncada
después del triunfo del fascismo. A partir de ahí, empieza lo que se denomina la nueva
canción, que aparece como la búsqueda de la bella canción; pero hay otra vertiente, la
música más popular, por llamarla de alguna manera, más cerca de lo juglaresco, lo que
también se podría llamar la trova. Ahí nos vamos incorporando varios cantantes,
mientras otros funcionan por su cuenta. Cuando digo que comienza como un movimiento
burgués no es peyorativo, no, al contrario, la burguesía catalana ha sido la generadora
de varios movimientos culturales, con mucha inquietud. Y mirando a Francia, porque París
siempre ha sido la capital de Barcelona... Esto de la nueva canción, que empieza como un
movimiento burgués con cuatro amigos sensibilizados y politizados, sobre todo politizados
con un sentimiento de izquierda nacionalista con todos sus espectros, explota en la gente,
que reconoce en la calle sus canciones y de alguna manera es la productora de esas
canciones. La prueba evidente de esto es que de todos los que arrancamos hace dieciséis
años o más, varios unos siete seguimos como profesionales.