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crónicas del siglo pasado

REVISTERO
DE TODAS PARTES


CUBA
Del Golpe a la Revolución
SIETE AÑOS DE DICTADURA
Apretada síntesis hecha por un periodista que vivió los históricos momentos transcurridos entre el 10 de marzo de 1952 y el 1 de enero de 1959
Por ENRIQUE DE LA OSA
Revista Prisma Americano
marzo 1989

un aporte de
Carlos Enrique Podestá

 

Sólo faltaban 82 días para la celebración de las elecciones generales de 1952, que dotarían al país de un nuevo Ejecutivo Nacional. Dos partidos políticos se disputaban el poder: el de gobierno, denominado Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y el más vigoroso, de la oposición, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), que había sido creado por una singular figura carismática, Eduardo R. Chibas (1). Escasa posibilidad se le concedía al Partido de Acción Unitaria (PAU), que mandaba el general retirado y senador, Fulgencio Batista.
Todos los sondeos de la opinión pública otorgaban la victoria al candidato de la Ortodoxia, Roberto Agramonte.
En la penumbra de la madrugada del domingo 10 de marzo de 1952, el ex sargento septembrista (2), en complicidad con sus conmilitones del Ejército, penetraba en el campamento de Columbio, instauraba una junta militar y deponía al presidente Carlos Prío Socarrás.




 

 

DOS CAMINOS
Dos tácticas políticas asomaban de inmediato. Postulaba una la lucha armada contra el despotismo entronizado, contra la violencia oficial, que se expresaba en la draconiana Ley de Orden Público y en la disolución de las protestas populares. La otra proyectaba sus pasos hacia la componenda electoral, sin las más elementales garantías, en la que iban a campear los caciques profesionales y las camarillas politiqueras.
Con los vagidos iniciales de la usurpación, Fidel Castro (3) ponía el dedo en la llaga. Circulaba clandestinamente su histórico panfleto El Acusador, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de Chibás. Columbraba su ojo penetrante:
—¡Revolución no, zarpazo! Patriotas no, usurpadores, retrógrados, aventureros sedientos de oro y poder.
—No fue un cuartelazo contra el presidente Prío, abúlico, indolente; fue un cuartelazo contra el pueblo, vísperas de elecciones cuyo resultado se conocía de antemano.
—No había orden, pero era el pueblo a quien le correspondía decidir democráticamente, civilizadamente y escoger sus gobernantes por voluntad y no por la fuerza.
—Otra vez las botas; otra vez Columbio dictando leyes, quitando y poniendo ministros; otra vez los tanques rugiendo amenazadores sobre nuestras calles; otra vez la fuerza bruta imperando sobre la razón humana.
—Falso es por completo, absurdo, ridículo, infantil, que Prío intentase un golpe de Estado, burdo pretexto; su impotencia e incapacidad para intentar semejante empresa ha quedado irrebatiblemente demostrada por la cobardía con que se dejó arrebatar el mando.
—No llame revolución a ese ultraje, a ese golpe perturbador e inoportuno, a esa puñalada trapera que acaba de clavar en la espalda de la República: Trujillo ha sido el primero en reconocer su gobierno, él sabe quiénes son sus amigos en la camarilla de tiranos que azotan la América; ello dice mejor que nada el carácter reaccionario en el éxito gubernamental de su vieja y podrida camarilla, es demasiada la sed de poder, es muy escaso el freno cuando no hay más Constitución ni más Ley que la voluntad del tirano y sus secuaces.
La pugna se agudizaba. Crecía la arbitrariedad. Las cárceles se abarrotaban. Señoreaba la coacción en el ambiente público: los esbirros allanaban centros culturales y docentes. La primera víctima, un alumno del Alma Mater (Universidad) habanera, baleado por la policía en plena calle. En tan anómala situación, el tirano convocaba a una burda farsa comicial. No hubo contendores. Su único adversario, el ex presidente Grau San Martín, del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), se retiraba de la comedia a última hora.
26 de julio de 1953. La noticia se expandía por la capital: el cuartel Moncada, segunda fortaleza del país, en Santiago de Cuba, era asaltado por algo más de un centenar de elementos civiles uniformados. A la cabeza, Fidel Castro. A poco se anunciaba el fracaso tras sangrienta refriega. La soldadesca, se ensañaba con los prisioneros y los asesinaba o hacía objeto de sádicas torturas (5).
Como abogado, el joven jefe de los asaltantes encaró a sus jueces. Se defendió a sí mismo (6). Habló con ardida elocuencia. Concretó hechos y circunstancias. Enunció todo un plan de realizaciones. Fue sancionado a 15 años de presidio.

LA PRISIÓN FECUNDA
Fidel organizaba a sus compañeros en círculos de estudio. En la soledad de la celda, leía, meditaba, orientaba. De allí surgió la integración del Movimiento 26 de Julio, que cuajaría, definitivamente, en 1955. Inútiles fueron la censura de prensa el encierro, la incomunicación, la más implacable represión. Una amnistía política, que el pueblo arrebataba a la autocracia, coronaba el momento ese mismo año.
Cuando las condiciones políticas en el país no se lo permitieron más y en medio del feroz asedio de las fuerzas represivas de la dictadura batistiana, que amenazaban constantemente su vida, Fidel Castro tomó en
1955 el camino del exilio en México, para reorganizar la lucha contra Batista.
Desde ese país proclamó: "En 1956 seremos libres o seremos mártires". Cumplía su promesa formal: 82 expedicionarios, bajo su mando, partían del puerto de Tuxpan el 25 de noviembre de ese año. Burlaban la vigilancia de les autoridades, que habían prohibido todo tipo de navegación a causa del mal tiempo. La noche, cómplice. El tirano movilizaba sus recursos militares para enfrentar la insurgencia interna. Lejos estaba de suponer que su más poderoso enemigo, a quien subestimaba, erróneamente, navegaba hacia las costas cubanas.

EL DESEMBARCO
El pequeño yate Granma desembarcaba en suelo patrio en la madrugada del 2 de diciembre de 1956. Aproximadamente, a dos kilómetros de la playa Las Coloradas en la antigua provincia de Oriente, cubría su azarosa travesía en 7 días y 4 horas.
En Santiago, el día 30 de noviembre se producía un levantamiento armado, con Frank País (7) a la cabeza.

LA VÍA REVOLUCIONARIA
Los revolucionarios dominaban la urbe, siquiera transitoriamente, y sembraban el pánico entre las fuerzas represivas.
La epopeya de la Sierra Maestra aún no había comenzado. Los insurrectos que bajaron del Granma sufrieron numerosos contratiempos. El primero, el más grave, sucedía en la mañana del 5 de diciembre fue el desastre de Alegría de Pío. "Aquella fuerza expedicionaria —organizada y preparada con grandes sacrificios quedó virtualmente aniquilada", diría su propio jefe. Y agregaba:
"Aquello habría podido ser un golpe tremendo para nuestra fe y para nuestra convicción de que aquél era el camino. Sin embargo, nuestra fe y nuestra convicción se mantuvieron inalterables. Creíamos que aquél era el camino, y al fin la historia y los hechos, la realidad, y la vida se encargaron de demostrar que aquél era el camino".
Hambrientos, cansados, solos o en grupos reducidos, temerosos de toparse con los guardias... El reencuentro -al fin- el 19 de diciembre. —¡Ahora sí ganamos la guerra! fue la exclamación de Fidel al abrazar a Raúl.
La guerrilla ganaba la montaña. Se organizaba, se fortalecía, engrosaba sus filas con campesinos y gente que subía de las ciudades. Las actividades combativas no se harían esperar. A principios de 1957 trascendía al ámbito internacional.
Un comentarista de ese tiempo señalaba:
"Las 'ejecuciones' sobre el terreno, a mano de la fuerza pública o de los sicarios especiales del régimen, impidieron que rebosaran las cárceles. Con frecuencia los cadáveres aparecían en la vía pública acompañados de bombas y otras armas. Las embajadas y legaciones estaban llenas de refugiados. Lo que virtualmente existía ya en Cuba era un estado de guerra civil espasmódica..."
Se agravaba, entretanto, la quiebra política, económica y social del régimen. Incrementábase la lucha en el llano: las huelgas proletarias, las acciones armadas como réplica al terror de la tiranía, los choques cotidianos con la policía, las conspiraciones... Cundía el despilfarro financiero, la piratería administrativa, el robo descarado del erario, el narcotráfico y el gangsterismo. Batista y sus alabarderos se amillonaban a costa del tesoro público.
El 13 de marzo del 57, un comando del Directorio Revolucionario atacaba el Palacio Presidencial con el fallido objetivo de ejecutar a Batista. El combate se prolongaba desde las 3:30 de la tarde hasta cercanas las 5:00. Múltiples los heridos y muertos entre los contendientes.
La insurrección seguía su curso. Se internaba en el territorio central con las columnas invasoras "Ciro Redondo"(10) y "Antonio Maceo" (11) comandadas por el Che Guevara y Camilo Cienfuegos, respectivamente. Insurgían a la par distintos frentes guerrilleros. La contraofensiva rebelde en la Sierra Maestra culminaba en la derrota de las más selectas unidades de la tiranía.
El pueblo alzado contra el déspota triunfaba. La fuga del tirano el 31 de diciembre. Fidel era aclamado en La Habana el jueves 8. La apoteosis.

Respuestas de llamadas
1) Líder político que preconizaba la moralización de la administración pública bajo la consigna de "Vergüenza contra dinero". Se suicidó de un disparo en el vientre durante una emisión radial en 1951.
2) El 4 de septiembre de 1933 Batista encabezó su primer golpe de Estado para frustrar la creciente lucha revolucionaria en ese período.
3) Era entonces un joven abogado miembro de la Juventud Ortodoxa en busca de vías para la realización de sus ideales revolucionarios. Presentó ante los tribunales competentes una acusación legal contra Fulgencio Batista por su autoría del anticonstitucional golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, pero no fue considerada por esa instancia.
4) Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961). Mantuvo una férrea dictadura en República Dominicana durante más de 30 años. Fue muerto en un atentado en 1961. El 1 de enero de 1959 acogió al derrocado Fulgencio Batista, quien escapó de Cuba con sus más allegados familiares y acólitos y con decenas de maletas repletas de dinero y joyas, producto del robo sistemático durante los siete años de tiranía.
5) Entre ellos asesinaron a Abel Santamaría, segundo jefe del grupo de jóvenes revolucionarios, a quien ejecutaron luego de sacarle los ojos.
6) Un alegato de autodefensa que fue posteriormente sacado de prisión de manera oculta e impreso clandestinamente bajo el título de "La historia me absolverá" y que se convirtió en el programa del Movimiento 26 de Julio, fundado por Fidel Castro.
7) Frank País fue uno de los principales líderes del Movimiento 26 de Julio y ostentaba el cargo de Coordinador. Tuvo como misión en ese período la de apoyar el desembarco de Fidel Castro, previsto para el 30 de noviembre de 1956, pero por causas imprevistas se produjo el 2 de diciembre. Posteriormente organizó importantes envíos de hombres y armas hacia la Sierra Maestra para nutrir las filas del naciente Ejército Rebelde, además de mantener en jaque a las fuerzas de la tiranía mediante una corajuda e inteligente lucha clandestina, especialmente en Santiago de Cuba. Fue asesinado el 30 de julio de 1957.
8) Alegría de Pío fue el lugar en la provincia oriental donde se enfrentaron por vez primera los 82 expedicionarios del Granma —dirigidos por Fidel Castro— y las tropas de la dictadura de Batista. La sorpresa provocó la dispersión de las fuerzas revolucionarias que sólo pudieron agruparse unas dos semanas más tarde en un exiguo número de 12 combatientes bajo el mando de Fidel Castro, lo que constituyó el núcleo primario del Ejército Rebelde.
9) Directorio Revolucionario. Organización revolucionaria integrada fundamentalmente por estudiantes universitarios, cuyo líder indiscutible fue José Antonio Echeverría, quien cayó heroicamente el 13 de marzo después de la toma de una estación de radio capitalina, acción de apoyo al asalto al Palacio Presidencial.
10) Ciro Redondo. Combatiente revolucionario, atacante del Moncada y expedicionario del Granma, quien cayó en un combate en la Sierra Maestra a pocos meses del desembarco.
11) Antonio Maceo. Uno de los más destacados revolucionarios cubanos que combatieron a España durante el período colonial. Brillante hombre de ideas y estratega militar de renombre internacional (1845-1896).

 

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