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crónicas del siglo pasado

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CHILE, POR UNA SUAVE IZQUIERDA
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Por EVERARDO CARCANO
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Revista Vea y Lea
1-10-1964

 

El triunfo de Frei conformó a los demócratas de toda América, pero los chilenos deberán aguardar los comicios parlamentarios de marzo, decisivos para que el presidente efecto pueda cumplir sus aspiraciones y promesas de saneamiento económico

Salvador Allende

 

 

POR tercera vez consecutiva en los últimos doce años de su activa vida cívica, Salvador Allende, una de las figuras, indiscutiblemente, más populares del escenario político de Chile, trató de ser electo presidente de la República en los comicios que se celebraron el 4 de septiembre y, por tercera vez, fue derrotado. Su primera frustración presidencial se produjo en 1952, cuando el médico izquierdista sólo contaba 44 años. Lo venció en esa oportunidad el desaparecido general Carlos Ibáñez del Campo, que ya había ocupado la primera magistratura y se había desterrado en El Salvador después de su derrocamiento.
Allende volvió a ser derrotado seis años más tarde, en las elecciones de 1958 que ganó el actual presidente Jorge Alessandri, quien completará su período constitucional el 3 de noviembre próximo. En esa incierta elección vio esfumadas sus esperanzas por 32.000 votos, sobre un total aproximado al millón y medio.
Lejos de sentirse desalentado por el nuevo revés, esa escasa diferencia debió estimularlo pensando, sin duda, que valía la pena insistir, cuando tan próximo parecía insinuarse su triunfo. Y Allende, político porfiado, insistió. Pero esta vez, lo sepultó un alud de votos.
Un 12,61 por ciento de abstenciones —la cifra más baja que recuerda la historia política del país— revela la extraordinaria repercusión que esta vez tuvo en Chile el comicio que ha dado a Eduardo Frei, el vencedor de Salvador Allende, un triunfo categórico para el Partido Demócrata Cristiano.
Mientras Allende, apoyado por los socialistas y los comunistas, prometía un gobierno popular y la nacionalización progresiva de las empresas extranjeras que explotan los yacimientos de minerales, Frei propugna un programa para aumentar la producción. "La nacionalización de las compañías extranjeras —dice el candidato triunfante— no es un objetivo ideal ni una imposibilidad doctrinaria, pero es una alternativa que debe ser considerada por la comunidad chilena en sus esfuerzos de desarrollo"

UNA POLÍTICA RENOVADORA
El panorama que se le presenta al presidente electo, con una moneda víctima del deterioro de la economía, que ha sufrido una devaluación que ascendió a casi el 300 por ciento en sólo dos años y medio, con un país que no produce los alimentos que consume y se ve obligado a invertir más de 100 millones de dólares por año para adquirirlos en los mercados extranjeros; con una nación, en fin, donde hay un déficit de 600.000 viviendas y existe una balanza comercial desfavorable, el panorama no es, ciertamente, promisorio.
El Partido Demócrata Cristiano se presenta, sin embargo, con fe en su política renovadora. Su plataforma, que en las elecciones del 4 de septiembre apareció fortalecida por el desengaño popular contra los postulados tradicionales y, tanto como esto, o quizá más, por el temor que sintió el pueblo ante el peligro de la extrema izquierda que amenazaba adueñarse del gobierno, se verá sometida a dura prueba.
El abanderado demócrata cristiano chileno conoce, de sobra, las duras dificultades que deberá vencer. "Sabemos —dijo, durante la campaña electoral— que existe un desesperado esfuerzo para que el país se divida en un falso dilema: o capitalismo o marxismo. O se va adelante a través de la posibilidad del marxismo-comunista, o se va adelante a través del humanismo económico, sin sacrificar la democracia en lo que significa de esencial: libertad de opinión, libertad sindical, respeto a los derechos esenciales, consulta popular por medio de elecciones libres. Será necesario escoger entre uno u otro camino. El dilema está planteado para quienes quieren avanzar"

MARZO, LA OTRA ETAPA...
¿Podrá cumplir Eduardo Freí su programa reformista? ¿Expropiará los "fundos" mayores de 100 hectáreas indemnizando con el 10 por ciento, en efectivo, del valor fijado para el pago de impuestos, abonando el saldo con bonos de 20 años, como lo ha prometido?
Las respuestas sólo podrán darse en marzo. Las respuestas las darán las urnas, cuando el año próximo se realicen los comicios para renovar el parlamento. Esa es la carta de triunfo que espera Frei. "El pueblo —acaba de decir— juzgará, por sí mismo, quiénes son los culpables de la frustración de sus anhelos y en marzo darán su veredicto."

EL COBRE, "PAN" CHILENO...
El árbol no dejaba ver el bosque, y Chile —y con Chile el mundo entero— se interrogaba angustiado: ¿Allende o Frei? Pero ahora, superada ya la etapa del suspenso, una sensación de alivio se respira en todas partes luego del triunfo del candidato demócrata cristiano, el poderoso movimiento de origen europeo que acaba de conquistar su primera gran victoria en suelo americano.
Aunque se dijo que el estudio de las plataformas electorales de los dos candidatos que intervinieron como principales protagonistas en la contienda cívica revelaban más puntos de identidad que de diferencia, y que éstas radican en los intereses de las empresas norteamericanas que explotan el cobre —el "pan chileno", puesto que ese metal produce el 65 por ciento de sus ingresos en dólares—, el triunfo de Frei "refuerza las esperanzas —son palabras del presidente norteamericano— de lograr un futuro feliz en las Américas".
De haber triunfado Allende, hubiese sido el primer marxista elegido en una elección libre en nuestro continente. El triunfo de Frei constituye, en cambio, un gran respaldo para la democracia del hemisferio.
Pero, como otros gobernantes que están supeditados al poder parlamentario, Frei podría ver trabadas sus iniciativas para resolver problemas que no admiten dilaciones. Marzo será, pues, un mes clave, la otra etapa que falta superar.
Pese a que confía en una nueva victoria abrumadora, reclamó ya la colaboración de sus adversarios para el desarrollo de un programa que considera vital para el país. El riesgo de que no cuente con la mayoría parlamentaria estriba en que los conservadores y los liberales, que lo apoyaron en los comicios de septiembre, adelantaron ya su intención de recobrar su libertad apenas el presidente electo asuma el gobierno en noviembre.
El actual parlamento chileno está integrado por 146 diputados y 45 senadores, de los cuales sólo 36 diputados y tres senadores pertenecen a la democracia cristiana. Se descarta que el partido verá aumentado, considerablemente, el número de sus legisladores, pero se señala que, de no lograr una mayoría absoluta, Frei no tendría posibilidades de obtener la aprobación de
leyes que el movimiento triunfante considera fundamentales.

TÁCTICAS Y...
MAS TÁCTICAS
Mientras el resonante triunfo demócrata cristiano es observado como un signo positivo para la estabilidad del, hasta ayer no más, inestable escenario político de América latina, por otra parte se estima que sectores de opinión que
contribuyeron a su triunfo, contó los demócratas y los liberales, cumplirán no más su insinuada "intención" de dejar librado al partido a su propia suerte, fieles como están ellos a su orientación derechista en materia económica. Cumplido su plan de aplastar a Salvador Allende, en los dramáticos momentos en que las "papas comunistas" estaban quemando, ahora parecen resueltas a emprender otras "tácticas"... hasta que se presente otra vez la amenaza de una nueva hoguera.

 

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