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crónicas del siglo pasado

REVISTERO
DE TODAS PARTES


Pablo Picasso
el Guernica casa quiere

Revista Somos
16 de noviembre 1979
un aporte de Riqui de Ituzaingó

 

El cuadro más famoso de Picasso volverá a España, como lo quiso el pintor. Falta que los españoles se pongan de acuerdo y decidan dónde instalarlo.

 

 

 

El piloto del avión insignia dio la orden: "Atacar", y se lanzó en picada. Las escuadrillas del Tercer Reich, que ensayaban su nuevo armamento en terreno español, lo siguieron. Allá abajo, los habitantes de Guernica trataban de escapar a campo abierto, presintiendo el bombardeo. Algunos dispararon sus fusiles desesperadamente, como si les fuera posible derribar algún avión. Después de descargar sus tres bombas, los modernos Stuka volvieron a Alemania. Poco más tarde —en 1937 y en plena Guerra Civil— Pablo Picasso, conmovido, pintó uno de los cuadros que más apuntalarían su prestigio. En él cada pincelada es un grito de dolor. Cuando llegó la hora de ponerle un título, ni lo dudó: "Te llamarás Guernica", dijo, "¿Para qué más?" Y desde entonces, el Guernica de Picasso es un símbolo para España y para el mundo.
"Yo lo vi trabajar en su estudio. Realmente, he sido uno de los pocos afortunados que tuvo esa oportunidad. Recuerdo que Picasso siempre decía que el destinatario del cuadro debía ser el pueblo español, y que le gustaría que se exhibiera en el Museo del Prado", dice el director general de Bellas Artes de Madrid, Jean Renau, refiriéndose al Guernica. Pero lo cierto es que el futuro emplazamiento de ese gran mural que está al cuidado del Museo de Arte de Nueva York desde 1939, por voluntad de Picasso, desató una monumental polémica en España: por una razón u otra, las autoridades de varias provincias reclaman el derecho a tenerlo. "Que cada cual diga sus puntos de vista", dice Rafael Pradas, concejal de cultura del Ayuntamiento barcelonés, "pero es indiscutible que Barcelona mantiene la mejor tradición picassiana. En un período difícil, cuando el nombre de Picasso era un nombre maldito, Barcelona inauguró un museo dedicado a este gigante del arte."
Mientras tanto, el director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que prometió devolver el Guernica a España "en 1980 o 1981", es criticado por la propia fundación que financia el Museo y por el diario The New York Times, debido justamente a la polémica española. Opinan que para que el traslado se cumpla el gobierno o las Cortes de España deberán tomar cartas en el asunto, definiendo el lugar de residencia del mural y terminando con un diferendo que no hace más que retrasar la fecha de entrega por falta de confianza. Dionisio Abaitúa, alcalde de Guernica, lleva agua para su molino: "La obra representa a nuestra villa: el artista reflejó en ella una masacre civil que significa mucho para los vascos, y el cuadro sería un aporte más a la libertad, la justicia y los derechos humanos de España. Si Picasso pensó su obra para Guernica, es en Guernica donde debe estar".
Pero Pedro Aparicio, alcalde de Málaga, no piensa igual: "No, de ningún modo. El Guernica debe venir solamente a Málaga, porque venir a Málaga es venir a Europa: esta ciudad es cosmopolita, miles de europeos podrán admirarlo aquí. Defendemos a Málaga, además, porque Picasso nació aquí.'' A todo esto Javier Tusell, como director general del Patrimonio Artístico de España, intenta ordenar la polémica: "Hasta el momento no hay opinión oficial sobre la futura ubicación del Guernica. Y lo mejor es no discutir hasta que el cuadro esté definitivamente en nuestro país. Así vamos a facilitar las gestiones para traerlo. Porque, como lo quería Picasso, el Guernica debe estar en España. Y lo demás es secundario".
Esteban Peicovich 

 

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