Vida Moderna
Decoración; La guerra de los estilos


el confort funcional para ambientes integrales

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Escandinavo

rediseño del clásico inglés

 

 

Primero, los caireles y los bronces de la araña; después, los recovecos del mueble de estilo y los marcos de los cuadros; finalmente, los pesados almohadones del sillón francés y los platos estratégicamente ubicados en la vitrina, que nunca alcanza el tiempo para limpiar. Esta es, más o menos, la doméstica tragedia de una moderna dueña de casa que no logra conciliar los caireles con el supermercado y los muebles Luis XVI con la salida de los chicos del colegio. En compensación, los arquitectos han cambiado el tamaño de los departamentos —cada vez más pequeños y funcionales— y la decoración se ha transformado rápidamente en simple y utilitaria. El living-room es comedor y dormitorio a la vez, y se debe convivir, comer, cocinar y recibir visitas en los pocos metros cuadrados que ofrecen los departamentos actuales.
"No podemos pretender que los muebles de nuestros abuelos entren en un ambiente de 6 por 4", es el principio por el que se rigen el arquitecto Félix " Rene Bruzzoni y el decorador Juan José Saavedra (responsables de la decoración de la boite Mau-Mau) en su estudio 'á la page' de la calle Esmeralda, en pleno Barrio Norte, "barrio insuperable con respecto al buen gusto". Para Saavedra, la gente se vuelca cada día más hacia el estilo moderno, posiblemente por tener que enfrentarse con los problemas de espacio y tiempo. "Inclusive podemos mezclarlo con objetos griegos, persas o medievales —dice, en tanto recorre el inmenso sótano, una exposición de la tendencia escandinava y del más sorprendente y sofisticado bric-á-brac—. La mezcla con lo antiguo tiene la gran ventaja de hacer menos fría la línea moderna."
El diseño actual, en materia de decoración, se ha infiltrado en los sectores más tradicionalistas, movilizando inexorablemente los viejos criterios. La dinámica y conservadora Celina Aráuz de Pirovano, directora del grupo Charcas (integrante de un clan que hizo sentir su hegemonía en Buenos Aires, con un estilo definido), sustenta una teoría filológica para explicar los cambios: la influencia de algunas lenguas, como el inglés, parece fundamental. "En mi época se hablaba francés hasta en los recreos del colegio —dice; contrapartida generacional frente a la tendencia francófila de la época de sus padres—. Hoy en día todo se vuelca hacia la forma de vida norteamericana o inglesa, y lo francés ha pasado a segundo plano. ¡Si hasta el living-room lo hemos importado de Inglaterra!"
Además, para la decoradora Pirovano (cuyas obras relucen en el Jockey Club, en casa del multimillonario Alfredo Fortabat y en La Razón, "la gente, en general, no tiene la menor idea de la importancia de una planificación, en sus mínimos detalles, antes de empezar a decorar. Parece mentira que en departamentos que cuestan más de 10 millones de pesos, uno tenga que estar lidiando con el problema de los tomacorrientes, cuya ubicación no se previo." Un vicio lateral: comprar muebles aisladamente, sin un sentido funcional, y después no saber qué hacer con ellos.
El cuarto de los chicos depara el mejor ejemplo. ¿Por qué comprar muebles pequeños cuando ellos crecen tan rápido? Una mesa es importantísima: ahí el niño come, juega y estudia; por lo tanto, es funesto comprar un mueble minúsculo, que después habrá que cambiar. Es, psicológicamente, una forma de volver al niño versátil y poco apegado a sus bienes.

La corriente de los metales
"Ahora tenemos la posibilidad de los dinámicos en decoración." Ruth Conti (43 años, dos hijos, casada con el dibujante Oski) es una de las introductoras de los metálicos móviles en nuestro país. Entre las estructuras aéreas de su taller, oscilando como alas, enumera las ventajas de los metales: revestimiento de mesas, puertas y lámparas, a un costo relativamente bajo.
"Y quizá sea una gran solución para las modernas y atareadas madres de familia." Paira algunos pediatras, el móvil, con su continua oscilación sobre el eje y las sombras que proyecta sobre paredes y techos, produce un efecto tranquilizador, casi hipnótico, para el niño. 
Que el público identifique los cromados con consultorios de dentistas y dependencias sanitarias, es una de las preocupaciones de la ejecutiva Susi Aczel, que introdujo en nuestro país la línea Knoll International. "Probablemente la madera otorgue más calor al ambiente; en particular, al de un escritorio, pero no por eso hay que desechar los materiales sintéticos."
Su intuición la inclina a atribuir básica importancia a los detalles decorativos y al color de los adornos. Cristales, espejos, cortinados y alfombras son elementos que vitalizan un ambiente: "Sin ellos, nunca se logra una buena decoración." Con respecto al color, ¿conviene usar los violentos y contrastantes? Después de años de experiencia, la idónea Aczel se opone rotundamente. "En un ambiente negro, por ejemplo, una mancha roja llama más la atención que la promiscuidad de tonos, y sobre una gama dominante hay que dar pequeñas notas de color. Inclusive los arreglos florales son indispensables, combinándolos con el tema cromático general."

El viejo mundo y lo irreconciliable
En contrapunto con la tendencia hacia lo moderno, la línea clásica ronda las preferencias sin que haya podido ser desplazada. Uno de sus adalides, el neoclásico director de Nordiska, Paul Groisil, preconiza abiertamente el rediseño del mueble de época, "que todavía influye en el gusto del público. Un mueble Luis XVI, de acuerdo con la línea Nordiska, se volvería más liviano y estilizado, y conservaría su estilo original".
Pero, ¿se puede conciliar la arquitectura moderna con la decoración de otras épocas? El arquitecto-decorador Hugo Ducatenzeiler (Viclau, en la calle Cerrito), al utilizar la lógica y no la moda, lo considera un contrasentido. "Un Ford T puede ser muy novedoso y sofisticado, y constituir una moda —ironiza—, pero cuando nos enfrentamos con distancias, tiempo y velocidad, ya no nos sirve." Ducatenzeiler le ha declarado la guerra a la simbiosis barroco-moderna o a la clasico-escandinava: "Solamente vale lo moderno y en función de las necesidades y el confort."
"¿Se concibe que, hoy en día, alguien diseñe un cenicero gótico?" El interrogante proviene del arquitecto-diseñador Reinaldo J. Leiro, gerente del grupo Stilka.
El snobismo —a criterio de Leiro— hace que la gente persista en el estilo inglés o francés ("que se hace tan en serio como lo moderno") y que rechace las líneas actuales, que se han implantado definitivamente en Europa. "Además, si un arqueólogo, de aquí a doscientos años, interpretase nuestra época y realidad, el mueble moderno lo ayudaría a descubrir nuestra idiosincrasia."
Alfombras de leopardo, paredes turquesa, piezas modernas y orientales. son el leit motiv del audaz y refinado estudio del decorador Naef George Orfaley (34 años, soltero), eclécticamente instalado al margen de cualquier polémica. Partidario tanto de lo colonial como de lo moderno, y de las mixturas modernistas; tanto del inglés del siglo XIX como de la combinación del español con el árabe, cree, sin embargo, que en la decoración de interiores existen costados menos ostentosos, pero tan importantes como los adornos y el color.
"Tomemos, por ejemplo, la iluminación: es hora de que terminemos con la luz de neón y con las gargantas con luz difusa: desvirtúan los colores y los enfrían. Lo peor del caso —no siempre, aclara después— es que, inclusive, cambia a la gente. Por lo tanto, luces bajas y cálidas."
Decorar, para Orfaley, "es un lujo". Y es uno de los principales problemas de la gente joven y los recién casados: la decoración de un departamento de un ambiente cuesta alrededor de 400 mil pesos. "Pero no debemos desesperarnos; afortunadamente existen otras vías para alcanzar óptimos resultados. En efecto, el mimbre o el hierro (para camas y mesas) son materiales baratos y dan clima de hogar. "Comprando muebles en remates no importantes, para luego transformarlos, quedamos totalmente al margen de los problemas inflacionarios."

Un poco de psicología
Un hombre entra en una casa de decoraciones para comprar un mueble de determinada forma y color. Pero resulta que el que elige desentona groseramente con las cortinas, alfombras y el resto del moblaje que tiene en su casa; a menudo sucede que al vendedor poco le importa si combina o no con los otros elementos. Sin embargo, a Alberto Churba (32 años, soltero), director del estudio CH, le importa a tal punto que, "cuando considero que un mueble no combina, directamente no lo vendo, "No se trata de vender muebles indiscriminadamente —especifica, en medio de los muebles escandinavos que expone en su negocio del barrio de Belgrano—. Tenemos la obligación de mejorar el gusto y éste es un buen sistema."
El criterio de Alberto Churba (que regresó de los Estados Unidos la semana pasada, luego de exponer sus diseños de alfombras de lana) es mostrar su gama de muebles, cerámicas, cuadros y vajilla como método para mejorar el gusto. A priori, el resultado es satisfactorio: ante Primera Plana, estudiantes, gente joven y arquitectos desfilaron por las vidrieras y salones de Churba. Las nuevas ideas los impresionaron.
Un criterio parecido es el de los decoradores Oscar M. Díaz y Mario Fresno (Ravenna, en la avenida Las Heras). "Todos los ambientes que armamos en nuestra vidriera —Fresno apunta hacia aterciopelados sillones y lámparas de hierro forjado— son un regalo que se le hace al público y contribuyen, en gran parte, a que acepte los nuevos estilos."
Inclusive la psicología, para el ebanista-decorador Antonio Linguidi, es fundamental en decoración. Frente a un cliente indeciso, "¿cómo sabemos qué tipo de mueble o color (violento o sedante) hay que utilizar? Un esquemático enfoque psicológico del cliente nos puede sacar del apuro y dejarlo satisfecho." A partir de ese momento, el valor afectivo de un mueble jugará un papel decisivo, protagónico. Quizá, algunas veces, no responda en armonía con el resto del conjunto; pero es difícil que una persona se resigne a dejar de lado un mueble que quiere, que ha conservado durante años, por el sólo hecho de pertenecer a un estilo olvidado. Sólo entonces, el confort pasa a ser una moneda extraña.
Primera Plana
10 de agosto de 1965