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Perón con Isabelita y un escolta español, paseando por las calles de Madrid, con su pensamiento en Argentina

En la entrada de la quinta "17 de octubre", siempre juvenil, el ex-presidente argentino con Isabelita. Desde tan lejos, siempre fue "poder" en su patria

Este es el Perón que llegó a España, donde hoy sigue siendo el "hombre fuerte"



 

 

EL DISCURSO HISTÓRICO
DEL DÍA DE LA LEALTAD
Medio millón de trabajadores dieron el espaldarazo a Perón el 17 de octubre de 1945. Ya, antes, existía la impresión de que el coronel de la Secretaría de Trabajo capitalizaba el apoyo de la masa obrera. Sin embargo, ningún político y muy pocos militares creían que pudiera convocar alguna vez, una muchedumbre tan importante y leal.
Perón fue llevado ante la multitud después de más de 15 horas de haberse iniciado la concentración. Fueron momentos de gran emoción y el discurso que pronunció Perón fue casi un diálogo, en el que la muchedumbre participaba a coro. Su mayor curiosidad era saber "dónde estuvo" Perón. Y el coronel supo responder sin comprometer a nadie. Allí nació la frase de "¡Únanse!" que resultó voz de orden para los trabajadores. Y allí nació, prácticamente, el Peronismo como fuerza política.
• EL DISCURSO DE AQUEL 17 DE OCTUBRE
Tal vez los que vivieron aquel momento no recuerdan muchos de los conceptos vertidos por el líder del Peronismo. Quizás sea oportuno que los jóvenes que no pudieron escuchar aquel histórico discurso, por razones de edad, conozcan el pensamiento inicial de quien 25 años después, en el destierro, sigue siendo eje de la actividad político-institucional argentina.
El texto de aquella improvisación, es el que sigue:

TRABAJADORES:
"Hace hoy casi dos años que desde estos mismos balcones dije que tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino. En la tarde de hoy el Poder Ejecutivo ha acordado mi solicitud de retiro del servicio activo del Ejército. Con ello, he renunciado voluntariamente al más insigne honor a que puede aspirar un soldado: lucir las palmas y los laureles de un general de la Nación. Ello, porque quiero seguir siendo el coronel Perón y ponerme, con este nombre, al servicio integral del auténtico pueblo argentino.
Guardo el honroso y sagrado uniforme que me entregó la Patria para vestir la casaca de civil y confundirme con esa masa sufriente y sudorosa que elabora la grandeza de la Patria.
Con esto doy un abrazo final a esa Institución que es el puntal de la Patria: el Ejército. Y doy también el primer abrazo a esta masa grandiosa que representa la síntesis de un sentimiento que había muerto en la República: la verdadera civilidad del pueblo argentino. Este pueblo, que es el pueblo sufriente que representa el dolor de la tierra madre que hemos de reivindicar...
(En esos momentos la muchedumbre preguntaba a coro: "¿Dónde estuvo?, ¿Dónde estuvo? ...)
Este es el pueblo de la Patria. Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Congreso que se respetara su voluntad y sus derechos. Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal, porque no hay perfidia ni maldad humanas que puedan someterlo. Grandioso en sentimiento y en número. Esta es la verdadera fiesta de la democracia representada por un pueblo que viene ahora también a pedir a sus funcionarios que cumplan con su deber: amparar el derecho del verdadero pueblo.
Otras veces, muchas veces, he asistido a reuniones de trabajadores y siempre he sentido una enorme satisfacción, pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria.
Hace dos años, personas que eran de mi confianza me dijeron muchas veces que ese pueblo, al que yo sacrificaba mis horas de día y de noche, habría de traicionarme...
("¡Nunca! ¡Nunca!!")
Que sepan hoy los indignos farsantes que ese pueblo no engaña al que no lo traiciona. Por eso, señores, quiero en esta oportunidad como simple ciudadano, mezclado en esta masa sudorosa, estrecharlos profundamente contra mi corazón como lo podría hacer con mi madre. Que sea esta hora histórica cara a la República y que cree un vínculo de unión que haga indestructible la hermandad entre el pueblo, el ejército y la policía. Que sea esta unión eterna e infinita para que nuestro pueblo no solamente posea la felicidad, sino que también sea digno de comprenderla.
Esa unidad la sentimos los verdaderos patriotas, porque amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos. Que esa unidad se afiance en la felicidad futura amalgamándose en un estrato formidable de este pueblo que al mostrarse hoy en esta plaza en número que pasa del medio millón, está indicando al mundo su grandeza espiritual.
("¿Dónde estuvo? ¿Dónde estuvo?").
Preguntan ustedes dónde estuve. Estuve realizando un sacrificio que lo haría mil veces por ustedes. No quiero terminar sin enviar un recuerdo cariñoso y fraternal a nuestros hermanos del interior que se mueven y palpitan al unísono con nuestros corazones en todas las extensiones de la patria. A ellos, que representan el dolor de esta tierra, vaya nuestro cariño y nuestro recuerdo y la seguridad de que en lo futuro hemos de trabajar a sol y a sombra, porque sean un poco menos desgraciados y puedan disfrutar mejor de la vida.
("¿Dónde estuvo? ¿Dónde estuvo?").
Y ahora, como siempre, el deseo de vuestro secretario de Trabajo y Previsión, que fue y ha luchado al lado vuestro por ver coronada esa obra que es la ambición de mi vida, la expresión de un hondo anhelo: que todos los trabajadores sean un poquito más felices. Esta hora es, además, la hora del consejo, con mi corazón tan abierto como puede presentarse a lo que uno tanto quiere, se los doy con todo mi pensamiento...
(La multitud insiste: "¿Dónde estuvo? ¿Dónde estuvo?").
Señores: ante tanta insistencia, les pido que no me pregunten ni recuerden cuestiones que yo ya he olvidado. Porque los hombres que no son capaces de olvidar, no merecen ser queridos ni respetados por sus semejantes, y yo aspiro a ser querido por ustedes. Y no quiero empañar este acto con un mal recuerdo.
Dije que había llegado el momento del consejo. Recuerden, trabajadores: únanse, sean hoy más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en esta hermosa Patria la unidad de todos los argentinos. 
Iremos diariamente incorporando a esta hermosa masa en movimiento a cada uno de los díscolos o descontentos, para que, mezclados a nosotros, se confundan con esa masa hermosa y patriota que constituyen ustedes. Pido también a todos los trabajadores amigos que reciban con cariño este inmenso agradecimiento por las preocupaciones que han tenido por este humilde hombre que habla. Por eso hace poco les dije que los abrazaba, como abrazaría a mí madre, porque ustedes habrán tenido los mismos pensamientos y los mismos dolores que mi pobre madre habrá sufrido en estos días.
Desde ahora los días que vengan serán de paz y de construcción para la Nación, transcurridos en la tranquilidad que ustedes siempre han esperado para lograr unas mejoras que nunca llegaban. Esperemos con fe en el porvenir y esperemos que se encamine la nave del Estado hacia los destinos a que aspiramos todos nosotros, simples ciudadanos a su servicio.
Sé que se habían anunciado movimientos obreros. Ya, desde este momento, no existe ninguna causa para esto; por eso les pido como un hermano mayor que retornen tranquilos a su trabajo. Y por esta única vez, ya que nunca lo pude decir como Secretario de Trabajo y Previsión. (La multitud insiste en hacer el paro) ... les pido que realicen el día del paro festejando (grandes ovaciones) la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo, que son la esperanza más pura y más cara de la Patria.
Y he dejado deliberadamente para lo último, recomendarles que al abandonar esta magnífica asamblea lo hagan con mucho cuidado. Recuerden que entre ustedes hay muchas mujeres que, obreras, han de ser protegidas aquí y en la vida por los mismos obreros. Y, finalmente, recuerden que estoy un poco enfermo y fatigado, y les pido que recuerden que necesito un descanso que me tomaré en el Chubut para reponer fuerzas y volver a luchar, codo con codo con ustedes, hasta quedar exhausto si es preciso."
(Era casi la medianoche: Nadie podía aún saber que allí acababa de abrirse un importante ciclo para la historia político-institucional argentina).


Factor fundamental: Evita
El país se detuvo junto con el corazón de Evita, aquel terrible día de 1952. La abanderada de tos humildes pasó a la inmortalidad y en todos los rincones de la Patria el Pueblo lloró su muerte física. La reacción comenzó a conspirar y 3 años después robaría y haría desaparecer su cadáver. 

EVA PERÓN nació el 22 de enero de 1944. Sí, aunque María Eva Duarte ya tenía, para entonces, 24 años de edad, pues vio la vida el 7 de mayo de 1919 en Junín. Porque aquella noche del 44, la actriz era presentada al entonces secretario de Trabajo y Previsión, coronel Juan Domingo Perón. Fue en el Luna Park, en ocasión de realizarse un gigantesco acto de aporte popular para la reconstrucción de San Juan, destruida por un terremoto el día 15 de ese mismo mes.
Evita, a través de su acción en favor de los humildes, se había convertido en auténtica y sincera admiradora de Perón, y esa noche le pidió a un amigo común que los presentara. Al conjuro de una amistad que no tardó en convertirse en amor, amor casi sagrado, la joven surgió al plano mayor de la política argentina.
Poco tiempo después Evita tenía su propio despacho en la Secretaría de Trabajo, realizando una labor agotadora. Lo hacía con fe, con autenticidad, segura de realizar todo lo que hubiera deseado ver mucho antes ... Porque Evita llegó a la Capital Federal llena de ilusiones e inquietudes, siendo una jovencita. La juninense no tuvo mucho tiempo para darse cuenta de cuan difícil es para una muchacha desenvolverse y evolucionar en un medio como el de las grandes ciudades.
Evita había visto sufrir a los humildes. Vivió de muy cerca su drama y en su joven mente se preguntó una y mil veces por qué no existía la justicia social, por qué unos tenían tanto y otros nada. Llegó hasta a dudar de la Justicia Divina, comprendiendo que la otra, la justicia simbolizada por una mujer con una venda en los ojos, no "era ciega", sino simplemente "ciega a los derechos de los pobres" ...
• EL GRAN RUMBO
Cuando se produjeron los dramáticos episodios de octubre del 45, Evita y Perón contrajeron matrimonio en forma secreta. Al ser exaltado el día 17 como líder, caudillo, estandarte de los trabajadores, Perón ya tenía a su lado, como esposa y propulsora social, a Evita. A "la compañera Evita", como la llamarían en adelante los obreros.
La extraordinaria mujer pudo ser la Primera Dama del Mundo en cuanto a lucimiento y goce de los bienes humanos: Pero no, en plena juventud, dueña de una belleza y elegancia que deslumbraron a los más poderosos del planeta, prefirió el oscuro rincón del Concejo Deliberante, donde se dio a la inmensa tarea de mitigar sufrimientos y dolores. Evita, se dijo muchas veces, "se quemaba los ojos" a través de jornadas de 14 y hasta 20 horas de labor plena, de nerviosismo, de atención de delegaciones y provisión de soluciones a los más intrincados problemas. Lo que se iba quemando no eran solamente sus ojos, sino su vida ...
Vivió poco, pero intensamente. Sólo 7 años tuvo para hacer cuanto hizo. Quizás sabía que el tiempo le estaba corriendo una trágica carrera y por eso trabajó tan febrilmente, como tratando de llegar a las metas antes que la muerte.
Fue un muro de contención para Perón. Allí donde el líder encontraba problemas aparentemente insolubles, Evita encontraba la salida, la meta deseada. Con la Fundación de Ayuda Social se abrieron compuertas de colaboración hacia todos los rincones del mundo. Particularmente de la Patria. Se convirtió, con el aporte de los trabajadores y contra la incomprensión de los ricos, en la vía de solución para los más variados problemas. Desde allí se facilitaban los medicamentos para salvar vidas, incluso los que había que hacer traer de los más distantes puntos de la Tierra. Desde allí se proveían ocupaciones para los desocupados, se mitigaban heridas físicas y morales, se reponía el imperio del derecho y la justicia cuando había focos de despotismo e injusticia. Perón pudo dedicarse a gobernar como estadista, sabiendo que su formidable política social se prolongaba a través de la compañera Evita, su "más humilde colaboradora", como ella misma solía auto-calificarse.
Cuando en la plenitud de la vida, allá por 1952, la terrible enfermedad llegó al límite y le dio descanso para siempre, Evita había concretado una obra que ni los más reaccionarios gobiernos entronizados posteriormente pudieron quebrar.
Evita, la que recibió todas las bofetadas y las culpas y la que fue vilipendiada injustamente, pero seguramente ya en vías de la reivindicación histórica, resultó factor prioridad uno en el Peronismo. Por eso, para esclarecer cualquier aspecto de la vida y la acción de Perón, necesariamente hay que hablar de Evita, la que en su avasallador trabajo cometió, sí, errores y hasta injusticias, quizás enceguecida alguna vez por el odio que le deparaban desde el barrio norte, pero que levantó montañas de bien, de obras, de amor a Perón y a su Pueblo.
Eva Perón fue más que la Jefa Espiritual de la Nación, que la vicepresidente que no quiso ser, que la Abanderada de los Trabajadores y que la Compañera Evita. Eva Perón fue parte de la personalidad de Perón y por lo tanto, carne y espíritu del Peronismo, de su obra y de su trayectoria como símbolo nacional.

PERÓN JUNTO AL DEPORTE
NUNCA como en la década Peronista alcanzó el deporte argentino tan importantes galardones. Desde el gobierno se apoyó la práctica y desarrollo de las actividades físicas tanto como las mentales, formándose generaciones de auténticos campeones. Se ayudó a los que tenían condiciones para dirimir en el resto del mundo y así surgieron fenómenos como Pascualito Pérez, Delfo Cabrera, Gorno y muchos otros. No puede olvidarse el caso Juan Manuel Fangio, único en todos los tiempos y todas las latitudes. Perón le dio todo lo que necesitó y Tito Vázquez Gamboa (Suixtil) hizo el resto. El "chueco", al caer Perón, dijo que lo que había logrado fue "por su propio esfuerzo", pero todos sabían y saben que la verdad era que sin ayuda oficial, nada podía conseguirse por esos tiempos. Ahora, claro, es más fácil ir a buscar títulos, con el camino abierto y las experiencias tenidas.
También Perón creó la Unión de Estudiantes Secundarios. La famosa U.E.S., con sus ramas Femenina y Masculina e instalaciones fabulosas para practicar todos los deportes. Grandes campeones de hoy surgieron de allí, pese a cuanto se ha difamado respecto de su desenvolvimiento.
En definitiva, Perón estuvo junto al deporte, que es popular. Porque Perón fue y es específicamente popular.

PERÓN DEPORTISTA
PERON apoyó todas las disciplinas del deporte, en el orden nacional, porque durante su permanencia en Europa, particularmente en Alemania, pudo comprobar la influencia que tiene para la felicidad de los pueblos y también para su desarrollo físico en el paralelo con el curso de la mente. Y además, porque Perón fue, personalmente, un deportista de auténtica vocación.
La múltiple actividad que desarrolló en las filas del Ejército y en las diversas misiones que le tocó cumplir, no fueron obstáculo para que practicara varias actividades físicas: fue excelente jinete, basquetbolista, nadador, tenisman, esgrimista, boxeador y esquiador. En todos los casos, se destacó y obtuvo galardones significativos. Asimismo, tuvo una predilección por caminar y hasta hoy es una costumbre cotidiana que no abandona. Siempre dijo que una hora de "estirar las piernas" cada mañana es darle salud y fortaleza al cuerpo, a la vez que prodigarle "oxígeno" al cerebro.
Como auténtico deportista, reclamó permanentemente "juego limpio" y se consagró en todos los casos como un digno ganador o un feliz perdedor, sin quejarse ni malhumorarse jamás por la suerte adversa o un "mal día". Perón-deportista fue una faz importante y un ejemplo positivo que las masas supieron apreciar y no olvidar en su líder.

LA MÚLTIPLE ACTIVIDAD
DEL AUTENTICO CONDUCTOR
SER gobernante de escritorio no es difícil. Hay muchos que lo practican y hasta ganan prestigio de "realizadores". Se atienen a sus colaboradores o al "saber esperar". Perón era un ejecutor en todo el sentido de la palabra. Un realizador que no se conformaba con la función de "conducir" al país desde el alto estrado de presidente. Recibía delegaciones de toda la actividad nacional, interiorizándose de sus problemas y habiéndoles en el mismo "idioma", es decir, con el tecnicismo de cada especialidad, como si fuera uno de ellos. Tenía esa habilidad: la de aprender cada caso como si fuera propio y a ello se agregaba la gran elocuencia que posee como don natural y la convicción de quien sabe que lo que está diciendo es cierto, no una promesa ni una anécdota. Perón fue. como lo llamaba la masa trabajadora, el conductor, pero sobre todo, el ejecutor de cada obra, porque caua oüra tenia la previa consulta personal de los organismos técnicos pertinentes. En esta serie de notas gráficas puede vérselo en las más diversas funciones, a través de un despliegue múltiple al servicio de su función de gobernante excepcional.


NUNCA ABANDONÓ EL PODER, SU EXILIO ES SOLAMENTE CORPORAL
A CASI 16 AÑOS DE SU DESTIERRO, PERÓN SIGUIÓ Y SIGUE CON LA VIGENCIA DE LAS ÉPOCAS DE SU GOBIERNO. DEAMBULÓ POR VARIOS PAÍSES Y SE RADICÓ EN ESPAÑA, PERO EN REALIDAD, PERMANECIÓ SIEMPRE PRESENTE EN SU PATRIA SIN ABANDONAR NUNCA "EL PODER".

DESPUÉS de casi 16 años de destierro, Juan Domingo Perón sigue siendo factor político de primera magnitud en el panorama argentino. Su exilio comenzó al asilarse en la embajada paraguaya, después de haberse leído su renuncia por intermedio del general Franklin Lucero. De allí pasó a la famosa cañonera y siguió su deambular hacia Asunción, Panamá, Caracas, Ciudad Trujillo, Sevilla y Madrid. En la madre patria se encuentra desde hace más de una década, siendo oportuno recordar que allí, finalmente, se instaló en la quinta "17 de Octubre", del clásico barrio madrileño Puerta de Hierro.
El proceso previo al exilio propiamente dicho de Perón se extendió desde el 16 de setiembre, fecha de la Revolución Libertadora que encabezó el general Lonardi y el 2 de octubre de 1955, día en que, a las 13.10, levantó vuelo el avión Catalina T-29 de la marina paraguaya, rumbo a Asunción, llevando a bordo al ex presidente argentino. Atrás quedaba un nuevo ciclo político, pero también una meta fijada por millones de argentinos: el retorno del líder.
Muchos fueron los viajeros que salieron en busca de los mensajes del jefe del Movimiento Peronista. Se formaron comisiones, Juntas y Consejos, pero siempre estuvo todo lo relacionado con la acción justicialista, centralizado en Perón. Mientras sus opositores realizaban toda clase de especulaciones y se atribuían la gran HERENCIA, ésta permanecía fiel al exiliado. Hubo conatos electorales con opciones y las urnas respondieron con un "blanqueo" impresionante —votos en blanco—, o con el triunfo de "candidatos imposibles" hacia los cuales se volcaba la "orden" dada por Perón. La situación era urticante para los sucesivos gobiernos que no pudieron entender semejante vigencia. Entre los que abandonaron el país por Perón, hubo asesinos contratados. Se atentó contra la vida de Perón, sin que se alcanzara el trágico designio. Y continuó moviéndose la política argentina en torno de la casi siempre silenciosa actividad de Perón en el exterior.
En estos tres lustros han habido varios presidentes: Lonardi, Aramburu, Frondizi, Guido, lllia, Onganía, Levingston y Lanusse. Un verdadero récord. Cuando se permitió votar al peronismo por el peronismo, ganó espectacularmente. Tanto que una de las elecciones, en época frondizista —Frondizi subió por el voto opcional del peronismo, tras un pacto que según el Peronismo, aquél no cumplió—, debió ser anulada para evitar que el poder del hombre-fuerte exiliado no volviera a ser como antes del 55 . . .
Se modificó la Constitución varias veces. La primera fue para derogar la del 49 (peronista). La última para establecer la ley electoral proporcional, como una manera de debilitar el poder peronista en las urnas. No obstante, el Justicialismo volvió a imperar en las Cámaras en el último gobierno electo por el Pueblo —en otra opción del Peronismo al que no se le permitió candidato al Ejecutivo—, lo que significó irritación en las Fuerzas Armadas y caldo de cultivo para otro golpe revolucionario.
En Europa, Perón, mientras tanto, continuaba su vida juvenil, pese a su avanzada edad, junto a Isabel Martínez, su tercera esposa —enviudó muy joven tras su enlace en 1928 con María Tizón, una buena muchacha y excelente concertista de guitarra—, y los perritos que siempre fueron su debilidad. Allí lo acompañó durante un tiempo Américo Barrios —Luis María Albamonte, escritor, periodista, "un argentino que siente y sabe decir lo que siente"—, quien volvería al país y sería nombrado por Héctor Ricardo García como redactor y posteriormente como director de la edición matutina del diario "Crónica", para volver a sus charlas radiales que terminan desde aquellos tiempos de Perón con el famoso "¿no le parece?"
Hubo otros secretarios del ex presidente, así como "delegados". El Peronismo seguía funcionando, funcionó siempre, pero hasta 1964 debió hacerlo en la clandestinidad. Estaba prohibido todo lo que tuviera vinculación con Perón. Ni mencionarlo era lícito para la ley 4161 dictada por los "libertadores" a poco de instalarse en el gobierno en 1955 y gritar que en esa Revolución no había "ni vencedores, ni vencidos".
Actualmente su secretario, que lo acompaña permanentemente, es López Rega, y su delegado en la Argentina, Jorge Paladino. Siempre se tejieron toda clase de conjeturas respecto de la fuente de recursos del ex presidente. Se dijo que los negocios del famoso financista peronista Jorge Antonio dejaban dividendos que eran de Perón; también que al abandonar la Argentina tenía una fabulosa fortuna congelada en Suiza; que debía vivir del producto de sus libros; que recibía aportes de entidades peronistas o colectas de adictos ricos; en fin, que nunca pudo afirmarse y demostrarse cuánto es el presupuesto que reclama su subsistencia en Puerta de Hierro, ni de dónde se obtienen los fondos correspondientes.
Pero ello no afecta a ningún peronista. Fueron tantas las calumnias y los "inventos" que se lanzaron a rodar después de su caída, que la realidad jamás podría ser sorprendente y en todo caso, en los sucesivos gobiernos de los últimos 16 años hubo tantos "financistas" enriquecidos a enésimas potencias millonarias, que no habría un solo peronista que se ofendiera por la más audaz de las acusaciones sobre la presunta fortuna de Perón. En definitiva, para los peronistas siempre será poco todo cuanto pudiera haber cosechado para su felicidad el general Perón.
También visitaron al ex mandatario numerosos argentinos de las más diversas actividades. Periodistas, ex gobernantes, financistas, empresarios, dirigentes gremiales y deportistas. En las épocas duras de la "libertadora" era "peligroso" visitar a Perón. Si se llegaba a saber
en nuestro país, se adoptaban "represalias". Un jugador de fútbol debió "exiliarse" en el Uruguay, donde terminó su carrera porque cuando se supo que había estado con Perón en España, de paso en una gira que hizo con un equipo argentino, quedó completamente "desahuciado". Antes ya se había "decapitado" a todos los campeones peronistas. Los famosos esgrimistas Galimi, la tenista Nelly Terán de Weiss, el golfista Roberto De Vicenzo, Pascualito Pérez, Antonio Abertondo y una lista interminable en las distintas disciplinas deportivas. Las hermanas Budding, extraordinarias jugadoras de tenis, hijas del que fue profesor de esa especialidad en la U.E.S., emigraron a Alemania y se nacionalizaron en ese país, para el que conquistaron importantes galardones, lo mismo que hacía De Vicenzo en México . . .
Y Perón y el "retorno" continuaban cada vez con mayor vigencia. Las nuevas generaciones, además, comenzaban a comprender que vivían en una larga etapa de "revanchismo político" y ante las obras peronistas que no pudieron distrufrse, además de la fantástica legislación peronista que nadie puede negar porque actúa en los distintos órdenes de la actividad nacional, se sintieron atraídas por el hombre que, a miles de kilómetros de distancia, se mantenía como el "intocable" de la política argentina. Lejos de disminuir, el peronismo crecía cada día.
Es que Perón, como ya lo hemos dicho, nunca fue derrotado, nunca se fue del país, jamás abandonó el poder. Los argentinos, que creen en las mayorías y de alguna manera las respetan, siguen pendientes de su línea y de su pensamiento. Perón se prolongó a través de millones de compatriotas y de miles de obras que configuran SU OBRA. Y SU OBRA no está en el exilio, sino que palpita en una existencia palpable para todos los que están o pasan por la Argentina.

Después del 55
Paraguay, Panamá, Caracas, Trujillo, España y un intento frustrado de retorno en 1964, marcan un itinerario fuera de la Patria que recorrió el ex-presidente Perón siempre junto al respeto y admiración de gobernantes y pueblos de otros países. Mientras el odio lo señalaba como el "déspota", "dictador sangriento", "tirano prófugo", etc., desde las asonadas de su propia Patria, su Pueblo y todos en el mundo, lo trataban con la máxima consideración. El tiempo ha venido demostrándolo y ahora, 1971, lo exalta hacia el nivel que supo ganar, entre los grandes.

También hasta el 43, consagrado a la patria
AQUELLA mañana del 8 de octubre de 1895 nacía en Lobos el hombre que habría de revolucionar el siglo 20 argentino, 50 años después. Otra cosa sería hoy la Patria si la Providencia no hubiera esperado tanto para producir a Juan Domingo Perón o, cualquiera fuera el nombre, al ciudadano capaz de haber adelantado sus realizaciones. Pero atengámonos a los hechos:
En 1900, Perón y sus padres se trasladaron a Río Gallegos, Santa Cruz, y 5 años después hicieron lo propio rumbo a la Capital Federal. Completados sus estudios primarios e iniciada la etapa secundaría, antes de cumplir los 16 años Perón ingresó al Colegio Militar de la Nación, egresando como subteniente de infantería el 13 de diciembre de 1913, cuando acababa de cumplir apenas 18 años de edad. Militó en el Regimiento 12 y en el D.M. 58, donde el 31 de diciembre de 1915 obtuvo el grado de teniente.
El 18 de octubre de 1917 ingresó en la Campaña del Destacamento de Arsenal Esteban De Luca, como ayudante del jefe de unidad. Al ser promovido a teniente 1º, el 31 de diciembre de 1919, pasó a la Escuela de Suboficiales "Sargento Cabra!", dedicándose intensivamente al estudio, práctica y fomento de la cultura física y el deporte, organizando cursos de los que surgieron sobresalientes instructores.
Ascendió a capitán a fines del 24 y el 15 de abril del 25 ingresó a la Escuela Superior de Guerra. Cumplido el alto ciclo, realizó diversos viajes de estudio y obtuvo el diploma de Oficial de Estado Mayor. En la división Operaciones revistó hasta setiembre de 1929, pasando al Ministerio de Guerra, siendo designado profesor de Historia Militar de la Escuela Superior de Guerra. En 1932 el titular de Guerra, general Manuel Rodríguez, lo nombró ayudante de campo manteniendo su cátedra. Editó en esa época su libro "El Frente Oriental de la Guerra Mundial de 1914, Estudios Estratégicos". Se especializó minuciosamente en doctrina de la conducción y la historia de guerra, editando "Apuntes de Historia Militar, Teoría", y al año siguiente, "Guerra Ruso-Japonesa" en 3 tomos. Poco después publicó "Las Operaciones Militares de 1870", 2 tomos, y desde entonces se dedicó a preparar una obra histórico-militar que no alcanzó a editar. Su investigación, sin embargo, se había basado en el Libertador general San Martín.
Estaba en la embajada de Chile, cuando recibió su ascenso a teniente coronel, a fines del 36. Tras dos años regresó al país y se reintegró a la división Operaciones del Estado Mayor General del Ejército. Durante la década que fue profesor formó una generación de oficiales. Hasta Pedro Eugenio Aramburu, que intentó ser su verdugo en la política (murió en uno de los operativos más complejos de los últimos tiempos), fue alumno suyo. En el exilio, Perón diría: "No me lucí, por cierto".
Respecto de la revolución del 30, Perón explicó: "Sucede en las revoluciones que un 20 por ciento está a favor, un 20 por ciento en contra y un 60 por ciento con el que gana: éstos son los profesionales". El tiempo lo confirmaría en su propio caso...
Desde el 36 comenzó su gran experiencia política: estuvo en Italia con Mussolini, en Turín y Milán; 6 meses en España, tras la guerra civil, y conoció "la realidad española como si la hubiera parido" (textual de palabras de Perón). También vio de cerca la Alemania casi aliada de Rusia y estuvo 3 meses en Portugal, foco europeo del espionaje internacional.
Cuando regresó al país lo llegaron a señalar como comunista y lo mandaron a Mendoza como director del Centro de Instrucción de Montaña donde, en 8 meses de estada, supo de la existencia del G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos), fuerza que se decía capaz de tomar el gobierno nacional en 24 horas. Le pidieron su ingreso, para evitar el contubernio que encabezaría Robustiano Patrón Costas con otro fraude político. Lo pensó y aceptó.
Así comenzó la Revolución que encabezó Rawson (24 horas) y copó Ramírez, para finalmente quedar en las manos del general Farrell. Aquello fue en 1943 y de ahí en más, el secretario del Ministerio de Guerra, secretario y ministro de Trabajo, dependiendo directamente de la Presidencia, ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación, pasó a ser el más importante hombre público de la Argentina en el siglo 20. En sólo 26 meses alcanzó el máximo, desde caudillo militar, hasta legislador social, en las más altas jerarquías. Y después... 

LOS QUE VINIERON
EN los últimos tres lustros —casi 16 años—, han habido en nuestro país 9 presidentes, solamente 3 de ellos constitucionales, es decir, elegidos por el Pueblo. Los otros fueron impuestos por las Fuerzas Armadas mediante revoluciones, revueltas o simples golpes de Estado. Perón, Frondizi e lllia surgieron de comicios y Lonardi, Aramburu, Guido, Levingston, Onganía y Lanusse de la razón de la fuerza.
¿Cuál es el saldo? ¿Paz, conciliación, convivencia, comunicación, trabajo?. .. ¡No! Solamente rencores, revanchismos, huelgas, terrorismo, carestía y sentimientos de encono de civiles y militares y policías. La violencia engendra violencia. Muertes. ¿Qué vendrá? ... 

EL RETORNO
NADA ha variado desde 1955. Apenas alejado Perón, el Pueblo comenzó a creer y a aguardar su retorno. Esa esperanza jamás se desvaneció y alimentó muchos hogares que volvieron a la miseria con los gobiernos posteriores a la revuelta del 55.
Cuando nacía el miércoles 2 de diciembre de 1964, en el aeropuerto de Barajas esperaban Framini, Vandor, Lascano, Iturbe y Delia Parodi para acompañar al líder en el primer intento de retorno. Perón llegó en una camioneta que paró junto al avión y ascendió al aparato. A las 7.40 carreteaba en El Galeao, donde 20 policías de civil y 10 soldados, fusil en mano rodearon la máquina, ascendiendo a la misma un funcionario del gobierno brasileño a hablar con Perón. 
El gobierno de Castello Branco había frustrado, por pedido del de Argentina, el retorno de Perón, cuyo destino en esa primera etapa proyectada, era Asunción del Paraguay, justamente la primera escala del exilio de Perón. El mundo estaba pendiente de esa gran aventura que demostró terminantemente, que la vocación de retorno de Perón nada tenía que ver con la fantaseosa declaración de los gobernantes de turno que siempre dijeron, y aún hoy, cuando se les preguntó sobre tal regreso: "Eso es cosa de Perón, no nuestra". Cuando él dio el primer paso, lo interceptaron. Por eso ahora exige garantías.

Nada sin Perón
La verdad que se ocultó a la juventud
Idolos Mundiales Nº6 $2

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