Revista Confirmado
07-05-1965 |
Cuando el diputado socialista Juan Carlos Coral comenzó su actividad
política en Buenos Aires, no podía menos de esperarse que, antes que
sus discursos o proyectos de leyes, llamaran la atención su melena
larga, bigotes de mosquetero, ropa negra y el lazo volador que usaba
por corbata. Nadie podía imaginar una imitación más perfecta de
Alfredo Palacios.
Su más reciente batalla la libró en los actos del sepelio de su
maestro político y físico. Después de las exequias, y de unos días
de descanso en una quinta donde cría conejos, tuvo fuerzas
suficientes para responder a un reportaje:
CONFIRMADO: ¿Qué sentido tiene la batalla del crucifijo durante el
velatorio de Palacios?
CORAL: El objetivo está a la vista. Acá se trata de ganar el "trofeo
Palacios".
P.: ¿En qué consiste ese trofeo?
R.: Quieren exhibirlo en una posición contradictoria con la prédica
de toda su vida. No les interesa salvar un alma, sino ganar un
trofeo.
P.: Pero, ¿por qué había tantos sacerdotes en el velatorio de un
líder laico?
R.: Fue todo orquestado, pero conseguimos desbaratarlo. Hubo un
programa fúnebre elaborado a puertas cerradas, de notables, y otro
espontáneo, de la multitud. Después de luchar contra la policía se
impuso el sentimiento popular. Ellos hubieran querido llevar el
féretro en un Cadillac y con escolta policial.
P.: Pero, ¿no estuvo usted alejado en los últimos tiempos de
Palacios?
R.: En absoluto.
P.: Algunos de sus allegados sostienen que en los últimos nueve
meses no vio una sola vez a Palacios, y que los familiares
impidieron su acceso a la clínica.
R.: Es una infamia organizada con propósitos turbios.
P.: ¿Cuáles?
R.: Conseguir , lo que no lograron en vida de Palacios: divorciarme
a mi del viejo luchador.
P.: Pero, ¿es cierto o no que usted ya no se entrevistaba con
Palacios?
R.: No. Ocurre que lo veía menos que antes.
P.: ¿Por qué?
R.: Resulta inaudito tener que dar pruebas de mi amistad con
Palacios, y no voy a entrar en ese terreno; no quiero rebajarme a
las discusiones domésticas. Lo que importa no es un discurso el día
de la muerte o quedarse con el trofeo de Palacios. En la lucha, en
las ideas, se verá quién es fiel a Palacios.
P.: ¿O en la vestimenta?
R.: ¿Qué quiere decir?
P.: Quiero decir, ¿qué tienen que ver las ideas de Palacios con el
hecho de vestirse como él?
R.: Nada tiene que ver.
P.: ¿Y por qué se viste como él?
R.: Me visto así desde que me puse los pantalones largos, cuando
jamás había visto a Palacios.
P.: ¿Nunca lo había visto?
R.: Yo vivía en Necochea y él estaba en Buenos Aires.
P.: Lo habrá visto en fotos.
R.: No, porque en la época de Perón, Palacios no salía fotografiado
en los diarios. Le repito que desde que me puse los pantalones
largos me visto así.
P.: ¿Y los bigotes y la melena?
R.: En el campo no son ninguna excentricidad.
P.: Pero usted vive en la ciudad.
R.: Ahora, paro me crié en el campo y vine a la ciudad con bigotes y
melena. Bueno, pero quiero terminar con este tema; como si tener
bigotes significara obligatoriamente que uno imita a Palacios. Yo le
hago bromas a Izzeta, diputado peronista. Le digo que él imita a
Palacios.
P.: ¿Tiene muchos contactos con el peronismo?
R.: Con la dirección y a nivel político, no. Con las bases, sí; en
las villas miseria y demás lugares a los cuales mi partido concurre
a difundir su doctrina.
P.: Su actitud hacia el peronismo, ¿no es más audaz que la de
Palacios?
R.: Audaz, no sé. Es menos anti. Yo no entré al socialismo hasta
1955, y antes no milité en organizaciones estudiantiles porque el
liberalismo antiperonista las cegaba y eran unilaterales.
P.: Entonces, ¿tiene usted contactos con el peronismo mayores que
los del resto de su partido?
R.: Con la dirección, no.
P.: ¿Por qué?
R.: Porque ésa no es la vía auténtica para darle a la clase
trabajadora la orientación doctrinaria y la conciencia de clase
indispensables para que cumpla su misión histórica.
P.: ¿Y qué contactos tiene para lograr eso?
R.: El único contacto que tengo es con la doctrina socialista.
P.: Eso es muy amplio. Socialistas se llaman a sí mismos Mao
Tse-tung y Américo Ghioldi.
R.: Vea mis proyectos en la Cámara. Son todos referidos a temas
específicamente socialistas.
P.: ¿Qué es un tema específicamente socialista?
R.: La Reforma Agraria, con la expropiación de los grandes
latifundios y la nacionalización de las tierras.
P.: ¿Qué más?
R.: Todos los vinculados con un desarrollo económico que nos saque
violentamente de los esquemas de la nueva división internacional del
trabajo. No..., mejor ponga drásticamente.
P.: ¿Por qué?
R.: Para que no se confunda lo de violencia con la violencia física.
P.: ¿Se opone a ella?
R.: La violencia no depende de nosotros; no necesitamos forzar la
realidad porque avanzamos en la dirección de la historia. Apelan a
la violencia quienes quieren detener la historia.
P.: ¿Fidel Castro, por ejemplo?
R.: No. El va en la dirección de la historia; él no desencadenó la
violencia. La contestó. La violencia está en Playa Girón, o en
Brasil, con un golpe ordenado por el Pentágono.
P.: Pero la respuesta de Castro fue violenta.
R.: Porque las puertas estaban cerradas.
P.: Y acá, ¿cómo están? ¿Abiertas, cerradas, acaso ligeramente
entornadas . . .?
R.: La democracia burguesa es la dictadura de la clase capitalista
sobre el proletariado. Mantiene las formalidades del derecho
mientras las fuerzas obreras son indefensas. Apelan al golpe militar
cuando los trabajadores pueden tomar el poder dentro de los
mecanismos de la propia democracia burguesa.
P.: Y las puertas, ¿cómo están?
R.: Cerradas.
P.: ¿Cómo se abren?
R.: Yo no me entreno en los polígonos de tiro ni en un campo
militar. Nosotros procuramos hacer consciente la misión histórica de
la clase obrera; que la mayor cantidad posible de trabajadores sepa
cuál es su ubicación en la sociedad y su misión histórica. Así se
logrará un cambio profundo, esencial, revolucionario.
P.: Si es así, ¿por qué Palacios estuvo contra Yrigoyen y Perón,
que, según las masas, fueron los dos líderes que habían orientado,
cambios profundos en la Argentina?
R.: Porque Palacios estaba muy cerca del socialismo utópico.
P.: ¿Y usted?
R.: Yo soy un socialista científico.
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Juan Carlos Coral |
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