Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Lucha de fronteras en Buenos Aires
Revista 7 Días
30 de noviembre de 1965

En General Paz y Libertador, se libra una batalla verbal entre policías municipales y vecinos de Vicente López, a causa de la mano única mantenida en la Capital y sin vigencia en la Provincia.

Todos los sábados, una lucha fronteriza sin armas y sin soldados se registra en la rotonda de avenida General Paz y Libertador, Los protagonistas son los policías municipales de la Capital ("Zorros grises") y los comerciantes y vecinos de Vicente López. La causa: una controvertida disposición que implanta la mano única (de norte a sur) en avenida del Libertador, los sábados, domingos y feriados, de 18 a 22.
Esta medida fue adoptada en 1962 como intento desesperado por encauzar el tránsito avasallador y desordenado que colma esa arteria los fines de semana (7.000 coches ingresan a la Capital en esas cuatro horas). Como antecedente, se citaron medidas similares adoptadas en otras grandes ciudades de Europa y Estados Unidos. Pero la dirección única perjudicó sensiblemente a los comercios, entidades deportivas y sociales de la zona. La Asociación Amigos de la Avenida Libertador, que cubre 10 km de la parte de esa arteria, movilizaba semanalmente unas 50 millones de pesos. Después de la medida aludida, esa cifra disminuyó en un 25 por ciento. El progresista desarrollo que había caracterizado a esa zona en los últimos años se veía seriamente amenazado. Por otra parte, la medida no fue complementada por un adecuado ordenamiento y vigilancia del tránsito, semáforos ubicados con criterio funcional, etc., transformando a Libertador en una verdadera "Pista negra", donde se registraron graves accidentes (10 muertes por mes) y violentas y peligrosas "picadas".
En octubre de este año, la Municipalidad de Vicente López inicia la subversión: bajo su jurisdicción, Libertador mantendría su doble mano, con excepción de los domingos, de 19 a 21. Poco después, las comunas de San Isidro, San Fernando y Tigre adhieren a la rebeldía. El intendente de Vicente López, José Burman, no acepta la acusación de que la medida obedeció a la presión de comerciantes perjudicados.
"He obrado —dice— con justo criterio, amparado por la Constitución Provincial, que me autoriza a planificar en materia de tránsito." No obstante, al titular de la Asociación de Comerciantes, Edmundo Dorna, sostiene que "lo más lamentable de todo este problema era que las autoridades comunales no se habían preocupado, durante casi cuatro años, de un aspecto fundamental para la vida de las distintas comunidades ubicadas sobre avenida Libertador".

La guerra de la rotonda
Lo cierto es que la lucha está dada, a pesar de la aparente moderación de las declaraciones de las autoridades municipales en conflicto. Una lucha que va más allá de posibles favoritismos o intereses comerciales, y tiene mucho del viejo resentimiento que divide a provinciales y porteños. Ante sucesos como éste, es que los habitantes del Gran Buenos Aires recuerdan que ellos también son "la provincia" y miran a la Capital como el tradicional monstruo omnipotente y devorador que sólo atiende a sus propios intereses. Por su parte, la Municipalidad de Buenos Aires, tal vez molesta por el rasgo de independencia de las comunas norteñas, agazapa todos los sábados sus huestes policiales en la avenida General Paz, para impedir a los automovilistas porteños ingresar a la provincia por Libertador. Los policías obligan a los conductores a subir hacia avenida Maipú, y los desolados comerciantes de Vicente López ven esfumarse sus clientes con irritada impotencia. Esta ira muchas veces estalla en agrios duelos verbales entre policías y vecinos de Vicente López, que matizan con sus invectivas las tardes sabatinas de la rotonda.
Al margen de esta disputa y de las mutuas acusaciones, lo cierto es que la comunidad reclama una solución a un complicado y riesgoso problema de tránsito, Y que, por su parte, los automovilistas no se resignan a ingresar a la provincia por avenida Maipú, diez cuadras más allá, cruzando barreras ferroviarias generalmente clausuradas. El ordenamiento del enmadejado tránsito, porteño es un problema agudo y creciente, que no se supera con medidas aisladas y cuya solución se hace cada vez más difícil ante la caprichosa geografía del plano de la Capital y Gran Buenos Aires, con barrios y ciudades que han crecido sin orden ni método, para no hablar de planificación urbana, Ahora es demasiado, tarde y sólo un plan integral de largo alcance y mucho costo podrá algún día hacer de Buenos Aires una ciudad transitable sin sobresaltos. Mientras tanto, debe tratarse de que las medidas que se adopten (siempre provisorias) contemplen los intereses generales y no afecten seriamente a ninguna zona en particular.
Hay sin embargo, un principio de solución. La reciente habilitación del puente Bancalari que obstruía la ruta Panamericana a la altura de esa localidad, puede llegar a resolver técnicamente el discutido problema de Avenida Libertador. "Creemos que ese puente —explicó el ingeniero Carrizo Rueda, de Vialidad Nacional, organismo que tuvo a su cargo la obra— permitirá a una gran parte del tránsito que regresa a la Capital Federal los fines de semana, desplazarse por la Panamericana, en forma rápida y ordenada, ya que se trata de una autopista.
No obstante este primer intento de solución, la guerra sabatina para este verano seguirá dándose en la rotonda que divide a la avenida Libertador en dos.

 

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Rotonda
La rotonda de Libertador: centro de la lucha fronteriza

Libertador y General Paz
Vicente López inició la batalla:¡no! a la mano única

Rotonda Gral. Paz y Libertador
Fuente: Ciudad de Buenos Aires

General Paz y Libertador 2009
La "rotonda" en 2009


 

 

 

 

 
Rotonda
la mano única perjudicó a una atractiva zona turística

 

 

 

 

 

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