Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


PROCESO A LA MADRE MARIA
Revista Siete Días Ilustrados
07.10.1968

Creyentes y detractores atribuyen a su mítica personalidad las más contradictorias influencias. A cuatro décadas de su muerte, continúa vigente entre miles de fieles seguidores su mensaje de fe, fuente de seguridad y consuelo. Opinan los científicos

¿Santa, continuadora de Jesucristo, simple curandera? El Caso de la Madre María se mueve en el tembladeral de las creencias populares y puede ser analizado desde diversos ángulos. Sus fieles la consideran la fundadora de una nueva religión cristiana; otros se limitan a definirla como "un alma caritativa"; un variado espectro de opiniones atribuyen a su casi mítica figura significaciones divergentes y a veces contradictorias. Lo cierto es que a cuatro décadas de su muerte la vigencia de su mensaje entre miles de seguidores justifica el estudio de un fenómeno en el que se mezclan la superstición y la fe.

"DIOS ES ARGENTINO"
"La exposición de la doctrina de la Madre María acerca del conocimiento de la Verdad de Dios, y más particularmente el dogma sobre los designios divinos en relación con la Humanidad, es en esta época (en la presente redención, como decía la Madre María) equivalente a la que expuso Nuestro Señor Jesucristo en su época: las diferencias no son conceptuales, ya que la verdad es una sola." Al definir la esencia de su fe, el doctor Francisco Bozzarello (h) —58 años, casado, un hijo, abogado de la Misión— recalca la continuidad entre el mensaje madre-mariano y las enseñanzas bíblicas, explicando las diferencias existentes por "el progreso alcanzado por el hombre en los últimos veinte siglos, a través de la ciencia, los sufrimientos y la obra de los pensadores". Entre las profecías de MM, el doctor Bozzarello destaca el anuncio, repetido en todas sus conferencias, de que está próximo el advenimiento del Mesías. "Los innumerables adeptos mantienen la convicción de que Jesucristo, o sea el Mesías anunciado —indica Bozzarello—, predicará en la República Argentina, tierra prometida, habiéndole correspondido iniciar la obra de Francisco Sierra (el santón Pancho Sierra), continuarla a la Madre María (como Madre de la Regeneración Humana) y concluirla a Jesús, que no será un Nuevo Señor Jesucristo, ya que según las enseñanzas de aquélla es el mismo espíritu en distintos cuerpos.

LA OPINION DE LA IGLESIA
Una de las características fundamentales del culto a MM es su convivencia con las religiones tradicionales (entre sus feligreses hay católicos, protestantes y aun judíos).
Es probable que tal circunstancia haya influido tanto en las relaciones cordiales con las iglesias tradicionales como en el reconocimiento oficial de la Misión de la Madre María por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Sin embargo, es común que sus seguidores actuales comparen las persecuciones policiales de que alguna vez fue objeto con el calvario de Cristo ("Decían que blasfemaba porque contrariaba a los doctores de la Iglesia; los actuales filisteos no quieren comprender que todo progresa", denuncia el doctor Bozzarello).
El padre Eduardo Vázquez, de la Basílica de Luján (a 75 kilómetros de Buenos Aires), se especializó en el estudio de la religión de la Madre María y tuvo asiduos contactos personales con sus apóstoles. Su opinión, que refleja el criterio predominante en la Iglesia Católica, es categórica: "Era una buena señora, muy caritativa, pero algunas de sus teorías (la de la trasmigración de las almas, el establecimiento de una jerarquía propia) la alejan definitivamente del catolicismo; muchos sostienen que forman parte de la religión católica porque permiten que la gente se bautice y se case por la iglesia, pero ello no es suficiente". En cuanto a las facultades terapéuticas de la prédica madremariana, el padre Vázquez optó por el sentido común: "Las curas se producen por obra de una especie de fe sugestiva que explica casi todos los milagros, incluso los católicos; también en la fuente de Lourdes la gente se cura por sugestión, salvo algunos casos excepcionales que la ciencia no ha podido explicar".

UN ENFOOUE CIENTIFICO
El doctor José Julio Castro (58 años, dos hijos) define así la actitud del culto a la Madre María con respecto a la medicina: "Como todas las religiones cristiano-negativistas, que se basan en la negación de la existencia de la enfermedad, afirma que es un fenómeno imaginativo, susceptible de ser eliminado mediante el firme propósito de conseguirlo con la fuerza de la fe, qua es la que realmente obra". Como miembro de la Organización Internacional de Erradicación de la Malaria y del departamento de Educación Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Castro recorrió casi tocios los países americanos y estuvo en contacto con diversas religiones unidas al catolicismo por un rasgo común: la adoración de Cristo. En Jamaica, Brasil y Colombia —por ejemplo— conoció cultos (emparentados con la secta norteamericana de la Christian Science) "capaces de crear en el individuo un estado de autosugestión profundo". "Como médico viejo y humano que soy —dice— creo que cada día que pasa la medicina se hace más psicosomática, y posiblemente mucho más psíquica que somática; la fuerza y el poder de la sugestión no pueden curar una enfermedad o un defecto orgánico, pero si pueden producir un alivio en los síntomas, de una intensidad tal que, a los ojos del enfermo, equivale a una curación. Por eso creo que la sugestión lograda por este tipo de religiones cura muchas enfermedades de origen nervioso y psíquico y elimina gran número de síntomas de otras. No creo en milagros, pero si en la fuerza extraordinaria de la sugestión: siempre que he investigado milagros me encontré en realidad con el poder de la sugestión."
El doctor Castro relató una curiosa historia, extrañamente paralela a la de la Madre María. El protagonista es mister Langwosthy, un adinerado coronel del ejército británico radicado en Torremolinos, Esparta. "Cuando yo tenia nueve años —recuerda Castro— me enseñó a jugar al tenis." Y prosigue: "Al morir su esposa atravesó por una crisis de misticismo que lo llevó a ver a Marie Backer Eddy (fundadora de la Christian Science). Volvió convertido a la nueva religión y se dedicó a repartir su fortuna entre los más necesitados; enseñaba oraciones que «curaban» enfermedades e infundían valor para enfrentar la vida. Muy pronto, miles y miles de campesinos y pescadores lo seguían a todos lados. Murió en 1922, y cuando hace pocos años estuve en España comprobé que algunos de sus seguidores —especialmente una vieja criada— llenaban constantemente de flores una especie de celda que servía de vivienda al legendario mister Langwosthy". —

LOS ESPIRITUS REENCARNADOS
"No es cierto que neguemos la existencia de la enfermedad —se defiende el doctor Bozzarello—; lo que ocurre es que la ciencia médica sólo atiende el cuerpo e ignora completamente al espíritu; la Madre María decía que el enfermo es el espíritu, que se manifiesta en la materia; por lo tanto no hay lugar en sus enseñanzas para los poderes de sugestión." Y abunda: "Cuando se sufre un defecto o una enfermedad orgánica, como enseñaba la Maestra, ello se debe no a una conformación ocurrida en el claustro materno o adquirida posteriormente, sino a que el espíritu no pudo purificarse cuando estaba en el espacio. Por eso es que la Madre María decía que si el sufrimiento es el que ha sido prometido ante Dios para expiar el padecimiento que hizo sufrir a otro, no hay ningún remedio para él, ni material ni espiritual; esta clase de dolor o enfermedad no es el que producen al reencarnarse en nosotros los espíritus que se han ido envueltos en el sufrimiento, la ignorancia y el vicio, precisamente los «espíritus inmundos» que Jesús quitaba de los cuerpos".

DIFERENCIAS
La Verdad de Dios, según la Madre María, es algo que acude naturalmente al Espíritu. No es, pues, la suya, religión de estudio, contrariamente a lo que ocurre con todas las demás. Las diferencias entre el culto de la Madre María y el católico romano (que profesan simultáneamente la mayoría de sus fieles) son numerosas: 1) en la religión madre mariana no existen cultos ni ritos (no hay misas, ni prosternaciones, ni objetos de adoración) salvo el de "pensar y desear siempre el bien y amar a los semejantes"; 2) el hombre (para MM) no necesita la Revelación Divina, ya que su corazón y su conciencia le bastan para convencerse de la existencia de un Ser superior; 3) según MM Dios no castiga a los malos, sino que ellos mismos se castigan; 4) como consecuencia de lo anterior, para MM no existe el perdón, puesto que nadie es llamado a redimir pecados; 5) para la religión católica Dios es espíritu porque no está compuesto de materia; para MM, "en el principio del Universo se unieron todas las esencias más inteligentes entre sí, y por su propia voluntad, formándose un espíritu único: Dios"; 6) la omnipotencia de Dios no fue aceptada por la Madre María sino con una aclaración: "Dios no puede como quiere; sin vosotros, no puede; pero con el tiempo todo lo puede"; 7) los madremarianos creen en la redención periódica de la Humanidad a través del advenimiento, cada 2.000 años, "del mismo y único Mesías, Cristo"; 8) la religión católica sostiene que Dios creó el mundo de la nada; la Madre María dijo que Dios lo creó con lo que encontró (esencias rústicas), aunque "la vida de Él es venida"; 9) para el catolicismo, el alma humana es una sustancia simple y espiritual; para MM sólo lo es "la esencia pura de Dios venida", que llegara a ser alma tras pasar por todas las ruedas de la vida y dejar en los sufrimientos ese lastre de rusticidad que llamaba "envoltura espiritual"; 10) contrariamente a la afirmación bíblica de que Adán y Eva fueron los primeros y únicos habitantes de la Tierra (después de los cuales sobrevino la posteridad humana), MM enseñaba que antes que ellos estaban formadas el hombre y la mujer (con las esencias rústicas existentes, o sea en la barbarie); Adán y Eva fueron para ella los primeros seres que por obra divina llegaron a la Pureza, perdida al comer de la fruta prohibida; 11) MM rechazaba la posibilidad de que de la nada, ni por la voluntad de Dios, puedan formarse alimentos, como afirman los evangelios al aludir al milagro de la multiplicación de los panes y los peces; en cambio, consideraba posible que el hombre de fe viviese de las esencias del aire ("el maná").

GENESIS DE LA RELIGION
Entre quienes consideran que Dios fue creado por el hombre —y no al revés, como sostienen las religiones— la explicación más detallada del origen psicológico de la fe pertenece al pensador austríaco Sigmund Freud (1856-1939), fundador y actor principalísimo de una corriente que revolucionó la cultura contemporánea: el psicoanálisis. Según Freud, las religiones "no son resultados de la experiencia, ni conclusiones del pensamiento, sino ilusiones, realizaciones de los deseos más antiguos, intensos y apremiantes de la Humanidad; el secreto de su fuerza está en la fuerza de estos deseos".
"La penosa sensación de impotencia experimentada en la niñez — explica en El porvenir de las religiones— fue lo que despertó la necesidad de protección amorosa, satisfecha en tal época por el padre; el descubrimiento de la persistencia de tal indefensión a través de toda la vida llevó al hombre a forjar la existencia de un padre inmortal mucho más poderoso. El gobierno bondadoso de la divina providencia mitiga el miedo a los peligros de la vida; la institución de un orden moral universal asegura la victoria final de la justicia, tan vulnerada dentro de la civilización humana, y la prolongación de la existencia terrenal en una vida futura amplía infinitamente los límites temporales y espaciales en los que han de cumplirse los deseos: bajo las premisas de este sistema se formulan respuestas a enigmas ante los cuales se estrella el humano deseo de saber. . ."

LOS MEDIADORES
"Proveedora de tranquilidad, seguridad y consuelo frente a los innumerables peligros externos e internos que acechan al hombre, la religión —explica la psicóloga Nora Sturm (29 años, casada, un hijo, ex miembro directivo del Departamento de Orientación Vocacional de la Universidad de Buenos Aires)— es un auxilio protector que responde, de alguna manera, a muchos problemas de la vida que resultan insolubles, y aun insondables, y para los cuales es muy difícil encontrar respuesta racional y científica; es, además, una reacción ante la conciencia de invalidez e impotencia frente a fuerzas desconocidas o superiores a la voluntad humana." La frecuente aparición, en todo culto religioso, de un Dios Padre, todopoderoso y omnisciente, y de una Madre, que hace de intermediadora entre el creyente y la autoridad paternal (despertando simultáneamente amor y temor) revela, según la psicóloga Sturm, "una evidente similitud con la situación experimentada en la infancia frente a las figuras paternas: el creyente puede compararse con el niño desvalido que encuentra protección, amor y seguridad en el padre, a quien también teme, y en la madre, que comprende, consuela e intercede ante el padre, como ocurre en toda sociedad de tipo patriarcal".
"También en todo culto aparecen los mediadores entre los seres humanos y la colosal e inalcanzable figura divina —agrega Nora Sturm—; deben ser seres humanos, ejemplares y capaces de comunicarse más o menos directamente con los fieles." En cuanto a las causas de creencias tales como la que rodea a la Madre María, la psicóloga Sturm señala el carácter impersonal de la vivencia religiosa en los cultos tradicionales muy desarrollados y organizados, en los que "el creyente se siente uno más entre muchos millones de fieles". Y subraya: "En cultos como el de la Madre María, los creyentes encuentran la posibilidad de experimentar más viva y directamente la fe; hay una mayor personalización, favorecida por la existencia de una mediadora asequible y humana ante el Dios todopoderoso e inalcanzable". Una razón de éxito tanto más eficaz cuanto que para los fieles madremarianos su culto no entra en contradicción con las principales enseñanzas y preceptos de las religiones tradicionales.

 

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