Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


INFORME ESPECIAL
EL PRINCIPIO DEL FIN
Revista Periscopio
16.06.1970

• El martes 2, a la medianoche, Mau Mau arrojó la boite por la ventana. Es que Julio Fraga, su irreductible portero, presentaba su primer libro —y quizás único— de "memorias del ruido" en Buenos Aires. Algunos hechos acontecieron: Oscar Natalio Bonavena, cigarro en mano, intentó cantar un tango, hasta que fue desalojado violentamente del micrófono. Jesús Hipólito Paz reflexionó en voz alta, cuando vio que a su alrededor se había nucleado gente con los oídos atentos: "Fraga no abre las puertas de Mau Mau, abre las puertas de la noche"; una frase demasiado pobre para un pretendido escritor. Más elegante es una queja de Eugenio Alemán que el propio Fraga trasplantó a su libro: "Cuando se tiene la plata para ser play boy, Fraguita, ya no se es boy". Entre los 1.300 concurrentes (Lavié y Pinky, Susana Giménez, Perfumo) sobresalió Gustavo Chopitea: inició un minishow de baile flamenco que levantó aplausos de admiración.

• Los salones del Club Sueco se conmovieron, el fin de semana, con dos insospechadas presencias: monseñor Ernesto Segura, Vicario Zonal del Arzobispo de Buenos Aires (maxisotana negra, ribetes de seda) y la modelo alemana UTE, estrenando body-stockings en colores visón, candie (sic) y negro. La explicación es que una conocida fábrica de medias ofrecía un cocktail con desfile de modelos. Era en honor de su productor publicitario, Gerónimo Buzzani, ganador del "San Gabriel 1970" que otorga la Comisión Episcopal para los medios de comunicación social, de la que Segura es miembro. Aunque la indumentaria del Arzobispo provocó comentarios, los grandes halagos los obtuvo la alemanita, al punto que el locutor que animaba el desfile debió especificar, a la segunda pasada de Ute: "Los zapatos, que los señores no vieron, son de Peruggia".

Revista Periscopio
16.06.1970

BAUTISMOS
UNA CALLE DA QUE HABLAR
"Por el griterío del zonzaje más que por el estruendo de la noticia, me enteré de las acertadas innovaciones toponímicas que con toda justicia y buena orientación usted ha hecho", le escribió Arturo Jauretche. Por el contrario, a La Prensa le parecieron honras a un "reo de lesa patria" (lo dijo apoyándose en una ley bonaerense de 1857); La Nación, más moderada, opinó: "Cuán impropio es".
El nombre de un tramo en una avenida de la ciudad bonaerense de Junín —la de Circunvalación— fue lo que produjo el alboroto: desde el 11 de mayo se llama "Comandante de Campaña Juan Manuel de Rosas"; es el segundo caso en el país
(El anterior fue en Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco), en marzo, 1964).
El inspirado ejecutor de la medida fue Juan Bava Bussalino, 34, un abogado recién casado que oficia de Intendente en el lugar; él defiende sus razones: "Mire —informó al cronista—, la cosa se decidió porque Rosas hizo la primera Campaña del Desierto, precursora de la conquista definitiva; además, ordenó fundar el fuerte Federación, que luego sería Junín. Aunque algunos dicen que en realidad fue "Bernardino Rivadavia, hay documentos que prueban lo contrario. No sólo eso: de su bolsillo pagó la primera iglesia, que se llamó San Ignacio, igual que la parroquia actual. En cuanto a su actuación posterior, nosotros no hablamos de ella en los fundamentos".
En la ciudad —252 kilómetros de la Capital Federal, 90 mil habitantes—, algunos no saben nada y otros arriesgan cautelosos comentarios. Los más, se muestran indiferentes.
El domingo pasado, Pedro Coppa, 80, "tomaba solcito" en la plaza principal. De vez en cuando, echaba una mirada al edificio nuevo del Banco de la Provincia, o a la estatua de San Martín.
—¿Rosas? ¿El que le decían el tirano? ¿Así que una calle lleva su nombre? Mire usted ... ¡Hay tantas ideologías! Pero si es la de afuera no sé por qué: ahí no hay casas. No necesita.
Un poco más joven —"setenta y pico"—, Pablo Cogorno, dirigente conservador que llegó a Comisionado Municipal en 1948 y a Diputado provincial en 1955, considera que la cuestión "replantea un asunto muy controvertido". "Mi posición es adversa." Después, abandonó sus reservas: "Lo que sé de Rosas me lo contaron en la escuela".
La Verdad, un matutino que edita la parroquia local, creyó el 3 de junio: "Esta ola revisionista no tiene nada de sincera". Y después: "Ningún héroe, reconocido o negado, debe servir de pedestal político para nadie". Así, le atribuyeron a Bava Bussalino intenciones personales. Los sindicatos juninenses, por su parte, se volcaron masivamente en favor de la iniciativa. En el despacho del Intendente se acumulan las cartas de apoyo, junto a un centenar del mismo tenor llegadas de todo el país. El gremio municipal fue más allá: decidió levantar un monolito de homenaje a Don Juan Manuel, cuya inauguración se postergó "para no embarullar más el asunto".
Nicolás Tribelli y Juan Carlos Vega, dos asalariados del Alcalde, daban, herramientas en mano, los últimos retoques al monumentito. "¿Que si estamos de acuerdo? —se sorprendió Tribelli—. Qué sé yo; en el gremio lo decidieron. Nos pidieron que ayudásemos y vinimos. No, a Rosas no lo conozco." Vega supuso: "Debe de estar bien, si nadie chilla. A mí no me importa mucho".
Por si acaso, la Municipalidad resolvió construirle a Julio Roca —el otro responsable del exterminio de los indígenas— un monolito; también dieron su nombre a la parte restante de la avenida. Además bautizaron —según usos y costumbres— a varias calles que lo necesitaban. En el pelotón —formado por Magaldi, Gardel y Lugones, entre otros— Rosas pasaría inadvertido, esperaban. No fue así. En cambio, nadie protesta porque una de las arterias se llama ahora Martiniano Chilavert, el unitario que luego sirvió a Rosas y descollara en Caseros, donde los vencedores lo ejecutaron.
Benito de Miguel, 26, un morrudo e inteligente estudiante de Ingeniería —su abuelo, por otra parte, fue un prócer local—, cree que la medida se justifica históricamente. "Quizás el momento no haya sido oportuno", duda. Sin embargo, no fue una decisión apresurada. Algunos chimenteros locales llegaron a decir que el bautismo contó con la bendición del ex Subsecretario del Interior, Darío Saráchaga.
Más allá de tantas sutilezas, Alfredo Amuchástegui, un taxista, se indignó al principio: "¡Ese Rosas fue un tirano!", memorizó. Después razonaba: "Claro, a lo mejor, bandido y todo, no era tan malo. ¿Se acuerda de Mate Cosido? Era un tipo bárbaro. Les daba con el caño a los ricos, pero ayudó a los pobres. Este debe haber sido igual".
"Junín está madura para estas cosas", pontifica José Clemente Marone, director de Promoción de la Comunidad. "Aquí —cuenta— hasta las maestras saben que la historia verdadera no es la que se enseña en las escuelas. Pregunte por ahí y se convencerá."
La opinión de Roberto Granato, 31, empleado: "Ya somos grandecitos —confió— para andar peleándonos porque si Rosas fue bueno o fue malo. Me parece que si nos ocupáramos de los problemas de ahora sería mejor". En su casa de la calle Urquiza, invitó al cronista a compartir una rueda de mate. Al atardecer, con las últimas luces se despidió: "Lo mejor es no hacerles caso".
34 • PERISCOPIO Nº 39 • 16/VI/70

 

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Fraga y Bonavena - Ute
Monolito a Rosas
Monolito a Rosas
 
Bava
Bava

 

 

 

 

 

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