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Misceláneas
El último de los plateros
El Reporter ESSO

 

Revista Periscopio
2 de diciembre de 1969

EL ULTIMO DE LOS PLATEROS
Vetusto y poco iluminado, el reducto subsiste. Nadie lo puede sospechar a pocos metros de la calle Libertad, ese nervio cotidiano donde se merca oro, joyas y relojes. Sin embargo, también los metales finos justifican la existencia de este otro emporio de pretales, espuelas, virolas, frenos y facones de plata y oro. Es un exclusivo escondrijo colmado de adornos gauchescos, y un charladero único, insólito.
Para asombrarse y descubrirlo hay que acertar con los escalones que en
Cangallo 1193 trepan hasta el taller-museo de Federico Oberti. Alto, canoso y ataviado con un delantal blanco sobre el que se vuelca un bohemio moño negro, Oberti aparece como un maestro. Y lo es. Así lo argumentan sus visitantes, clientes y amigos; una legión de ganaderos, coleccionistas, intelectuales, estudiantes y costumbristas que recalan allí por las tardes. No bien trasponen la veterana puerta, el tañido de un cencerro interrumpe la labor de Oberti. Enarca las cejas y saluda con una mirada interminable por encima de los anteojos. Abandona su fragua en tanto que la visita recorre las vitrinas abarrotadas de todo tipo de objetos camperos. No siempre se concreta una compra o surge un encargo. Pero es habitual que afloren las anécdotas y relatos añejos. Casi siempre el aporte
viene del anfitrión, un asiduo colaborador de los suplementos dominicales de La Prensa. Allí, Oberti —67, una hija— asentó sus temas predilectos, todos referidos al campo y sus costumbres, que además desgranó en media docena de publicaciones ya desaparecidas.
"Hace 35 años que estoy instalado en Buenos Aires, y 42 que ejerzo este oficio. Nací en los pagos de San Antonio de Areco. Don Segundo Sombra solía venir a comer a casa. Le gustaba la cocina italiana, especialmente los tallarines", se alegró Oberti la semana pasada. Esa amistad quedó de algún modo eternizada en un folleto que memora la figura de Don Segundo. La fotografía es exhibida con orgullo por Oberti, que, más joven, posa con el personaje de Güiraldes.

LOS CUATROCIENTOS MATES

No son las únicas joyas. Los curiosos pueden admirar vitrinas atestadas de mates de todas las formas, épocas y procedencias. Algunos tallados, otros protegidos por "buche de ave o envoltorios de criadillas".
"Son más de cuatrocientos", se jacta el orfebre sosteniendo una calabaza de porcelana con escudo argentino (curiosamente, fabricada en Alemania). Pocilios checoslovacos y finlandeses conviven con toda la gama de nacionales y hasta con un único ejemplar japonés.
Su dominio del tema desembocó en 'Historia y folklore del mate'. A esas 400 páginas hay que agregar otras 300 de 'El abigeato y las marcas de ganado desde los tiempos mitológicos hasta nuestros días', otro producto inédito tan minucioso que lo llevó a compilar 3 mil fichas de marcas diferentes. Algunas —las más añejas— persisten en tablillas que componen otra suerte de acopio: son las de Juan Manuel de Rosas, Justo José de Urquiza, Pedro Echagüe, José Hernández, entre otras.
Exceptuando algún prólogo, una esporádica colaboración —'Artesanías populares argentinas', de Eudeba—, o su labor periodística, los escritos del platero Oberti permanecen en originales. De seguir ese camino, su 'Historia y folklore del atuendo gauchesco' —otro de sus desvelos— permanecerá ignorada.
Saludable y de buen talante, acepta que el suyo es un oficio que se extingue irremediablemente: "Al desaparecer el hombre de a caballo, el trabajo mengua'". No es un lamento: "Me gusta el campo, la llanura. Nunca termina de fascinarme su imponencia".
40 • PERISCOPIO 11 • 2/XII/69

TELEVISIÓN
SIN LAGRIMAS Y CON HONORES
Con la emisión del 3 de enero último, un discreto anuncio del aún más sobrio Armando Repetto sorprendía a la desprevenida audiencia del Repórter Esso. No sólo por inesperada, la noticia de la finalización del ciclo originó un verdadero alud de llamados al Canal 11 que obligaron a difundir un retórico, solemne comunicado de prensa. Una información sin duda necesaria, que la siempre reconocida síntesis noticiosa del servicio cubrió esa noche sin nostálgicas, reblandecidas despedidas, y con la misma asepsia y objetividad que lo caracterizaron desde su aparición en marzo de 1963.
Después de algo más de 2.400 emisiones diarias de religiosa puntualidad (sólo menoscabada por la trasmisión en cadena de los mensajes presidenciales. y últimamente para cubrir los encuentros de fútbol del torneo de la Recopa), el equipo del Reporter Esso había acumulado cinco "Martín Fierro" de APTRA, además de un increíble número de distinciones de las entidades más dispares. Honores que llegaron a crear entre sus organizadores una suerte de culpa: en 1967, abrumados por los premios, las autoridades del Canal 11 voluntariamente decidieron no presentarse a las ternas, para permitir que otros servicios noticieros accedieran a la ansiada distinción anual.

LAS RAZONES
Días atrás, el abogado Christian Sorenson, a cargo de las Relaciones Públicas de Esso SAPA, en su refrigerada oficina de Diagonal Norte y Florida exponía a Periscopio los motivos de la desaparición: "El Reporter Esso estableció un criterio moderno de lo que debía ser un servicio de información a la comunidad. Hoy asistimos con orgullo a un verdadero boom de programaciones similares, que en alguna medida recibieron el ejemplo del Reporter. Cumplido el objetivo, el servicio no se resiente. Otros avisadores, otros noticieros abastecerán el mercado", propicia, conciliador.
Sin embargo, algo más de tres meses atrás, en esa misma oficina, la decisión había sido tomada cuando un comunicado del Canal 11 le notificaba la nueva programación para 1970. Un reajuste en el horario obligaba al Reporter a posponer en 15 minutos la salida al aire. "Para otro informativo que no tuviera la tradición del Reporter, con una slogan como 'a las 11 en el 11' el cambio no lo hubiera afectado mayormente", agrega Sorenson, para asegurar que no intentarán, por el momento, continuar o modificar el servicio desde otro Canal. "Digamos que todos los programas de televisión son cíclicos. Cumplen su cometido y desaparecen, para trasladar la energía a otra actividad. Todavía no sabemos cuál. Tenemos unos cuantos bochos trabajando en eso", concluye enigmática, cautamente.

TODO ESTA EN CALMA
Por el lado de Canal 11, la decisión parecería no afectarlos. Pedro Simoncini, su director general, casi con la misma benévola actitud de Leoncio, anuncia que la producción directa e integral de los tres servicios noticieros del Canal estará a cargo de Telerama. En cuanto al sponsorship de Teleonce Informa, destinado a reemplazar al Reporter en el nuevo horario de las 23.30. estará en manos de una variada participación publicitaria (las mal llamadas "tandas"). Tampoco, por ahora, se habría presentado ningún avisador interesado en auspiciar con exclusividad el nuevo noticiero.
A Luis Clur, director general de los noticiosos del 11 y uno de los primeros organizadores del Reporter Esso, la noticia no consiguió alterarlo demasiado. Su condición de veterano periodista lo acondiciona seguramente mejor al cambio de estructura que el nuevo horario y mayor duración del noticioso —de media hora— impondrán al servicio. "Contamos con el mismo equipo y con la exclusividad del material de United Press. No vemos por qué no podamos mantener el liderazgo", declara, convencido. La confianza se justifica: obra del equipo que dirige fue la memorable emisión de fin de año de Reporter Esso. Un prolongado paseo de dos horas y media por la década del 60 le permitió ofrecer un histórico racconto de los principales acontecimientos nacionales y extranjeros. Entre ellos, la patética muerte de un soldado biafrano y un mensaje de veinte segundos de Juan Perón en Madrid, única aparición del personaje en las pantallas desde los episodios de 1955 (ver fotogramas cedidos por el Canal). Audacias y hallazgos periodísticos como éstos insumieron una cuidadosa búsqueda en archivos, a la que se unió una excelente, nunca declinante compaginación, hasta el momento sin parangón en las pantallas argentinas, y que el equipo de noticieros del 11 se propone, incluso, mejorar.
PERISCOPIO Nº 18 • 20/1/70

 

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