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crónicas del siglo pasado

 

Mariano Ernesto Deira
La noche de los cabellos cortos


Revistero

 



Mariano E. Deira. Abogado y artista rapado por la policía. su querella no prosperó

 

En la primera semana de febrero de 1968, el artista plástico Mariano Ernesto Deira, además abogado, informó que iniciaría una querella criminal al comisario Evaristo Urricelqui, de la Policía Federal, por privación ilegítima de la libertad y vejámenes. ¿Qué había ocurrido? Deira, junto con su esposa y unos amigos, estaba en Embassy, una céntrica boite de Buenos Aires, cuando fue detenido por una comisión policial que lo remitió, junto con otros asistentes a ese lugar, al Departamento Central de Policía. Allí, todos los detenidos en averiguación de antecedentes, incluido Deira, padre de dos hijos, fueron rapados.
En La Razón del 4 de febrero, Deira contaba: "Desde el principio me trataron como a un delincuente 'Usted es un borracho', me espetó un oficial. Se equivoca, siempre tomo jugo de pomelo, le contesté. Después me llevaron ante un comisario. Este señor intentó darme una clase de moral y de estética, habló y habló de las sucias melenas de los jóvenes inconformistas y de su aspecto, y con énfasis expresó: 'Yo juzgo'. Como parecía esperar mi respuesta, le dije: 'No soy juez. Soy abogado, artista y un ciudadano que respeta al prójimo'. Cuando la lección del comisario terminó, me condujeron a un pasillo contiguo a las celdas. A varios chicos los interrogaba un presunto psiquiatra. Este señor, de gafas, casi fuera de sí. afirmaba: 'Los hippies son un cáncer social. La policía es el hacha que cortará ese cáncer' "
"Los chicos nada decían. Después nos hicieron sentar junto a las celdas y aparecieron dos peluqueros. A las risotadas, los policías formaron para presenciar el triste espectáculo. Pregunté por qué me iban a cortar el pelo si lo tenía corto. 'Porque las cárceles tienen que ser limpias y sanas, me respondió un oficial."
Deira contó, además, que le habían impedido hablar por teléfono con sus familiares, que el trato había sido vejatorio, y que llevaría el caso a la justicia. Lo hizo.
En primera instancia, el juez de instrucción, doctor Raúl De los Santos, ordenó la.
prisión preventiva del comisario Evaristo Urricelqui. El fallo fue apelado y el oficial de policía fue sobreseído. Esto se conocía en abril de 1970. Pocos recordaban el caso, el fallo del doctor De los Santos, pero se enteraban de la decisión de la Cámara de Apelaciones.
El juez consideró probados, en principio, los delitos de privación ilegítima de la libertad y el de vejámenes, en razón del corte de pelo al que se lo sometió.
Como el policía querellado sostuvo que el corte de pelo había sido ordenado por razones de higiene, el juez De los Santos opinaba: "ya ordenada en el expediente su libertad, no se advierte qué efecto beneficioso para la higiene de la sala donde había permanecido largas horas junto con otros detenidos, pudo tener el acorte de su pelo, pendiente su inmediato egreso."
El juez, por fin, descalifica las sospechas sobre la militancia política de Deira: "La presunta proclividad extremista de Deira no parece pasar del plano meramente especulativo, en un diletantismo propio de un sector de nuestros intelectuales, y de otra manera habría sido sometido al correspondiente proceso, en lugar de ponérsele en libertad."
Apelando el fallo que condenaba al comisario Urricelqui, la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional revocó la prisión preventiva del jefe policial y lo sobreseyó, además, de las imputaciones relativas a la comisión de delitos de falsedad de instrumento público y desacato, respecto de los cuales el comisario Urricelqui también fue sobreseído por el juez De los Santos.
El fallo fue suscripto por los doctores Jaime Prats Cardona, Ernesto Ure y Ovidio Fernández Alonso, quienes señalaron que el imputado —comisario Urricelqui— "no cometió delito por haber demorado el otorgamiento de-la libertad del querellante, ya que, según el comisario, se debió a que solicitó a la Dirección de Coordinación Federal los antecedentes Ideológicos de aquel (Deira) y que esto lo hizo sin exceder y ni siquiera agotar el lapso de 24 horas del cual dispone para mantener detenidas a las personas con el fin de identificarlas"
Sobre el vejamen del corte de pelo denunciado por Deira, el tribunal dejó esta opinión:
"No hubo una finalidad de humillar o el avieso designio de-afrentar con maltrato, pues, a todas luces, revela que respondió a una actitud docente, censurable como falta de mesura y atribuible a un exceso de celo moralizador equivocado, pero sin que denote ningún fin vejatorio en si misma."
Por fin, la Cámara sostuvo: "A muy distinta conclusión se arribaría si el corte del pelo hubiera sido ordenado al 'rape', o en forma que luego llamase la atención o pudiera prestarse a la burla, pero advierte, se trató de un simple y discreto recorte sin desmedro de la natural estética de la persona afectada, ni menoscabo en grado alguno para la propia imagen, todo lo cual demuéstrala ausencia de un ánimo doloso en el hecho del que arranca la querella y que, por lo demás, no compaginaría con la limpia foja que registra el querellado en su trayectoria en la institución policial."
Ahora, al ser consultado sobre aquel episodio, el doctor Mariano Deira prefiere restarle importancia. Y dice: "Han ocurrido cosas gravísimas en el país como para que yo salga ahora a hablar sobre ese día. Todo ha sido una tragedia. Por eso prefiero no recordar lo que me pasó en la policía. Al fin de cuentas, a mí sólo me cortaron un poco de pelo".


Fuente: Referencia al año 1968 publicado en anuario coleccionable de la revista Gente (no figura fecha de edición)
Más sobre Ernesto Deira http://www.fundacionkonex.com.ar/premios/curriculum.asp?ID=1625