Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


ESTA PREPARANDO SU VIAJE A EUROPA
PIAZZOLLA SE VA
Revista Gente y la actualidad
17-09-1970

Después de diez años de actuar juntos el músico deshace el quinteto en su momento de mayor éxito para radicarse varios meses en París, recorrer Londres, grabar en Roma y asistir en Alemania al estreno de un filme realizado en Buenos Aires que lo tiene como protagonista. Sus razones y las de los músicos.
Se va. Cierra el bandoneón en un anteúltimo quejido que dice chau en sordina, y se va. Se va llevándose la única experiencia que le faltaba vivir como músico: un aplauso masivo que llegó veinte años tarde. Pero se lo lleva igual, se lo lleva a París, donde según sus editores, al llegar, encontrará otro aplauso, tal vez más grande, pero seguramente no tan esperado.

 

—Necesito saber qué está pasando en el mundo. Uno no puede encerrarse en su casa, en su música, sin saber si está antiguo, retrasado...
Se va dentro de seis meses. Exactamente el primer día de marzo de 1971 abrirá su bandoneón en uno de los trescientos departamentos del edificio conocido como La Cité des Art's. Se va invitado por el Mozarteum a vivir dos meses en ese lugar, pero tiene otros planes además.
—En septiembre pienso estar en Alemania, donde se estrenará para esa época una película mía...
—¿Filmada por usted?
—No, que me filmaron a mí.
—¿En Alemania?
—No, acá. Vinieron unos alemanes especialmente a filmarme para hacer conocer mi música.
—¿Y qué va a pasar con el quinteto?
—El quinteto... tendré que deshacerlo...
—¿Por qué?
—Y, porque, porque... No se puede seguir así. Después de diez años de pelearla, sin un mango, contra todo el mundo, salvo los seguidores de siempre, ahora que podemos trabajar en serio, con un público que por fin nos entendió, que podemos vivir bien con lo nuestro, empiezan a pasar cosas que no entiendo, que no entenderé nunca.
—¿Qué cosas?
—Y, hay un gran cariño entre nosotros, pero pasa como entre los parientes cuando aparece una herencia. Entra la plata y todos se pelean. Para evitar todos estos problemas yo hice funcionar siempre al quinteto como una cooperativa, pero igual los tenemos. La semana pasada, en Montevideo, en dos días recaudamos un millón seiscientos mil pesos... ¿Y entonces? ¿Qué quieren? La seguridad, tener un trabajito seguro, jubilación...
—¿Y eso qué tiene de malo?
—¿Qué tiene de malo? Que nos invitaron a recorrer 45 universidades de los Estados Unidos para llevar nuestra música a los estudiantes, y no podemos ir porque mis músicos tienen que "fichar" a las nueve de la mañana en una compañía grabadora, como si fueran empleados en vez de músicos. Podríamos haber ido a Venezuela, a México, en fin, una gira por toda América, y no podemos por eso.
—¿Y por qué no busca otros músicos?
—¿Usted se cree que es tan fácil? ¿Usted se cree que yo puedo improvisar un Agri (violinista) o un "Cacho" Tirao (guitarrista) en dos días? ¡Ni en dos años! Son los mejores músicos del país. Guitarristas puede haber otros dos, pero es distinto.
—¿Usted dijo Agri y Tirao, y "Kicho" (contrabajo) y Manzi (piano)?
—Bueno, ellos dos no; ellos vendrían a cualquier sitio. Manzi es más bohemio que yo, y Kicho, igual. Pero yo tenía un quinteto y no un trío.
El quinteto Piazzolla acaba de cumplir diez años. No es la primera vez que se desintegra. Ya en 1967, poco antes de que se estrenara la operita del músico con versos y argumento de Horacio Ferrer, nosotros mismos hicimos una nota que se titulaba: "¿Piazzola deja el tango?" Y, por supuesto, no lo dejó. Entonces hablaba de un proyecto muy difuso, que tendría como idea central formar una orquesta, acompañando al quinteto y a la "Negra" Egle Martin y a otro cantor, que en aquel momento Piazzolla suponía Raúl Lavié o Goyeneche. Así nació María de Buenos Aires. Así comenzaron a escribir juntos Piazzolla y Ferrer. Así llegaron al éxito masivo, indiscutible, con Balada para un loco. Los músicos de Piazzolla —yo mismo hablé con ellos en aquella ocasión— aseguraban que no sabía lo que quería.
—¿A sus músicos fes falta entusiasmo?
—No, no es que les falte, lo que les falta es tener entusiasmo para contagiarme a mí. Es como si un montón de tipos estuvieran embarcados en algo muy importante y alguno flaquea y en ese momento los otros son incapaces de infundirle ánimo.
—¿Usted está flaqueando?
—Algo así. Yo veo que lo que hacemos ya no lo hacemos con el mismo entusiasmo de antes. Es como si de pronto nos faltara un aliciente para todo. Y bueno, dale, encontramos el éxito, y sigamos así, total a la gente te gusta. ¡Y no! Si todos sabemos que podemos dar mucho más! ¿Por qué nos vamos a quedar con lo que tenemos?
—¿Y por eso se va? ¿No lo puede hacer acá?
—Hace dos años que estoy todas las noches en Michelangelo, dos años que nadie sabe por qué milagro empezaron a darme trabajo en televisión, hice como seiscientos recitales amo los del teatro Regina... Y todo con el público de Buenos Aires.
—¿Y el interior?
—Si vamos un sábado y mis músicos están seguros que el avión llega a tiempo como para estar a horario en su trabajo, bien. Si no, nada. ¡Y no aguanto más!
Su plan de trabajo en Europa es tentador. Además de vivir entre dos y cuatro meses y asistir en Alemania al estreno de su película, va a grabar en Roma en "el mejor y más grande estudio del mundo", el de la R.C.A. Allí, acompañado por una orquesta llevará a un long-play una historia musical de su evolución. Desde "Prepárense" hasta "Adió, Nonino", con la inclusión de la balada más popular de Ferrer.
—¿Le queda chico Buenos Aires?
—Si. ¿Por qué yo no puedo hacer lo de Atahualpa Yupanqui o lo de Ariel Ramírez? Tenemos una canción distinta, no como los italianos, que debieron copiar a los norteamericanos. No, tenemos algo bien nuestro y que tenemos la obligación de mostrar, de hacer conocer.
Otra de las posibilidades que le da su gira es la de presentarse en el Festival del Teatro de las Naciones, en París, representando a nuestro país. Además viajará a Londres para escuchar la música de moda, la evolución del género "beat".
—Porque a mí me interesa toda la música. Creo que ellos están encerrados en un círculo vicioso del que no pueden salir, pero quiero ir a ver, a comprobar. Es cierto que cuando viene un músico extranjero a nuestro país nos aplaude y asegura que estamos en lo cierto. Pero quiero ver por mí mismo.
—¿Cuánto ganan ahora?
—Y, bien, ahora bien...
El quinteto cobra setenta mil pesos por noche las dos actuaciones diarias en Michelangelo, entre quinientos y ochocientos mil pesos por concierto en el interior, según las distancias, y además las actuaciones de televisión. Cada músico, que cobra el 14 por ciento de la prima, ganó en dos días en Montevideo doscientos mil pesos cada uno.
—Y si está tan cansado, ¿por qué no se dedica solamente a escribir?
—Porque no puedo. Vea, acá están las planillas de SADAIC del primer semestre del año pasado... Por "Adiós, Nonino", unos ochenta mil pesos... y eso que lo toca desde Troilo a Pugliese... Y éste es el más conocido de todos.
—¿Y por "Balada para un loco"?
—Todavía no cobré nada. Calculando que sean unos veinte millones —y digo esa cifra porque fue un "boom" de esos que se dan una vez en la vida—, tenemos que deducir primero el 50 por ciento para SADAIC por la administración; de los diez que quedan, el 25 por ciento para el editor, es decir que nos quedan siete millones a repartir entre Horacio (Ferrer) y yo... Simplificando, yo, que tengo más de trescientas obras compuestas, no puedo vivir de mis derechos de autor. Es decir, tengo que seguir tocando.
—¿Y cuando vuelva?
—Y, no sé... Puede ser que vuelva a formar el mismo conjunto, u otro, o una orquesta... ¡qué sé yo! ¿Sabe cuántas orquestas tuve yo en mi vida? Y siempre pasa lo mismo: parece que les faltara espíritu.
—¿Y si le ofrecen algo muy importante en Europa?
—¡Ni por toda la guita del mundo! Aquello es muy lindo para ir cuatro o cinco meses, pero si no escucho hablar en "porteño" me muero.
—¿Y qué va a pasar con sus músicos?
—Y, nada. Agri y Tirao tienen su trabajo y seguramente no les va a faltar nada...
—¿Y "Kicho" y Manzi?
—Eso me duele en serio, y mucho. "Kicho" es el mejor contrabajista del mundo. Es como si fuera cuatro músicos juntos; así que trabajo no le va a faltar. Y lo mismo Manzi, pero es muy distinto que tengan que hacer cualquier cosa a hacer lo que hacían conmigo, la música que les gustaba en serio, la necesidad de crear cada día algo distinto... No, si esto no es ninguna fiesta. Pero me estoy ahogando. Siento como si el éxito que siempre deseamos, aunque lo conseguimos sin hacer concesiones, nos estuviera matando el entusiasmo. Hay que buscar, siempre buscar...
Se va. Faltan todavía seis meses, pero se va a ir, con el bandoneón arrugado bajo el brazo, pero con el mismo entusiasmo de cuando se separó de la seguridad de la orquesta de Aníbal Troilo para intentar su propia aventura. Entonces tenía veinticinco años menos, lo que de ninguna manera significa que ahora sea veinticinco arios más viejo.
Néstor Barreiro Fotos: Díaz y Alvarado

LA OPINION DE SUS MÚSICOS
ANTONIO AGRI, violín, 38 años, casado, 3 hijos, rosarino. Actuaba en la Orquesta Sinfónica de Rosario cuando Piazzolla oyó hablar de él. Le pidió algunas grabaciones para conocerlo, pero como no tenía vino a Buenos Aires. Piazzolla lo escuchó y lo contrató. Fue en 1962.
—Yo ya estoy acostumbrado a estas cosas. En 9 años que llevo con Astor es la tercera vez que deshace el quinteto. Se cansa, necesita renovarse, le gusta experimentar Otras cosas, pero siempre vuelve. Es la única manera posible, porque el quinteto es más manuable. .. A él, indudablemente, lo que más le gusta es escribir. Es cierto que yo tengo otro trabajo, y que por eso no puedo viajar, pero esta vez, aunque lo hubiera dejado, se habría ido lo mismo. Nosotros necesitamos tener otro trabajo, porque el quinteto siempre tiene altibajos, y como el que manda, es él, hay que hacer lo que él quiere. Ahora, que es su gran oportunidad, para ganar plata tendríamos que hacer muchas cosas, shows, presentaciones en muchos lugares, y a Piazzolla no le gusta eso. Él tuvo siempre una línea y la quiere mantener. Me parece muy bien, pero económicamente no nos beneficia en nada.
OSVALDO MANZI, piano, 40, casado, un hijo. "¿Así que se deshace el quinteto? Pero yo nunca me entero de nada... ¿Y cómo es el asunto? Y bueno, lo único que puedo hacer es hacerle un juicio por alimentos, ja, ja, ja... Yo me fui ocho veces del quinteto, es decir que todos los otros músicos me reemplazaron a mí. Estoy con Piazzolla desde 1960, cuando volvió de los Estados Unidos, y siempre pasan estas cosas. Y bueno, está bien. Si él lo hace será por algo".
ENRIQUE DIAZ, "KICHO", contrabajo, casado, un hijo. Está con Piazzolla desde que se formó el quinteto y nunca se separó de él.
—Esta vez es muy distinto a la otra. En 1967 fue algo hecho sin pensar, ahora es una cosa madurada, razonada y necesitada por él. No es solamente porque Agri y Tirao no quieran viajar, sino que necesita cambiar algo, y a eso estamos acostumbrados y lo entendemos. El es así, y esta vez se habría ido lo mismo. No me parece mal que los muchachos tengan un trabajo seguro, cuando no se sabe si al día siguiente el quinteto se va a deshacer. No es nada fácil encontrar trabajo y hay que mantener a la familia.
"CACHO" TIRAO, guitarra, 29 años, casado, un hijo. Estaba en la orquesta Sinfónica de La Plata, donde entre otras cosas fue solista en el "Concierto de Aranjuez". Empezó con Piazzolla cuando Oscar López Ruiz se separó del quinteto. Debutó con él cuando se estrenó "María de Buenos Aires".
—Yo tomé esto como un estudio, como una manera de experimentar, parque tenía muchos compromisos, y precisamente con la operita no nos fue nada bien económicamente. Yo tenía mi trabajo estable en Canal 7 y trabajaba en varias grabaciones. Desde el primer momento le dije a Astor que no quería viajar; primero, porque ya lo había hecho mucho con
un conjunto mío y sé que las giras no dan beneficios; segundo, por razones sentimentales, porque acá tengo mi familia y la extraño demasiado cuando estoy lejos; y tercero, porque no pienso estar toda la vida haciendo el guitarrista de Piazzolla, es decir que tengo aspiraciones particulares que están en vías de concretarse. Yo también compongo, estoy formando un conjunto y muy pronto tendré la oportunidad de grabar mi música con mis músicos. Con Astor tuvimos momentos difíciles hasta el "boom" de la balada, y entonces trabajar en el quinteto comenzó a ser un buen negocio. Pero nunca se sabe cuánto va a durar. De alguna manera me siento el culpable de la separación del quinteto, pero por otra parte estoy tranquilo porque yo vine a trabajar en esas condiciones. Además le propuse adiestrar a un guitarrista que pudiera reemplazarme, pero él no quiso saber nada con eso. Pero, por otra parte, en lo que coincidimos todos es que Astor se toma una temporada de descanso y que va a volver con más ganas que antes.

 

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Piazzolla
Agri - Manzi - Tirao
Agri - Manzi - Tirao
el quinteto
Osvaldo Manzi, Cacho Tirao, Kicho Díaz, Antonio Agri
y Astor Piazzolla


 

 

 

 

 
Kicho Díaz
Kicho Díaz
Piazzolla

 

 

 

 

 

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