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crónicas del siglo pasado

REVISTERO
DE ACÁ


López Rega

revista Somos
1986

un aporte de Riqui de Ituzaingó







 

 

 

LÓPEZ REGA
Por qué se entregó
Cercado por el FBI, desgastado por la diabetes, y envejecido por 10 años de fuga, el ex ministro bajó la guardia. Los entretelones secretos y qué puede pasar ahora. El increíble diálogo con la Cisneros.


El hombre que llegó al aeropuerto de Miami vestido con traje de gabardina azul, camisa blanca y corbata azul y roja podía ser uno de los tantos ejecutivos que llegan en avión privado que provienen de las Bahamas. Pero una vez que pasó la aduana se paró ante dos hombres macizos corpulentos, que lo aguardaban:
—Mucho gusto. Soy López Rega y vengo a entregarme. Acá están los documentos. Cuando los dos hombres del FBI le colocaron las esposas eran las 9.40 del jueves 13 de febrero. Pasaron los primeros días y el panorama de José López Rega, el otrora poderoso hombre del último gobierno peronista, se oscureció aún más. Hoy está aislado en una celda del Metropolitan Correctional Center, sin posibilidad de conversar más que con su compañero de hospedaje, esperando que Estados Unidos decida si acuerda o no su extradición a Buenos Aires. Vestido con el uniforme de la prisión —una camisa color caqui y un pantalón de fajina—, medias prestadas por otro preso y zapatos que tienen agujeros en la suela, su estado de ánimo es deplorable: su abogado defensor, Luis Fors, dice que ni siquiera tiene fuerzas para discutir cuál es la mejor estrategia para defenderse.
Con una seria diabetes a cuesta, que requiere cuidados especiales, el médico de la prisión acaba de descubrir, además, que el shock que le produjo el cambio de vida trajo problemas al corazón de López Rega. Entonces los interrogantes vuelven a repetirse: ¿Por qué se entregó después de tantos años? ¿Por qué el hombre que había logrado vivir sin muchos problemas en Suiza, Brasil y Estados Unidos de pronto aceptó entregarse y pasar a vivir en una celda?
"Nosotros teníamos informaciones que decían que López Rega vivía probablemente en Miami. Esto lo sabíamos antes de febrero de 1986, pero el FBI recibió la orden de captura fechada en Washington recién el 27 de febrero", dijo a SOMOS Paul Miller, un hombre del FBI encargado del caso López Rega. Según esas fuentes, Argentina había presentado un pedido de extradición ante el Departamento de Estado, acusando a López Rega de fraude, conspiración, malversación, falsificación y robo. La Oficina del Procurador Federal de Miami analizó el caso y, teniendo en cuenta el Tratado de Extradición existente entre Argentina y Estados Unidos desde 1972, dio finalmente la luz verde al FBI para comenzar a buscarlo.

La negociación secreta
El desenlace del caso López Rega —según dicen los investigadores del FBI en Miami— comenzó cuando María Elena Cisneros se presentó hace dos semanas en el consulado argentino, pidiendo un pasaporte para José López Rega. En la audiencia que el jueves 13 se hizo en la Corte Federal de Miami, quedaron revelados algunos puntos de esa polémica presentación, que tanto revuelo causó en la Justicia y en los despachos del poder en Buenos Aires. La Cisneros —la maestra entrerriana, concertista y enfermera, que dijo al juez tener más de 30 títulos diferentes— reconoció ante el juez Peter Palermo haberse presentado voluntariamente ante el consulado para preguntar por el pasaporte de López Rega. Para quienes manejan los hilos de la investigación, esto debe leerse de una sola manera: el ex hombre fuerte del peronismo había decidido, ya en ese momento, entregarse a las autoridades.
Los acontecimientos a partir de allí comenzaron a precipitarse. Mientras en Buenos Aires la Cancillería tomaba contacto con el Poder Judicial para ver cómo se instrumentaría el pedido de extradición, en Miami el FBI comenzó a mover sus tentáculos. La misión de localizar a López Rega le fue confiada al experimentado agente secreto George Chekenski, quien después le confió al cronista: "Eran las tres y diez de la tarde del ocho de marzo cuando golpeé la puerta de la casa de María Elena Cisneros para ubicar a López Rega. No estaba allí, pero la señora Cisneros me dijo que estaba en las Bahamas."
Lejos de desanimarse, el hombre del FBI toma la decisión de ponerse en contacto telefónico con López Rega; la última parte del plan para cercarlo había entrado a desarrollarse. Luis Fors, defensor del ex ministro de Bienestar Social, reveló luego otra punta de la persecución: "El agente del FBI —explicó a SOMOS en Miami—muy honestamente le dijo a López Rega que era preferible que se entregara bajo la jurisdicción de Estados Unidos que bajo la jurisdicción de las Bahamas".
En otras fuentes pudo saberse que la negociación que López Rega tuvo con el hombre del FBI —aunque a lo mejor habría que hablar de tratativas, y no de negociación— duró tres días, un detalle que ahora se torna sugestivo en virtud de la cantidad de interrogantes que quedan por resolver. Lo cierto es que entre que Chekenski toma contacto por primera vez con María Elena Cisneros (el 8 de marzo), hasta que López Rega se entrega finalmente en Miami pasaron solamente 5 días. Otra pregunta salta al tapete: ¿es posible entonces que después de huir durante tantos años, López Rega haya tomado la decisión de entregarse en tan poco tiempo?
Respuestas precisas no son las que abundan. Pero después de estar 11 años viviendo en la clandestinidad, eludiendo a policías de todos los países, cercado por una diabetes cada vez más avanzada, con su físico y moral en proceso de desgaste, López Rega había acumulado el suficiente training para saber cuándo y cómo el cerco podía cerrarse delante suyo. Y el ex hombre fuerte de Isabel Perón sabe que difícilmente el FBI podía errarle si es que decidía apresarlo. Esto es lo que se desprende de lo que el abogado Fors le dijo a SOMOS: "—Por lo que pude hablar con mi cliente, él estaba ya cansado de correr de un lado al otro. El quiere resolver este problema. Se enteró que el FBI lo estaba buscando y sabía que los agentes federales podían pedir a las autoridades de Bahamas que lo arresten inmediatamente. . ."
Algo realmente importante pasaba por la cabeza de López Rega. Es que hay algo que no encaja —o al menos es difícil de explicar— en el desarrollo del por qué se entregó. El hombre más buscado de la Argentina no era un novato de la fuga. Al enterarse de que el FBI lo tenía en la mira, bien pudo haberse ido a otro país. Los conocedores dicen que el pedido de los agentes secretos norteamericanos a las Bahamas hubiera llevado un tiempo y, por otra parte, desde el momento mismo en que Chekenski se presentó ante María Elena Cisneros, López Rega sabía lo que estaba pasando y —al menos en teoría— tuvo tiempo para escaparse nuevamente. Pero no es el único detalle de esta trama que llama la atención. La compañera de López Rega fue quien le dijo al hombre del FBI que el prófugo estaba viviendo en las Bahamas. ¿Por qué la ya experimentada y seguidora compañera del ex ministro es quien le revela a los sabuesos dónde vive el hombre al que hace 10 años protege?
"Sucede con bastante frecuencia —dijo Paul Miller, del FBI— ya he visto muchos casos en que prófugos imposibles de agarrar se entregan cuando saben que el FBI los tiene cercados. Se sabe que mundialmente el FBI tiene mucho poder, que todas las policías cooperan cuando se les pide. . ., entonces el prófugo toma conciencia de que un día u otro caerá y prefiere la entrega voluntaria". Saber si éste es el caso concreto de López Rega es difícil saberlo, aunque existen ya indicios de que su situación podía tornarse insostenible.
Quienes hilan fino manejan, también, otras variantes. En tal sentido se dice que después o antes de que el FBI haya comenzado a buscarlo, lo cierto es que hay un gran giro en la conducta del prófugo: ¿Cuál fue el motivo de ese cambio?
Existe más de una respuesta. Una primera hipótesis dice que es cierto que López Rega está enfermo, que tiene diabetes, una enfermedad que se agrava con los años y que en muchos casos conduce a la ceguera.
Esta enfermedad tiene un enorme peso psicológico sobre el sujeto, y quien la padece necesita inyectarse insulina y tomar medicamentos. Tanto María Elena Cisneros como el agente del FBI coincidieron ante el juez Palermo que López Rega estaba realmente enfermo y, si bien ningún médico ha opinado oficialmente al respecto, es difícil que el FBI declare en falso delante de una corte federal norteamericana.
El abogado Fors dice que la enfermedad influyó mucho en la decisión que tomó López Rega, pero también le aclaró al periodista que conoce a su cliente solamente desde que llegó a Miami.
Queda otra hipótesis en vigencia: la posibilidad de que López Rega se haya entregado por el temor a la solidez de las acusaciones cursadas por la justicia argentina fundamentando su pedido de extradición. Los analistas se resisten a dar gran atención a esta posibilidad, ya que en la Corte Federal sólo se habló de fraude, conspiración, malversación, falsificación y robo, todos cargos que, habiendo sido presentados hace 10 años, podrían haber prescripto. Llama la atención que no se haya hablado de asociación ilícita o, directamente, de homicidios. ¿Por qué Buenos Aires no incluyó en el pedido de extradición a ese cargo fundamental? Fors dice que "la Argentina tiene hasta el 28 de abril para especificar sus cargos".
Si la Argentina no incluye entre los cargos contra López Rega el de asociación ilícita o indirectamente el de homicidio —cosa bastante dudosa, pero siempre posible—, la situación legal de López Rega no es tan grave. Por otra parte hay que tener en cuenta que López Rega, decidió entregarse en Estados Unidos y no en otro país. Cuando la jueza Charlene Sorrentino preguntó ante la Corte por qué no había ido directamente a rendirse ante las autoridades argentinas nadie respondió. Pero un abogado explicó a SOMOS las verdaderas razones de esa elección: "ocurre que de acuerdo al tratado de extradición que existe entre la Argentina y los Estados Unidos, si hay lugar a extradición en el caso de López Rega, no hay duda de que gozará de garantías excepcionales, no podrán maltratarlo, no podrán torturarlo, no podrán detenerlo si realmente no existe causa válida, ni podrán excederse en la condena. En fin, el acusado gozará del apoyo de las autoridades americanas, a las que en definitiva puede recurrir si en la Argentina no se respeta la ley".
Por el momento López Rega tiene un solo abogado, el doctor Luis Fors, y al parecer no se ha determinado quién será el abogado de López Rega en la Argentina si la extradición tiene lugar: "yo no puedo actuar en Buenos Aires —dijo a SOMOS Fors— primero porque no conozco bien las leyes; segundo, tendría que revalidar mi título, cosa que llevaría mucho tiempo. Estamos buscando quién podrá reemplazarme allí, pero todavía no hemos encontrado a nadie". Es difícil de creer que López Rega no cuente con ningún apoyo legal en la Argentina, pero también es verdad que hace más de once años que abandonó el país, lo que no es bueno para el mantenimiento de contactos con abogados que trabajan en Buenos Aires.

En la cárcel
Esperando la audiencia que tendrá lugar el 28 de abril en la Corte Federal, José López Rega fue encerrado en la prisión Federal llamada Metroplitan Correctional Center, situada a 37 millas al sur de Miami. Rodeada por una gran valla de acero y alambres de púas, esta prisión es considerada de alta seguridad: está patrullada continuamente por jeeps de los Marshalls y también protegida en forma eléctrica. El perímetro encierra 40 hectáreas donde hay varias casas, restaurantes, baños, salas de visitas. Todo el complejo es muy moderno. En este momento López Rega se encuentra junto a otros 752 prisioneros, que en su mayoría son procesados por tráfico de drogas.
El portavoz de la prisión, Ángel Montalvo, dijo a SOMOS que López Rega comparte su celda con otro prisionero cuya identidad no quiso revelar, pero que hablan español. Por el momento está totalmente aislado, y no tendrá contacto con otros prisioneros hasta que los procesen y determinen si tienen enfermedades contagiosas o enemigos en la prisión.
Se dice que las condiciones ambientales de la celda son relativamente buenas: no hay humedad en las paredes y tiene un lavatorio y un water adentro. Una puerta comunica la celda con el corredor que conduce hacia las duchas. Esta puerta está abierta hasta las 11 de la noche, hora en que la cierran.
Durante la noche hay un servicio médico de emergencia por si alguno de los prisioneros tiene problemas repentinos de salud.
"Para darle un ejemplo de lo que comen, dijo Montalvo, el viernes por la mañana desayunó tostadas y té. Al almuerzo tuvo una sopa de verduras, bife, ensalada, pan y coca cola. En el menú de la noche había hamburguesas, papas fritas, ensalada, café o té."
Cuando llegó a la prisión, López Rega se tuvo que cambiar de ropa. Se sacó el traje azul que llevaba y se puso el uniforme de la prisión, una camisa de color y pantalón de fajina. El dinero que llevaba consigo fue depositado en un banco, de donde puede extraer la cantidad que desee diariamente para comprar cigarrillos, cocas, naranjadas o lo que guste.
Por el momento las únicas personas que lo han visitado son su abogado defensor Fors y María Elena Cisneros. Mientras que el primero puede ir cuando quiere, la segunda solamente puede hacerlo los fines de semana de ocho a tres de la tarde, y los días de semana de 13 a 20 horas. Por el momento tiene en su celda papel y lápiz y su abogado trata de conseguirle un elemento que el detenido pide con insistencia: una Biblia.
Después de 11 años de fuga continuada —se fue con un diploma de embajador plenipotenciario en julio del '75 y poco después se le perdió el rastro— López Rega decidió poner fin a su huida. Aunque los interrogantes sobre el porqué de esa decisión todavía siguen multiplicándose, no parece estar alejado de la verdad el afirmar que su cansancio y su estado de salud fueron decisivos, aunque no excluyentes. El abogado Fors responde —con sus argumentos— a la pregunta: —"El agente del FBI le dijo: sabemos donde está y podemos pedir a las Bahamas que lo arresten. Pero le recomendó que era mejor rendirse bajo jurisdicción de Estados Unidos, y ése fue un factor determinante. Pudo haber corrido a esconderse a otra parte, pero López Rega ya estaba cansado de correr. El quiere resolver de una vez su problema. También influyó el factor salud: el hombre está muy débil".
Quienes recuerdan la personalidad de López Rega hablan de los estragos que pudo hacer en el ex hombre fuerte de Isabel Perón una década de ostracismo, fugas y miedos. Si él decidió volver a la superficie, puede ser que haya considerado que ese blanqueo significaba también volver a la primera página de los diarios, a la escena internacional, a los odios y amores de hace una década atrás, cuando manejaba una gran parte del poder en la Argentina. El tiempo dirá si en realidad López Rega —envejecido, deprimido por la diabetes, nostálgico del poder perdido— se entregó para morir tranquilo, aun teniendo que enfrentar a la Justicia, o si, por el contrario, se trata de una nueva maniobra en marcha.
T.A.
Investigación en Miami: Ana Barón
En Buenos Aires: Hernán Pereyra y Daniel Hadad
Fotos: Miguel Rajmil



López Rega ante la justicia
El día 13 de marzo, en la Corte Federal de Justicia de Miami, en dos audiencias, se trató el caso López Rega. La primera comenzó a las 14.30 y tuvo por objeto examinar si el caso de López Rega merecía una salida de la cárcel bajo fianza o no. La segunda, que se inició a las 16.30, fue una apelación ante el juez Palermo, quien dictaminó igual que su colega Charlene Sorrentino, que la fianza no tiene lugar en el caso López Rega.
Lo que sigue es la segunda audiencia con el juez Peter Palermo, jefe de los magistrados de la Corte Federal de Miami, por pedido del abogado defensor de López Rega, doctor Luis Fors, quien apeló el dictamen de la jueza Charlene Sorrentino.
Juez: —Yo entiendo que en el caso de extradición no hay condiciones que permitan una fianza, a menos que existan circunstancias excepcionales. Antes de escuchar esas circunstancias quiero estar seguro de que comprendan cuáles son, así no perderemos tiempo. No quiero ser antipático, pero tampoco quiero perder tiempo. . . La ley es muy clara, yo nunca pensé en dejar a alguien libre bajo fianza en un caso de extradición.
Defensor: —Pero en circunstancias excepcionales.
Juez: —Solamente aceptando circunstancias muy especiales. ¿Usted sabe cuáles son?
Defensor: —La ley indica que la edad y el estado de salud podrían ser circunstancias excepcionales. . .
Juez: —Podría ser. . .
Defensor: —Y en el caso de mi defendido, el señor López Rega, tiene 69 años y sufre un severo caso de diabetes. Necesita un tratamiento especial y usted puede escuchar el testimonio del agente del FBI que vio a mi cliente desmayarse por los efectos de la enfermedad.
Juez: —Sí, pero el Departamento de Justicia puede ahora mismo hospitalizarlo y lo cuidarán de todas maneras.
Defensor: —Sí, pero quiero pedirle que escuche el testimonio del agente del FBI que le confirmará que mi cliente se entregó. . .
Juez (interrumpiéndolo): —No hay dudas de que el señor López Rega se entregó, entonces, ¿para qué tengo que escuchar el testimonio?
Defensor: —No, pero lo que quiero probar es que existen circunstancias excepcionales.
Juez: —Okey, si usted quiere llamar al agente para testimoniar, estoy de acuerdo. Por favor (se dirige al agente), tome asiento en el lugar de los testigos.
Defensor: —Su nombre.
Testigo: —Mi nombre es George A. Chekenski.
Defensor: —¿Para quién trabaja?
Testigo: —Para el FBI.
Defensor: —¿Cómo entró en contacto con mi cliente, el señor López Rega?
Testigo: —Creo que fue a las 3 y 10 del día 8 de marzo. Fui a la residencia de la señora de Cisneros para tratar de localizar al señor López Rega. El no estaba allí, y posteriormente se me informó que estaba en las Bahamas, a través de la señora Cisneros.
Juez: —Yo no quiero oír eso. . . el hombre se entregó. Empiece por ahí.
Testigo: —Sí se rindió, él vino voluntariamente.
Juez (impaciente): —Siga, siga, adelante.
Defensor: —¿Usted personalmente presenció la rendición?
Testigo: —Sí señor.
Juez: —¿Qué nos puede decir sobre su estado de salud?'
Testigo: —En dos ocasiones estuvo bastante débil y tuvimos que sostenerlo para que no se cayera.
Juez: —¿Lo vio tomar alguna medicina?
Testigo: —Sí, tiene que tomar un remedio, y siendo un diabético tiene que observar una dieta.
Juez: —¿Quién es el próximo testigo?
Defensor: —María Cisneros.
Juez: —¿Sobre qué va a testimoniar?
Defensor: —Sobre la salud del señor López Rega.
Juez: —¿Y ella cómo sabe?
Defensor: —Ella sabe por el hecho de que son muy unidos, prácticamente es como si estuviesen casados. Ya hace 20 años que están juntos...
Mará Cisneros (interrumpe): —No, hace 10.
Juez: —¿Qué nos puede decir de su estado de salud?
Cisneros (muy nerviosa y en buen inglés): —Lo único que puedo decirles es que él necesita un cuidado muy especial. Está bajo estricta dieta. El es un hombre muy especial, no sé cómo explicarlo.
Juez: —¿Es usted su enfermera?
Cisneros: —Sí señor, pero no tengo mi diploma, lo lamento. . .
Juez: —Pero ustedes. . .
Cisneros: —Yo nací en la Argentina y tengo treinta diplomas diferentes, uno de ellos es de enfermera.
Juez: —¿Treinta diplomas?
Cisneros: —Sí señor. Porque quería ser una persona de valor para la sociedad argentina.
Juez: —¿Pero cómo pudo obtener treinta diplomas?, con respecto a su diploma de enfermera. . . ¿Usted es una enfermera habilitada en la Argentina?
Cisneros: —Hace más de 10 años que estoy fuera de mi país y tendría que revalidar mi título. . .
Juez: —¿Pero 10 años atrás usted era una enfermera habilitada, una enfermera que practicaba?
Cisneros: —Hace más de 10 años que soy una enfermera habilitada.
Juez: —¿Usted qué es de López Rega: su amiga, su enfermera, o qué?
Cisneros: —Si usted me permite, su señoría, él es como mi compañero espiritual. Porque lo que usted tiene que entender es que él fue un gran hombre en mi país, y yo lo respeto mucho. Y después, cuando todos lo abandonaron, yo vine con mi familia, incluidos mi padre y mi madre, a ayudarlo. Y lo cuidamos durante los últimos 10 años.
Juez: —Bueno, si el gobierno quiere mantenerlo detenido podemos enviarlo al hospital. Tenemos hospitales líderes en el mundo.
Cisneros: —Yo entiendo, su señoría, y realmente aprecio lo que usted está haciendo, pero si usted me permite. . . No sé cómo explicarle, yo no tengo dinero, no tengo posición ya que soy secretaria aquí, y también compongo. Soy una compositora y el único valor que tengo es mi vida. Yo le puedo ofrecer mi vida como garantía. De que él se quedará aquí, en este país, en este país que tanto quiero, bajo cualquier circunstancia, para aclarar las acusaciones de mi país. Porque esos cargos fueron realizados hace 10 años atrás.
Juez: —No puedo hacer lo que quiero. Estoy aquí como un oficial de la Justicia, a pedido del Departamento de Estado. No puedo hacer nada... Hay un tratado y lo único que yo puedo hacer es respetarlo. . .
Cisneros: —Pero, señor, yo pienso que bajo estas circunstancias extraordinarias. . .
Juez: —Lo que es excepcional para usted y para mí. No tiene importancia, yo estoy limitado por un tratado y tengo que cumplirlo. Quiero entender, este es un hombre que no fue a un médico hace varios meses. Yo no soy médico, necesitaría el testimonio de un médico.
Fiscal Karen Moore: —Su señoría, yo represento al gobierno de la Argentina en este caso y tenemos un tratado que respetar. Aquí no hay un médico que pueda hablar de su enfermedad. . .
Juez: —¿El está bajo custodia?
Fiscal: —Sí
Juez: —¿Dónde lo llevan esta noche?
Fiscal: —A la cárcel federal.


Cómo llegó a Perón y a Isabel
Tan oscura como la expresión de su propio pensamiento político es la historia personal de José López Rega y su vinculación con el matrimonio de Juan Perón e Isabel Martínez. El ex ministro ha dicho reiteradamente que fue uno de los fundadores del movimiento político que sirvió de soporte a Perón, pero lo cierto es que hasta 1962 se desempeñó como agente, cabo y cabo primero de la Policía Federal, donde está registrado como vigilante callejero, custodio de un juzgado y hombre del servicio general.
Contradictoriamente con esas afirmaciones, hay fotos que lo muestran custodiando el auto de Perón en el año 1950. Dirigentes peronistas que desarrollaron intensa actividad en la década del '60 coinciden en que López Rega apareció por Madrid luego del viaje que en 1965 realizara a la Argentina Isabel Perón para traer instrucciones de su marido.
Aparentemente el "brujo" se ofreció ante Isabel para todo tipo de tareas, recordando haber formado parte de la custodia de Perón en sus anteriores presidencias. Lo cierto es que a partir de 1966 comenzó a desempeñarse como una especie de portero y valet de la quinta 17 de Octubre en Madrid, para ir adquiriendo con el tiempo una creciente importancia personal y política en el entorno del anciano líder.
En una carta que López Rega dirigió a sus familiares en 1966 —con la indicación de leer y quemar— sostiene que "estamos en los albores de un nuevo ciclo de la humanidad, se está produciendo el balance final y el barco carga aquello que está pronto a zarpar. Hubo 2.000 años para preparase. Yo veo en la distancia y tengo la enorme responsabilidad de controlar la pureza del embarque".
Claro que las cuestiones espirituales y las materiales se mezclan y López Rega explica a sus amigos que "hablé con el general de las publicaciones que pensamos editar para hacer la biblioteca peronista y me apoya plenamente. Se hará todo por CEVEL (su imprenta) y la señora (Isabel) percibe el 50 por ciento de las ganancias como socia nuestra. Como podrán notar tenemos la exclusividad de todo a través de Isabelita, quien con este dinero no tendrá que depender de nadie y se mantendrá siempre junto a nosotros".
El documento —fechado el 15 de junio de 1966— revela que López Rega estaba convencido de cumplir una misión divina al lado de Perón. "Las jerarquías del sótano milenario y las momias faraónicas están en plena actividad luchando contra este pobre vigilante y contra esta niña flaca y rubia. La batalla es definitiva y así se lo manifesté claramente al Jefe. Le dije entre otras cosas de más importancia que mi viaje no fue para acompañar a Isabel ni para descansar en su mansión. Vengo en busca de un definición y no me iré sin ella. Me pidió tiempo de vida para dejar el movimiento en manos institucionalizadas y retirarse como filósofo patriarca de América", revela en uno de sus pasajes.
Años más tarde se transforma en el celoso guardián de la quinta indicando quiénes podían entrar y quiénes no. A la muerte de Perón el doctor Jorge Taiana relató que sólo él, como médico, y López Rega podían ver al caudillo en sus últimos días y que "el brujo" hizo varios pases de magia para tratar de reanimarlo cuando entró en agonía la mañana del primero de julio de 1974. "Lo tomó de los tobillos y pronunció palabras ininteligibles", contó Taiana tiempo después en un reportaje al diario Crónica.

El caso de las Tres A
En 1974 aparecen por primera vez en el país comunicados que dan cuenta de la existencia de una organización terrorista ultraderechista que opera bajo la sigla "AAA" (Alianza Anticomunista Argentina), que amenaza de muerte, entre otros, a Silvio Frondizi, Rodolfo Ortega Peña y Julio Troxler. Los tres son masacrados en operativos terroristas con una alevosía increíble. En los tres casos las Tres A se adjudican la autoría de esos crímenes.
En 1976 el ex teniente primero del Ejército Guillermo Paino, detenido en Villa Devoto por delitos cometidos mientras se desempeñaba en el Ministerio de Bienestar Social, da los primeros indicios de las Tres A.
El diputado radical Ricardo Natale había presentado a fines de 1975 un pedido de informes sobre la importación ilegal de armas —ametralladoras con silenciadores— de Gran Bretaña por valor de 200.000 dólares, pedido que nunca fue contestado. La importación se realizó con destino al Instituto Nacional de Acción Cooperativa (INACAP), según denuncia Natale. El organismo estaba dirigido por Julio Yessi y dependía de López Rega.
Cuando en 1975 se decide expulsarlo del país, la custodia presidencial de Granaderos desarma uno a uno los custodios de López Rega. Escopetas de caño recortado, ametralladoras, revólveres ultramodernos, pistolas, equipos transmisores. gases lacrimógenos, fueron algunos de los elementos secuestrados. No estaban todas las armas anotadas en el inventario.
Una comisión especial de la Cámara de Diputados encabezada por el radical Antonio Tróccoli, en 1976, determina que en el Ministerio de Bienestar Social se habían pagado pasajes aéreos para el viaje de custodios de esa cartera para entrenarse en Argelia y Libia. La investigación se cierra el 24 de marzo de 1976.
Paino se refugia en Uruguay. Exámenes médicos que se le realizan indican que su estado psíquico presenta alteraciones. Es el único testigo que acusó a López Rega directamente. Otros como Carlos Villone, Jorge Conti, Jorge Osinde y Yessi no fueron interrogados por la comisión de diputados o sus interrogatorios quedaron truncos.
En las declaraciones de Paino aparecen vinculados a las Tres A el comisario Villar (muerto por la subversión izquierdista), el delegado personal de López Rega en Brasil, Claudio Ferreyra, y un ciudadano paraguayo que en 1955 prestó su casa a Perón, Ricardo Gayol.
Este último habría recibido varios cheques, de cuentas oficiales, en pago de servicios y mercaderías provistas por empresas que se comprobó eran desconocidas.
Un destacado funcionario judicial dijo a SOMOS, que "en la causa de la Triple A hay varias cuestiones oscuras, investigaciones que no se realizaron, falta de cooperación de la policía y de las autoridades de organismos de seguridad de la época."
La causa de las Tres A está en manos del juez Fernando Archimbal quien, luego de la extradición de López Rega deberá interrogarlo y, posiblemente carearlo, con otros testigos y acusados para determinar su vinculación con esa organización terrorista.

Qué puede pasar aquí
"Mira, Antonio, yo creo que las lecciones hay que aprenderlas: lo de Guglielminetti está muy fresco y te pido que el Gobierno diga sobre este asunto lo menos posible". La frase habría sido pronunciada por Juan Octavio Gauna, el Procurador General de la Nación al hablar con el ministro del Interior, Antonio Tróccoli, a poco de conocer el funcionario judicial la intención oficial de dar a conocer un comunicado en relación a la detención de López Rega.
Gauna no concede ni reportajes ni charlas al periodismo. "Los actos de la Justicia hablan por sí mismos", dijo a SOMOS cuando declinó cualquier tipo de entrevista en amable diálogo telefónico. Sin embargo, otros funcionarios del Poder Judicial admitieron que "en esta oportunidad el Gobierno eligió la vía correcta y se mantuvo en contacto directo con la Justicia", no bien tuvo la primera noticia de que López Rega estaba en Miami.
A estar de los trascendidos de fuentes tribunalicias, diplomáticas y oficiales, el prófugo venía manteniendo contactos con el consulado argentino en Miami y con las autoridades de los Estados Unidos desde hacía varias semanas. Un prominente integrante del Poder Judicial deslizó esta reflexión: "Cualquier inmigrante ilegal es inmediatamente expulsado de los Estados Unidos, tanto sea por el ingreso ilegal, como por el vencimiento del plazo de residencia, como, aún peor, por residir con documentación falsa. Nosotros creemos que la ausencia de la aplicación de las leyes de inmigración se deben a un acuerdo de López Rega con las autoridades de ese país. Otra explicación no hay".
En Buenos Aires se habló de contactos que empezaron en enero o principios de febrero. La encargada de los preliminares habría sido María Elena Cisneros "protegida " del ex ministro, según su propia definición, quien entabló un diálogo directo con el cónsul argentino en Miami. El funcionario dio cuenta de la situación, a la embajada en Washington y desde allí se pidieron instrucciones a Dante Caputo.
"Creemos que López Rega habría manifestado su intención de allanarse a la extradición, pero también sabemos que habría realizado una evaluación superficial de las causas en su contra", explicó a SOMOS un funcionario judicial. Son 5 causas: 2 en el juzgado de Amelia Berraz de Vidal, 2 en el de Néstor Blondi y 1 en el de Fernando Archimbal. Esta última la de las Tres A. Excepto la de la Triple A, las otras cuatro se refieren a malversación de caudales públicos.
"Nosotros queremos bajar la temperatura del caso. Un juez puede reunir elementos que hagan razonable la detención de una persona y por ello resuelve pedir la extradición. Después puede resultar que las pruebas no alcancen, que sean refutadas por la defensa, que las causas hayan efectivamente prescripto y que por tanto el sospechoso sea liberado", continuó ante SOMOS el funcionario judicial.
De acuerdo a sus declaraciones y a coincidentes testimonios recogidos en el ámbito de la Cancillería, pudo saberse que el Poder Ejecutivo avisó a la Corte Suprema y al Procurador General de la Nación (Gauna) de la aparición de una emisaria que hablaba en nombre de López Rega. La Justicia aconsejó de inmediato al Ejecutivo guardar silencio.
"En el caso de Guglielminetti hubo algunas desprolijidades, cada juez actuó por sí solo. Nosotros también aprendimos, ahora será todo coordinado, en tiempo, para presentar las cosas coherentemente", se explicó en la calle Talcahuano. De ese modo se resolvió primero solicitar la detención preventiva del ex ministro (de acuerdo al tratado de extradición de 1972) para luego presentar los cargos. Para ello el plazo es de 45 días y todo se ventilará en la audiencia del 28 de abril.
"Todo el proceso extraditorio puede demorar alrededor de 90 días, ya que los jueces norteamericanos tienen facultades para adentrarse en la materia legal que está jugándose en el proceso de extradición, a diferencia de los argentinos que generalmente intervienen sólo en el aspecto formal de la cosa", conjeturaba un funcionario de la Cancillería.
Funcionarios judiciales estimaron que el caso de las Tres A se basa casi exclusivamente en las declaraciones de Guillermo Paino, un ex teniente primero del Ejército que fue jefe de la custodia de López Rega, en 1973, cargo en el que fue reemplazado por los comisarios Almirón y Morales, quienes acompañaron al ex ministro cuando se fue del país.
En el caso hay tres homicidios en los que directamente se comprobó la participación de la organización ultraderechista: los de Rodolfo Ortega Peña, Silvio Frondizi y Julio Troxler. A los tres se los amenazó públicamente, se dijo que se los ejecutaría y hubo comunicados posteriores a los crímenes que indican que su autoría era acción de las Tres A. Así consta en los expedientes judiciales.
En cambio, no existen pruebas similares en otros casos. Las detenciones de Aníbal Gordon y Otto Paladino son posteriores y los delitos imputados posteriores a 1976, es decir, sin conexión directa con López Rega. "Fíjese que en las acusaciones contra López Rega no figura ningún homicidio en forma directa", explicó a SOMOS el funcionario del Poder Judicial. Por otra parte en el pedido de detención girado por las autoridades argentinas a las de los Estados Unidos (al que SOMOS tuvo acceso), figuran siete cargos: uno por conspiración, tres por fraude, uno por impartir órdenes ilegales, otro por malversación, dolo y sospecha de robo.
En cuanto a que si López Rega fue o no el jefe e inspirador de las Tres A, hay testimonios diversos: Paino lo acusa, pero otros declarantes dirigieron sus cañones contra el asesinado comisario Villar. En este caso, de probarse la inspiración ideológica de López Rega en el caso de la organización ultraderechista, los funcionarios oficiales tendrían la idea de sustentar la misma doctrina que aplicó la Cámara Federal a los ex comandantes: la del dominio del hecho. Es decir, que cuando se da una orden o se instiga a la comisión de delitos desde un cargo jerárquico, existe la máxima responsabilidad en su comisión aunque no haya autoría material.
"Hay que desinflar el globo porque muchos en la Argentina creen que, por su concepto ante la opinión pública, López Rega ya está condenado y no es así. Primero hay que traerlo y luego juzgarlo y probar su conducta supuestamente dolosa, dando lugar a su defensa. Lleva tiempo y no es fácil, máxime en causas viejas teñidas de rivalidades de épocas no muy claras de la historia argentina", alertó el integrante del Poder Judicial.
En la Secretaría de Justicia, se admitió que "el que se quema con leche ve una vaca y sopla", en alusión al caso Guglielminetti, por lo que se evitaron prolijamente todos los contactos con la prensa. "Si tiene una boleta de tránsito pendiente, sin prescribir, la tendrá que pagar. Pero ese criterio se aplica a todo el mundo por igual. Claro que quien determina si debe pagar o no es el Poder Judicial, cuya determinación es sagrada", fue el comentario sobre López Rega.
En el Ministerio del Interior se admitió la existencia de pedidos del Poder Judicial para evitar cualquier declaración sobre el ex ministro y la prevención del Procurador para que el comunicado oficial fuera "lo más escueto posible".
Por último, pudo establecerse que los tres jueces que tienen causas contra López Rega vienen trabajando intensamente, desde hace más de dos semanas, en la revisión de los expedientes correspondientes y en la preparación de los pedidos de extradición, con ayuda de los fiscales y de la Procuración. Las luces de las oficinas de Blondi, Berraz de Vidal y Archimbal se apagan pasada la medianoche y se ve entrar y salir a muchos expertos en distintos temas.

La enfermedad de López Rega
por el doctor Carlos Capdevila
• Sin conocer los detalles médicos conjeturo que el señor López Rega padece la diabetes del adulto, que es la más fácil de controlar. Teniendo en cuenta que hace más de 10 años que padece la enfermedad todo hace suponer que no es grave y es controlable con dietas y medicación antidiabética.
• Todo diabético adulto lleva como complicación una progresión más acelerada de su arteroesclerosis. Es decir, que es como si sus arterias estuvieran más precozmente envejecidas que lo que corresponde para su edad. Con este dato podemos aventurar que López Rega padece alguna enfermedad arterial; entre ellas, la más común es la enfermedad coronaria.
• Alguien afirma que se desmayó, si fue así se puede pensar que recibe insulina y tuvo un shock hipoglucémico (es decir, falta de azúcar en la sangre o falta de ingesta de hidratos de carbono).
• Un paciente de esa edad puede tener complicaciones en las arterias carótidas o cerebrales. La más grave complicación puede ser una hemiplejía. Si sufre obstrucciones en las arterías de los miembros inferiores provocaría distintos grados de falta de circulación, en las piernas y pies, siendo su más grave consecuencia la llamada gangrena diabética.

Revista Somos
19/3/86

La increíble fuga del ex hombre fuerte de Isabel Perón. España, Suiza, Estados Unidos, Bahamas. El esoterismo. Fraga Iribarne y Licio Gelli. Las peleas entre la Cisneros y la hija del ex ministro. La fortuna.

Para los argentinos es una historia apasionante, todavía sin escribir y con incierto final. Para José López Rega, un largo camino que duró 10 años y 8 meses con un solo objetivo: esconderse y escapar. Escapar y esconderse siempre. Para Luis Prieto, el hombre que lo protegió gran parte de ese camino, el hombre que le dio refugios, documentos y le manejó algunos negocios, es una historia con un final absurdo. Para María Elena Cisneros es —sin dudas—, el momento más crucial de su vida: está en juego no sólo su futuro junto a Lopecito, sino también su inmensa fortuna.
Lo cierto es que esa larga década de fuga del ex hombre fuerte de Isabel Perón comenzó el 18 de julio del '75, cuando López Rega dejó el país con un título de ministro plenipotenciario y enviado personal de la Presidente ante los gobiernos de Europa, en el mismísimo avión presidencial, que lo dejó en Río de Janeiro. De allí López Rega fue en un vuelo de línea a España y se instaló en la quinta 17 de Octubre, la casona donde comenzó su meteórica carrera rumbo al poder, hacia finales de la década del '60. En Buenos Aires ya había algunas causas en su contra iniciadas ante la Justicia (la Triple A y la Cruzada de la Solidaridad, entre otras) que rebotaron inmediatamente en España. Según cuentan fuentes que conocen a fondo la historia, López Rega buscó guarecerse bajo la sombrilla de Manuel Fraga Iribarne, un hombre de peso en la España de entonces, sacudida por la muerte del generalísimo Franco. Lopecito —como suelen llamarlo en los cerrados núcleos de la ultraderecha española— se alteró profundamente al enterarse de que Jorge Cesarsky lo denunció ante la Justicia española acusándolo de usurpar la casa que fuera de Perón en Madrid, y el juez del juzgado 14 inició un expediente, solicitando a la policía confirme o desmienta que López Rega habitaba la quinta 17 de Octubre. A todo esto, en Buenos Aires, la acusación había prendido fuerte y el propio peronismo le cuestionó a Isabel Perón que el ex ministro estuviese habitando la quinta.
Ante ese escándalo —habían pasado ya un par de meses desde que partiera de Buenos Aires— López Rega, que vivía acompañado por sus fieles custodias Luis Almirón y Juan Ramón Morales, se vio obligado a mudarse al hotel El conde Duque de Olivares. En Buenos Aires los cargos en su contra siguieron multiplicándose.
Una de las pocas personas que conocen a fondo esta historia, confió a SOMOS que López Rega trató de llegar a un acuerdo con Fraga Iribarne —ocupó la cartera de Interior hasta julio del '76— para quedarse en España pero sin éxito. Esa fuente agregó que Lopecito recurrió a los oficios de un viejo conocido para tratar de convencer a Fraga Iribarne: Licio Gelli, el entonces poderosísimo jefe de la P-2. Al parecer —nadie lo puede confirmar pero tampoco desmentir— se habría hecho un encuentro decisivo en uno de los restaurantes exclusivos del aeropuerto de Barajas: en una mesa retirada de la vista del público se sentaron López Rega, Licio Gelli y un presunto enviado de Fraga. Las negociaciones —si es que existieron, como cuenta la fuente— fracasan y hombres del gobierno español le dicen a López Rega que debe partir: ya la Interpol española tenía una orden de captura en su contra. En esos momentos apareció en escena un hombre providencial para López Rega: Luis Prieto, quien había sido subsecretario de Vivienda en Bienestar Social, desde 1973 al "76, llegado a Madrid luego del golpe militar. Prieto —tal vez conociendo sus incursiones por las sectas, los ritos ocultos y el esoterismo— usa sólo un nombre para hablar de López Rega: el hermano Daniel. Ese hombre, cubano de origen, sería el hombre clave en los 10 años de fuga.
Prieto hoy tiene dos hijos y es el director de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Florida. Pero detrás de esos datos, Luis Prieto es noticia porque es el hombre que protegió durante muchos años a López Rega, fue el contacto que usó el ex hombre fuerte del peronismo para deambular por España, Suiza y los Estados Unidos. Esto fue lo que habló con SOMOS en Miami:

-En el expediente que está en la Corte Federal de Miami su casa figura como fianza para la eventual liberación de López Rega. . .
—Es verdad, pero se trata de un error. En ningún momento fui consultado.
-¿Quién ofreció la fianza entonces?
—Yo no lo sé. Pero la única persona que conoce dónde vivo es María Elena Cisneros. Yo al abogado defensor tampoco lo conozco. La Cisneros dice que no tiene nada que ver en todo este asunto. ¿Sabe una cosa? Todo esto es un asunto bastante turbio.
-Explique por qué.
—Nosotros; los amigos, conocemos a López Rega como Daniel. Yo protegí a López Rega y le digo que no entiendo por qué Daniel se entregó justo ahora. Ellos tuvieron en Suiza tres juicios por declaraciones falsas: el primero lo ganaron, el segundo lo perdieron y el tercero los obligó a salir de Suiza por tres años. Quiere decir que López Rega se entregó justo cuando vencía el plazo para estar ausente de territorio suizo. De no haberse entregado, en este momento podría estar viviendo nuevamente en su casa de Villeneuve, o en algún pueblito suizo, sin ningún tipo de problemas.
-¿Dónde lo conoció y por qué tiene tanta información de López Rega?
—Fue en el año '72. Yo estaba terminando mi doctorado en la Universidad de Ingeniería de Princeton y un grupo de ingenieros amigos estaba por viajar a Madrid para tener un encuentro con el general Perón.
-¿Cómo fue el encuentro con Perón?
—Perón había conocido la actuación de mi tío Indalecio Prieto en Cuba. Entonces, en seguida nos pusimos a conversar con el general. Regreso a los Estados Unidos y cuando termino mi doctorado decido instalarme en Madrid donde me contrató una empresa mitad española y mitad suiza. En cuanto llegué retomé el contacto con el general y con Daniel. Aquí Daniel me encargó diversas tareas relacionadas con el regreso de Perón a Buenos Aires.
-¿Qué hizo López Rega una vez que deja la Argentina?
—Isabelita hizo caso a las presiones de militares y políticos para que López Rega dejara el gobierno. Entonces le concedió el cargo de embajador plenipotenciario, le otorga un pasaporte diplomático y lo manda a España, sin ninguna misión especial y sin sueldo. En Madrid, Daniel se instala en Puerta de Hierro, goza de la protección de Fraga Iribarne, pero la situación cambia cuando muere Franco.
-¿Qué hizo entonces López Rega?
—Primero se tiene que mudar y deja Puerta de Hierro. Se instala en el hotel Conde Duque de Olivares, donde alquila unos departamentos. Los "fieles" comienzan a abandonarlo. Ve frecuentemente a José Vanni y a otros, pero muchos amigos se le dan vuelta. Finalmente, sus amigos españoles le dicen que Interpol lo está buscando y que tiene que dejar ahí mismo España.

En Suiza
Fue Luis Prieto quien puso a López Rega en contacto con un alto funcionario suizo para que le consiguiera una visa para vivir allí. El ex ministro ingresó a territorio suizo como turista, acompañado por su custodia Almirón. Esa visa de turista dura 3 meses, por lo que López Rega se vio obligado a salir varias veces del territorio suizo para "remarcar" su pasaporte cruzando la frontera y volviendo a ingresar. Vivió al principio en Zurich,en casa de un amigo de Prieto, cuyo nombre todavía se mantiene oculto. Fueron precisamente Luis Prieto y su mujer Conchita quienes ayudaban una y otra vez a cruzar la frontera a López Rega. "Muchas veces los guardias fronterizos se olvidaban de poner los sellos (no es obligatorio) y entonces Conchita tenia que convencerlos que los pusieran, argumentando que a ella le gustan mucho los sellos en el pasaporte...", confió el mismo Prieto.
Agradecido porque, según Prieto, López Rega había salvado la vida de su mujer, el contacto suizo del ex subsecretario de Vivienda le consiguió la residencia suiza. De esta forma, López Rega se instaló en Lausanne, la parte francesa de Suiza. Allí alquiló dos pisos en un antiguo faro remodelado, al borde del lago Leman. Habiendo constatado que Interpol no tenía ningún pedido de captura a su nombre, López Rega vivió varios meses en el antiguo faro, acompañado por Almirón y visitado de vez en cuando por Prieto y su mujer Conchita.
Hasta que llegó el 17 de octubre de 1976, día en que el ex ministro cumple 60 años. Ese día apareció en escena otro personaje clave de la historia: María Elena Cisneros. Según su testimonio, la relación con López Rega comenzó cuando la Cisneros le escribió alguna vez una carta agradeciéndole unos zapatos que el Ministerio de Bienestar Social mandó para ayudar a sus alumnos de jardín de infantes. "Pero desde el día que lo conocí personalmente, sabría que, tarde o temprano, viviría con él", confesó la Cisneros. La pareja se instaló en un departamento más grande, situado cerca de la estación de trenes de Lausanne. En esa época, María Elena Cisneros tenía 25 años y veleidades de gran concertista de piano. Cuentan que por entonces, María Elena Cisneros hacía lo imposible por parecerse a Isabel Perón y, como la ex presidente, se tiñó el pelo de rubio y se peinaba con rodete.
Luis y Conchita Prieto conocieron a la Cisneros en 1977, durante un viaje que hicieron a Suiza. En ese momento López Rega les dijo que había terminado de escribir un libro —El sabio y el hindú— y que deseaba editarlo en, Nueva York. Una vez más, Luis Prieto se puso en acción, movió los hilos y logró que un agente publicitario se interese por la obra. Prieto era, por entonces,profesor en La Universidad norteamericana de Princeton y se presentó una mañana en la embajada de los Estados Unidos en Berna. Pidió dos visas: una a nombre de López Rega, otra a nombre de la Cisneros y él se ofrece como garantía. Su condición de profesor en Princeton fue decisiva para que Estados Unidos le otorgara —con ese aval— la visa pedida. Al día siguiente, compraron los pasajes en Zurich y los cuatro —Prieto, Conchita, López Rega y la Cisneros— partieron rumbo a Nueva York. Allí Prieto llevó a López Rega a una agencia de publicidad que le publicó el libro y abrieron una cuenta conjunta, también a nombre de Prieto. Es decir, que Prieto se transformó en testaferro del hombre más buscado de la Argentina.
De regreso en Suiza, María Elena Cisneros —que ya había consolidado su rara relación con el ex ministro— convenció a López Rega de dos hechos que luego resultarían conflictivos: primero, la necesidad de comprar una casa en Suiza y, luego, la de comprar un departamento en Bahamas. "En 1977 —dijo el arquitecto que administró la casa de Villeneuve, junto al lago Leman— me vino a ver el señor Cisneros (en realidad López Rega, que se hacía pasar por el padre de María Elena) y dijo querer comprarla. Pagó exactamente 490.000 francos suizos. Pidió prestados 300.000 al banco y el resto me lo pagó cash".
-¿Por qué dice que López Rega no era el mismo cuando regresó a Miami?
—Sabían que mi mujer trabaja como periodista y comenzaron a desconfiar. Amigos comunes de aquel momento comenzaron a decir que el problema era María Elena, que lo había aislado. Lo cierto es que Daniel comenzó a tratarse menos con la gente y cada vez tenía menos amigos.
-¿Cuándo les descubrieron la casa en Suiza vinieron directamente a instalarse aquí?
—No directamente. Ellos, como le dije al principio, tuvieron en Suiza tres juicios y recién en marzo del '83 las autoridades suizas los obligan a abandonar ese territorio durante tres años. Después, les perdí el rastro.
-¿Por qué cree que López Rega se entregó al FBI?
—Realmente no lo sé, yo me enteré de eso por los diarios. Cuando leí la noticia comencé a moverme para ver lo que podía hacer, pero hasta ahora no me dejaron entrar en la prisión. Pienso que María Elena tiene mucho poder sobre él y no comprendo por qué se entregó.
-¿Cuál es su conclusión?
—Tampoco entiendo por qué lo defiende un abogado que —por lo que pude averiguar— fue colocado por el FBI. Le aseguro que tengo contactos muy altos con el gobierno norteamericano y nadie puede contestar mis interrogantes por una sencilla razón: en el medio está metido el FBI.

Norma vs. María
En diciembre del '82 llegó de visita a Villeneuve Norma López Rega, hija del ex ministro, viuda de Raúl Lastiri. Su relación con María Elena Cisneros era pésima y de hecho Norma le advirtió a su padre que no podía poner todos sus bienes y cuentas bancarias a nombre de Cisneros. María Elena —cuentan fuentes cercanas a ella— reaccionó con un seco: "No te metas". Una versión que circula ahora por Miami dice que —enojada por lo ocurrido antes— Norma López Rega fue quien avisó a un fotógrafo español —en su paso por Madrid— del paradero del ex ministro. "Le pidió al fotógrafo 20 mil dólares por el dato pero no sé si esto es cierto o si esa suma se pagó. Pero es la versión que tenemos'', dijo a SOMOS una fuente que investiga el asunto.
Cuando esas fotos fueron publicadas —en Buenos Aires por Clarín—, López Rega debió huir precipitadamente hacia Bahamas. Pero todavía no van a la isla de Freeport. lugar al que llegan en marzo del '83. "En ese lugar vivimos tranquilos un tiempo", confirmó la Cisneros. Para tener una alternativa ante algún problema, alquilan al poco tiempo una casa en Miami, situada en el 2805 del Atlantic Boulevard, perteneciente a Paul Zirbser. "Yo tocaba allí el piano y José escribía, estábamos frente al mar pero no íbamos a la playa porque teníamos miedo de que nos descubran", cuenta Cisneros. Luego, en el '84, los Cisneros alquilaron la casa donde ahora vive María Elena, en el número 2210 de la calle 36, en Fort Lauderdale.
Pero la residencia "oficial" parece haber estado en Bahamas, porque la vida entre financistas, hombres de mundo y personas que no tienen interés en averiguar sobre los residentes allí hacen la cosa más fácil. En Bahamas la pareja hizo vida de playa, María Elena equitación con una joven inglesa y López Rega se atendió regularmente su diabetes con el médico Vethel.
Se especula que más cerca del problema de América Central, López Rega entró en contacto con los grupos anti-sandinistas que pululan en Miami. El 13 de marzo último López Rega llegó de las Bahamas cuando se entregó al FBI. Los motivos que tuvo para entregarse siguen siendo poco claros. Una tesis dice que María Elena Cisneros lo convenció para entregarse como el medio más directo de adueñarse de los bienes puestos a su nombre en Suiza y Bahamas. Otras especulaciones dicen que López Rega tiene la seguridad de que todas las causas penales están prescriptas y que sus amigos norteamericanos harán lo posible para que su extradición no tenga lugar. Esas fuentes dicen que López Rega tiene fluido contacto con los grupos derechistas de Miami, quiénes le darán cobertura.
Lo cierto es que hay hechos curiosos. Uno, por ejemplo, es que el abogado defensor Luis Fors es un abogado sin renombre, que para atraer clientes puso un aviso en la guía telefónica ofreciéndose como especialista en divorcios e impuestos. Al parecer —según esas versiones que circulan en Miami— ese abogado le fue sugerido a la Cisneros por el FBI.
Dicen que finalmente la extradición de López Rega quedará en la nada. Pero, por otra parte, está Norma López Rega en Miami, acompañada por el abogado argentino Ortiz, y , al parecer, una abultada suma de dólares para depositar como fianza y lograr la libertad de su padre. Hay quienes dicen que María Elena Cisneros se mueve para lograr la atención de los grupos ultraderechistas de Miami. mientras que otros afirman que se acerca una verdadera batalla entre las dos mujeres para ver quién se queda más cerca del otrora hombre más poderoso de la Argentina. Y también, claro, de la cuantiosa fortuna que pareciera tener inmovilizada hasta que no arregle sus problemas con la Justicia. T. A.
Investigación en Miami: Ana Barón
Fotos: Miguel Rajmil
(Enviados especiales)
SOMOS 26-3-86

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López Rega y el golpe
Los más equilibrados analistas de los últimos años de la historia política de los argentinos coinciden hoy en señalar que las andanzas de José López Rega en la cumbre del poder fueron uno de los factores que desequilibró al ya de por sí inestable gobierno de Isabel Perón y produjo su desemboque en el golpe militar de marzo del '76.
Hubo algunos episodios ocurridos en la intimidad del poder que quedaron sepultados por el paso de los acontecimientos y algunos de ellos —rescatados ahora— dan material para el asombro. Por ejemplo, pocos son quienes saben que fue López Rega quien salvó la cabeza (políticamente hablando) del general Jorge Videla, quien meses después derrocaría al gobierno peronista.
En varios casinos de oficiales, y también en reuniones peronistas se recuerda la crisis militar existente a mediados de mayo del '75, cuando se debatía quién sería el general que reemplazaría como jefe del Ejército al teniente general Leandro Anaya. Por entonces, había dos candidatos: los generales Alberto Numa Laplane y Ernesto Della Crocce.
El primero era el candidato levantado por los sectores nacionales del Ejército, donde se enrolaban algunas vertientes peronistas y de oficiales jóvenes de distinta graduación. El segundo, Della Crocce, era el candidato de los sectores liberales de la fuerza, donde ya se enrolaban —según los analistas de entonces— Jorge Videla y Roberto Eduardo Viola, dos de los militares más activos en la planificación posterior del golpe militar.
Los grupos que apoyaban a Numa Laplane ponían una condición: que el general Videla, jefe del Estado Mayor General, quedara fuera de carrera. O lo que es lo mismo, que debía pasar a retiro. Las negociaciones fueron largas y se dice que Numa Laplane consideró el tema en una reunión con oficiales jóvenes, en la casa de un mayor retirado. Esa vertiente del Ejército decía por entonces que Videla formaba parte de los oficiales golpistas, que terminarían traicionando a la Presidente.
Esa puja interna tenía también su repercusión en la Casa Rosada. Se comenta que por entonces José López Rega se inclinaba por Della Crocce, mientras que un grupo de oficiales jóvenes de la Presidencia presionaba por Numa Laplane, que luego pasaría a la historia como el inspirador de la filosofía del profesionalismo integrado entre el poder militar y el poder político.
Las negociaciones fueron tan complejas, que Videla quedó en disponibilidad durante 5 meses. En todos los resortes del poder que seguían con atención los cada vez más graves problemas que sacudían al gobierno de Isabel Perón y que repercutían también en la estructura militar, se comentaban las diferencias que existían entre el titular del Ejército, Leandro Anaya, y el ministro de Defensa Adolfo Mario Savino.
Se dijo por entonces que quienes comulgaban con la promoción de Videla y Viola mantuvieron una reunión con el canciller Alberto Vignes, a quien habrían asegurado que los dos militares se comprometían a respetar el orden constitucional. También se dijo por entonces que Vignes —en una reunión hecha en el principal despacho de Bienestar Social— puso esos datos en conocimientos de López Rega y que, finalmente, éste movió los hilos para que Videla no fuera dado de baja.
En las primeras horas del martes 13 de mayo, la interna se resolvió: Savino comunicó a las unidades militares que Alberto Numa Laplane reemplazaba a Anaya en la comandancia del Ejército. Después, Videla fue nombrado jefe del Estado Mayor, con lo que el tablero quedó aún todavía más complejo. Con esa decisión, pasaron a retiro los generales Della Crocce (jefe del Estado Mayor Conjunto), Carlos Gómez Centurión (comandante del II Cuerpo) y el titular de Fabricaciones Militares, Horacio Rivera.
En medios militares peronistas, se comentó después que la confirmación de Videla en un puesto de tanta responsabilidad debajo de Numa Laplane, fue el primer paso que se dio en la marcha hacia el futuro golpe de Estado.
En tal sentido, se recuerda que López Rega no pudo poner punto final a uno de los episodios que más irritaban a los militares que tenían la decisión de dar el golpe: los choques entre los custodios personales —donde había civiles, ex policías y ex militares— con la custodia "oficial" de la Presidente, que respondían a la agrupación Seguridad e Inteligencia de la Casa de Gobierno. Las casualidades, en ese terreno, tampoco existieron: hubo circunstancias que las hicieron posible, como el golpe que todos veían y nadie pudo parar.
Tabaré Áreas

"Yo le lavaba los pies"
Se llama María Elena Cisneros. Desde hace 10 años vive con López Rega. No se sabe si es ingenua o se hace la ingenua, si es frágil o dominante, inocente o astuta. Del mismo modo a veces cuesta creerle y a veces convence con enorme facilidad. Dice que comenzó a estudiar danzas a los dos años y medio, es maestra, profesora de danzas y de piano, domina el francés y el inglés, es profesora de jardín de infantes y de técnica de supervisión y dirección de escuelas primarias, tiene título de enfermera, dibujante y pinta cuadros. Confiesa que nunca tuvo novios, pero sostiene, desconcertante: "Tengo 120 hijos, 120 composiciones musicales que son mis hijos", que tiene pasión por andar a caballo; juega al tenis, nada y fue radioaficionada. López Rega escribió un libro acerca de cómo componer música y ella sostiene que aplica el método.
"Cada nota musical tiene su nombre, su ubicación en el pentagrama, su planeta, su flor, su perfume, su planta. Yo compongo como si estuviera manejando letras y no notas. Hago un poema y sale mi música. Supongamos que yo quisiera hacer la música de Ana Barón. No pongo solamente el nombre. Pongo periodista, muchacha interesante, delgada y elegante. Hago una reseña de lo que veo en usted", explica ante mi asombro.
Afirma que lee la Biblia diariamente, que reza el rosario tres veces por día (al alba, a la media mañana y por la tarde) y que López Rega comparte ese fervor religioso. Descarta que el ex ministro sea masón, miembro de logias brasileñas dedicadas a la magia negra y, de golpe, me toma de un brazo y me dice "¿Usted cree que a don José lo van a enviar a Buenos Aires?"
Cuando le pregunto si en ese caso lo acompañaría responde: "Yo le pedí permiso a mamá (el general en jefe de mi casa), pero claro él allá tiene su familia y yo estaría molestando". Cuando le señalo que si después de tantos años de convivir con López Rega la familia de él no la acepta, me responde: "Ay, Ana. Usted sí que es inocente. La esposa de Don José es una mujer anciana. Su hija, Norma, es más grande que yo. Tiene nietos. No sé si quedará bien que yo vaya...".
A los periodistas nos dice "Los muchachos" y tiene la heladera llena de latas de Coca Cola para recibirnos. Se ilusiona que la justicia norteamericana lo dejará salir bajo fianza y por eso preparó una cama en la casa para recibirlo. Pasa de repente de imaginar a López Rega en esa cama "contestando las preguntas de los muchachos" a explicar que lo quieren matar en Buenos Aires "¿Quiénes?" Los peronistas. Los que quieren el poder. No se saben ubicar, deberían mirarse al espejo, se darían cuenta de lo que son."
Afirma categórica que López Rega, que ella sepa, no se entrevistó con Isabel Perón en estos años, pero que sueña con Perón y Evita
casi a diario en su camastro de la cárcel. "El otro día el general le decía Lopecito, que haces que no te venís con nosotros".
En seguida pasa a lamentarse: "Pensar que yo le lavaba los pies. Si no lo cuidan bien se va a morir'' y cuenta que está vestido "que da pena. Tiene un enterito verde oliva que le queda supermal porque él es tan flaquito. . . le queda enorme, se le cae por todos lados''.
Recuerda que el día que se entregó decidió ponerse el traje oscuro que usaba cuando ministro y que como los pantalones se le caían tuvo que sostenerlos con tiradores, implemento que el FBI le quitó una vez detenido. "Por eso tuvo que ir a la audiencia sosteniéndose con una mano los pantalones. Ahora me dieron permiso para llevarle otro traje para la próxima audiencia" que será de color negro, con una corbata azul Gucci.
Relata que "también le tengo que comprar calzoncillos. Si usted viera cómo están los calzoncillos que tiene, llenos de agujeros. Después dicen que es un hombre de plata. Si vieran sus calzoncillos, Dios mío. También tengo que comprarle medias, porque como sufre tanto de los pies usa medias hasta para dormir. Si usted viera esos elásticos, se caen todos".
Tras una larga perorata acerca de lo injusto de las acusaciones contra "Don José" señala que en la cárcel le dieron unos zapatos de varios números más grandes a los que calza. "Parece que anduviera esquiando. Tiene el pie tan chiquito que no había de su número. Si lo vieran, pobre. . ."
Cuenta que el día habitual en compañía de López Rega comenzaba con el rosario a las seis de la mañana. Luego el desayuno —café con leche, crackers y jugo de naranja— y luego ella se dedicaba al piano y él a "sus libros porque está escribiendo sus memorias". Almuerzo a las 12.30, siesta, té y trabajo hasta las 20.30. A veces cine por la noche pero poco. "A veces, mismo, toco el piano después de cenar" (sic).
"A veces Don José canta. Tiene una voz preciosa. Es de tenor. Yo le digo siempre que se parece a Luciano Pavarotti." Le pregunto si canta en la cárcel y me contesta "No, tiene el corazón dolorido. Como quiere que cante si es como un pájaro enjaulado. ¿Ha sentido cantar alguna vez al ruiseñor en la jaula?". El final es a toda orquesta. Me cuenta que los otros presos han tomado a López Rega como confesor: "Creo que sin don José se queda un tiempo más allá esos delincuentes se transformarán en verdaderos angelitos".
A. B. 
Fotos: MR.

Las pruebas contra López Rega
La Justicia lo acusa de estar involucrado en las muertes de Ortega Peña, Alfredo Curuchet, Silvio Frondizi y el coronel Rico, entre otros. Hay más de 180.000 dólares de fondos reservados que nunca fueron rendidos y se tienen los recibos. Los entretelones.


Más allá de los profundos vericuetos jurídicos y políticos que juegan en el ajedrez montado para que José López Rega termine sentado en el banquillo de los acusados, frente a jueces argentinos, la cuestión de fondo pasa hoy por saber si las pruebas acumuladas por la Justicia son lo suficientemente sólidas como para lograr la extradición del ex ministro. Se sabe que hay abiertos tres frentes acusatorios: el manejo de los fondos reservados de la Presidencia, la Triple A y la Cruzada de Solidaridad.
En el primer frente —fondos reservados—, en el juzgado federal del juez Néstor Blondi; se considera que hay pruebas para fundamentar que López Rega usó fondos reservados en forma franca y ampliamente discrecional y que hay presunción de que hubo un apoderamiento ilegítimo por parte de quienes los manejaron. Esas pruebas que el juzgado dice tener fueron enviadas al Tribunal de Miami, y ahora el juez Samuel Smargon deberá decidir si son suficientes para extraditar a López Rega.
Según pudo averiguar SOMOS, en fuentes insospechables, el juez Blondi basa su acusación en cinco puntos que involucran a López Rega en su carácter de secretario privado de la Presidencia de la Nación. En la documentación que tiene el juez de Miami se dan precisiones:
1) Con fecha 30-9-74, López Rega solicitó 5.000 dólares estadounidenses, que fueron recibidos por Carlos Alejandro Villone, en su calidad de jefe de la Secretaría Privada, es decir, subalterno directo del ex hombre fuerte de Isabel Perón. La Justicia tiene el memorándum pidiendo las divisas firmado por López Rega, a cuyo pie figura el recibido por Carlos Villone. Esos fondos fueron canalizados con formularios del Banco Nación, Casa Central, que acreditan el débito de las divisas en la cuenta corriente oficial N° 4724, de fondos reservados.
2) Con fecha 2-10-74, el ex ministro pidió 1.400 dólares estadounidenses, que fueron recibidos en la misma fecha por Villone,según consta en el memorándum firmado por López Rega y su hombre de confianza. También en este caso el débito corrió para la cuenta N° 4724.
3) Con fecha 9-10-74, López Rega recibió 1.500.000 pesos argentinos de entonces, equivalentes a 150.000 dólares. Aquí no intervino Villone, sino que el propio López Rega recibió el dinero, según el recibo firmado y cuyo original estaría ahora en un sobre reservado en el juzgado. Esta suma fue cargada a la cuenta "gastos Ley 18.302 S".
4) Con fecha 12-11-74, López Rega pidió 500.000 pesetas y 10.000 dólares estadounidenses. Al día siguiente, Villone recibió 200.000 pesetas y 15.100 dólares, en sustitución de la suma originalmente pedida. Los documentos probatorios están en otro sobre reservado, que incluye una declaración jurada dirigida al Banco Central, firmada por el ex subsecretario técnico Luis Caballero, formularios del Banco Nación y probanzas de que los fondos fueron destinados a "atención de gastos comprendidos en el decreto ley 18.302 S".
5) Con fecha 24-7-75, el secretario técnico y privado de la Presidencia, Julio Carlos González, el subsecretario técnico, Luis Miguel Caballero, y el director general de Administración, Vicente D'Attoli, cumpliendo órdenes expresas de Isabel Perón —según declararon—.obtienen 11.000 dólares con cargo a la cuenta especial 408 de la Presidencia. Al día siguiente entregaron esos fondos a José Miguel Vanni, para su posterior depósito en manos de López Rega. Esos fondos eran en concepto de viáticos por 30 días y gastos de propaganda y promoción nacional ante los países de Europa, a raíz del cargo que se le dio a López Rega cuando salió del país. Al parecer, López Rega recibió en el exterior la suma aludida. La documentación tiende a probar la presunción de que López Rega hizo apoderamiento ilegítimo de esos fondos, en clara infracción al artículo 261 del Código Penal.
Todos esos retiros fueron hechos por López Rega en su carácter de secretario privado de Isabel Perón. Sin embargo, cuando la ex presidenta declaró ante la Justicia, dejó expresa su sorpresa por la cantidad de dólares adquiridos por López Rega, aclarando que ella no dio autorización para tales operaciones. En conjunto esas operaciones totalizaron 182.400 dólares.
La declaración de Isabel fue recogida por los jueces y puesta en el paquete de pruebas acusatorias contra López Rega, acusándolo de manejo irregular de esos fondos reservados. Según dijo Isabel Perón, las extracciones de fondos ordenadas por ella fueron hasta la suma de 15.000 dólares y las demás operaciones fueron hechas sin su consentimiento. "No recuerda en absoluto, o mejor dicho no está segura, de haber dispuesto se le proporcionara a López Rega 11.000 dólares o ninguna cantidad de moneda, en ocasión de su última partida del país. . .", se lee entre las pruebas que tiene el juez de Miami.
En el juzgado de Blondi, donde se centralizó esta parte de la investigación, sostienen que fue secuestrada la totalidad de la documentación referida a gastos reservados y que de allí no se infiere de manera alguna que López Rega y/o su subalterno Villone hayan dado cuenta del destino corrido por esos 182.400 dólares.
Para quienes trabajaron juntando las pruebas, Villone aparece percibiendo a lo largo de un prolongado período "importantes cantidades de dinero, muchas de las cuales también tienen destino desconocido". Los jueces afirman que Villone dependía directamente de López Rega (en su carácter de jefe de la Secretaría Privada de la Presidencia de la Nación) y que parece inverosímil que el ex ministro de Bienestar Social, ahora detenido en Miami, no supiera del manejo que se daban a dichos fondos reservados.
Pero eso no es todo. En el Anexo II de las pruebas enviadas a Miami, se habla de extractos de cuenta y certificados de depósito a plazo fijo por 100.761,29 pesos argentinos de aquella época, de otros por 57.000 dólares y un tercero por otros 200.000 dólares respectivamente.
Como López Rega nunca fue un hombre de fortuna (al menos no la tenía cuando se acopló a Juan Domingo e Isabel Perón para dedicarse a la política), se deduce que esos montos —257.000 dólares tomando en cuenta los depósitos solamente en moneda norteamericana— mucho tendrían que ver con el manejo irregular de los fondos reservados que le achacan los investigadores. La presunción se agudiza al saberse que el depósito por 57.000 dólares fue efectuado a la orden conjunta del Ministerio de Bienestar Social cuando —según surge del expediente 1598 de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas— dicho ministerio nunca fue titular de esta cuenta. "Tal actitud evidencia —dice la investigación— el propósito de ocultar la existencia de un importante patrimonio personal de origen no clarificado."
Sin embargo, esos montos en juego parecen no guardar relación con la magnitud de la fortuna que siempre se le achacó a López Rega y los métodos poco ortodoxos —al menos— para manejar los fondos reservados a los que tuvo acceso cuando fue el hombre fuerte del gobierno peronista.
En los ambientes políticos siempre se tuvo la presunción de que el operativo Libia le dejó grandes utilidades a López Rega: se habló de unos 35 millones de dólares como comisión personal, los cuales habrían sido depositados en la banca suiza. Sin embargo, ese punto no aparece en la documentación que ahora estudia el juez Samuel Smargon en Miami.

Los crímenes
Otro frente abierto en la estrategia para extraditar al ex ministro de Bienestar Social es el de la Triple A. En el juzgado del doctor Fernando Archimbal (que lleva la causa 65/11) dicen que las pruebas reunidas llevan a sostener que López Rega fue el creador y fundador de la Triple A y que él era quien señalaba a las víctimas o daba el visto bueno para su ejecución. También era quien facilitaba los medios económicos y las armas, además de la impunidad.
En los documentos que están en Miami se lo vincula a López Rega con los siguientes crímenes y se relata una sucinta cronología para remarcar las características con que funcionaba la organización.
- Hipólito Solari Yrigoyen: el 21 de noviembre del '73, el entonces senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen fue víctima de un atentado, episodio que se atribuyó la Triple A. Luego de ese suceso, "muchos y variados crímenes fueron cometidos en el país, que de distintos modos se adjudica la empresa criminal que optó por llamarse Triple A".
- Rodolfo Ortega Peña: el 31 de julio del '74, Rodolfo David Ortega Peña y Elena Villagra de Ortega Peña fueron sorprendidos al descender de un taxi (en la esquina de Pellegrini y Arenales, de Capital) por un grupo armado que acribilló sus cuerpos. El ex diputado murió y su compañera quedó herida. El atentado fue reivindicado por la Triple A.
- Alfredo Curuchet: el 10 de setiembre del '74 es ametrallado igual que Ortega Peña y su cadáver abandonado con las manos atadas a la espalda, en San Isidro.
- Julio Tomás Troxler: 10 días después (20 de setiembre), desde un automóvil fue arrojado Troxler, quien fue acribillado. En el comunicado atribuyéndose el hecho, la Triple A recordó, "con lamentable vanidad'', ser la autora de los homicidios de Ortega Peña y Curuchet.
- Silvio Frondizi: el 27 de setiembre, un numeroso grupo entró en el domicilio de Luis Ángel Mendiburu y de su cónyuge, Silvia Isabel Frondizi de Mendiburu, trasladándose luego al departamento de Silvio Frondizi (padre de la última) quien es obligado a acompañarlos: cuando Mendiburu intenta evitar el traslado es fríamente ametrallado. La Triple A anunció su ejecución y el lugar dónde sería encontrado el cadáver.
- Carlos Ernesto Lahan y Pedro Leopoldo Barraza: el 13 de octubre del '74 sus cadáveres aparecieron a metros del arroyo Cildañes, acribillados a balazos de un modo similar al de los otros sucesos.
- Coronel Martín Rico: el 27 de marzo del '75, en Almafuerte y Montes de Oca, es encontrado el cadáver del coronel Martín Rico, quien se hallaba investigando las actividades de la Triple A y de su jefe, López Rega. Rico se desempeñaba en la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto.
Con estos casos, en el juzgado de Archimbal se dejó en claro la existencia de la Triple A como una organización para delinquir con un objetivo preciso: eliminar a todo quien obstaculizara los proyectos de López Rega.
En el paquete de pruebas consta la declaración de Mario Justo Gaggero, periodista del entonces diario El Mundo, quien sufrió un atentado por oponerse a los planes de López Rega. En la declaración consta que el ex ministro de Economía, José Ber Gelbard, le dijo a Gaggero, respecto de su labor periodística: "Para qué ataca a la política económica, si en realidad su verdadero enemigo es López Rega y la Triple A". Gaggero también relata cómo Luis Margaride, subjefe de la Policía Federal, le dijo tras el atentado de que fue víctima: "La cosa viene muy de arriba". Eso hace presumir que se refería a López Rega.
A la hora de probar cómo y por qué López Rega era el responsable de la organización, la documentación arribada a Miami expone tres testimonios clave.
- El de Aníbal Gordon: afirmó ante el Tribunal que en su paso por el Servicio de Inteligencia del Estado tuvo conocimiento de que el jefe de la Triple A era López Rega. Recogió esta información en 1974, agregando que en los servicios de informaciones se sabía que la Triple A tenía su cabeza y su comando en el entonces ministro de Bienestar Social.
- El de Rubén Darío González Figueredo (confeso y procesado integrante de la Triple A): dijo ante el Tribunal que López Rega, a través del jefe de su custodia, había organizado los primeros grupos denominados con esa sigla. Que esa organización debía exterminar a los comunistas por cualquier medio, legal o ilegal.
- El de Salvador Horacio Paino: narró cómo creó la organización delictiva y el papel que en ella jugó López Rega (ver recuadro). Los investigadores tomaron como clave este testimonio para usarlo como prueba contra López Rega. "'López Rega tenía en su poder la lista de las personas que debían ejecutarse", dijo Paino.

Las armas
Un párrafo de la declaración que viajó a Miami es considerado clave. Dice: "Como se ve, no sólo existen pruebas directas de la existencia del grupo que se investiga, sino también de que el mismo fue creado por Rega, para tener un brazo ejecutor de sus planes personales: todas sus víctimas se le oponían. Surge del testimonio de los allegados a las víctimas que estas fueron ejecutadas con posterioridad de recibir amenazas por oponerse a López Rega; y en el caso de que sin oponerse a éste se intentara investigar sus actividades, la suerte era la misma, tal como lo muestran los atentados sufridos por el coronel Rico y el diputado Porto''.
La pruebas acusatorias provienen de los testimonios brindados por Manuel Gaggero, Alejandro Ferreira Lamas, Eduardo Luis Duhalde, Aníbal Gordon y González Figueredo y Héctor Sandler, entre otros. Sin embargo, por el momento no se conocen elementos probatorios más contundentes que las declaraciones de esos testigos respecto de la responsabilidad de López Rega sobre la Triple A.
Por otra parte, el capítulo armas también salta al tapete. En el Anexo 18, se habla de la gran existencia de armas halladas en el Ministerio de Bienestar Social, que comandaba el ex ministro y que no tenía ninguna razón lógica para estar allí. Se le imputa a López Rega haber establecido un negocio de armas largas con Libia, para armar el arsenal de la Triple A. Se dice que las ametralladoras Sterling, que López Rega intentó importar por intermedio de sus colaboradores, fueron sustraídas de la Aduana por sujetos que burlaron a los custodios diciendo que eran hombres de López Rega. "Esos hombres que fueron enviados por López Rega, quien sabía de la existencia del embarque y dónde estaba interdicto, proporcionaron además el número de documentos que identificaba la importación, como para que todo pareciera regular", dice la investigación.
A raíz de todos esos hechos, el juez Archimbal dictó la prisión preventiva de José López Rega para pedir luego su extradición a Miami, que ahora deberá ser resuelta en la nueva audiencia fijada por el juez Samuel Smargon. Sobre el pedido hecho por la doctora Amelia Berraz de Vidal (sobre la Cruzada de Solidaridad) las pruebas también están en Miami, pero se considera que no tendrán la espectacularidad que sí tienen las referidas al manejo de fondos reservados y la Triple A. De la contundencia o no de esas pruebas, hablará en su fallo Smargon, quien ya tiene algo en claro: no se trata de una persecución política, sino de graves acusaciones por las que alguien tendrá que responder.
Tabaré Áreas
Investigación: Miami: Ana Barón
Buenos Aires: Daniel Hadad


Los fondos

• El 30 de septiembre del '74 pidió 5.000 dólares, que fueron recibidos por Carlos Alejandro Villone, en su calidad de jefe de la Secretaría Privada de la Presidencia. Constan en formularios del Banco Nación, Casa Central, acreditados en la cuenta N° 4724 de fondos reservados.
• El 2 de octubre del '74 pidió 1.400 dólares, que fueron recibidos en la misma fecha por Villone. Consta en un memorándum firmado por López Ruga, recepcionado por Villone. en formularios del Banco Nación. Cuenta 4724. Pruebas en un sobre reservado que tiene la Justicia.
• El 9 de octubre del '74 recibió 1.500.000 pesos argentinos (150.000 dólares al cambio oficial), según consta el recibo que él mismo firmó y que está en un sobre reservado. La suma fue con cargo a la cuenta "Gastos Ley 18.302 S" López Rega recibió en persona esa suma.
• El 12 de noviembre del '74 pidió la suma de 500.000 pesetas y 10.000 dólares. Villone recibió la suma de 200.000 pesetas y 15.100 dólares, en sustitución del monto pedido. Fueron cargados a la cuenta para atender el decreto ley 18.302 S y constan en formularios del Banco Nación.
• El 24 de julio del '75, Julio González y otros funcionarios obtienen 11.000 dólares con cargo a la cuenta especial 408 —Presidencia de la Nación— que entregan a José Vanni, quien lo hace llegar a López Rega en concepto de viáticos y propaganda para la misión que debía cumplir en Europa.


Los crímenes
• El 31 de julio del '74, Rodolfo Ortega Peña y su compañera fueron acribillados en pleno centro. El legislador murió. El acto criminal fue asumido por la Triple A, quien ya había amenazado a Ortega Peña.
• El 10 de septiembre del '74, fue ametrallado Alfredo Alberto Curuchet. Estaba amenazado por la Triple A y su cadáver fue abandonado, con las manos atadas a la espalda, en la localidad de San Isidro.
• El 20 de septiembre del '74, es muerto a tiros, tras arrojarlo de un automóvil Peugeot, Julio Tomás Troxler. La triple A se adjudica el hecho y recuerda en el comunicado la suerte corrida por Curuchet y Ortega Peña.
• El 27 de septiembre del '74, un comando rapta en su domicilio a Silvio Frondizi y mata a Luis Ángel Mendiburu. Frondizi apareció acribillado poco después en los montes de Ezeiza, donde la Triple A comunicó que lo fueran a buscar.
• El 13 de octubre del '74, aparecieron los cadáveres de Carlos Lahan y Pedro Barraza, en el arroyo Cildañez. Fueron acribillados por la Triple A y además del comunicado de norma se adjuntó credencial de Lahan.
• El 27 de marzo del '75, apareció muerto el coronel Martín Rico, jefe de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto, quien investigaba a la Triple A. El cadáver fue encontrado en Almafuerte y Montes de Oca, Capital.


Qué pasó en Miami
Apareció demacrado, con la cabeza baja, como mostrando una gran depresión. Con un traje azul idéntico al que usaba cuando era ministro, camisa blanca y corbata al tono, José López Rega se sentó en la sala y esperó el comienzo de la audiencia. A las 10.45 del lunes 28 de abril, en la sala 9 de la Corte Federal de Miami, la fiscal Karen Moore se levantó y dejó frente al juez Samuel Smargon una pesada caja: tenía unas 2.000 hojas de expediente. "Son los cargos contra el señor López Rega", dijo al magistrado.
De esa forma comenzó otro tramo del proceso que comenzó el 21 de febrero, cuando Argentina pidió ante Estados Unidos la detención de López Rega. Luego vino la entrega del acusado, el 13 de marzo, y a partir de ese momento comenzaron a correr los 45 días que tuvo la justicia argentina para presentar los cargos contra el ex hombre fuerte de Isabel Perón y fundamentar el pedido de extradición.
"Fue un trabajo impresionante. No sólo trabajaron los jueces en Buenos Aires, sino que en la Cancillería se trabajó día y noche, porque el plazo no era muy largo", dijo Raúl Vinuesa, director de Asuntos Jurídicos del ministerio de Relaciones Exteriores, presente en la sala.
El inicio del trámite judicial dejó en claro desde el principio que las cosas no irían bien para la defensa de López Rega, compartida por Luis Fors, un abogado cubano que reside en Miami, y por Juan Carlos Ortiz Almonacid, que viajó especialmente desde Buenos Aires. En la sala, escuchaban el desarrollo con paciencia casi oriental Patricio Kelly, Norma López Rega y algunos funcionarios judiciales.
El planteo de posiciones fue claro: la fiscalía, actuando principalmente por Pamela Stuart, asignada por la oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia de Washington -y que viajó recientemente a Buenos Aires para interiorizarse del tema- sabía lo que debía decir y cómo hacerlo: exposiciones claras, precisas, que ayudaran a interpretar al juez lo que había detrás de las 2.000 densas hojas de expediente.
Para eso preparó una minuta que leyó en 5 minutos y dejó en libertad de acción al magistrado. Pamela Stuart habló en Buenos Aires con los jueces Blondi, Archimbal y Berraz de Vidal sobre las causas y sus elementos probatorios. Lo cierto es que de los 5 cargos que había presentado el gobierno argentino contra López Rega en febrero último, sólo tres fueron retenidos en el pedido de extradición: Asociación ilícita o Triple A (número 65/11); Cruzada de Solidaridad (número 34/42) y malversación de fondos reservados (90/21).
Quedaron en el camino los cargos sobre la cruzadita y por fraude.
Cuando le tocó el turno de a defensa, quedó en claro que no existía igual grado de entrenamiento y precisión que el aportado por la fiscalía. Luis Fors cruzó una mirada con López Rega y pidió la palabra, como dejando en claro que la mejor defensa proviene de un buen ataque. Insistió en que la persecución contra López Rega es política y que su cliente no "puede seguir detenido en la cárcel sin razón".
En realidad Fors no sólo asombró al público, sino también al juez y al fiscal, ya que la audiencia era de status: la parte argentina presentaría los cargos contra López Rega y luego el juez levantaría la sesión convocando a una nueva audiencia. Este paso permitiría al juez interiorizarse sobre la documentación llevada desde Buenos Aires y a la defensa tener la posibilidad de diagramar su estrategia según los nuevos elementos en juicio.
Pero nada de eso ocurrió: Fors llamó a Juan Carlos Ortiz como testigo, afirmando tener pruebas irrefutables contra los cargos presentados por los jueces argentinos para fundamentar la extradición del ex ministro. El juez Smargon aceptó, pero antes aclaró que no decidiría nada en el día de la fecha, detalle que, al parecer, no registró la defensa. Ortiz miró rápidamente a Fors, luego a López Rega, sentado a su lado, frente al estrado, y comenzó a hablar en un tono hiriente, sin reflejar mayor seguridad en sus dichos. Todo lo contrario al papel jugado por Pamela Stuart.
Ortiz habló durante media hora, mirando continuamente a Fors y perdiendo el hilo de la exposición en varias oportunidades, alejándolos del tema central en discusión: la validez o no de las pruebas por las que se pedía la extradición.
Ortiz hablaba y el juez se iba enervando porque el discurso poco y nada tenía que ver con el tema en estudio. En un momento dado Smargon lo detuvo con un seco y cortante: "Yo no sé sobre lo que usted está hablando. Estoy perdido, no conozco nada sobre esas causas". A continuación pidió un break.
A todo esto, María Elena Cisneros —que jugaba con un largo par de guantes entre sus manos y rozaba sus zapatos sobre el piso —mantuvo un entredicho con Guillermo Patricio Kelly por la propiedad de un dibujo que un artista había hecho de la audiencia, ante la imposibilidad de que ingresara un fotógrafo a la sala.
Cuando todo comenzó, el juez Smargon estaba decidido a posponer la audiencia para más adelante, finalmente fijada para el 21 de mayo. Quienes siguen de cerca el proceso resaltan que el magistrado hasta el momento no le dijo sí a ninguno de los pedidos formulados por los defensores Fors y Ortiz, al menos en las cuestiones de fondo. Es que para la justicia americana no es demasiado serio fundamentar una defensa de extradición basándose en argumentos que toquen a la emoción del magistrado más que a la razonabilidad y veracidad de los elementos que fundamenten ese paso. Y hasta el momento la defensa de López Rega fracaso en todos los intentos de conmover la emoción del magistrado levantando como bandera la persecución política y el estado de salud que padece José López Rega, ahora alojado en el correccional de Miami.
Esos mismos observadores no dejan de resaltar que todavía no es posible ver hasta qué punto las pruebas alcanzadas a Miami por la justicia argentina se convertirán en elementos refutables para conceder la extradición, teniendo en cuenta lo difícil de las acusaciones que deberán probarse: principalmente en lo que hace a la actividad de López Rega en la Triple A.
Los analistas estiman que Fors y Ortiz seguirán —como estrategia— tratando de politizar la causa, haciendo largas exposiciones. La fiscalía, por medio de Moore y Pamela Stuart, todo lo contrario: exponiendo razones antes que emociones. Si ese juego se cumple, es más que probable que la extradición este ahora muy cerca.
Ana Barón
(Enviada especial a Miami)


Lo que no dijo Paino
Salvador Horacio Paino cobró cierta notoriedad en 1974 cuando denunció a la Triple A ante la Justicia, de la misma manera que dos años más tarde lo haría ante una comisión investigadora parlamentaria encabezada por el hoy ministro del Interior, Antonio Tróccoli. Pero Paino fue efectivamente tenido en cuenta recién a partir de un reportaje que en setiembre del '84 dio a la revista Gente. Ese testimonio forma parte del pedido de extradición que la justicia argentina presentó en los Estados Unidos contra José López Rega. Esas aseveraciones "sólo le han valido" a Paino "su procesamiento y que se requiriera su captura, por lo que débese aceptar su testimonio como veraz en tanto en nada se benefició con el mismo'', dice el escrito para apuntalar al testigo.
En aquel reportaje, Paino dijo: "La orden de formar la Triple A fue dada por José López Rega, en diciembre de 1973, quien sugirió el nombre de "Alianza Antiimperialista Argentina" (AAA).
- La Triple A tenía como objetivo inicial "organizar un operativo tendiente a recuperar, aunque sea por pocas horas, las islas Malvinas" y "combatir al terrorismo' '.
- La Triple A "era un organismo ilegal (. . .) Las Fuerzas Armadas tienen que actuar siempre dentro de un determinado contexto legal, ético y moral, del cual generalmente no pueden -o no podían- sustraerse. En cambio, para una organización paramilitar con visos de privacidad, eso era posible".
- En la Triple A "había jefes de grupo. Ellos conocían únicamente a la gente que formaba parte de su grupo. No conocían a los demás jefes de grupo y recibían órdenes telefónicamente''.
- Los jefes de grupo eran todos miembros de la custodia de López Rega que habían tenido grado en alguna fuerza de seguridad. El jefe era López Rega. . .".
- "La organización se conocía por letras que, en algunos casos, identificaban también a sus hombres: A, Almirón (Rodolfo); B, Rovira; C, Coquibus; D, Braulio López; E, Farwason (alias El Inglés), y F, Pasucci."
- "Se cometieron crímenes. Se cometió el crimen de (José Ignacio) Rucci. Rucci fue muerto por la custodia de López Rega."
- Ese dato llegó a Paino a través de las declaraciones de "un tal David, cuyo apellido me reservo por ahora y sólo daré ante un juez (. . .) No pudo soportar las presiones emocionales de tal hecho y me lo confesó, cuando habían regresado en horas del mediodía, con las armas todavía calientes, después de haber dado muerte al dirigente sindical" (. . .) "Estaba desesperado. Recuerdo que me dijo: 'Nos equivocamos Painito; en ésta metimos la pata'."
- A Rucci lo mandaron matar porque "el primer enemigo de López Rega era José Ignacio Rucci, porque pienso que López Rega intuía que lo único que lo separaba a él totalmente de Perón era la personalidad de Rucci, que siempre se había mantenido fiel al movimiento y era un hombre derecho".
- El armamento para la AAA —ametralladoras Stein con silenciador— era conseguido a través de un intermediario paraguayo e ingresadas al país con apoyo de López Rega, "sin ningún tipo de problemas".
- Entre las acciones de la Triple A, Paino recordó un atentado contra el diario "Clarín" y "las muertes de un profesor universitario cuyo nombre no recuerdo, la del padre Mugica, del gremialista Atilio López, del ideólogo nacionalista Jordán Bruno Genta, varios operativos más de colocación de bombas en la revista 'El Descamisado', en algún hotel, y contra el radical Hipólito Solari Yrigoyen".
- Paino comienza a oponerse a la Triple A "porque se desvirtúa el objetivo para el cual había sido creada. Es decir, se empieza a asesinar gente a mansalva, comienza el secuestro de personas, secuestros extorsivos. . .". Paino hizo su primera denuncia después del asesinato del diputado Rodolfo Ortega Peña.
- "Las listas de personajes a atacar solían estar sobre el escritorio de López Rega."

revista somos
30/04/86

 

La vuelta de López Rega
SOMOS viajó con el ex ministro en el avión. Lo que dijo a los policías que lo custodiaban. Sus miedos. Las causas que lo esperan. Una vez en Buenos Aires, se encontró con que seguía la lucha para lograr que un abogado quiera defenderlo. Cómo vive y qué piensa en la U-22. Su estado de salud. Los bienes con que se quedó María Elena Cisneros, ahora en Miami. Las indagatorias.


'Usted le ha hecho mucho mal a nuestro país, mucho mal. Usted es un ladrón y un asesino. Dios quiera que lo condenen'. López Rega no atina a reaccionar. Tampoco los policías que sentados a su lado tienen justamente como misión evitar este tipo de incidentes. Dora Sinego, 53 años, es la única persona que se atreve a decir en voz alta lo que otros pasajeros piensan en voz baja, o comentan en el fondo del avión.
Ocurre que la presencia del ex ministro de Bienestar Social intimida. De hecho, hasta hace solo tres meses López Rega era el hombre más buscado de la Argentina. El fugitivo número uno de nuestro país. Hoy, en la Unidad Penitenciaria Número 22, no le queda otra alternativa que enfrentarse a los cargos que se le han imputado: malversación de fondos públicos, asociación ilícita y homicidio cometido en repetidas ocasiones (ocho). Durante su juicio, los argentinos seguramente descubrirán cosas que algunos hubiesen preferido olvidar. Pero la Justicia no olvida y a pesar del tiempo transcurrido tendrá que establecer la sentencia. Sentado en el asiento F de la fila 25 del DC 10 de la compañía Eastern, López Rega no ignora lo que le espera. Sin embargo rodeado de sus custodios se lo ve muy tranquilo. No hay duda de que influye en su estado de ánimo su pasado de policía. Es como si se sintiese muy a gusto entre los suyos. "No se preocupen, yo no me voy a escapar. tengo la conciencia tranquila y además conozco muy bien el trabajo que les han encargado", les dice cuando faltando pocos minutos para el embarque, los policías le retiran de sus puños, en el aeropuerto de Miami, sus esposas.
¿Vamos a viajar con López Rega, se pregunta uno de los pasajeros que acaba de descubrirlo en el contador de Eastern. "Si es así yo o me embarco. Seguro que han puesto una bomba. ". "No hay derecho", exclama otro pasajero también seriamente preocupado. "¿Por qué no lo llevan en un avión particular?"
De hecho, aunque no lo parezca, los policías argentinos apoyados por los norteamericanos han tomado una serie de medidas de seguridad. En primer lugar, hasta último momento nadie supo ni cómo ni dónde las autoridades norteamericanas entregarían a López Rega a las autoridades argentinas. Existían tres alternativas: en la Corte Federal de Miami, en el Consulado Argentino o directamente en el aeropuerto. Se optó por esta última alternativa.
En segundo lugar, tampoco se sabía el día y la hora en que efectuarían el viaje, ni cuál sería la compañía aérea que elegirían. De hecho, López Rega llegó al aeropuerto de Miami con dos pasajes: el de Eastern para el vuelo 027 de las 22.50 horas y otro de Panam para media hora más tarde.
Por último, media hora antes del embarque, todo el personal de abordo (azafatas y pilotos), fue informado sobre el hecho de que "un criminal argentino" viajaría en ese vuelo. "Al principio la idea me asustó muchísimo", confesó luego a SOMOS Dona Lee una de las azafatas.
Mientras que el cónsul Marcelo Huerga termina con los últimos trámites legales, López Rega permanece cabizbajo, custodiado por agentes del FBI y alguaciles.
Cuando por fin se presentan el jefe del Departamento de Delitos de la Policía argentina, comisario Osvaldo Guevara, el jefe de Investigaciones Preventivas, Juan Carlos Baffini, el oficial de Interpol José Dionision. y el médico de la Policía Federal que trabaja en el Hospital Churraca, Eduardo Emilio Cappa, López Rega sonríe. En cuanto se instala en el asiento F de la Fila 25 del avión comenta muy excitado: "Muchas veces sueño con la Policía argentina. Sobre todo por la mañana vuelvo a ver viejas caras. Me acuerdo de la época en que serví en la Policía con mucho orgullo. ¡¡¿Y pensar que ahora dicen que soy un criminal!!! Pero, ¿cómo voy a ser un criminal si siempre fui un buen policía?".
Ninguno de los policías se atreve a responderle. Entonces el monólogo continúa: "Cuando estaba en el gobierno siempre me preocupó mucho la relación entre la Policía y las Fuerzas Armadas. Creo que a veces hay entre las dos instituciones fricciones que no deberían existir. En realidad, tienen que trabajar juntas, tienen que cooperar. No se puede aceptar que la subversión vuelva a infiltrarse de la manera en que estaba infiltrada mientras nosotros estábamos en el gobierno".

MIEDO. En Buenos Aires las medidas de seguridad son consideradas por los especialistas como de "extrema rigurosidad". Nadie quiere admitirlo públicamente, pero lo cierto es que la hipótesis de un atentado contra López Rega no es descartada de los cálculos policiales o judiciales. Guillermo Patricio Kelly había dicho que el ex ministro seria asesinado en Buenos Aires y mencionó que "a López Rega podría ocurrirle lo mismo que al jefe de la mafia italiana, Michele Sindona, quien murió en la cárcel luego de beber veneno". Las medidas de seguridad fueron notables en las inmediaciones de Tribunales, donde se pudo observar a tiradores con armas largas —ametralladoras y fusiles de distintos calibres— apostados en posición de tiro, arriba de las tanquetas policiales. Cuando un cronista le preguntó el porque de semejante operativo a un jefe policial, éste respondió: "Nada es suficiente. Yo sé por qué se lo digo. . ." Posteriormente, pudo saberse que los jefes de la U-22 manejan como cierta y veraz una amenaza contra su vida recibida por López Rega en las últimas horas.
En voz baja López Rega protesta: "María Elena Cisneros me ha dicho que los periodistas argentinos la han tratado muy mal. Yo no entiendo por qué la prensa está en contra nuestra. No se imagina cómo me duele esa actitud. Quiero mucho a mi patria. Sueño con la bandera argentina como con el general Perón. Siempre quise volver. Y ahora que vuelvo la gente que antes me apoyaba me da la espalda. Eso es una injusticia que seguramente Dios se encargará de corregir. Dios es justo y yo confío en El".
Llega el momento del aperitivo. La azafata. Dona Lee le ofrece un jugo de frutas, un whisky. Entonces. López Rega explica que es diabético "Mejor déme un vaso de agua". Retomando su monólogo dice: "A Isabelita también la han tratado muy mal en los diarios". Sin duda, todavía está grabado en su memoria el momento en que durante el último interrogatorio que tuvo lugar en la corte de Miami. la fiscal Pamela Stuart le preguntó si antes de casarse con Perón, Isabelita era una bailarina en Panamá. Este tema lo exasperó, creando mucha tensión en el diálogo que se desarrolló textualmente de la siguiente manera:
Pamela Stuart: —¿La señora Isabel de Perón era bailarina en aquel entonces?
López Rega: —En aquel entonces yo no la conocía.
Pamela Stuart: —Bueno señor, pero usted nos ha dicho que conoce bien la historia y la política de ese período.
López Rega: —Con los cuentos mal intencionados de los periódicos; sí, conozco muy bien ese período.
Pamela Stuart: —Usted conoce entonces los informes que indican que la señora de Perón era antes de casarse con Perón una bailarina en un club nocturno.
López Rega: — "Wait a minute" (dice: "espere un minuto": en inglés) Si la señora de Perón era una bailarina y si eso implica algo tan sucio como lo es la prostitución, entonces muchas señoras en el mundo, muchas de las cuales llegaron a ser primeras damas, tendrían que ser consideradas como prostitutas. (...)
Pamela Stuart: —¿Es verdad que la señora de Perón asumió la presidencia el 29 de junio de 1974, un día antes de que muriera Perón?
López Rega: —No, no,. permítame que le explique. Le explicaré a usted porque es mi deber. Dos excepciones, joven, porque las preguntas que usted está haciendo son más bien insolentes.
Pamela Stuart: —Señor es mi deber preguntarle. Y pido a la corte que le diga al testigo que responda mis preguntas.
López Rega: —Pero no insulte. Yo no acepto eso.
Juez: — (...) Necesitamos que nos ayude.
López Rega: —Yo quiero ayudarlo, pero soy un gentleman y no puedo hacer otra cosa que defender a la dama que fue la primera mujer presidenta en América latina.
Juez: —Déjeme explicarle, señor López Rega. La persona que necesita defenderse es usted. No se preocupe por el general Perón. No se preocupe por ninguna de sus dos mujeres. Preocúpese por usted.
López Rega: —Su señoría, le aconsejo a la señorita fiscal que haga lo mismo. Que se preocupe de mis cuestiones y no de las cuestiones de la señora de Perón.

Entre la carne y el pescado. López Rega opta por la carne, que viene acompañada con zanahorias y fideos. Le ofrecen vino argentino, lo que le da pie para interrumpir sus reflexiones sobre Isabelita y volver a su tema favorito: la Patria. "Hace tanto tiempo que no veo vino argentino" . comenta. "Es increíble cómo estando exiliado en el extranjero uno aprende a apreciar más las cosas nacionales. Claro, se extraña tanto a la patria. ¡¡¡Con lo que a mí me gustaban los asados!!!
Los policías que lo acompañan, cansados de escucharlo en silencio, moviendo la cabeza aparecen aliviados cuando finalmente comienza la película The journey of Natty Gann, de Walt Disney. López Rega se coloca los auriculares pero molesto finalmente termina por dormirse.
"Don José, cómo ha dormido", le pregunta un joven de pelo muy enrulado que se encuentra sentado cerca cuando se encienden nuevamente las luces. "Y, más o menos, más o menos. Dígame, ¿cómo va a hacer usted para peinarse esos rulos?", le dice agregando a modo de reflexión: "Ay, esta juventud de hoy".

La tarde antes de que López Rega se embarcase hacia Buenos Aires. SOMOS se encontró con María Elena Cisneros en la puerta de la cárcel esperando turno para entrar a hacerle la última visita. "No, no voy porque yo no soy su mujer, su esposa. , Entonces qué van a pensar?. Allá, él
tiene a su familia, a su mujer. No hay lugar para mí". A continuación, enardecida. María Elena comenzó a atacar al periodismo argentino: "Yo que los recibí tan cálidamente. Mire cómo me han tratado. Me han traicionado. Vinieron con prejuicios y nunca quisieron escucharme. Todo lo que han dicho no son mas que mentiras. López Rega no es un hombre rico. No tiene plata como creen. Es inocente. Yo se que la justicia argentina lo va a absolver. Pero claro, querían un circo romano y ahora lo van a tener.
La pregunta: ¿por qué no lo acompaña, ya que lo quiere y admira tanto? Entonces la ira aumenta: "Ya se lo he explicado. No soy yo quien va a salvar a Don José. Es el pueblo argentino quien tiene que salvarlo. Yo les pido a todos los argentinos que salgan a la calle para salvar al hombre que les devolvió a Perón y que les devolvió a Evita. Es una vergüenza lo que están haciendo con él, una gran injusticia".
La verdad es que María Elena Cisneros se queda con dos casas a su nombre. Una de tres cuartos, living comedor, dos baños, cocina, garaje y habitación de servicio en Villeneuve, Suiza. La otra, un departamento en Freeport, las Bahamas, de la misma dimensión. Queda también a cargo de por lo menos una de las cuentas bancarias que López Rega tenia en Ginebra y otra en Nueva York a nombre de José Cisneros. Se impone entonces una reflexión: con todo eso. ¿por qué María Elena Cisneros habría de molestarse en viajar a la Argentina junto a su padre espiritual, el hombre que iluminó su vida?

AQUÍ Y ALLÁ. Un hombre vacilante, enfundado en un holgado traje marrón oscuro, camisa blanca y corbata a rayas ocre, con un difícil y lento andar fue el López Rega que cerca de las 15 horas del lunes 7 entró en el despacho del juez Néstor Blondi, en el quinto piso de Tribunales. Tenía que responder por las acusaciones contenidas en la causa 9021, sobre malversación de fondos reservados de la Presidencia de la Nación. La indagatoria —tomada en un marco de extrema seguridad, con unos 15 policías armados controlando la zona del juzgado y otros tantos efectivos de custodias distribuidos en ascensores, puertas y pasillos— se cortó a las 16.45 porque López Rega no podía responder. Se lo notó nervioso, agotado y sólo respondió parcialmente las preguntas hechas por el juez durante una hora.
El doctor Néstor Blondi decidió terminar con la audiencia y dispuso que los médicos forenses determinaran si el ex hombre fuerte de Isabel Perón estaba o no en condiciones de volver al día siguiente (martes) para seguir contestando las preguntas del expediente.
El organigrama original trazado por los hombres de la justicia contemplaba que el lunes López Rega sería interrogado por Blondi, el martes por la jueza federal Amelia Berraz de Vidal (causa 2959, de la Cruzadita, y de la Cruzada de Solidaridad, donde es acusado de manejo discrecional de fondos) y el jueves por el juez Fernando Archimbal, (causa 6511, sobre su responsabilidad en la Triple A). Pero el estado de salud de López Rega obligó a entrar en modificaciones.
Otra historia es la que se está comenzando a escribir de ahora en más. Una historia muy distinta a la que seguramente imaginó el ahora envejecido y vencido hombre que en la plenitud de su omnipotencia —hace sólo 12 años, vale recordarlo— hacía gala de manejar no sólo la voluntad política y doméstica de Juan Domingo Perón, sino también el propio Estado de los argentinos.
Ana Barón
Fotos: Miguel Rajmil (Enviados especiales)


El enredo de los defensores
Las idas y vueltas producidas en torno a los abogados defensores de José López Rega dan para todo. Un día, María Elena Cisneros y su madre Lucy fueron a verlo a su celda en la prisión de Miami para plantearle que "no hay más plata para pagarle a Juan Carlos Ortiz, el defensor que vino de Buenos Aires". López Rega, con la vista clavada en la pared de enfrente, dijo: "No importa. Que Dios haga de mí lo que le parezca mejor. Dios es el mejor juez y el mejor defensor". Según las dos mujeres, Ortiz pedía 20.000 dólares de honorarios, que no eran pagados por Norma López Rega en Buenos Aires, de acuerdo a lo que dicen. Según Lucy y María Elena Cisneros, Ortiz se habría comprometido a conseguir el apoyo del Partido Justicialista para defender a López Rega, pero ese apoyo nunca llegó.
Luego entró en escena Pedro Bianchi, quien habría ofrecido sus servicios a Norma López Rega, con quien habría llegado a un acuerdo. Incluso, en la mañana del último lunes. Bianchi habló por la radio descontando que se hacía cargo de la defensa.
Pero horas más tarde, el propio López Rega lo rechazó en Tribunales, contradiciendo lo arreglado —al parecer— por su hija Norma. Finalmente, el ex ministro designó a los abogados Eduardo Alberto Alvarez y Núñez Irigoyen, dos profesionales que, al menos por el momento, no eran afamados entre los habitúes de los Tribunales.


Enfermo y a dieta
"Su salud no es buena", decía a SOMOS el doctor Eduardo Emilio Cappa, médico de la Policía Federal Argentina, antes de que despegara el avión de Eastern hacia Buenos Aires.
Sin embargo, durante el viaje José López Rega debió ingerir reiteradamente pastillas para la diabetes y en dos oportunidades el médico tuvo que tomarle la presión.
Apenas llegó a la prisión el médico de la unidad lo revisó. Le ordeno seguir una dieta estricta. Por la mañana: té con leche —sin azúcar— y dos rodajas de pan con manteca. Nada de café. Al mediodía: sopa de verduras, un tómate cortado —o una zanahoria—, una manzana asada y abundante agua mineral. A la hora de la merienda: sólo té con leche. Por la noche: carne (un cuarto de pollo, dos milanesas chicas o un bife sin grasa), ensalada de lechuga y tomate y agua mineral.
"Me llevé una gran sorpresa —comentó un funcionario judicial después de que el juez Blondi decidió suspender la indagatoria—. Creí que iba a encontrar un hombre de sangre fría y sólo vi a un débil anciano." Los tiempos cambian.
D.H.

Cómo vive hoy
—El viernes 4 —después de 14 horas de viaje—, José López Rega atravesó los grises portones de la Unidad Penitenciaria 22 (Viamonte y Cerrito): tres guardias de uniforme lo esperaban para conducirlo a su celda.
Lo tuvieron que sostener ya que le costaba caminar solo. Subieron tres pisos por escaleras. Cruzaron varias puertas de rejas. Lo dejaron en la única celda vacía que había ese día.
Las celdas vecinas están ocupadas por el comisario Mario Etchecolatz por un lado y el ex agente de los servicios de informaciones Juan Antonio del Cerro —Colores—, por el otro. Exactamente un piso más abajo está alojado el ex gobernador montonero Ricardo Obregón Cano.
En los 20 metros cuadrados —5 por 4— que tiene su celda sólo hay dos camas muy bajas de 1,90 metros por 65 centímetros. También una mesa de fórmica blanca con tres sillas de plástico. Ahí le sirven sus cuatro comidas diarias.
No puede recibir visitas ya que está incomunicado por decisión de los jueces que lo procesan. Por eso no pudo recibir al doctor Pedro Bianchi cuando fue a ofrecerle sus servicios legales. Sin embargo, las autoridades penales hicieron una excepción el sábado por la tarde y permitieron que su hija Norma lo visitase.
Norma López Rega le comentó que Bianchi deseaba hacerse cargo de la defensa y en ese mismo instante su padre rechazó ese ofrecimiento. "Unos amigos de antes me dijeron que no me preocupase por nada, ellos van a pagar todo", habría dicho López Rega a su hija. En la misma visita le dejó un traje marrón oscuro de invierno —el mismo que usó en la primera indagatoria— ya que el que usó para viajar era demasiado liviano. También le llevó una radio portátil.
López Rega leyó por primera vez, después de muchos años, el Clarín del domingo. "Hace cuánto que no hacía esto", comentó a uno de sus dos guardias que vigilan día y noche su puerta de rejas.
Quienes lo cuidan aseguran que "es notable lo que duerme el hombre". Cuentan que a las 21 ya está durmiendo y recién a las 8 y 30 se vuelve a despertar. También dicen que a lo largo del día lee, en varias oportunidades, la Biblia en voz alta.
D.H.