Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

 

Los primeros disparos
(el golpe a Illia)

Revista Confirmado
19-05-1966

El Presidente estaba en el Sur, inaugurando simbólicamente obras que se supone algún día se realizarán. La inauguración simbólica —acto de gobierno inventado por la actual administración— es un fenómeno totalmente nuevo, e inscripto en la tradición radical iniciada por Ricardo Balbín: "Resolveremos el problema energético a fuerza de corazón". Al mismo tiempo, un amistoso asesor civil del general Castro Sánchez, anteriormente ministro en los gobiernos de Frondizi y de Guido, Oscar Puiggrós, realizaba su comida número 12 ó 13, destinada a que grupos de personas que forman consenso en los factores de poder, sirvan de auditorio alternativa o simultáneamente al secretario y subsecretario de Guerra. En todos los casos, ambos militares exponen la posibilidad de una salida elegante para la crisis que ahoga al país: a) no habrá golpe porque el Ejército está dividido; b) se pueden lograr cambios sustanciales en la orientación del actual gobierno; c) se puede aramburizar al general Onganía y convertirlo en candidato a presidente para las elecciones de 1969.
Hasta ahora, la tesis ha chocado con tres tercas negativas: a) el Ejército no quiere dividirse; b) el gobierno no quiere cambiar; c) el general Onganía no quiere ser candidato presidencial de los generales Castro Sánchez y Laprida.
Simultáneamente con este proceso, el jefe de la Fiat Argentina, Oberdán Sallustro, anuncia al Presidente de la Nación que su empresa invertirá en el país cuarenta millones de dólares. Este anuncio sigue a un brillante negocio consumado por Fiat con los ferrocarriles argentinos: vagones fabricados en Italia, montados en la Argentina, y liquidación consiguiente de algunas industrias argentinas. El señor Sallustro está haciendo así brillantes negocios y responde con optimistas anuncios, convirtiéndose, personalmente, en el Jorge Antonio del actual régimen, y gozando Fiat de los privilegios de que gozaba la Mercedes Benz en la época peronista.
También simultáneamente, el general Laprida, algo más afincado en la realidad que la trilogía Illia-Castro Sánchez-Sallustro, comprende hasta qué punto hay un aire de inevitabilidad en el desarrollo de los acontecimientos, y busca expresarse ante otro tipo de factores de poder: el jueves último reunió a los dirigentes gremiales y peronistas Vandor, Iturbe, Prado, Donaires, Cavalli, Angelen, Coria y Rachini tratando, en forma más que vehemente, de volcarlos a sus tesis situacionistas, Trazó así, con insistente dialéctica, los inconvenientes que revestía, para los sectores representados por sus interlocutores, el golpe: a) el golpe no tenía programa; b) el golpe, en caso de darse, sería encabezado por militares sin ideas claras; c) los beneficiarios del golpe no serían los sectores representados en la comida.
Los dirigentes peronistas soslayaron totalmente el tema del golpe, pero formularon una larga exposición sobre el actual gobierno, haciendo especial hincapié en el problema gremial y social: acción del presidente Illia para profundizar la división obrera; acción del ministerio de Trabajo para impedir la unidad de la CGT.
Pero 24 horas después de esta comida, sonaban los primeros tiros, en Avellaneda, y los dirigentes gremiales comprendían que en la dura realidad presente, evidentemente no eran los beneficiarios del actual gobierno, dejando a un lado por ahora los pronósticos sobre el próximo,
En una típica acción de comando terrorista, caía asesinado uno de los más importantes y capaces dirigentes obreros del país, el metalúrgico Rosendo García. Días antes, el jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires le había dicho: "Dígale a Vandor que se cuide en los próximos días. Le están preparando algo. Y cuídese usted también".
Efectivamente, había varios indicios de que le estaban preparando algo. Hasta el cierre de esta edición, la secuencia de los preparativos pudo ser establecida del siguiente modo:
* El dirigente terrorista entrenado en la Cuba de Castro, Villalón, esgrimía en las últimas semanas una carta de Perón, en la cual el anciano líder le sugería echar las bases para una CGT peronista insurreccional.
* En una cinta grabada llegada recientemente desde Madrid, el ex presidente señalaba: "Hay que eliminar a los traidores. Al enemigo no hay que dejarlo herido; hay que matarlo".
* Después de un gran esfuerzo de conducción, los dirigentes gremiales estaban por lograr la reorganización de la CGT sobre bases unitarias. Este hecho hubiera destruido seguramente para siempre las aspiraciones del sector alonsista de adquirir una mayor representatividad en el campo obrero.
* Dentro del sector alonsista, tal como quedó demostrado en el Congreso realizado en Tucumán, comenzó a actuar la línea trotskista-izquierdista, que no tiene entrada en el sector categóricamente anticomunista de Vandor. La eliminación de Vandor era el camino inevitable para permitir la irrupción del sector alonsista dentro de la CGT.: con el alonsismo llegarían los grupos trotskistas.
En los últimos años, diversos grupos terroristas de izquierda comenzaron a operar dentro del peronismo. Hasta donde se ha podido comprobar, el más importante es el de Villalón, cuyos orígenes están en la Cuba de Castro. Munido de importantes fondos cubanos desde un primer momento, Villalón ha declarado en más de una oportunidad que también disponía de recursos obtenidos en los movimientos comunistas asiáticos y los revolucionarios del Tercer Mundo. Efectivamente, algunos de sus colaboradores y partidarios han viajado a Vietnam del Norte, China y Argelia. En todos estos países, los dirigentes peronistas son recibidos con los brazos abiertos, ya que generalmente, a través de cartas o declaraciones, Perón acude en su ayuda elogiando a los movimientos liberadores del Tercer Mundo. La posibilidad de convertir a la clase trabajadora argentina en una punta de lanza, y la euforia que determina la supervivencia de Cuba a pocas millas de USA, es una tentación demasiado grande para el movimiento revolucionario internacional.
Los grupos terroristas izquierdistas están operando así dentro del peronismo activamente y es posible que se apresten a dar una importante batalla. La división del peronismo, alentada por el ministro Palmero, les ofreció la ventaja de contar con un sector inevitablemente aliado en la lucha contra Vandor. Pocos triunfos habían logrado mientras el peronismo gremial se mantuvo unido antes de la llegada de Isabel Perón.
Nadie en los círculos políticos autorizados podía efectuar un pronóstico, en las últimas 48 horas, sobre los próximos acontecimientos. Se sabe que Vandor intervino enérgicamente para evitar represalias por la muerte de Rosendo García. Pero es evidente que de haber asistido Isabel Perón al velatorio de los restos del dirigente metalúrgico, hubiera sido agredida violentamente.
Una noche de esta semana, en un lugar no identificado, los principales dirigentes de las 62 Organizaciones se reunieron para grabar una cinta que será enviada a Perón en los próximos días. Nada trascendió sobre el contenido, que se estima muy violento. Pera uno de los asistentes a la reunión expresó a la salida: "Hay dos instigadores del asesinato de Rosendo; uno está en la Casa Rosada; el otro, en la Puerta de Hierro".

Referencia temporal:
- El golpe lo produce Onganía el 28 de junio de 1966
- Vandor es asesinado el 30 de junio de 1969

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Entierro de Rosendo García

 


 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

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