15 de Junio, de 1918
Reforma Universitaria


"¿Me permite ese papel?", la voz de Gumersindo Sayago creció con insolencia sobre el hombro de Carlos Fernández Voglino, Una decena de estudiantes de tercer año de Medicina se arremolinaban a su alrededor, para firmar un manifiesto de apoyo al candidato católico Antonio Nores, Ante la mirada azorada del grupo, Sayago —un adolescente moreno que se convertiría en el fisiólogo más importante de su generación— le arrancó la hoja de las manos y la rompió en pedazos, A tres días de la eclosión universitaria, éste fue el último incidente previo al pronunciamiento reformista del 15 de junio de 1918.
En un país conmovido por el ascenso del radicalismo y por los ecos turbulentos de la Primera Guerra y la Revolución Rusa, la Universidad argentina dormitaba en manos de los conservadores que asfixiaban cualquier intento de democratización, El primer estallido colectivo se remonta a 1903: una modificación en los plazos de exámenes de la Facultad de Derecho de Buenos Aires fue la excusa para encender fuegos inquietantes. La incandescencia duró dos años, los exámenes fueron aplazados y en la práctica se suspendieron todas las actividades. Fue el fin de la confusión, A partir de ese momento, los estudiantes sospecharon que estaban en los umbrales de un proceso arrasador.
La formación de Centros en las Facultades de Medicina, Ingeniería y Derecho favoreció los primeros FUA (Federación Universitaria Argentina), el 11 de abril de 1918.
"En realidad el barullo venía desde el mes de diciembre. En mi Facultad, y, casi al mismo tiempo, en Medicina y Derecho, se adoptaron regímenes mucho más dictatoriales que los ya existentes. La ordenanza se llamó de los tres Decanos. Nosotros no nos quedamos quietos, convocamos actos de protesta, formamos escuadrones de vigilancia y el 13 de marzo declaramos la huelga pro-Reforma Universitaria". Los recuerdos envuelven al ingeniero y abogado Ismael Bordabehere, un viudo de 74 años que protagonizó los hechos de la época, mientras dialoga con Primera Plana en su residencia de Rosario.
Para imponer un poco de orden, el Poder Ejecutivo envió a Córdoba un Interventor, el abogado José Nicolás Matienzo, que —presionado por el poder estudiantil— aprobó el plan de reformas. La Asamblea que debía designar al nuevo Rector quedó convocada para el 15 de junio. El candidato de los reformistas era Enrique Martínez Paz, padre del primer Ministro del Interior del Gobierno Onganía; el ala conservadora presentó a Antonio Nores, cuyo hijo, Rogelio Nores Martínez es ahora Rector de la Universidad de Córdoba, A las tres y media de la tarde llegaron los primeros consejeros, todos pertenecientes a Derecho; los otros 37 se acomodaron poco a poco en el adusto salón.
"Estábamos dispuestos a interrumpir la votación si Martínez Paz perdía; según nuestros cálculos, debía
vencer por un voto", memora Bordabehere. La operación estaba perfectamente orquestada; "Un compañero nuestro se había sentado junto al Secretario que realizaba el escrutinio; como los votos estaban firmados, controlaba si alguien había cambiado de idea, En ese caso nos haría una seña y nosotros irrumpiríamos en el recinto tocando un silbato para evitar que se verificaran los resultados".
La traición se hizo evidente a los pocos minutes y, entonces, el tumulto conmovió la siesta de la provincia, Las paredes temblaban, los insultos hacían enrojecer a los profesores, qua finalmente optaron por escaparse. Los rebeldes quedaron dueños de la Universidad, En el salón rectoral había una galería con cuadros de próceres de la Casa, que en pocos minutos volaron por la ventana.- "Como no pudimos arrancar la estatua del Obispo Trejo, le pusimos entre las manos un cartelito que decía: Mueran los frailes." Con una mirada risueña, Bordabehere agrega; "Conseguimos, eso sí, derribar el monumento de un ex profesor de la casa, Rafael García. Nadie supo quiénes habían sido los ocho revoltosos; entre ellos, estaba yo. Y no me arrepiento: en Córdoba sobraban ídolos y faltaban pedestales".
A las seis de la tarde, después de haber hecho añicos casi todo, salvo la biblioteca, los estudiantes firmaron las actas llamando a la huelga general y se retiraron. Los partidarios de Nores, agolpados en el club Social y en el Jockey Club, se preparaban mientras tanto para festejar el triunfo del nuevo Rector. Fue imposible, los reformistas salieron a la calle y proclamaron: "Córdoba es un solo grito, una sola alma, un solo ideal de redención. Sueran los clarines policiales, carga la caballería, ruedan los heridos, pero nadie se mueve. Juramos que nuestra causa es la causa de la justicia. La comparten hoy no sólo los universitarios sino el pueblo todo", Bordabehere —hermano del asesinado Senador demoprogresista Enzo Bordabehere— era uno de los tres firmantes del panfleto huelguístico.
En el momento más álgido de la lucha, un respaldo ideológico redondeó las posiciones revolucionarias: el Manifiesto Liminar (redactado por Deodoro Roca, entonces 27 años, 3 de egresado), que fue firmado por los dirigentes de la FUA y retocado por. el joven Gabriel del Mazo, futuro Ministro de Defensa del Gobierno Frondizi.
Mientras Nores se mantenía trabajosamente en el cargo, el manifiesto se publicaba en el número 10 de la Gaceta Universitaria y un día después en la primera plana del periódico La Voz del Interior, "Córdoba —proclamaron— se redime. Desde hoy contamos con una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos; las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana."
Los disturbios se prolongaron hasta el mes de agosto. Un nuevo Interventor, el Ministro José Salinas, fracasó en su gestión. Los estudiantes tomaron la Universidad el 26 de agosto y nombraron Rectores provisorios, hasta que las cosas se aclararan, a tres estudiantes; Héctor Váldez, en Derecho; Enrique Barros, en Medicina, y Bordabehere en Ingeniería; el secretario general era el alumno Ruiz Gómez. El 9 de setiembre el ejército arrestó a 83 complotados y puso fin a la toma de la Casa de Trejo. Unas semanas más tarde, el doctor Elíseo Soaje era proclamado Rector. Fue el triunfo,. entonces, de los reformistas.
Revista Primera Plana
11 de junio 1968

Ir Arriba


Reforma Universitaria
La Universidad de Córdoba tomada en 1918 - Bordahere


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Búsqueda personalizada