Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


PERONISMO
LA TACTICA DEL TERO
Revista Periscopio
14.07.1970

Perón según Flax

El cable de ANSA, fechado en Madrid, deflagró el lunes, tan pronto como se supo que un peronista militante se había asegurado la Secretaría de Trabajo. En una entrevista concedida al semanario 'Africasia', Juan Perón incitaba a los pueblos iberoamericanos a rebelarse contra los Estados Unidos, a los que culpaba de su caída. "Es una puñalada en la espalda de Luco", fue el primer comentario entre los íntimos.
El anciano expatriado esgrimía un lenguaje crudamente maoísta. "Ya reina la violencia, y únicamente otra violencia mayor puede destruirla: si llegamos al poder por un golpe de Estado —fantaseaba— tendríamos que demoler todo y después reconstruir." Aprobada la Revolución Cubana, que "se apoyó en una superpotencia para defenderse de otra". Si él, en 1955, hubiera previsto lo que iba a ocurrir en su país, no hubiera vacilado en "fusilar medio millón de argentinos, o un millón, si fuese necesario". Pero los rusos no estaban dispuestos a ayudarlo: "Si lo hubiesen estado, yo habría sido el primer Fidel Castro del continente". Ahora, no por convicción sino por experiencia, acabaría con "ciertas estructuras que pueden ser revolucionarias, como el Ejército" ...
Aunque ya acostumbrado a tales devaneos, el peronismo quedó estupefacto : nunca había sido tan clara la maniobra saboteadora del jefe, impermeable a toda solución política sin él. Fue cómico, durante varios días, ver los esfuerzos que hacían sus dirigentes para negar autenticidad a la entrevista. Para César Faermann, por ejemplo, es una "impostura flagrante" con "aromas marxistas". No sabía que se trata de un artículo publicado por el periódico uruguayo Marcha —con la firma de Carlos María Gutiérrez—: Prensa Latina, la agencia cubana, la distribuyó, y Africasia lo publica ahora, con varios meses de demora. No había, pues, tal puñalada por la espalda; pero esas declaraciones —no desmentidas— coinciden con lo que escuchan decenas de visitantes.
Cuando Periscopio acudió a la oficina de Rodolfo Tecera del Franco, 46, vicepresidente de Diputados hasta 1966, lo encontró simbólicamente enmarcado entre un crucifijo y una bayoneta de máuser: ambas cosas sintetizan su pensamiento. "Soy de los que creen —dijo— que la política de las bombas es inferior a la de los votos: en este terreno, tenemos experiencia, y nuestra lucha dio resultados más que positivos. Aun así, Cristo aconseja poner dos mejillas, no tres, y esto conviene recordarlo."
Informó que había pedido a París el texto completo de Africasia: "A veces, el tiempo de un verbo puede tergiversar todo un concepto". Hábil casuista, añadió: "No hay que interpretar estas palabras como un llamado arbitrario a la violencia, sino como un severo campanazo de atención contra quienes la pregonan y ejecutan cada día contra el pueblo. Si a usted le quitan sus medios de vida, se ejerce también una violencia: lo dice Marcuse". Pero él no sigue a Marcuse, sino a "una corriente que sostiene la causa del pueblo y de las propias Fuerzas Armadas".
Menos cauteloso, el ex Diputado Edgar Sa, 55, porfiado cortejante de las Fuerzas Armadas, habló más bien de una táctica incidental que no modifica la estrategia global. "Hay toda clase de gente en nuestro movimiento, desde muchachos que manejan bombas hasta los titulados neoperonistas. Para hacer un arco iris, se necesitan distintos colores. Perón lucha por mantener la unidad y la autenticidad del movimiento. En este caso, exhibe educativamente el trapo rojo, para que algunos círculos adquieran conciencia de la realidad nacional. No hay que llamarse a engaño: la guerra interna, la subversión son formas de la política argentina, hace ya quince años." De todas maneras, también él "espera la confirmación oficial para abrir juicio".
En realidad, Perón entiende que el comunismo ruso ha fracasado en este continente, porque —habiendo surgido en un país imperialista— fue utilizado como instrumento de opresión. China, en cambio, toma en serio el comunismo; es decir, líricamente. Por eso, apoya los movimientos de liberación afroasiáticos e iberoamericanos, sin que le importe el signo ideológico: cuando, como en el caso del peronismo, no son marxistas, los deja mantener sus esencias. Por su parte, supone que el apoyo chino puede ser utilizado, sin peligro, para establecer un socialismo nacional. Para él, ya no puede hablarse de liberación de los pueblos sometidos, sino de su liberación conjunta, por encima de las fronteras que trazaron los imperialismos "balkanizadores". Obviamente, se siente cada vez más un líder continental, celoso de ese compatriota —Ernesto Guevara— que empaña su popularidad en todo el mundo.
Esto no significa que haya perdido el gusto por las travesuras políticas
en su propio país. La semana pasada llegó su última producción, un documento de siete carillas a un espacio: resume las deliberaciones del Consejo Superior (un organismo que forman él, Isabelita y Jorge Antonio), después de la caída de Onganía.
•Las frases más sugestivas: "El nuevo golpe militar [...] no es sino un
paso hacia el caos inevitable". "Es preciso que las Fuerzas Armadas se persuadan de que el arte de gobernar no es de su ámbito." "El país ha perdido lamentablemente cuatro años de su historia, y se encuentra hoy mucho peor que en 1966, cuando se prometió el oro y el moro."
•Por lo tanto, todo aquel que "intente dialogar con nosotros, ha de hacerlo con el Comando Superior Peronista. Todo otro intento será vano".
•Sin embargo, no excluye de antemano una posible componenda, "si los responsables de este nuevo golpe de Estado, despojándose de insanas pasiones y maléficas influencias foráneas, proceden con ecuanimidad y honradez [...], para lo cual es previo normalizar la vida institucional".
•Si no, el peronismo puede esperar indefinidamente. "No trabajamos sino para las generaciones que han de sucedemos. No tenemos apuro. Nuestra magnífica juventud ha de recibir nuestras banderas de justicia social, independencia económica y soberanía política, para llevarlas al triunfo final."
•Vuelve, por último, a su desaprensivo eclecticismo: "Conscientes de nuestros ideales doctrinarios, no tememos a las demás ideologías. Por eso, lejos de ser sectarios, creemos que todo es posible y que todos pueden tener razón". Y a su mesianismo ecuménico: "Un Tercer Mundo y, dentro de él, un continente latinoamericano en plena guerra revolucionaria, nos encuadran con postulados muy cercanos a los del Justicialismo".
Entretanto, el Comando Superior ha resuelto integrar a Jorge Daniel Paladino —cuyo "virreinato" se extingue— en un organismo de conducción "intermedio"', con figuras del peronismo y otras que se mueven en torno, con el fin de ampliar el Movimiento y facilitar su inserción en todos los niveles. Entre otros, se invitó al general Miguel Ángel Iñíguez —"leal" en 1955, "rebelde" en 1962—, y al empresario Osvaldo Dighero, quien estuvo con Perón entre el 28 de junio y el 4 de julio.
Presente en esas deliberaciones, Pedro Michelini, 46, abogado laboralista, ve remontarse nuevamente su estrella, siempre enlazada a la de Jorge Antonio. El miércoles pasado, volviendo de Madrid, declaró a Periscopio: "No fui a polemizar con Paladino, como se dijo"; pero admitió —lo que es lo mismo— que hizo conocer a Perón "el deterioro del Movimiento, por falta de pronunciamientos ante los graves problemas que afligen al país". Destacó que "la conducción local se ha gastado en mortificantes gestiones con grupos que no son peronistas"; y llevó "las demandas de la juventud, peronista o no, universitaria o trabajadora, el pensamiento de los activistas y de las bases sindicales".
Claro, encontró en Perón "la absoluta comprensión"; el jefe convino en "restaurar la escala de valores en el Movimiento"; éste debe "mostrar que posee hombres de verdadera jerarquía moral e intelectual en todos los sectores".
El Colorado Paladino fue; después de hundirlo, así, en un cajón de desperdicios, Michelini embraza la pica y el escudo. A lo lejos, esperando lo inevitable, sonríe Jorge Antonio.

 

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