Revista Primera Plana
20.11.1962 |
Cuando los delegados que asistieron al reciente plenario del Comité
Nacional de la Unión Cívica Radical del Pueblo abandonaron Alsina
1786, después de haber aprobado 5.400 palabras de resoluciones,
todos ellos parecieron coincidir en la convicción de que nunca como
hoy la UCRP ha presentado una fisonomía tan cohesionada y homogénea.
Simultáneamente, el presidenciable Ricardo Balbín extrajo del
plenario un firme aval para la conducción partidaria a él confiada
desde 1960. También quedó en claro que, pese a las aprensiones del
viejo líder, Balbín podría verse de pronto obligado por los
acontecimientos a encabezar la fórmula de la UCRP en los próximos
comicios.
Aunque el plenario se cuadró preventivamente (con un documento de
600 palabras) ante los planes electorales que en esos momentos
elaboraba el Ministerio del Interior, y reclamó elecciones
integrales y simultáneas, parece obvio para la gran mayoría de los
dirigentes que para la UCRP será preferible concurrir a los comicios
antes de hundirse en una abstención con escasas probabilidades de
ser revolucionaria.
• Pero, inocultablemente, es intenso el pesimismo de la UCRP ante la
posibilidad de una salida electoral: es sin duda por ello que el
partido acaba de afirmar que "las condiciones electorales necesarias
no están dadas en la actualidad" y que "es indispensable el alivio
de la tensión social y económica como un requisito fundamental pira
la realización de cualquier comicio". "Sería preferible a las
elecciones que se avecinan —declaró textualmente un asesor de Balbín
a PRIMERA PLANA— una revolución en la cual nosotros pudiéramos
influir". Según este asesor, la influencia de la UCRP tendería
fundamentalmente a la derogación de los convenios petroleros,
eléctricos y con el Fondo Monetario Internacional.
• La reunión del plenario sirvió también para mostrar nítidamente la
creciente influencia que el grupo de jóvenes asesores que integran
entre otros los doctores Germán López, Bernardo Grispún, Roberto
Pena y Julio Chueke, está obteniendo sobre las actitudes y
decisiones de la UCRP. Según ellos, el radicalismo del pueblo se
está convirtiendo rápidamente en una organización dinámica y
moderna, capaz de ofrecer al país un conjunto de sólidas soluciones
de innegable tinte socialdemócrata. "Ahora —dice— no nos ruborizamos
cuando preconizamos cierta adecuada planificación económica".
Adiós a los grupos
Cuando en 1957 surgió la Unión Cívica Radical del Pueblo como
consecuencia del enfrentamiento de un amplio sector de la UCR con
Arturo Frondizi, los principales grupos internos no frondizistas que
tenían gravitación antes del cisma siguieron subsistiendo en la
UCRP. Es por esta razón que todas las reuniones decisivas del
partido se caracterizaran por las deliberaciones previas de les
bloques, inclusive dentro de la representación parlamentaria. Esta
situación fue atenuándose paulatinamente, sobre todo en los dos
últimos años.
• Así, el Movimiento de Intransigencia Nacional que dirigía Amadeo
Sabattini y que éste fundara en 1954 para oponerse a la conducción
partidaria de Frondizi, fue perdiendo paulatinamente su
diferenciación con el sector de Intransigencia y Renovación que
preside Balbín en la provincia de Buenos Aires. Producida la muerte
de Sabattini, del Castillo no logró controlar el movimiento a raíz
de sus inclinaciones hacia el castrismo. En cambio lo hizo Arturo
Illia, quien acercó a sus hombres hacia el Comité Nacional,
iniciando una estrecha cooperación que hoy se encuentra en un nivel
altamente productivo con la participación de otros caracterizados
sabattinistas como Páez Molina.
• Algo muy parecido ocurrió con el Movimiento Unidad, cuyas más
representativas figuras —tras un proceso previo que se ha dado en
llamar "desgorilización" por parte de influyentes jóvenes
balbinistas—, decidieron trabajar entusiastamente con el Comité
Nacional. Tal es el caso de Miguel Ángel Zavala Ortiz, firme
partidario de una "Argentina social"; Carlos Perette, con muy firmes
contactos entre los dirigentes gremiales peronistas; Carlos Becerra,
quien cada día cree más en la necesidad de adoptar medidas
económico-sociales que "realmente asustarían" a la vieja guardia
unionista, y los hermanos mendocinos Leopoldo y Facundo Suárez
estudiosos de los problemas de la economía nacional. De todos ellos,
Perette ha sido quien estuvo más cerca de Balbín en los últimos
meses, tratando sobre todo que no se produjeran los clásicos
períodos de inactividad en la acción del comité.
• La Intransigencia Popular, núcleo que en esta capital dirige
Francisco Rabanal, aún cuando mantiene una serie de reservas y
resquemores hacia las actuales autoridades máximas, no obstaculiza
la labor de éstas.
• Mientras tanto, los dirigentes bonaerenses del Movimiento de
Intransigencia y Renovación, sector al cual pertenece Balbín, le han
dado un apoyo masivo. Anselmo Marini, ex presidente del bloque de
diputados nacionales de la UCRP; Fernando Solá y Emilio Parodi, ex
candidatos a gobernador y vice de la provincia, así como Juan Prat y
Juan Carlos Pugliese son los más válidos ejemplos de esa actitud
solidariamente activa.
• Actualmente sólo hay un sector hoscamente beligerante frente al
Comité Nacional. Integrado, por Arturo Mathov, Ernesto Sammartino,
Silvano Santander y Nerio Rojas, acaba de denominarse Movimiento
Radical Independiente y se caracteriza por su posición antiperonista
dura. Ninguno de sus miembros ingresó a Alsina 1786 durante las
deliberaciones del plenario, pero Sammartino giró a la consideración
de la asamblea un proyecto de declaración que fue fríamente
soslayado: "el radicalismo proclama la necesidad de una revolución
nacional inmediata..." En tanto se afirma que el Movimiento Radical
Independiente terminará por pedir propia personería como partido,
los allegados al Comité Nacional se atienen a señalar que uno de los
más caros lemas del radicalismo sigue siendo aquel de nunca echamos
a nadie. Pero también sibilinamente, recalcan que los Mathov y los
Sammartino ya no tienen votos dentro del partido.
El problema cubano
Aunque hubo tensas conversaciones reservadas acerca de la manera en
que el plenario debía encarar la intervención argentina en el
bloqueo a Cuba, esta materia no fue motivo de agrios
enfrentamientos. Fue notorio, sin embargo, que cuando en la tarde
del domingo 11 se acercaba el tratamiento del proyecto de siete
puntos sobre el caso cubano y que la comisión especial redactora
había aprobado por unanimidad, se prefirió pasar a un cuarto
intermedio. Al reanudarse la sesión, precisamente para considerar el
despacho mencionado, se había roto el quórum por lo cual no pudo ser
suscripto por la asamblea, aunque así lo hizo la mesa directiva del
Comité Nacional.
El presidente del Comité de la Capital, Emilio Ibarra, hubiera
preferido que la declaración apoyara ampliamente tanto la actitud
norteamericana, como la asumida por la Argentina. De igual criterio
participaban otros representantes Quienes consideraron peligrosa las
redacciones de los artículos 2º y 6º del despacho: "Ratifica su
tradición internacional de repudio a los bloques de grandes
potencias y afirma su voluntad inquebrantable de enfrentar, en
defensa de nuestra soberanía, las pretensiones hegemónicas del
totalitarismo comunista y de los imperialismos del mundo" y "que la
aplicación de las medidas enumeradas en el Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca, cuya impugnación mantiene la Unión Cívica
Radical del Pueblo, en cuanto se refiere al empleo de las Fuerzas
Armadas, carece de automaticidad y ningún Estado está obligado a
prestar su apoyo sin una decisión de los organismos representativos
de la voluntad popular."
Los adversarios de este criterio admiten que sostiene "algo
típicamente radical", pero se quejan de que el tono general del
documento no haya sido más anticomunista, aunque de todos modos
fijara el concepto sobre la autodeterminación. Insístese ahora en
que no queda ni un solo fidelista dentro de la UCRP, a pesar de las
reiteradas campañas que realizara en su momento Santiago del
Castillo. Aquí, en la capital, se ha dicho que los últimos
castristas radicales del Pueblo estuvieron dentro del Movimiento
Juvenil de Agitación y Lucha (creado en 1960) pero que todos sus
integrantes terminaron por repudiar al régimen de La Habana.
Las candidaturas
Lo acontecido en el plenario ha terminado por demostrar que no hay
vértigo de candidaturas presidenciales en la Unión Cívica Radical
del Pueblo.
Cuando en amigables conversaciones se habló sobre posibles Nros. 1
de una fórmula presidencial de la UCRP, no hubo tercer hombre.
Porque para la gran mayoría, los únicos que tienen la dimensión
nacional necesaria son Ricardo Balbín y Arturo Illia. No se
descuenta que Carlos Perette podría integrar el binomio con
cualquiera de ellos, pero ante de verlo como Nº 1 se le quisiera ver
más sosegado. Se reconoce también que la personalidad de Miguel
Ángel Zavala Ortiz tiene calidades presidenciables, pero se le
considera al margen de una gran adhesión popular.
A todo esto, los amigos de Balbín saben que él preferiría no volver
a ser candidato a la presidencia y que su más dominante tendencia es
a veces, en estos días, la de irse definitivamente a su casa. Balbín
al considerar suficientes sus dos experiencias anteriores, señalaría
que insistir puede ser peligroso para el partido.
Además teme honestamente, según lo recalcan sus allegados, que algún
día se vaya a creer que "desde el Comité Nacional está
instrumentando todo a su favor, a la manera de Frondizi".
Cuando se habla de Arturo Illia, quien no tiene temor alguno a las
candidaturas, se habla también de la dificultad que será crearle una
personalidad presidenciable por los modernos medios audiovisuales.
"Parece muy viejo aunque no lo es", se observa preocupadamente y no
se deja de insinuar que su voz parsimoniosa y su escasa fotogenia
pueden resultan serios escollos promocionales. De todas maneras, si
Balbín se apartara, los radicales del Pueblo deberían sumirse en
largas y angustiosas reflexiones antes de encontrar su Nº 1
electoral.
Lo que vendrá
El organismo aparentemente cohesionado y homogéneo que presenta la
UCRP, ¿puede trastornarse en las próximas semanas, cuando una vez en
vigencia el nuevo estatuto de los partidos y el plan electoral
definitivo, se inicie la previsible formación de grandes frentes de
opinión?
¿Hasta qué punto la situación de los peronistas y las izquierdas,
por un lado, y la de las corrientes centristas que miran a Aramburu
como una solución, por el otro, afectarán el actual estado del
radicalismo del pueblo?
Los voceros más calificados de la UCRP aprobaron oportunamente en el
Congreso Nacional la adopción del método proporcional para la
elección de legisladores. El entonces presidente del bloque, Anselmo
Marini, llegó afirmar que la proporcionalidad sería una concesión a
la convivencia democrática. Pero la ya anunciada proporcionalidad en
el Colegio Electoral es evidente que repugna a la casi totalidad de
la UCRP. Pesa a tal rechazo, que por sí mismo no operará un cambio
en la decisión gubernamental, los radicales del pueblo se verán
forzados a negociar antes o después del comicio presidencial. Nadie
cree, por ahora, que la UCRP pueda tener la mayoría absoluta para
elegir cómodamente al nuevo titular del Poder Ejecutivo.
El Comité Nacional de la UCRP. al decidir, la semana última, la
realización de importantes gestiones con los demás partidos para
estudiar, como punto principal, todo lo que se refiere al plan
político y a la consulta electoral, parece salir agresivamente al
paso de lo que vendrá en la vida institucional del país.
"Sospechamos —dijo Germán López a PRIMERA PLANA—, mejor dicho,
estamos seguros, que el equipo Martínez nos tiende una trampa.
Haremos lo posible para no caer en ella".
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