Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

 

USINAS
Los milagros de Pegoraro

 

Revista Primera Plana
24 de diciembre de 1968

Desde hace seis meses, las tareas no se detienen: abarcan las 24 horas de cada jornada. El objetivo es terminar lo antes posible la construcción de El Nihuil III, en el Río Atuel, la usina hidroeléctrica que hacia 1971 generará 150 millones de kilovatios anuales. Para entonces, ya funcionarán las cuatro turbinas del II, que con el I, en marcha desde 1957, darán al complejo un poder de generación de 834 millones de kilovatios por año, margen suficiente para trocar en tierras fértiles cientos de miles de hectáreas de piedra y arena, a 85 kilómetros de San Rafael, Mendoza. La inversión de la obra total también es cuantiosa: redondeará los 20 mil millones de pesos.
El Gobierno peronista había proyectado aprovechar el cauce del Atuel, con fines de riego. En 1947 concluyó el dique regulador que, con su embalse de Valle Grande, incorporó nuevas tierras al cultivo y así frenó periódicas crecidas generadas por los deshielos en las cumbres cordilleranas. Pero el dique era insuficiente, por lo que se pensó en construir la primera central, que habilitó en 1957 el Gobierno Aramburu. Con una potencia de 74 mil kilovatios y una generación de 344 millones de kilovatios/hora anuales, El Nihuil I costó 166,7 millones de pesos.
Tres años antes, la Siemens Bauunion habla iniciado la construcción de la central número 2. Hasta 1958, las obras tienen un desarrollo precario; entonces, una crecida del río inunda los tres kilómetros de túneles cavados, el recinto del futuro emplazamiento del dique derivador que está establecido a 12 kilómetros de la usina y el espacio destinado a la central propiamente dicha. Los daños se estimaron en varios millones de pesos y, como consecuencia de los deterioros producidos por las aguas, la empresa alemana se desalentó y abandonó las obras.
En 1960, Agua y Energía contrata a la firma argentina Conevial para proseguir los trabajos; tampoco avanzan, por la demora en los pagos de certificados. Nuevo estancamiento. En 1965 se refuerza el material de perforación y de hormigonado, y así se llega a junio de 1966. Desde esa fecha hasta enero del año siguiente se lograron 3.500 metros lineales de revestimiento. A todo esto, el equipo electromecánico de El Nihuil II ya estaba en el país, desde 1954 por contrato suscripto con un grupo francés.
La sociedad argentina NEYRPIC tomó a su cargo el montaje y el proyecto de ingeniería civil de la usina. Cuando el actual Gobierno puso al frente de Agua y Energía al ingeniero Jorge Alberto Pegoraro, 53, su primera preocupación fue la de informarse sobre el estado de las obras. El retraso enervó a este admirador del Presidente Onganía y le indujo a firmar un convenio con las compañías Conevial y NEYRPIC, reconociéndoles trabajos incentivados para aprovechar totalmente las 24 horas de cada jornada.
"Fue en diciembre de 1966 cuando me lo propuse —relata el Administrador—. En base a datos primarios y al cumpleaños de mi mujer, el 19 de ese mes ordené que el Nihuil II comenzara a funcionar para antes de esa fecha al año siguiente. Y me dije: tiene que ser el día 15, porque no debo faltar al cumpleaños. Y así terminamos la obra. En tiempo record, porque ese día de 1967 pusimos en marcha los dos primeros grupos generadores." Aún falta la ampliación de los grupos 5 y 6: Pegoraro calcula que estarán en servicio a fines de 1970, poco antes de que comience a generar electricidad El Nihuil III.
El II aprovecha un salto bruto de 182 metros y un caudal de 52 ms/s con una potencia de 122 millones de kilovatios, que permitirán producir 334 millones de kilovatios/hora anuales, un poder exactamente igual al ostentado por su. hermano, el I. Fundamentalmente. El Nihuil II servirá para reforzar el servicio eléctrico a centros densamente poblados, como San Rafael, Tunuyán, Mendoza y San Juan, como a zonas cercanas a esas ciudades. El cesto de esa central no está exactamente calculado, debido a las demoras que sufrió en su emplazamiento, pero un cálculo permite arriesgar que se acercará a los 7.681 millones de pesos.
El Nihuil III costará mil millones menos, y se asegura que no padecerá los tropiezos de su pariente. El proyecto, también gestado por Agua y Energía, está pensado cara una potencia de los 50 mil kilovatios, estimándose, como se dijo, que generará 150 millones de kilovatios/hora anuales. El contrato con las dos firmas determina un plazo de tres años para finalizar su construcción, aunque el optimista Pegoraro sospecha que puede obtenerse un lapso menor.
Se ha previsto eme, en caso de no funcionar El Nihuil I y el II, se enviará el agua del embalse homónimo directamente por el cauce del río para el funcionamiento sin trabas del III.
El ingeniero Waldemar DAgostino, 32, jefe de obras de Conevial, coincide con el Administrador de Agua y Energía acerca de la marcha del complejo antes del término. "Trabajamos las 24 horas del día en tres turnos de ocho horas. No descansamos ni sábados ni domingos. Estamos poseídos de nihuilitis." Confiesa, sin embargo, que no tendrán un plus por la entrega anticipada, pero serán pasibles de multas en caso de atraso.
Es que la empresa prefiere oblar suculentas sumas en horas extras (un peón cobra cerca de los 180 mil pesos mensuales) a un conglomerado humano de 450 obreros, entre los que hay chilenos y bolivianos. Hasta el momento se ha iniciado la construcción de toma y compuerta de la galería, un túnel de 4,7 kilómetros practicado en la pulpa rocosa de los cerros pre-cordilleranos. El canal, concebido en sección de tino herradura regular, con un diámetro de 4,80 metros, es encofrado con armazón de hierro T para su hormigonado.
"Para apresurar su construcción —explica el ingeniero Carlos Bordabehere, 44— hemos decidido atacar por seis frentes distintos practicando la apertura de dos ventanas y la boca de salida. Esas ventanas abiertas a lo largo de 5 kilómetros se utilizan para ir en busca de la ruta principal del túnel para desde allí trabajar en ambos sentidos."
Con el Nihuil III se completará el sistema del Atuel y, cuando ello ocurra, el país habrá incrementado en un 52 por ciento la energía hidroeléctrica con que cuenta actualmente. Pero Pegoraro se endulza de antemano: "Es la primera obra de este milagro argentino".

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Nihuil
El Nihuil, sin recreos


 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

 

 

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