—Quiero expresar mi
agradecimiento a quienes lograron que aquel
Marito González que a los quince años cantaba
canciones intrascendentes, hoy, a los
veinticinco se haya convertido en un Jairo
maduro, que ve la vida a través de un prisma
más amplio. He llegado a ser lo que soy
gracias a la magia de un Facundo Cabral, al
genio y la sensibilidad de un Leonardo Favio,
a los consejos de mis buenos amigos Antonio
Prieto y María Elena Walsh, a la admiración
que siempre he sentido por Julio Sosa, Edmundo
Rivero y Susana Rinaldi, a los caminos que he
recorrido de la mano de Gabriel García
Márquez, Rulfo o Julio Cortázar, a la
complicidad de Mafalda y Charlie Brown.
Así
comenzó Jairo a contarnos los motivos que hoy
le permiten gozar de enorme prestigio en la
Madre Patria, especialmente en los últimos
meses a través de "El valle y el volcán", tema
que compuso junto a otra argentina, María
Elena Walsh, y que está ubicado en los
primeros puestos de ventas de España,
Venezuela y la Argentina.
—Todo surgió así
—explicó—. En los primeros días del mes de
lebrero recibí una invitación de María Elena
desde París. Me pedía que viajara a esa
ciudad, pues celebraba su cumpleaños y deseaba
reunir a sus amigos más íntimos. Es así que la
noche del 5 nos encontrábamos acompañando a
María Elena, Julio Cortázar, Theodorakis,
María Herminia Avellaneda, yo y Pepe
Fernández, en la casa que éste posee en Saint
Germain. Después de escuchar los temas que
María Elena y yo cantamos, Julio Cortázar
propuso una idea para la realización de una
nueva canción. Ella versificó la idea y yo la
musiqué.
Y antes de poner fin a la charla,
Jairo nos confió sus proyectos más inmediatos,
entre los que figura el retorno a la
Argentina:
—Por el momento tengo que seguir
aquí; en España, pero para noviembre pienso
estar nuevamente en Buenos Aires, porque me
esperan dos contratos: uno en TV y otro en una
sala.
TV guía
10/07/1974