La lucha por la
sucesión del Lobo Vandor tuvo inquietantes
matices. Desembocó, finalmente, en un proceso
eleccionario que estuvo matizado también por
algunos incidentes. Antecedente inmediato: tiroteo
en la Seccional Capital, con dos muertos (ver
SEMANA, Nº 21). Ese episodio habría sido provocado
con el propósito de eliminar a Lorenzo Miguel,
candidato a suceder a Vandor en la conducción del
gremio.
Finalmente, el 6 del
actual se iniciaron las elecciones. La lista Azul
(Lorenzo Miguel) quedó sin rivales. Fueron
impugnadas, por motivos diversos, la Azul y Blanca
(Avelino Fernández), la Gris (línea de las 62
Organizaciones) y la Rosa (comunista). Hubo
encontronazos entre obreros de diversas
tendencias, y destrucción de urnas en algunas
fábricas. También se anunciaron paros en varios
establecimientos metalúrgicos (Volcán y Tamet). El
viernes a la noche se inició el escrutinio. Una
tarea rutinaria: sin enemigos a la vista, Lorenzo
Miguel obtuvo 15.300 votos (hubo 200 en blanco),
sobre un padrón de 38.400 afiliados. La sucesión
de la línea vandorista estaba asegurada.
DECLARACIONES
EXCLUSIVAS
Apenas finalizado el
escrutinio en la Unión Obrera Metalúrgica, SEMANA
mantuvo una entrevista exclusiva con Lorenzo
Miguel (electo secretario general de la Seccional
Capital), dirigente llamado a suceder al asesinado
líder Augusto T. Vandor. He aquí las respuestas de
Lorenzo Miguel, que lo ubican en la misma línea
político-gremial que su antecesor.
SEMANA: Una vez que
ocupe la jefatura del secretariado nacional, ¿en
qué posición política ubicará a la UOM?
Miguel: El
secretariado nacional es la máxima autoridad, pero
no la única. LA UOM tiene una estructura vertical
y sus bases (que están altamente evolucionadas)
participan activamente en la vida del gremio. Los
congresos de delegados elevan sus opiniones al
consejo directivo, y éste, en definitiva, fija la
ubicación política de la organización. Empero, hay
una línea tradicional que hace a la vida de la
UOM: su identificación total con los postulados de
la doctrina justicialista. Está adscripta a ella
desde 1945, y resulta muy difícil (si no
imposible), pretender alejarla de ella sin razones
muy poderosas.
SEMANA: ¿Qué salida
política ve a la actual situación del país?
Miguel: Veo una sola:
que se permita al pueblo expresarse libremente. El
pueblo posee una profunda intuición y es muy
difícil que en los momentos cruciales erre el
rumbo. Lo importante es dejarlo votar libremente,
sin tergiversar su voluntad. El momento actual es
muy difícil para la economía de los trabajadores.
Los salarios congelados y la liberación de los
precios, en alza permanente, han desnivelado
totalmente los valores de la economía hogareña.
Esto genera incertidumbre, descreimiento en la
clase trabajadora y es el caldo de cultivo de
procesos de malestar cuya violencia es fácil
predecir. No se puede insistir en sistemas
económicos que descargan sobre el pueblo las
crisis que éste no ha provocado. Los aumentos de
sueldos no generan inflación. Al contrario: la
inflación motiva el pedido de aumentos.
Responsable de la inflación es el Estado con su
voracidad insaciable, y no pocos empresarios que
con sistemas de producción " obsoletos pretenden
mantener un ritmo que sólo se logra si se explota
despiadadamente al obrero. La UOM tiene fijada su
posición al respecto. Si no se realiza una
política económica de tipo nacional, si no se
protege a sus industrias y si el país no deja de
obedecer los dictados de los órganos
imperialistas, como los del Fondo Monetario
Internacional, va a resultar dificultoso salir de
este marasmo.
SEMANA: En los últimos
años algunos actos de violencia han creado en
torno de la UOM una imagen que no beneficia su
desenvolvimiento. Las muertes de Rosendo García,
Vandor, Valiese y otros casos testimonian esa
violencia. ¿Quién la motiva?
Miguel: Es paradójico.
Observe usted que los actos de violencia que
señala siempre han sido agresiones contra nuestro
gremio. Ni a Rosendo, ni a Vandor ni a Vallese los
mataron obreros metalúrgicos. Las agresiones a
nuestro gremio se remontan al nacimiento de la
industria metalúrgica organizada. En la semana
trágica, en la fábrica Vasena fueron muchos
metalúrgicos las principales víctimas de una
violencia que ni desearon ni desencadenaron. La
UOM tiene un objetivo esencial: la unidad de la
clase trabajadora.
Pie de fotos
UN RECUENTO SIN
SOBRESALTOS
El viernes último, a
partir de las 20, se registró una actividad sin
pausas en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica.
El controvertido proceso eleccionario en ese
poderoso gremio llegaba a su fin y
quedaba terminada una etapa en la que abundaron
los episodios de violencia. Los encargados del
escrutinio fueron anotando los votos en un acto
que se hizo tedioso. Impugnadas las otras tres
listas presentadas, sólo quedó la de la línea
vandorista. No habría sorpresas.
LA FIGURA DE VANDOR
SUBSISTE
En la empresa Philips,
zona de Saavedra, se votó disciplinadamente aunque
no había opositores a la vista. En ese
establecimiento inició su carrera gremial el Lobo
Vandor.
Allí fue designado
delegado por primera vez. Luego, una serie de
acontecimientos lo llevaría a ocupar un lugar
prominente en el panorama argentino. Fue árbitro
de muchas situaciones y hasta el mismo general
Juan Domingo Perón no consiguió doblegar la astuta
política del líder asesinado.
CON SERENIDAD
Lorenzo Miguel
(derecha) recibió con calma el resultado del
escrutinio. Ahora se dispone a seguir la línea
trazada al gremio por Vandor. Lo acompaña Jorge
Martin.
ROSTROS FELICES
En un recuento sin
fiscales, los seguidores de Lorenzo Miguel no
pueden reprimir una sonrisa de satisfacción.
Después de un largo proceso signado por hechos de
violencia, nadie había esperado una culminación
tan calma. Los días previos recogieron airados
reproches de los sectores que eran opositores.
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