Los primeros 1º de mayo
¿jornada de lucha? ¿O celebración festiva? Los obreros de la moderna rebelión han conferido a la fecha el significado de un símbolo. Más aún: asume también el significado de mito para las ansiosas clases del trabajo. Primero de Mayo. ¿Es batalla? ¿Es fiesta? Una y otra cosa. Acción y esperanza. En este día, los obreros de la moderna rebelión evidencian el ejercicio de dos sentimientos. Uno, el de la confraternización. Los rebeldes están tocados por una emoción de hermandad que surge desde la zona de las comunes angustias y exigencias El otro, el de la fe. ¿No es día éste en que se creen más cerca de las posibles conquistas? Este día del año que han resuelto consagrarse a ellos mismos, ¿no es una medida del propio poder, es decir, no es camino que aproxima al mundo mejor por el cual están luchando: jornada de lucha y fiesta de esperanza. Y la esperanza en la lucha, ¿no es sacrificio? Será, también, sacrificio. El sacrificio exaltará las dimensiones del mito obrero del Primero de Mayo.
1º de mayo

LA PRIMERA CONVOCATORIA ARGENTINA
El congreso internacional del socialismo que, en el 89, se reunió en París había acordado la celebración de una jomada universal que formulara como reclamo —primera gran exigencia del movimiento obrero en nuevas etapas que quieren ser definitivas— la limitación a ocho horas de trabajo diario. "Los trabajadores de las distintas naciones —dice la recomendación votada— habrán de realizar la celebración en las condiciones que les imponga la situación particular de sus respectivos países". Fecha de la jornada sería el primero de mayo del 90.
A comienzos de ese año —clima de alarmas, desocupación y huelgas— ha comenzado en Buenos Aires el apresto para la celebración. Los alemanes del Vorwärts, representados en aquel congreso, asumen la responsabilidad de la convocatoria de París para hacerla iniciativa de lucha aquí. Plan del Vorwärts: integrar con delegados de las agrupaciones obreras una común comisión organizadora; sólo los anarquistas del Círculo Socialista Internacional se han de rehusar a enviar el suyo y a compartir labores. La comisión promotora se denomina Comité Internacional, y José Wininger, el redactor del Vorwärts, redacta su primer llamamiento dirigido a todos los trabajadores de las Repúblicas del Plata, a quienes da trato de "Hermanos nuestros" y comienza advirtiéndoles que Europa entera y los Estados Unidos se disponen a celebrar la fecha convenida para pregonar reclamos y aspiraciones. "El importante movimiento, que será un hecho grandioso en el viejo y parte del nuevo mundo —afirma—, conquistará seguramente una de las páginas más gloriosas de la historia obrera contemporánea. No se mueven nuestros hermanos —explicaba— para obtener pingües aumentos en los salarios, casi siempre inútiles porque se elevan después los artículos de primera necesidad, sino en demanda de que las horas de producción no sean más que ocho". Y convocaba:
"El Comité . que suscribe, que hoy da el alerta a todos los trabajadores y Sociedades obreras que existen en las Repúblicas Americanas del Sud, ha creído un deber suyo excitar a sus hermanos de infortunio para que, preparados y unidos, podamos secundar los proyectos de nuestros compañeros de Europa y de los Estados Unidos, universalizando más y más la propaganda en pro de las ocho horas y las conclusiones del importante Congreso Internacional de París..."
Mas, en esas demandas no se detendría la amplia perspectiva ambiciosa del movimiento que las clases obreras iniciaban. Es paso primero.
"No crean nuestros compañeros, los obreros, que con la rebaja de horas de trabajo han de alterarse sus salarios ni sufrir aumento los precios de los artículos de primera necesidad. Todo lo contrario. Lo que influirá es para que tengan ocupación los muchos brazos hoy parados: ora debido al constante desarrollo de la mecánica, ora a las corrientes inmigratorias que sin cesar llegan a las márgenes del Plata, las que se ven obligadas por la miseria a trabajar por un trozo de pan en vez de recibir lo que en justicia corresponde a su producción. Se pide la rebaja de horas de trabajo para evitar estos males que hacen sea innecesaria, en algunos casos, la actividad intelectual y material de los obreros; resultando como consecuencia fatal e inmediata esa enfermedad que denominamos hambre y ese estado inseguro y zozobroso que se llama crisis"
El 30 de marzo, asamblea de delegados de las agrupaciones obreras. Los miembros del Comité que lo han promovido informan ante ella de sus labores y deben hacerlo —testimonio de aquella congregación de nacionalidades de Europa en las filas primeras de la rebelión obrera— en varios idiomas: italiano, alemán, francés... Inmediatamente, la asamblea programa la realización del "Mitin Internacional", discute la relación de un petitorio ante el Congreso de la Nación reclamando leyes protectoras del trabajo y de una declaración con que se funda el derecho del obrero, evidencian sus justicias y se exhorta a la lucha disciplinada, tenaz. Con tres representantes de cada una de las agrupaciones que se han hecho presente a la convocatoria se constituye definitivamente el Comité Internacional que presidirá el activo redactor del Vorwärts, José Wininger, será su secretario el delegado de la agrupación de los cigarreros, Bernardo Sánchez, y hará las veces de tesorero Augusto Kuhn, que es de los más fervorosos militantes del club socialista alemán.
La declaración reitera convocatorias: "¡Trabajadores, Compañeras, Compañeros! ¡Salud! ¡Viva el primero de mayo: día de fiesta obrera universal!". Y explica:
"Si a fin y al cabo hoy nosotros, las masas del proletariado, levantamos nuestra voz por millares reclamando leyes protectoras a los trabajadores, cuáles hombres que tienen aún un granito de amor a la justicia en su pecho pueden negar la legitimidad a nuestras demandas, a las quejas de estas clases más explotadas y sin el mínimo amparo. Por centenares se presentaron los especuladores, los industriales, los grandes propietarios y estancieros: los unos para pedir impuestos protectores; los otros subvenciones, garantías leyes o decretos de toda clase... todos, todos han golpeado esas puertas y vuelven atendidos y remunerados por leyes especiales en su protección y por subvenciones y garantías en sinnúmero de millones. Únicamente nosotros, el pueblo trabajador, que vive de su pequeño jornal y tanto sufre de miseria, nos quedamos hasta ahora mudos y quietos con humilde modestia".
¿No es, acaso, hora de reclamos? "Si al fin, chora oprimidos por el duro yugo hasta besar el suelo, levantamos nuestro grito de dolor y angustia pidiendo ayuda y protección, ¿no estamos en nuestro derecho?". Las necesita el inmigrante, explotado como, acaso, en pocas zonas del mundo se explota a los hombres. Nada impide la explotación en el salario, ni en la duración de la jornada de labor. Nada asegura contra el accidente de trabajo. Ni con respecto a la habitación antihigiénica, ni a la falsificación de alimentos. "Quedamos completamente abandonados a la explotación sin límite, en realidad y prácticamente abandonados por la ley, la justicia y la autoridad". La crisis agudiza la miseria. "En medio de esta situación, el pueblo trabajador de la República Argentina levanta por primera vez su voz potente, compuesta de millares de desheredados, en demanda de la protección legislativa al trabajo y a los obreros". Así se hace en otros países. Así se hará en este país. El mensaje analiza las demandas. "¿Tales proposiciones podrá rechazarlas un gobierno que desee un pueblo valiente para el trabajo, una juventud sana y bien desarrollada en su inteligencia, una familia moralmente robusta, cual plantel de todas las virtudes cívicas?". Para esa pregunta, los redactores apresuran esta respuesta: "¡Imposible!". "Innumerables son los accidentes que ocurren cada año en este país: en ferrocarriles, construcciones y empresas de toda clase, debidos en gran parte a la negligencia y avaricia criminal de los propietarios, a la de los contratistas y al descuido y corrupción de los inspectores".
"¿Podrá mirarlos cruzado de brazos con toda indiferencia, un estado que debe sus riquezas y cifra un gran porvenir en el esfuerzo de los tan abandonados trabajadores?" La misma respuesta: "imposible!" Alistamiento de esperanzas obreras en aquellos razonados reclamos de la primera celebración argentina del primero de mayo. "¿Qué es lo que pedimos? ¿Es algo injusto, algo imposible, algo irrealizable? No. Son justos estos pedidos. Pues bien: unámonos todos, todos, sin que falte uno solo, en un acto unánime de unión fraternidad y de solidaridad para la mejora de nuestra dura suerte, para adelantar en el camino de nuestra emancipación".

Primeros de Mayo finiseculares
Fué pacífica aquella celebración primera entre obreros alemanes, italianos, franceses, españoles. La marcha había quedado abierta. Para todos los Primeros de Mayo de fin de siglo habrá batallones obreros que hagan su tranquila aparición en las plazas de la ciudad. Habrá desfile callejero con banderas rojas y cantos que formulan protestas. Habrá salones con pequeñas multitudes y coros entusiastas. Habrá cancionero. Cantan los obreros:

Ven, ¡oh Mayo!, Te esperan las gentes,
te saludan los trabajadores
dulce pascua de los productores:
ven y brille tu espléndido sol
Levantemos las manos callosas,
elevemos altivos las frentes.
y luchemos, luchemos valientes
contra el fiero y cruel opresor.

Leopoldo Lugones escribe en "La Montaña" el primero de mayo de 1897: "La Canalla tiene sus días domingos. He aquí uno. No tenemos campanas para inaugurar estos días, ni flores para adornarlos, ni música para festejarlos. No hay día más triste que el domingo de un pueblo esclavo". Y explicaba: "Nuestra protesta no es pura cuestión de panadería, no es sólo el grito de hambrientos. Es el clamor del que protesta contra todas las esclavitudes, es apertura de horizontes para todas las esperanzas". La esperanza será sacrificio.

Sangre de 1904
Cuando apunta el nuevo siglo, la rebelión obrera no es ya solamente de alemanes, franceses, italianos y españoles. Es rebelión criolla, también. Ya hay organizaciones sindicales, huelgas y primeros de mayo sangrientos. En el primer número de 1904, "La Protesta" —anarquista— hace el balance de 1903: "Las huelgas sucediéronse casi diariamente con suerte varia, como es de suponer. No ha habido gremio casi que no haya apelado a ellas" En primero de mayo de 1904, la Federación Obrera Regional Argentina concentra sus efectivos en la Plaza Lorea. A las 14.30 ya estaban ahí los albañiles, los sombrereros, los mecánicos, los fundidores. Un cartel reclama la abolición de la Ley de Residencia. Otro registra debajo de las figuras caricaturizadas de un militar y un fraile, esta calificación: "Los vampiros del pueblo". La banda ejecuta himnos obreros y la columna anarquista se pone en marcha. Cuarenta soldados del Escuadrón de Seguridad la preceden. "Al percibirse los comerciantes de su llegada, cerraron apresuradamente sus casas por temor de que fuesen asaltadas", dijo "Caras y Caretas". La columna se detiene en la Plaza Mazzini. Ahí habrá tribuna y discursos. Pero, desde antes ya hay policía y marineros. ¿Cómo comienza el incidente? ¿Hubo piedras contra policía y marineros? Es posible. La respuesta fué inmediata. "Sonó el primer disparo, entonces, y luego la granizada de balas, los revólveres en su desesperado vomitar de plomo, alevoso y asesino, con implacable ensañamiento, con furia incontenible, produciendo la dispersión precipitada, el arremolinarse de los que resueltos a morir querían vender cara su vida", escribió "La Protesta". Hubo dispersión cuando se produjeron los primeros disparos. inmediatamente, se rehízo la congregación y arreció de su parte la pedrea y de la contraria las cargas a sable y los disparos. "Bajo el fuego incesante de los revólveres de los policías —hizo crónica "La Protesta"—, algunos con el arma de fuego en su izquierda y el sable a la derecha, repartiendo sablazos a dos lados..."Ahora se recordaban —deducía el semanario anarquista— las palabras de algunos empleados que gritaban a los transeúntes indiferentes: ¡anden con cuidado que se va a armar la gorda! Ahora se encuentra la explicación a la presencia de 300 marineros armados "escondidos" "Se ha querido —seguía deduciendo y desafiaba "La Protesta"— asesinar infamemente al pueblo, se ha querido fulminar, sólo a fuerza de plomo homicida, de sable mazorquero, ha querido enterrarse bajo los cascos de los caballos policíacos, una idea que no morirá, bañada en sangre, más lozana y más temible." Setenta heridos cuenta el cronista de "Caras y Caretas". Ha muerto un obrero y un "cosaco". Cuando la policía intenta recoger el cadáver del obrero, un grupo de anarquistas armados lo impide. Han de ser ellos quienes velen al sacrificado. Trescientos hombres improvisan un decidido cortejo. Llevan en hombros al camarada muerto y recorren las calles desafiando a la policía. Primero, hacia el local de "La Protesta", en Córdoba al 300. Luego por Reconquista, Avenida de Mayo en toda su extensión. Entre Ríos hasta Chile y por ésta hasta el local de la F.O.R.A. Ahí se disponen a velarlo. Ya hay mitin y discurso en tomo del muerto. Soldados del cuerpo de bomberos rodean el local y lo asaltan. Se llevan al cadáver y a decena de obreros presos. Los depósitos del Departamento de Policía se llenan inmediatamente. Todos los locales obreros son vigilados aníes del anochecer. "La Protesta" escribirá: "Tenemos que hacer notar que Juan Ocampo, la víctima de la ferocidad policial, no era un gringo, como con intención infamante, tomando el vocablo en su sentido ruinmente despreciativo, acostumbra a calificar la policía a todos los obreros que toman parte en los movimientos obreros. Juan Ocampo era argentino, nacido en el Chaco Austral, tenía 22 ó 24 años y se ocupaba como foguista en el puerto de la capital. Ha muerto como un "héroe". "El País", muy distante de las ideas en conflicto, acusa: "No queremos dejar pasar desapercibida la conducta poco escrupulosa que ha observado la policía. No estamos en la Pampa, sino en la primera ciudad de Sud América." En su revista juvenil, "Ideas", Manuel Gálvez escribiría: "En primero de mayo, a la hora en que Florida sentía iniciar el clásico y decorativo corso de un domingo de invierno (la 'season' como diría cualquier cronista social con toda la ingenuidad de su despreciable oficio), en el Paseo de Julio, la policía cargaba machete en mano a los manifestantes de la Federación Obrera. Hubo una heroica lucha. Y corrió sangre... En definitiva: dos muertos, más de cincuenta heridos... Por lo demás, en estas luchas preliminares, las víctimas, casi siempre., son de la misma clase social: obreros... vigilantes... Todos esclavos."

1909. Plaza Lorca
Primeros de Mayo con huelgas, estados de sitio, obreros muertos, policías apedreadas. Ninguno tan trágico como el de 1909. Desfile de socialistas desde Plaza Constitución a Plaza Colón. Concentración de anarquistas en Plaza Lorea. No han levantado éstos su tribuna, cuando la policía dispara sus armas. Cinco muertos y treinta y cinco heridos. La respuesta obrera fué la huelga general dispuesta por anarquistas y socialistas. La F.O.R.A. y la U.G.T., con adhesión de sociedades obreras autónomas, fundan la actitud así: "Otra vez la horda de asesinos
instituidos en guardianes del orden burgués ha cumplido su misión: la sangre de nuestros hermanos de nuevo ha sido derramada." E incitaban: "¡Y bien, camaradas, por favor, no haya miedo! Si nuestra libertad sólo puede ser posible a través de los sacrificios, armémonos de todos los corajes y persistamos en nuestras jornadas marchando sobre los cadáveres y la sangre de los nuestros. Que a su saña criminal responda el pueblo obrero insistiendo en su lucha con todos los impulsos trágicos y valientes, con el arremeter heroico que las circunstancias demandan y que merece el premio de nuestra libertad. ¡A la brecha, pues, trabajadores, por la venganza de los caídos, por nuestra dignidad y por nuestro porvenir?"

"La Protesta", en su edición del día 3: "Es hora ya de acabar con esta vergüenza continua, esta vergüenza que consiste en que siempre y en todas las ocasiones somos nosotros las víctimas. La matanza del sábado debe servimos de enseñanza. ¡Hay que ir prevenidos!"
La huelga paralizaba las actividades de la ciudad. ¿Hasta cuándo se prolongará? Como los locales obreros han sido clausurados y los dirigentes han sido presos, habrá huelga mientras haya locales clausurados y dirigentes presos. Los socialistas reclaman, por su parte, la renuncia del jefe de Policía, coronel Ramón Falcón. Los anarquistas no hacen pie en ello. Todos los jefes de Policía son iguales... Si renuncia Falcón vendrá otro igual que Falcón... Los socialistas persisten en sostener que la renuncia de Falcón llevará tranquilidad al pueblo obrero.

Día 3
Los conductores de carros asocian a la huelga su protesta ante la cédula de vecindad que se les exige. Paralización de vehículos, incluso gran parte de los tranvías. Paro absoluto entre gráficos, panaderos, albañiles, carpinteros. Las fuerzas militares aprestadas para la represión son dos regimientos de artillería, tres de caballería, seis batallones de infantería, dos de ingenieros y 1.500 hombres de las escuelas de tiro y de clases. La policía cuenta con propias dotaciones de armas largas, el escuadrón de seguridad y el cuerpo de bomberos armado con máuser. Hay incidentes entre huelguistas y policía, tranvías apedreados y cargas sobre los obreros que frente a la Morgue reclaman los cadáveres de los caídos en Plaza Lorea.

Día 4
"La Protesta": "El disparo primero, mucho tiempo antes de que sucediera, ya se venía preparando. Ya en la plaza del Once empezó la policía a molestar a los manifestantes." ¿Quién disparó primero? ¿El obrero Mazza, que se resistía a ser detenido? ¿O e! policía Centeno, que se proponía detenerlo? "La Protesta" hace balance: "Son 7 muertos y 105 heridos." Y anticipa: "Luego, si mañana se voltea la cabeza de Figueroa o Falcón, se dirá que los anarquistas somos unos criminales" ¿Son 200.000 los huelguistas. según afirma "La Protesta"? El paro es más intenso que el día anterior. Soldados con bayonetas caladas protegen a los tranvías. Custodia militar en los edificios públicos, bancos, estaciones ferroviarias, el puerto. Guardias militares en los locales obreros. Tranvías apedreados. Basura sin recoger en las calles. Paralización del tráfico ferroviario de mercaderías: no hay quienes carguen y descarguen. Concentración frente a la Morgue. ¿Cuántos obreros se reúnen? 80.000 dicen los boletines de la prensa obrera. Todas las calles que deben recorrer los coches fúnebres conduciendo a los cadáveres de los muertos en la Plaza Lorea están agitadas con la presencia de obreros. Incidentes. Detenciones. Descargas de fusiles y cargas de los escuadrones.

Día 5
Inmovilidad total en el puerto. 'La Protesta' asegura que son 300.000 los huelguistas en toda la ciudad. "La orden de fuego —insiste— la dió el revólver de Centeno, y sin más ni más fué asesinado el pueblo por las espaldas..." ¿Comprende, coronel Falcón? Insiste, también, en incitar "Contra la fuerza armada y ciega, formémonos!" Los tranvías circulan con protección militar. En la Plaza Mayo las cargas policiales impiden la realización del mitin conjunto de socialistas y anarquistas. En Plaza Constitución, mitin socialista: varios obreros muertos. Detenciones de huelguistas en toda la ciudad.

Día 6
Inmovilidad en el puerto. Patrullas, allanamientos, detenciones, tiroteos.

Día 7
Estallan bombas. Los tranvías no circulan después del anochecer.

Día 8
Finaliza la huelga con la libertad de los detenidos.
El coronel Falcón no ha renunciado. Desde Asunción, Rafael Barret escribe: "¿Quisiera el señor Falcón que el tiempo hubiera pasado en vano, y que la Argentina fuera una colonia turca? La cultura occidental no ha concluido su viaje y es notoria necesidad ir a detenerla en la dársena. Por favor, permita el P. E. que siga girando el mundo, y no se obstine en emitir juicios finales. Tenga un poco de modestia y recordando las enseñanzas de la historia admita que las instituciones de 1909 no son definitivas. No se asuste tanto del anarquismo; consuélese con la certidumbre de que los anarquistas parecerán algún día anticuados y demasiado tímidos." No terminaría 1909, cuando un adolescente anarquista da muerte al coronel Falcón. La violencia guiaba de tal manera a los actores de aquellas jornadas que hubo coro de anarquistas italianos como para celebrar aquella muerte así:
E morto Ramón Falcón,
massacratore.
E viva Simón Radowtsky.
vindicatore.

Dardo Cúneo
Suplemento de la revista mundo Argentino
2.5.1956

primero de mayo
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