Es un miércoles a las
seis de la tarde. Estamos listos para comenzar la
reunión. De a una van llegando al departamento de
Dina Rot, Mercedes Sosa, Susana Rinaldi, Suma Paz
y María Elena Walsh. El motivo por el cual estamos
presentes es porque aquí se va a hablar de la
música popular. Todas ellas tienen ganas de decir
muchas cosas. Aprontamos el grabador, todo el
mundo permanece en silencio, el momento es tenso.
Apretamos el botón y ellas quedan con la palabra.
I - LO QUE ELLAS
CANTAN Y LO QUE EL PUBLICO ESCUCHA
María Elena Walsh —
Fundamentalmente soy letrista. Lo que doy al
público es un mensaje que, por otra parte, no me
interesa que sea muy expreso. Lo que me diferencia
de mis compañeras, salvo Dina Rot que tiene un
repertorio muy particular, es que lo que yo hago
no se puede enmarcar en ningún tipo musical
determinado, no es folklore o tango solamente lo
que canto, sino que uso el ritmo que más me
interesa para acompañar las letras. En cuanto a
qué tipo de público nos dirigimos, creo que es una
pregunta falsa. Es el público el que nos elige a
nosotras. Muchas veces, cuando queremos acercarnos
a otro tipo de público, nos encontramos con una
barrera muy difícil de sortear, que está compuesto
por los empresarios prejuiciosos y también por
algunos medios de difusión.
Suma Paz — Mi
intención siempre fue recuperar un canto. Un canto
que se nos iba irremediablemente, como la arena
entre los dedos de la mano. A partir de la década
del cuarenta, el canto del Sur desapareció de los
escenarios, tanto en autores como en intérpretes.
Entonces, este país que tiene cuatro regiones bien
definidas, estaba mutilado en su canto. Le faltaba
la mitad. El Norte nos regalaba con sus músicas y
sus letras pero el Sur se nos moría. Mi propósito
fue recuperar ese canto, por amor, porque lo
siento muy profundamente. Yo me dirijo a ese
público que está rastreando a su América y todavía
no sabe que la está buscando. Que está yendo a las
fuentes a buscar una fisonomía netamente
argentina.
Susana Rinaldi — Yo
comencé cantando con el interés de hacer un
revisionismo del tango, y también para sacar un
poco a flote la poesía que los cantantes habían
desatendido en un afán de lucirse
esta poesía popular es
producto de poetas, no de letristas. Esos poetas
nos permiten llevar otra vez la poesía al
escenario. Nosotras no somos gente frívola; eso es
lo que le tiene que interesar al periodismo.
Hacemos las cosas seriamente. Puedo decir que
cantamos porque se nos da la gana, y porque el
público nos quiere y nos acepta, muchas veces a
pesar de algunas cosas que se inventan. Creo que
nosotras podemos perdurar, cantando tango o
folklore ... porque la gente nos quiere. Tenemos
que dar gracias al público.
Mercedes Sosa — Yo he
tenido la suerte de que mi trayectoria y mis
canciones lleguen a toda la gente. No me han dado
la posibilidad, sino que la he buscado yo saliendo
a cantar en los festivales, pueblo por pueblo,
aguantándome que vendan chorizos, Coca-Cola o café
cuando estoy cantando. Afortunadamente, siempre
quedan, siempre hay entre diez mil personas, tres
mil que escuchan. Tres mil que van a escuchar, que
no les importa si no cuento algún chiste verde
porque yo no he nacido para eso, sino que van a
escuchar mis canciones. Respeto y admiro a mis
otras compañeras. Trato de cantar canciones de
poetas, como María Elena, y no de letristas. Me
interesan los poetas de este país y del resto de
Latinoamérica. Pienso que así lo ha asumido el
pueblo y así lo asumo yo en el momento que canto.
Dina Rot — Antes que
nada, quisiera poder expresar la gran satisfacción
que significa para mí participar en el ciclo
"Cantan Las Argentinas". Con mis canciones no
pretendo otra cosa que mostrarme, mostrar lo que
siento. Tratar de que se me identifique con todas
aquellas palabras que voy diciendo a través de
poetas. Hasta hace algunos años estas canciones
estaban relegadas por culpa de esos terribles
intermediarios que tenemos los artistas para
llegar al público, al pueblo. El hecho de que hoy
yo pueda compartir ciclos de esta naturaleza
significa un cambio. El público ha sido más fuerte
que el empresario, que el intermediario. Yo parto
de las canciones del poeta anónimo. Estoy buscando
siempre aquellas cosas que siguen vivas
permanentemente en la vida de los hombres. Esos
sentimientos eternos, como la soledad, el amor, el
deseo de libertad. En esa búsqueda he llegado al
poeta contemporáneo, al poeta español,
latinoamericano, y más aún a la canción anónima de
todas las partes del país. La esencia del hombre
es la misma en todo ese recorrido. Y esa idea está
en las canciones anónimas. Con esa idea, necesito
que se me identifique. El público de alguna manera
es protagonista de' esas canciones, las recoge,
las usa.
María Elena Walsh —
Creo que se desprende de lo que dijimos todas que
le estamos devolviendo al público algo que se le
había robado merced a un proceso de
desculturización. Le estamos devolviendo su alma,
su lenguaje. Quisiera agregar algo más. En este
ciclo, creo, no estamos todas. Una de las que
falta y tendría que estar es Eladia Blázquez.
Lamentablemente, por razones de salud, no pudo
estar en "Cantan Las Argentinas".
II-LA FAMA Y LA
NOTORIEDAD
Gente — ¿El hecho de
que ustedes sean famosas, conocidas por el gran
público, no significa de alguna manera que todo
eso que critican las ha ayudado a conseguir esa
posición?
María Elena Walsh —
Primero aclaremos algunos términos. ¿Qué entienden
ustedes por fama?
Gente — Famosas o
conocidas, no interesa el término. Lo importante
es que cualquier persona escuchó alguna vez hablar
de ustedes. Ese no es un fenómeno espontáneo,
también participan de él los empresarios y los
medios de difusión. ¿Eso no es ser concesivo con
lo que ustedes acaban de criticar?
María Elena Walsh —
Nosotras no somos famosas. Famosos son Palito
Ortega y Sandro. Nosotras somos notorias. Y eso es
un fenómeno que no hemos buscado. Posiblemente se
haya dado como uno de los tantos milagros
argentinos. Otro "milagro" es que nosotras hemos
accedido a esa notoriedad luego de muchos años de
"laburo", pedaleo, y demás esfuerzos, y sin hacer
lo que ustedes llaman concesiones. Creo que todas
hacemos lo que creemos que tenemos que hacer.
Mercedes podría cantar unos boleros bárbaros y
Susana un rock bárbaro, y Dina...
Dina Rot— ¡Rock no,
por favor!
María Elena Walsh —
Bueno, pero Dina podría ser una estupenda vedette
en el Maipo y, sin embargo, ninguna nos hemos
dedicado a esas actividades.
Suma Paz — Coincido
totalmente con María Elena con respecto a la lucha
larga y a veces oscura y sacrificada que hemos
tenido. Personalmente, no creo ser tan famosa. Lo
que yo he logrado me ha costado grandes
sacrificios que afronté por la pasión que me une a
lo que hago. Sé, también, que nunca hice una sola
concesión. Tal vez sea por eso que mucha gente no
me conoce.
Mercedes Sosa — Yo no
sé muy bien qué es eso de "concesiones". A mí no
me interesa cantar solamente para mi familia, me
interesa llegar a la gente. Cantar por radio, que
yo sepa, no es ninguna concesión. Grabar discos
tampoco... A mí nadie me obliga a cantar mis
canciones, no trabajo con un solo compositor
porque no me interesa; es más, no tengo,
prácticamente, amistad con ningún compositor,
salvo con Ariel Ramírez.
Dina Rot — No soy una
"estrella famosa" y creo que todavía hay bastante
gente que no me conoce. Lo importante de esa
notoriedad de Mercedes Sosa, de Susana Rinaldi, de
Suma Paz o de María Elena, es que fue conseguida
sin una sola concesión.
III - PROHIBICIONES Y
CENSURAS
Gente — ¿Ustedes
piensan que existen cantantes y autores
prohibidos?
María Elena Walsh —
Claro que sí. No me interesa hacer nombres, pero
son muchos ...
Susana Rinaldi — Hay
muchas maneras de prohibir a la gente. Por
ejemplo, si vos cantás tangos y los empresarios
dicen que no sos una tanguera "populachera" y por
eso no te dan "laburo", eso es una forma de
prohibirte. Lo que pasa es que no van a decir
"Fulana no me interesa como cantante", que seria
mucho más noble.
Suma Paz — Yo diría
que no es prohibir o censurar, sino que es una
forma de marginar al artista. La marginación es
mil veces peor que la prohibición, porque contra
la prohibición una puede luchar, pero contra la
marginación no.
Mercedes Sosa — Yo, en
el año 1966, fui prohibida en Radio Nacional por
cantar el poema de Pablo Neruda "Tonada a Manuel
Rodríguez". Esa prohibición estuvo en vigencia
hasta el año 1971. Directamente no se me podía ni
nombrar.
IV-OTRA VEZ EL PUBLICO
Gente — Volvamos sobre
un punto que para ustedes es espinoso. ¿Cuál es el
público que presencia sus actuaciones?
María Elena Walsh—
¡Por favor! No nos etiqueten más. Las revistas
dicen que nuestro público es intelectual de clase
media. ¿Quieren que les diga una cosa? El público
de Susana es el mismo de Mercedes, de Dina o de
Suma. También es el mismo que va al Maipo a verme.
Cáiganse de espaldas.
Susana Rinaldi —
Cuando comencé la serie de recitales de "Cantan
Las Argentinas", el teatro San Martín estaba
repleto de gente. Había tres veces más público del
que puede absorber la sala. Estaba lleno de
jóvenes, varones y mujeres ... Les voy a contar
una anécdota: Cuando terminé de cantar, la gente
me pedía algunas canciones; entonces, uno que
estaba cerca del escenario me gritó: "Cantá lo que
quieras, muñeca". A nuestros recitales va todo
tipo de público.
Suma Paz — Creo que la
conversación ha llegado a un punto interesante.
Esa forma de etiquetar al público, y creer que es
necesario usar un lenguaje distinto para cada
ocasión, es falsa. Cuando el lenguaje es
verdadero, cualquier tipo de público, ya sea
analfabeto o universitario, lo entiende.
Personalmente, he sido rotulada como una
"exquisita". Y odio esa palabra porque no lo soy
en absoluto. Pertenezco totalmente al pueblo y mi
repertorio es absolutamente popular. He tenido
auditorios tanto en la Universidad, como en un
pueblito perdido de la Patagonia. El público, en
ambos casos, estaba mudo, y eso que las letras no
son nada sencillas ni chabacanas.
Dina Rot — Por ese
rótulo de exquisitez yo también he vivido penando.
Porque yo era un poco "la mina que canta en
serio", muy exquisita y refinada. Entonces me
sentía como una señora gorda que estudia ikebana.
Me molesta que un trabajo que hago con una
intención muy especial y muy honesta, sea rotulado
como "exquisito". A veces esa denominación me
parece agresiva porque sectoriza y porque define
mal a mi estilo.
María Elena Walsh —
Cuando se hace un determinado repertorio que
a veces es el más
popular, por ejemplo el que hace Suma Paz, resulta
que, para cierta gente, es más "intelectual". ¿Qué
más popular que las canciones anónimas?
Dina Rot — Es que,
para mucha gente, el hecho de dedicarnos al
romancero, de estudiarlo para devolvérselo al
pueblo, es demasiado rebuscado o sofisticado.
V-MUSICA, POESIA,
SERRAT Y GARCIA LORCA
Gente — Ustedes han
dicho que el elemento que unificaba sus canciones
era la intención de devolverle la poesía a la
música popular. A todas ustedes las sigue ahora
una gran cantidad de público. ¿Quién logró ese
cambio, y cómo se dio?
Dina Rot — A la gente
que decidió hacer canción de la poesía, hubo una
cantidad de fenómenos masivos que la ayudó. La
anécdota de haber traído a Paco Ibáñez en el 66
cuando nadie lo conocía, fue uno. El hecho de
saber que podía ser cantado Federico García Lorca
me provocó una alegría enorme. El fenómeno Serrat.
Todas esas cosas ayudaron a que el gran público
aceptara que la poesía se cantara...
María Elena Walsh —
¡Yo te mato, Dina! Ahora me enchivé. De lo único
que entiendo algo es de poesía. De ninguna manera
le perdono a Dina que atribuya ese fenómeno de
aceptación de la poesía cantada a dos señores que
vinieron de España. Uno de ellos con una "mafia"
publicitaria atrás que da calambre, como el señor
Serrat. Esto lo hemos logrado nosotros entre
todos. Es un gran canto colectivo. Las que estamos
acá, Yupanqui, los hermanos Ábalos y muchos más,
tanto en folklore como en tango. Somos nosotros
los que formamos a un público al que después no le
sorprendió un señor Serrat manoseando las letras
de Machado.
Dina Rot — Simplemente
me refería a una cosa: independientemente de esa
"mafia" que vos nombraste, María Elena, es
innegable que Serrat provocó un fenómeno masivo.
Gran venta de discos y afluencia a los recitales
... Por supuesto, no me puedo olvidar de toda esa
gente nuestra que ha estado peleando por lo mismo.
Susana Rinaldi — Yo
creo que la poesía que cantamos nosotras es muy
distinta a la de García Lorca o la de Miguel
Hernández. Esa poesía está hecha para leer o para
decir, pero para cantar no.
Suma Paz — Yo creo que
el fenómeno es ambivalente. Por un lado, coincido
totalmente con María Elena acerca de la labor
lentísima de los poetas en la búsqueda de nuestra
esencia. Por otro lado, creo en el nivel de
maduración del pueblo, que está capacitado para
empezar a recibir esa poesía. Ha habido una
evolución, que para mí no tuvo nada que ver con
los bardos extranjeros que nos vienen a cantar,
sino que ha sido un proceso interno, que tiene
mucho que ver con el fenómeno que se está viviendo
en toda América. Es la toma de conciencia de su
propia personalidad, de lo que es suyo.
Mercedes Sosa—Vuelvo a
repetir lo de la prohibición del poema de Neruda
en el 66. Salvo alguna otra opinión, yo creo que
Pablo Neruda es un poeta. Tejada Gómez, Hamlet
Lima Quintana, Castilla, son poetas, ¿o no? Yo he
grabado poemas de Galán ... de Raúl Galán Que yo
sepa, los españoles no van a descubrir América con
eso. Todo este pueblo ha hecho que se reciba la
poesía de Machado. Y cuando vienen cantantes
extranjeros que también cantan poesía, tienen un
público que ya está preparado, maduro. Yo, que
recorro bastante Latinoamérica, creo que Chile,
Uruguay y Argentina son realmente países que están
asumiendo la poesía en el campo popular. Los
cantores populares, afortunadamente, hemos tenido
mucho que ver en este proceso. El pueblo está
preparado y en eso tuvieron mucho que ver
Atahualpa Yupanqui y Don Buenaventura Luna, allá
por Cuyo.
VI-LOS HOMBRES,
¿CANTAN?
Gente — ¿Qué lugar
tiene el hombre en la música popular?
María Elena Walsh —
Ninguno. Qué curioso que en este ciclo seamos
solamente mujeres. Yo tengo la teoría de que en el
mundo, en el canto popular, las que cantamos somos
las mujeres. Los hombres tratan de hacerlo. Los
humanos somos al revés de los pájaros. Y si no,
vamos a hacer un juego. Yo voy a hacer una lista
de mujeres y que alguna me dé los equivalentes en
los hombres. Edlth Piaf, Judy Garland, Aretha
Franklin, Mahalia Jakson, Mercedes Sosa, Sara
Vaughn, Ella Fitzgerald, Joan Baez, Judy Collins,
todas las brasileñas, Estela Raval, Virginia
Luque, Susana Rinaldi...
Suma Paz — Paso,
porque en este momento no me acuerdo de ninguno.
Aunque pienso que tiene que haber. No tengo ningún
nombre...
Susana Rinaldi—
¡Malas! ¡No tienen ningún hombre! Gardel, por
supuesto. Gardel fue y es el mejor cantante
popular que yo escuché. Otro que escuché, no que
escucho, fue Roberto Goyeneche.
Mercedes Sosa — Todos
los que nombró ella. Los hombres generalmente son
muy lindos. Pero también los hay que cantan bien.
Acá en la Argentina me gusta la voz de César
Isella, Los Trovadores, Los Tucu-Tucu. Nosotros
tenemos mucha gente que canta bien y en ese
sentido no hago demasiadas diferencias entre
varones y mujeres. El único problema es que no se
mantienen en sus canciones, en sus convicciones.
Susana Rinaldi —Me
olvidé de uno importante: Raúl Lavié.
Mercedes Sosa — Sí,
cierto, es bueno Raúl Lavié. El otro día lo
escuché cantando y realmente me gusta mucho.
También me gusta Goyeneche; yo canto un tango que
él quiere mucho: "La última curda". Lo canté en el
Bellas Artes de México. No entendían nada porque
no comprenden el lunfardo.
Dina Rot — Yo lo
nombraría a Don Atahualpa. Porque es un hombre que
cuando canta me conmueve. No sé si tiene una linda
o fea voz, y no me importa. Después, cantantes
brasileños: Caymmi, Wilson Simonal.
Suma Paz — Mucha gente
cree que el canto es sólo la voz, pero lo que
importa es lo que está detrás de la voz. Cuando se
dan las dos cosas, cuando se unen el talento y la
voz, entonces sí tiene importancia. La voz es
solamente el vehículo de un mensaje. Es decir, que
si yo me emociono escuchándola cantar a Mercedes,
además de que su voz me gusta mucho es porque me
llega lo que ella dice. Y, posiblemente, si ella
no tuviera una voz como la que tiene, me llegaría
igual.
Dina Rot —
Exactamente, la voz es importante en la medida que
sirva para llevar un sentimiento. Hay muchos
cantantes con muy buena voz, que no tienen
demasiado éxito por su total frialdad.
Susana Rinaldi — Yo
creo que la voz es importante. Por lo menos,
cuando una escucha a Mercedes cantando Balderrama.
No solamente se emociona sino que es para volverse
loca por la manera con que ella maneja su voz. Lo
mismo con Judy Garland; está cantando, y de
repente pega un grito que hace que se nos paren
los pelos de punta.
Suma Paz — En el mundo
de hoy hay muchas figuras que creen que solamente
con la voz, con su alarde vocal (que tienen porque
han cultivado el canto clásico) son dueños de "la
llave". No es así. Hay que matar el mito de la
voz.
María Elena Walsh — Es
cierto. Un cantante popular es un fenómeno de
sentimiento, de sensibilidad, de tripas, de
corazón, de volumen de voz ...
VII-¿Y LA MUSICA
NACIONAL?
Suma Paz — Música
nacional es la que expresa nuestro pueblo. La que
se puede reconocer en un concierto mundial. Que
permita a alguien decir "eso es argentino" en un
lugar donde estén representadas las músicas de
todos los pueblos. Tiene que tener todos los
rasgos musicales, espirituales y de poesía, de
idiosincrasia y de qué sé yo cuántas cosas más
para poder ser nuestro, sin ningún aditamento
extraño.
Susana Rinaldi —
Además del Himno, todo lo que yo canto.
Mercedes Sosa — Es la
música que yo canto.
Dina Rot — Creo que es
aquello donde se puede reconocer la raíz de
pertenencia a lo nuestro.
Son las nueve de la
noche, es miércoles, y hemos estado aquí porque
estábamos seguros de que se iban a escuchar muchas
cosas. Y así fue. Cada una de ellas dijo sin
reservas lo que pensaba. Creemos que no les quedó
nada en el tintero.
Fotos: JUAN M.
FERNANDEZ
Revista Gente y la
actualidad
21.06.1973
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