POLICIA IZZO
NADIE GOZA CON LA MUERTE
Por Lucho Méndez
La Policía, nuestra Policía, es "la mejor del mundo". ¿Es admirada o criticada?. Es difícil la misión, nos prestigian, nos intimidan. Para determinarlo, para bien o mal, de alguna forma, EXTRA provocó este encuentro con Esteban Izzo, oficial inspector que tuvo a su cargo la Brigada de Robos y Hurtos. Tiene un prestigio temible como mano derecha de Evaristo Meneses. A pesar de su "cara de malo", don Evaristo es un sentimental. En el hampa se dice que Izzo hace todo lo que Meneses no puede. Aquí se demuestra que es igualmente agudo con la palabra y con el plomo.
Reportaje al policía Izzo

EXTRA: ¿Por qué le dieron de baja?
IZZO: Cuando es eficiente siempre corre el riesgo de que algún superior bien alto se sienta molesto por la popularidad de los que trabajan. Esta clase de celos imperaron siempre.
EXTRA: ¿Toda la vida?
IZZO: Desde 1930. En el año 60 las cosas mejoraron porque Recaredo Vázquez las puso en su lugar. Colocó en vereda a los directores de las distintas dependencias. Fue una época de oro.
EXTRA: ¿Y qué pasó con usted?
IZZO: Hasta de marxista me acusaron. Me dijeron rebelde, en fin, mejor es no recordar. Al irse Recaredo (había caído Frondizi) fué cuando empezaron los desastres en todo orden. En el puente Avellaneda el ejército tiroteó un autobomba y mataron a un bombero, se confundieron, creyeron que era un tanque camuflado. Fue un problema. El personal policial reaccionó. Me eligieron 800 compañeros en una comisión de cinco, para exigirle al jefe una investigación... Y me hicieron "la boleta".
EXTRA: Antes de eso, su carrera había sido bastante intensa...
IZZO: ¡Puf! Egresé a los 21 años de la Escuela de Policía Ramón L. Falcón, corcel grado de oficial sub-ayudante. Integré la Brigada del comisario Héctor Fermín Reparaz. El año 1955 fue bravo. Muchos funcionarios andaban detrás de políticos y gremialistas. Los delincuentes tenían más campo libre. Después estuve al lado del comisario Escobar y por fin de Meneses. Siempre en Robos y Hurtos... diez años en "la pesada".
EXTRA: ¿Cómo?
IZZO: La pesada. Así se llama al campo de los delitos mayores: escruche, asalto y demás. Esos sujetos, al ser sorprendidos, defienden su libertad a tiros. Se juegan la vida en cualquier momento. Los que nos especializamos en ese tipo de delitos, también se dice que estamos en "la pesada". Es el terreno del accionar de las armas de fuego. Cuando agarramos a algún delincuente que no está, él solito se identifica: ¡escuche, jefe, yo no ando en la pesada... yo soy apenas un punguista!...
EXTRA: ¿Mató a mucha gente?
IZZO: Sí, productos de tiroteos cayeron diez. En ningún caso fui procesado y siempre ante testigos obré en defensa propia.
EXTRA: ¿No tiene miedo a una venganza?
IZZO: No. El delincuente no es vengativo, sabe perder. Se enoja si Ud. le roba la mujer, si lo manda preso sin motivo... todo eso forma parte del "código de honor", pero no porque lo metan preso. Imagínese que si a uno le mataran la familia por meter preso a un delincuente, los policías estaríamos solos en el mundo... además no existiría la justicia.
EXTRA: ¿Le pesan esas 10 almas en su conciencia?
IZZO: No, porque la tengo limpia y soy católico. Qué sé yo, aunque reconozco que es duro ver cómo a un hombre se le escapa la vida.
EXTRA: ¿Es cierto que de un tiempo a esta parte existe la "pena de muerte" oficiosa, y muchos delincuentes son ejecutados por la policía?
IZZO: No. Lo único que pasa es que el apresuramiento, la falta de experiencia y los nervios traicionan a aquellos que no tienen calle.
Cuando un verdadero policía escucha por la radio del patrullero el pedido de captura de un hombre peligroso, se transfigura. Tiene que convertirse en una máquina serena. Nunca tirar al bulto. El delincuente vivo es más útil que uno muerto.
EXTRA: ¿Entonces qué pasó en el caso de los chicos de Florida?
IZZO: Yo no estaba (sonríe)... Declararon que iban en busca de Viviani. Era de noche y se equivocaron.
EXTRA: Cuesta creerlo, ¿verdad?
IZZO: El nerviosismo y la falta de "asfalto" de los que integraban la comisión... les jugaron una mala pasada.
EXTRA: Sin embargo eran todos veteranos... ¿La antigüedad no enseña?
IZZO: Decididamente, Ud. sabe mucho de periodismo pero nada de procedimientos.
EXTRA: ¿Qué es lo que sucede entonces? ¿Son todos novatos?
IZZO: Cuando Meneses y yo estábamos en Robos y Hurtos estas cosas no pasaban. Todo nuestro personal era muy especializado y se hacían algunos años de antesala antes de salir a un procedimiento. Los oficiales que venían de las comisarías, o bien del interior, esperaban mientras cumplían tareas administrativas, su turno, como cualquier cabo. El oficial que levantaba los rastros papilares, era tan idóneo que casi se asemejaba en su trabajo a un médico cirujano. Eso ya no existe. Sin embargo, ahora se ocupan de otras cosas: de traslados a personal capacitado, que a nada bueno conducen, pues, estos tienen que vivir con magros sueldos en pensiones de la capital o el interior.
EXTRA: ¿La policía ha cambiado?
IZZO: Se ha empobrecido. Rinde menos a pesar del buen elemento humano. Falta garantía de la superioridad. Los que hacen carrera nunca son los que persiguen delincuentes. Siempre surge algún problemita...
EXTRA: ¿Será por eso que se suicidan?
IZZO: Le aclaro que si todos los policías pobres se suicidaran, estaríamos todos muertos. Los agentes ganan 32.000 y no pueden vivir, pero eso no es el motivo.
EXTRA: ¿Y entonces por qué se matan?
IZZO: Lo que ocurre es que cuando los funcionarios llegan al nivel de inspector general ya tiene poco interés en solicitar mejoras para el personal. Total... en dos años más se retiran. ¿Para qué buscar problemas? Entonces inventan suicidios "por hambre" para que el periodismo los difunda y fermente clima de aumento. ¡Qué sé yo por qué se habrán suicidado en realidad...!
EXTRA: La agresividad, descortesía y a veces brutalidad policial para con el ciudadano... ¿a qué se debe?
IZZO: Si el oficial es atento con un particular, creen que está buscando "la coima" y terminan por acomplejado a uno. Es el criterio de los superiores. A la policía le falta un Gabinete de Relaciones Públicas que mejore su imagen y dé una línea de conducta a seguir, para el eficaz desenvolvimiento del servicio público...
EXTRA: ¿Al ser sorprendido un policía cómo procede?
IZZO: Es que a veces la guerra contra el delito invade nuestra vida privada. Yo una vez me la vi muy mal en la puerta de mi casa.
EXTRA: ¿Cómo fue eso?
IZZO: Venía por la vereda de enfrente. Gaimazo se llamaba: levantaba coches. Yo lo había metido preso a empujones muchas veces. No era bravo. Evidentemente venía drogado (estaba pálido y con los ojos vidriosos). Se cruzó y me insultó soezmente, le recriminé y me hizo frente. "Vos tenés fama de malo, y te voy a demostrar quién es más macho de los dos", me dijo. Desenfundó el arma, fui más rápido y tuve que tirar...
EXTRA: En su foja de servicios aparece la detención de Villarino.
IZZO: Sí, una sorpresa. Lo acorralamos con la Brigada y tiró la ametralladora al suelo, levantando prestamente las manos. Villarino es matón de barrio. Pega trompadas, pero con las armas no quiere "Lola"...
EXTRA: Usted se retiró, pero veo aquí todo un laboratorio policial. Equipo dactiloscópico, archivo de delincuentes, grabadores, televisores... ¿Todo esto lo compró con los 20.000 pesos que ganaba en la policía?
IZZO: Esto es una oficina de "Liquidaciones e Investigaciones de seguros, especializada en robos e incendios". Cuando uno vale, el cliente sabe reconocer. La capacidad de un hombre, en la mayoría de los casos, se trasluce a través de los pesos.
EXTRA: No sólo los policías averiguan, los periodistas también: ¿es verdad que usted y su socio Héctor Fernández, retiran mensualmente 200.000 pesos y de que tienen un coche Tornado último modelo...?
IZZO: Puede ser, pero eso no le hace a la cuestión,
EXTRA: Usted es un hombre de suerte... ¿Nunca le fue mal? ¿No le pegaron un tiro, un puñetazo, nada...?
IZZO: Sí. ¿Sabe quien?
EXTRA: No.
IZZO: Juan José Pizzuti. Yo tenía 18 años, soy hincha de Racing, y un domingo contra Gimnasia, Pizzuti se perdió goles hechos. Lo esperé a la salida y se lo reproché como hincha. Me midió y me pegó una trompada en el oído.
EXTRA: ¿Y ahora?
IZZO: Nada. Que a veces me preguntan si me gusta matar y yo pienso en él.
Revista Extra
05/1968

 

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