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-¡Este gobernador!... No sé para
qué se preocupa tanto por lo que pasa a ras del suelo; tanto pavimentar caminos, tanto
darle a los puentes, si al fin y al cabo ¡él se lo pasa siempre en el aire!...
Los entrerrianos no van a terminar nunca, tal vez, de asimilar el orgulloso
deslumbramiento de tener un gobernador "volante"... La avioneta de la
Gobernación, casi divinamente ubicua, es un poco el símbolo de una gestión ágil y
dinámica. Una tarea que comenzó el 5 de agosto de 1966 y que hoy esgrime resultados como
éstos:
La definitiva concreción del túnel subfluvial, que fue recibido por la actual
administración realizado en un 18 % (las obras habían comenzado en el 62). Como nos dijo
gente de Obras Públicas, "fue una de esas arremetidas finales, como hay en las
carreras de caballos, que emprendimos junto con el gobierno de Santa Fe... tal vez sería
porque nosotros veníamos de «refresco», descansados, para darle el último empujón a
una obra que para algunos estaba languideciendo". Hoy, el túnel es la gran
encarnación de esta nueva Entre Ríos integrada y comunicada con el país, Pero eso se
completa con otras "arterias" por las cuales fluirá cada vea más caudalosa y
enriquecedora la sangre del progreso entrerriano, no sólo hacia el resto de la Argentina
sino también hacia el exterior. Por un lado, el diálogo con el Uruguay, a través de los
futuros puentes Colón-Paysandú (que se piensa inaugurar para fines de este año o
principios del próximo) y Puerto Unzué-Fray Bentos. Por el otro, esa obra de
trascendencia que excede holgadamente los intereses de Entre Ríos para ser -realmente-
una de las claves del progreso de la zona tal vez más importante del país: el complejo
ferrovial Zárate-Brazo Largo.
"Para Entre Ríos, la concreción y el avance de las obras del complejo
Zárate-Brazo Largo es, modestia aparte, casi un triunfo personal. Y no hablo sólo como
hombre del Gobierno, sino como hombre de pueblo"...
No se crea que este solemne "discurso", que huele tanto a alocución
oficial en día de fiesta, se lo escuchamos al gobernador o a algún jerarquizado miembro
de su gabinete. No se trataba de un empleado del Ministerio de Obras Públicas, un señor
cuya "representatividad" -y no es poca si se la asume con pasión- empezaba y
terminaba en los lindes de su escritorio... Sin embargo, representatividad al margen, su
afirmación tiene la especial importancia dé ser cierta: Zárate-Brazo Largo, como tanta
obra de envergadura monumental, mueve abundantes e importantes intereses... En pro y en
contra. Pero la dialéctica de los mismos, el tira y afloja, termina habitualmente por
favorecer a los que tiran para atrás. Resultado: la obra se demora. Pero en este caso,
los entrerrianos se han encargado -al parecer- de ponerse a tirar todos fuerte y a un
mismo tiempo "para adelante". Y el complejo camina...
HABLANDO DE INTERESES...
... y de grandes obras. Cuando se
vuela sobre Entre Ríos se puede "ver" con toda claridad que la provincia tiene,
sobre un total de más de 7 millones y medio de hectáreas, aproximadamente 1 millón
inaprovechables por anegadizas. Y, paradójicamente, son las más próximas a Buenos Aires
(delta entrerriano y aledaños) y las de tierras potencialmente más ricas. "Esta
riqueza desaprovechada, esta región que podría ser la granja abastecedora a las puertas
de Buenos Aires, es un grano que nos viene picando a los entrerrianos desde los tiempos
del gobernador Crespo, cuando se elaboró el primer proyecto de recuperación de tierras
en la región", nos comentan. Y, al parecer, el escozor del grano terminó por
hacerse insoportable... Fue así como en 1968 el gobierno entrerriano se lanzó a la
concreción del proyecto de recuperación de las islas Lechiguanas, "tierra de
nadie" invadida por las aguas que se extiende entre los paralelos 33 y 34 y los
meridianos 59 y 61, al sur del departamento de Gualeguaychú. Son 250 mil hectáreas de la
tierra más feraz que pueda imaginarse, tierra de aluvión circundada por el Paraná,
capaz de producir -por ejemplo- 100 quintales de maíz por hectárea. Es decir, tierra que
supera largamente la capacidad de producción de la mejor tierra de cualquier otro lugar
del país. En una primera etapa, se están llevando a cabo tareas de recuperación en un
lote de 33 mil hectáreas, obras que realiza una empresa privada argentina. Se trata de un
sistema de endicamiento similar al de los "polders" holandeses, por el cual se
pondrán fin a las periódicas inundaciones provocadas por las crecidas del Paraná. Por
el convenio celebrado entre la provincia y la empresa, "ésta se compromete a
entregar en retorno al acervo provincial el 25 % de tierras sistematizadas y listas para
la explotación a cambio del derecho a comercializar el resto. Como es fácil de calcular,
un negocio redondo tanto para la provincia como para el país. Tierras que ya se cotizan a
350 mil pesos la hectárea, de las cuales alrededor de 8000 quedarán -así valorizadas-
en el patrimonio de la provincia, para destinar a colonización. Por otra parte, la
empresa licitataria se somete, según las condiciones contractuales estipuladas, a
estrictas condiciones en cuanto a la comercialización del resto, todas orientadas a que
"prioritariamente el negocio sea para el país y -después - para la empresa. Y como
el negocio es muy bueno, la cosa marcha...".
"La cosa marcha...". Releyendo todo lo anterior, comprobamos que hemos
repetido varias veces la frase. Y es que la escuchamos muchas veces. Frente a todos los
obstáculos, frente a todas las objeciones, frente a todos los malentendidos, frente a
todas las sutilezas, los entrerrianos levantan el "slogan": La Cosa Marcha. Y la
realidad se las arregla para arrasar con cualquier madeja de supuestos y sospechas.
"¡Qué importa toda la maledicencia del mundo frente a realidades positivas como
ésta! Aquí lo que cuenta es el saldo: la mejor tierra del mundo, a 130 kilómetros de
Buenos Airea. Tierra capaz de producir una parte substancial de todo lo que consume ese
monstruo de 8 millones de cabezas que son la Capital y su entorno. Frente a la monumental
dimensión de esta realidad, fácil es comprender que no todos los intereses corran
parejos. Pero nosotros llevamos una ventaja: los nuestros coinciden cori los del
país...". |
El túnel subfluvial Hernandarias, bajo el Paraná. Tres
kilómetros bajo el río, para el reencuentro de Entre Ríos con el país.
El puente entre Colón (Argentina) y Paysandú (Uruguay)
en plena etapa de construcción. Entre Ríos mira, democráticamente hacia ambos lados de
sus fronteras. Al fin y al cabo esta América nuestra es, qué duda cabe, un grande y
auténtico país. (foto superior)
Una de las tremendas excavadoras que están trabajando en las
islas Lechiguanas. Moviendo la tierra más rica del mundo.
(foto inferior)
Caminante, sí hay caminos. El asfalto atraviesa a lo
largo y a lo ancho la provincia. Caminos que en buena medida están esperando su gran
momento.
Electrificación rural. Se hizo la luz para los entrerrianos. Miles y miles
de hectáreas potenciadas hacia el progreso por la corriente eléctrica
CAMINANDO...
...Entre Ríos,, llegamos a los
caminos. Una red vial duplicada en los últimos seis años. Rutas fundamentales, como la
14, paralela al río Uruguay, que empalmará con Brazo Largo (la ruta a las Cataratas), la
131 y la 127. que cortan transversalmente la provincia, todo lo cual se sintetiza en una
realidad: 1700 kilómetros de asfalto y 1146 de caminos enripiados y mejorados completan
una red vial interna acorde con las exigencias que impone e impondrá la agilización de
la comunicación con el "exterior" de la provincia.
Y para el final, el capítulo que publicitarios entrerrianos improvisados nos
definieron como el más "luminoso" ... El referente al plan de electrificación
rural, que colocó a la provincia al frente del país en la materia. Según el plan en
marcha, se aspira alcanzar el total de 1.500.000 hectáreas electrificadas, que
beneficiarán a 8000 usuarios. Hoy, el plan está en las 60.707 hectáreas electrificadas.
Como se ve, siempre queda "mucho" por hacer, por más que se haga. Pero para los
descendientes de Pancho Ramírez, según nos dijeron, "en la dificultad está el
gusto". Y más vale que así sea, en estos tiempos no precisamente fáciles que nos
está tocando vivir a los argentinos. |