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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

Silo
¿El nuevo mesías?

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Revista Siete Días Ilustrados
1969

 

 

 

Toda la provincia está inundada de carteles con su nombre. Algunas calles de Buenos Aires también. Su trabajo es conocido desde hace más de ocho años, y las escuelas inspiradas por él han llegado a provocar serias crisis universitarias. Dice pertenecer a una escuela del conocimiento —sin nombre especifico— que imparte una enseñanza desde que el hombre es hombre, y a la cual pertenecieron casi todos los genios de la historia, incluidos Cristo y Moisés. Vive en un punto muy especial de la cordillera: justo donde confluyen los cordones del Aconcagua, del Plata y de Chorrillos. Es uno de los siete puntos del mundo que su escuela denomina Chakras. No es fácil llegar hasta allí; dos hombres de SIETE DÍAS se trasladaron hasta Punta de Vacas (a 200 kilómetros de Mendoza), caminaron luego 10 kilómetros (cruzando dos ríos, uno de ellos mediante la utilización de un primitivo alambre carril) hasta llegar a la morada de Silo, una construcción de 4 metros por 4, con paredes y techo de piedra. No le cuesta hablar de su vida, su creencia, sus principios de acción.
"Yo no sé por qué la Gendarmería me persigue. No hace mucho me demolieron una casa prefabricada. Esta no creo que puedan. Me llamo Mario Rodríguez Cobos, tengo 31 años y mi familia es de buena posición económica. A los 12 años me interesé por esta escuela y a los 24, luego de agotar mis estudios en Argentina, viajé a Nápoles, Italia, donde tiene su sede la escuela Tahagata, una de las más antiguas. A ellos les pareció que yo podía cumplir una misión especial en América: la de un nuevo mesías. Yo no soy enviado de Dios, pero América está pasando por un momento psicológico muy especial: hace falta un líder, un mesías. Al mismo tiempo está tomando conciencia de que es un continente. Eso se denomina momento mesiánico y el que encarne ese liderazgo es, de hecho, un mesías, sea o no enviado por Dios. Yo trataré de serlo."
La escuela Tahagata le dio por nombre Silo, que significa granero y además tiene un significado bíblico (Génesis, capítulo 49). "América —continúa Silo— después de la conquista española perdió la noción de sí misma y siempre ha luchado infructuosamente por su recuperación. A mi regreso de Europa me decidí a organizar el trabajo de escuela y el 5 de mayo de 1967, cuando comprobé que las cosas marchaban por sí solas —existen seminarios de formación en Jujuy y Córdoba—, me retiré a este punto, que equivale al Ararat en el chakra de Medio Oriente, o al Everest sobre el chakra del Himalaya, y que está ubicado a 33 grados de latitud sur, así come Belén está a 33 grados de latitud norte."
Los nuevos propósitos de Silo son encarar ahora el trabajo para creyentes de todos los niveles. Lograr que la gente piense, quiera y actúe en la misma dirección. Según él, es muy común querer una cosa, pensar otra y hacer lo contrario de ambas. Por eso es importante lograr una igualdad de dirección entre sentimiento, pensamiento y acción. "El trabajo está muy adelantado en todos los países latinoamericanos —prosigue—, y en la Argentina no me importa el fracaso. Históricamente se demuestra que ningún profeta prendió en su tierra." Ríe cuando recuerda los nombres elegidos por algunos grupos de trabajo argentinos, que revelan un afilado sentido del humor: Kronos, Cristecat, Los Caballeros Temporarios, Movimiento Pacifista, Los Caballeros Americanos de la Orden del Fuego, y otros. El Movimiento Pacifista Mundial está conectado con estas escuelas.
Se hace de noche y Silo prende fuego. Le gusta hablar de historia, ciencias en general (conoce mucho de anatomía y sabe el nombre de mil estrellas y constelaciones), la vida y el mensaje de Cristo. Tiene un cuerpo atlético (que domina a conciencia, como los yogas), viste una camisa clara, pantalón del mismo color sujeto con un cinturón ancho, y botas. De pronto trepa unos cuantos metros y contento como un chico, grita: "¡Esto es una maravilla! El único lugar desde donde se pueden ver el Tupungato, el Aconcagua y el Cordón de Plata. De noche me gusta quedarme mirando las constelaciones, escuchando el ruido del agua que brota de la vertiente y mirar cómo caen cientos de meteoritos. Por cierto que es un lugar muy especial. Hasta el aire es distinto..." El también.

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Otelo Borroni con Silo

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cristo ha retornado como lo prometió y de las naciones del mundo ha elegido a nuestra patria... ¿lo crucificaremos nuevamente?

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Silo

 

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