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Las inclinaciones artísticas de
Juan Carlos Liberti, nacido en 1930, se remontan a muy temprana edad. Sin embargo, cuando
comienza sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas, olvida casi totalmente su
vocación hacia el arte. La carrera universitaria es abordada por Liberti con dedicación
exclusiva e intensa hasta la muerte de su padre, ocurrida cuando prácticamente la había
terminado y debe hacerse cargo de la variada y fría vida comercial heredada. Es entonces
cuando nuevamente su vocación se hace presente, esta vez como una búsqueda compensatoria
de su otra actividad. Al principio adquiere sin orden libros de arte que lee con avidez.
Durante su primer viaje por negocios a los EE.UU. toma contacto con las obras de los más
grandes maestros de la pintura, a través de los Museos de Nueva York y Washington. Más
tarde, frecuentando las galerías de nuestra ciudad, se interesa por la compra de cuadros,
que comenzó con Daneri, hasta formar una pequeña colección de un centenar de obras de
nuestros mejores artistas. A partir de 1968 toma mayor interés el poder plasmar su
espíritu en constantes ejercicios pictóricos sobre la tela. Otro viaje, esta vez a
Europa, le permite apreciar en París una importante exposición del pintor Vermeer cuya
impresión es tan profunda que provoca un vuelco total en su vida. La siente como
revelación y clase para sus trabajos, a los que quiere dotar de un clima misterioso tanto
con la imagen figurativa como abstracta, siempre dentro del campo del movimiento
surrealista. En el año 1969 es el excelente pintor Petorutti quien al conocer su labor lo
alienta a continuar por el camino iniciado. A partir de ese momento, Liberti prosigue su
tarea con renovado entusiasmo y al año siguiente muestra, en una exposición colectiva,
sus trabajos. En estos últimos cinco años concreta diferentes exposiciones individuales
en nuestro país, Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos de América.
-Siendo autodidacto, ¿cómo
adquirió los conocimientos prácticos?
-Leí libros especializados en la técnica de la pintura al óleo y practiqué
mucho.
-¿Por qué eligió manifestarse por medio de la pintura?
-Principalmente me acerqué a la pintura por el enorme deseo de expresarme
definitivamente con el color. Lo necesito como elemento de intensidad y vibración
sensible; hasta cuando dibujo mi tendencia es a poner color.
-¿Cree que debe perfeccionar o cambiar el procedimiento técnico elegido?
-Trato de seguir perfeccionando esa técnica permanentemente en la medida de lo que
puedo. Diría que para mí la forma del procedimiento técnico es casi fundamental. Sería
traicionarme a mí mismo si atendiendo al dictado de la moda del Siglo XX me manejara de
otra manera. Toda esa profunda impresión que me causó Vermeer, un maestro antiguo pero
de siempre, la mantengo latente a pesar de los años. He tratado de darle a mi pintura un
poco el sentido de esa técnica, y las definiciones o calificaciones que a la crítica
pueda ocasionar, francamente no me importan en absoluto.
-¿Es indiferente a la crítica?
-Creo que nadie puede ser indiferente porque posiblemente sería un acto de
insensibilidad. Me interesa la crítica, no me obceco en rechazarla sino que trato de
analizar sus juicios. En distintas oportunidades sus señalamientos me han sido positivos.
-¿Puede dar una definición sobre el arte?
-Pienso que el pintor quiere exteriorizar una imagen, producto de un estado de
ánimo, un reflejo de sus emociones y un estímulo imaginativo para la creación de su
propio mundo. Lo que importa es que cada artista se exprese con natural e instintiva
sinceridad con objeto de que quien lo reciba también experimente sus propias sensaciones,
su propia sensibilidad. Fundamentalmente para mí, el arte es expresión.
-¿A qué labor se encuentra abocado luego de su reciente exposición? |
-Estoy realizando la
ilustración de Hamlet de W. Shakespeare, a partir de la particular traducción que el
poeta Rafael Squirru ha realizado, teniendo en cuenta nuestra forma de hablar rioplatense.
Es mí primera interpretación plástica de una obra clásica. Lo que pretendo es salir de
la representación figurativa convencional de este tema para aportar una visión propia.
Elaboro mis imágenes, a partir de escenas capitales de la tragedia y sus respectivos
personajes, expresado todo con la mayor economía de elementos pero con sustancial sentido
artístico. La ilustración me parece un excelente entrenamiento en la medida que el
artista puede expresar su personalidad. A partir de estos diseños voy a hacer
litografías para no someter los dibujos a un procedimiento fotomecánico.
-¿La estructura de los dibujos reposa sobre formas puramente simbólicas?
-Creo que por encima del análisis exhaustivo de la obra, lo importante es el todo.
Entrar a desmenuzar cada uno de los símbolos que coloco puede dar lugar a muchas
confusiones; los vivo como una forma accesible y aceptable plásticamente y en general no
los ubico premeditadamente sino por instinto.
(datos sobre el artista click aquí) |