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crónicas del siglo pasado

REVISTERO
DE ACÁ

LA JUSTICIA ELECTORAL VUELVE A PROSCRIBIR LAS MARCHAS PERONISTAS
UN GRITO DE CORAZÓN

El definitivo retorno a la legalidad no termina de ser, para el peronismo, un camino totalmente despejado. Por lo menos, eso es lo que entienden los dirigentes del Movimiento Nacional Justicialista desde que un fallo de la Cámara Nacional Electoral vetó el intento de inscribir tres conocidas marchas partidarias como emblemas del movimiento. El fallo negó legalidad a Los muchachos peronistas, Evita capitana y El regreso (conocida como Marcha del retorno).

Revista Siete Días Ilustrados
mayo 1972

 

 


 

La impugnación original partió de un juzgado federal con competencia electoral de la provincia de San Juan, y la Cámara actuó ante la apelación a que recurrieron los integrantes del peronismo sanjuanino. En su contra se utilizaron argumentos parecidos a los de las viejas proscripciones posperonistas: la abundancia de alusiones directas a Juan y Eva Perón. Como es fácil deducir, la sentencia judicial no será estrictamente cumplida en los actos espontáneos de la campaña proselitista porque, como lo afirmó un afiliado, "no nos vamos a conformar solamente con la percusión". El bombo —a eso se refería—, retumbante instrumento que adoptaron los manifestantes peronistas de todas las épocas, seguramente no tiene destino de solista. Es que, si bien resulta difícil detectar a los autores originales de las primitivas marchas y canciones surgidas durante el nacimiento del partido, el bombo no puede desafectarse de esa historia. Cuando los redactores de Siete Días rastrearon los orígenes de las marchas impugnadas, se encontraron con que la música de Los muchachos peronistas fue compuesta en la década del 40, y el bombo constituía el aporte de percusión más importante.
"Fue con motivo de un campeonato ganado por la tercera de Boca", asegura Rodolfo Sciamarella, el músico más consultado en las últimas semanas por el periodismo. "No, no tuve nada que ver", se disculpa. De todos modos Sciamarella es el lucubrador de La marcha del retorno, una de las tres marchas vetadas.
Además de Sciamarella, los nombres de Francisco Lomuto, Oscar Ivanissevich y hasta Cátulo Castillo fueron sucesivamente barajados para adudicarles la autoría de Los muchachos... y Evita capitana. Lo cierto es que en el folklore peronista no escasean ni canciones ni autores, acaso porque fue el fenómeno político que generó más motivaciones para los juglares populares a lo largo de la historia política argentina. Gran parte de esas manifestaciones rimadas forman parte del cancionero que en 1966 publicó el Grupo Editor de Buenos Aires, donde se aglutinan 175 letras, muchas anónimas y otras suscriptas por nombres conocidos: Raúl Bustos Fierro, Arturo Jauretche, Leopoldo Marechal, Nicolás Olivari o José María Castiñeira de Dios.
Siete Días ubicó al ex diputado peronista Guillermo Deprisco, curiosamente uno de los hombres que mucho tuvo que ver con la marcha Los muchachos peronistas
Ex diputado nacional Guillermo Deprisco: "Todo comenzó en el gremio gráfico".
Es cierto que me emociono al escucharla, incluso cuando los hinchas de fútbol la repiten adosándole el nombre del club predilecto, Pero todo esto pertenece al pueblo y se puede decir que surgió espontáneamente.
—¿La marcha se registró? ¿Alguien cobra los derechos millonarios que le corresponderían?
—No creo que se haya registrado y supongo que nadie cobra derechos por su autoría. El que puede saber de esto, si es que se hizo algún tipo de registro, puede ser el subsecretario de Prensa de entonces, Raúl Alejandro Apold, porque luego se hizo grabar y se le dio la difusión conocida.
—Usted fue diputado. ¿Ganó mucho dinero? ¿Cómo fue su vida después del gobierno peronista?
—Gané lo que ganaba un diputado, que era bastante (unos 3 mil pesos), pero no amasé fortuna. En Las Heras, ahora derrumbada. Luego seguí como exiliado en Montevideo. Dos años.
—¿Qué hacia en Montevideo?
—Trabajaba. Sin eso, no podía vivir. Lo hice en diferentes lugares y hasta detrás de un mostrador como ayudante de mozo en un bar de la calle 21 de Septiembre, en Pocitos. Finalmente, desde que asume Frondizi, llega la posibilidad de regresar a nuestra patria. Entonces vuelvo al país.
—¿Qué es lo que hizo entonces?
—También trabajé en distintas ocupaciones; hoy administro una clínica.
—¿Qué opina de la actual prohibición de las marchas partidarias?
—Yo no conozco el motivo de la prohibición, creo que será porque individualiza un nombre.
—En efecto.
—Entonces no entiendo muy bien, porque la marcha radical también menciona a alguien, a Yrigoyen.
—¿Cree que es un nuevo mecanismo de represión? ¿A usted le molesta?
—A mí personalmente no me molesta, pero sí creo que es un error prohibirla.
—¿No volvió a sentir el deseo de escribir otra canción política?
—No me dedico a eso. Pero tampoco estoy arrepentido de haberlo hecho en su oportunidad. Se trataba del fervor que nos despertaba a todos los muchachos del gremio un movimiento tan popular como el peronista.
—¿Tiene algún hobby?
—Trabajo y me entretengo con mis nietos. Soy hincha de Racing y de vez en cuando veo algún partido.
Sin embargo, Guillermo Deprisco debe esperar todos los años el encuentro contra Boca. Entonces la hinchada canturrea la canción con la que él tiene algo que ver. Pero en la tribuna de enfrente.

una nota sobre el origen de la marchita puede encontrarse en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-1725-2004-10-10.html

 

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