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crónicas del siglo pasado

REVISTERO
DE ACÁ

BALCARCE
el mundo al instante

Revista Siete Días Ilustrados
octubre 1969

 

 

 

 

"Puede imaginarse nuestra emoción; es equivalente a la que vivimos la noche en que los televisores argentinos se hicieron eco de la increíble caminata lunar". El sábado 20, Norberto Ortolani (30, porteño, técnico de primera en la Empresa Nacional de Telecomunicaciones) explayó los sentimientos que unificaban esa tarde a los profesionales responsables de un acontecimiento único en su esfera: la inauguración —en Balcarce, provincia de Buenos Aires, sobre la ruta 226 y en medio de un paisaje "planetario", según definió uno de los cuatro mil espectadores presentes- de la Estación Terrena de Comunicaciones por Satélite.
El acto, iniciado a las once de la mañana cuando el presidente Juan Carlos Onganía y otros altos funcionarios de gobierno arribaron al extenso terreno de 110 hectáreas para instalarse en el palco oficial, alcanzaría su climax pocos minutos más tarde: a las 11 y 45 el enjambre de aparatos de televisión dispuestos a lo ancho del campo empezó a titilar con la señal distintiva de la estación emisora del Vaticano; al prodigar, en perfecto castellano, su homenaje por la hazaña tecnológica cumplida ("Amadísimos argentinos: nuestra presencia, casi palpable, os habla de nuestro afecto, que supera distancias..."), la voz del Papa no llegaba directamente desde sus aposentos pontificios en Roma; antes había trepado hasta 36 mil kilómetros de altura, sobre la línea del Ecuador, donde el satélite artificial Intelsat 4 gira con un movimiento traslatorio que coincide con el ritmo de rotación terráqueo.
Las ondas captadas por el revolucionario artefacto cósmico, que funciona a modo de central amplificadora, rebotaron por primera vez en la antena parabólica de Balcarce —semejante a un gigantesco tazón cóncavo de 29 metros de diámetro— a mediados de julio, cuando la Apolo 11 se aproximaba a la Luna. El sábado 20, en la olla balcarceña formada por las Sierras de la Vigilancia y de El Volcán, al desatarse las cintas inaugurales de los aparatos telefónicos que posibilitaron la primera comunicación internacional vía satélite entre el canciller Juan B. Martin y el embajador argentino en Italia, Francisco Ramos Mejía, culminaba la segunda etapa de un esfuerzo sin precedentes. La empresa se gestó a partir de 1965, cuando la Argentina adhirió al consorcio Intelsat, recibiendo la señal de "vía libre" a fines de 1968: el decreto 8541 confirió entonces a la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel) la organización y explotación del complejo, así como su propiedad jurídica, lo que acarreará indefectiblemente la desaparición de las compañías privadas que cumplen en la actualidad ese servicio: Western Electric, I.T.T., Italcable, Transradio.
"El jubiloso fervor con que el pueblo argentino ha recibido vuestra apostólica bendición" —como expresó el presidente Onganía en su agradecimiento al mensaje papal— embargó, sobre todo, a los hombres que manipularon las modernísimas consolas de control, los sistemas de computación, los paneles de radio-enlace y demás subsistemas erigidos en una superficie de tres mil metros cuadrados, a un costo de casi siete millones de dólares (2.450 millones de pesos). Aunque construida por el Consorzio Italiano per Sistemi de Telecomunicazioni via Satelliti, la Estación se enorgullece de agrupar un plantel profesional mayoritariamente argentino, y de desplegar un plan de realizaciones inmediatas que detalló el Interventor en ENTel, coronel (RE) Osear Rodolfo Districh: "Se han reservado para nuestro país 132 circuitos telefónicos, más otros adicionales para télex y telegrafía, contándose además con un canal bidireccional de televisión", Mediante esta trama se establecerá comunicación con Chile, Perú, Brasil, Colombia, Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Inglaterra e Italia, y se alcanzará —de ese modo— la red mundial.
Es posible adelantar una certidumbre: para 1970 el país entero estará conectado por las microondas que retransmita Balcarce, y en 1972 casi todas las naciones del globo dialogarán con Buenos Airas gracias a llamadas de bajo costo. Quizás se televisen, por este medio, los encuentros que disputarán en Italia y Argentina, Estudiantes de La Plata y Milán, e inclusive el Campeonato Mundial de Fútbol que el año próximo se disputará en México. Todo lo cual parece justificar el entusiasmo del jefe de la División Estación Terrena de ENTel, mayor (RE) e ingeniero militar Obdulio Adolfo Siffredi: "Por ahora éste as el mejor sistema de comunicaciones posible en el mundo. Nadie puede decir, claro, que no sea perfectible: tal vez dentro de poco podamos utilizar a la Luna como una suerte de conmutador astral."

 

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