Bergman
Llega un film de hace 16 años
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La primera película de Ingmar Bergman que llegó a Buenos Aires era la novena de su obra: Juventud, divino tesoro (Sommarlek, 1950) y se estrenó aquí en 1954. Desde entonces, y junto con Uruguay, la Argentina se convirtió en un poderoso mercado bergmaniano, a expensas de la ignorancia o la despreocupación que sobre este creador reinaban en los Estados Unidos y Europa Occidental. Sólo hacia 1958, Inglaterra, Francia e Italia descubrieron definitivamente a Ingmar Bergman; en el mismo año inició su triunfo en los Estados Unidos con la distribución de 'El séptimo sello', y en marzo de 1960 ocupó la carátula de la revista "Time".
A la fecha, Bergman tiene 25 películas terminadas, una filmografía que representa 18 años de trabajo y un complejo universo intelectual. De las 25, se exhibieron 18 en Buenos Aires, una cifra superior a la que se ha divulgado en otras naciones. De las 7 que aún quedan por exhibirse en esta ciudad, dos son demasiado recientes y aún debe estarse tramitando su importación: Los comulgantes (o Luces de invierno) y El silencio, rodadas entre 1962 y 1963. Las otras, salvo Sant hander intehar (Esto no ocurrirá aquí, 1950), un film de "encargo" con asunto de espionaje, pertenecen a la primera época del autor, cuando sus temas y sus inquietudes estaban en borrador.
El film más antiguo de Bergman proyectado en el país es Puerto (Hamstad, 1948); dentro de unas semanas será 'Música en la noche' (Musik i morker, 1947), de aquella primera época antes mencionada. Las copias de ésta, la cuarta película de Bergman, viajan hacia la Argentina para su distribución comercial. Música se basa sobre una pieza de Dagmar Eqvist, quien trabajó con el realizador en el guión. La fotografía pertenece a Göran Strindberg.

Amor y posguerra
Nacido en 1918, Bergman era un egresado de la Universidad de Estocolmo, un director teatral en cierne y un literato cuando conoció, en 1944, a Carl-Anders Dymling, el "patrón" de la Svenskfilm y su descubridor. El primer trabajo de Bergman para el cine es el libreto de Suplicio (Hets, 1944) que realizó Alf Sjöberg. Al año siguiente debutó como realizador. Sus cuatro obras iniciales, muy poco vistas fuera de Suecia, apenas balbucean —bajo la cubierta de un realismo poético que se parece al de los films franceses de 1935-1940— los problemas morales que habrán de hostigar el conjunto de su creación. Esas obras son: Crisis (Kris, 1945), Llueve sobre nuestro amor (Det regnar pa var karlek, 1946), Buque a la India (Skepp till Indialand, 1947), Música en la noche (1947) y Puerto (1948).
Todas ellas respiran la desolación de la posguerra, las angustias de una generación a la que esa guerra obstruyó los caminos de la comunicación. El índice elocuente es la desesperada búsqueda de amor de los personajes: Maggi y David, un ex prisionero, en Llueve...; Sally, cancionista de varieté, y Johannes, un jorobado, en Buque a la India; Ingrid, una mucama, y Bengt, un pianista ciego, en Música en la noche.
Bengt busca reintegrarse a la sociedad, en cuyas márgenes se siente desterrado por la ceguera. Es una tarea triste, una continua frustración que acabará en un intento de suicidio. Finalmente, Bengt e Ingrid se casan. Como siempre, Bergman piensa que el amor, la unión de la pareja, es una de las vías de salvación.
Hasta Puerto, Bergman no hizo sino esparcir los elementos que habrían de servir de base a su mensaje posterior. El demonio nos gobierna (Fangelse, 1948) marcará el punto de partida de su madurez.
En 1947, además de la filmación de Buque a la India y Música en la noche, Bergman escribió el libreto de 'Una mujer sin rostro', que dirigió Gustav Molander, y puso en escena, en el teatro de Gotenburgo, dos piezas suyas: El día acaba temprano y Para mi propio. espanto. Como se observa, hace 16 años era, igual que ahora, un trabajador infatigable, un genio de innumerables facetas.
Revista Primera Plana
07.05.1963

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