Escándalo en Holanda: una productora protestante de programas de TV auspició una emisión donde la rubia "hippie" Phil Bloom apareció totalmente desnuda

La audacia duró un minuto. Fue suficiente para que Phil Bloom, una jovencita de 21 años, mostrara a los aturdidos telespectadores holandeses sus encantos más íntimos. El HOEPLA, un programa inconformista, conducido por tres 'provos' —melenudos "hippies" holandeses— asestaba un nuevo golpe a la platea. Unos meses atrás, frente a las cámaras, habían cubierto la desnudez de Phil con un prudente manto de flores. Esta vez no ocultaron nada: la jovencita exhibió su cuerpo mientras leía burlonamente el periódico que había decidido censurar su primera osadía.
La respuesta del público no se hizo esperar. Hasta tres horas después de concluido el programa, todos los teléfonos del canal aullaron histéricamente. El 75 por ciento de las llamadas criticaba la experiencia; el resto, imploraba un bis.
El escándalo que sacudió a Holanda no alteró los habituales paseos de Phil por el centro de Amsterdam. Tampoco le hizo mella la guerra que estalló entre sus familiares: su madre desbordaba de orgullo, pero su padre daba parte de enfermo cada vez que los periodistas intentaban entrevistarlo.
El "minuto fatal" más notable del video europeo, no fue un producto exclusivo del inconformismo: también jugó la publicidad. Fue la que obtuvo la productora de televisión VPRO, que auspició el programa y que, a pesar de estar en manos de protestantes, no tuvo reparos en permitir el desnudo y exhibir simultáneamente sus siglas.
Mientras las restantes productoras de televisión holandesas —una socialista, una católica, dos independientes y otra protestante, pero mucho más conservadora— se mordían los codos, el pastor Van Toute, jefe de la VPRO, replicaba a las críticas con una original propuesta: "Si encuentran una imagen más bella para promocionar mi empresa, háganmela llegar".

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