Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Tania la guerrillera
Crónica de una leyenda
Revista Siete Días Ilustrados
04.11.1968

La figura de la mujer que se hacia llamar Tania está adquiriendo contornos a la vez polémicos y enigmáticos, después de haber permanecido mucho tiempo como una imagen borrosa detrás de la de Ernesto Che Guevara, en la trágica historia de la guerrilla en Bolivia. Desde agosto del año pasado todos coinciden en considerar a Tania una agente cubana que operaba en Bolivia como enlace de los revolucionarios. Pero sólo once meses después de su muerte violenta aparece un tal Günther Mándel, tránsfuga del servicio de espionaje de Alemania Oriental y enrolado en el contraespionaje estadounidense, que se presenta al prestigioso diario The New York Times con una revelación sensacional: la guerrillera había sido una agente soviética colocada junto a Guevara para obstaculizar los planes de subversión castrista en Latinoamérica.
Mándel afirma que, antes de huir de Alemania Federal, él mismo encargó a Tania la operación de sabotaje. Hay en esta aseveración una nota discordante: Mándel se pasó al bando estadounidense en 1961, cuando Fidel Castro y el Che se dedicaban a consolidar la revolución cubana, en excelentes relaciones con la URSS. Pese a este reparo la noticia se difunde ampliamente y todo el mundo se pregunta si será o no cierta. Como un dato a su favor se señala que en Cuba se guarda absoluto silencio con respecto a Tania. Desgraciadamente es un dato falso. Durante el mes de marzo de 1968, las publicaciones de La Habana se ocuparon mucho de ella y sobre todo el 8 de ese mes, día internacional de la mujer. "Tania la guerrillera" fue conmemorada por todos los oradores oficiales, especialmente Wilma Espin, mujer de Raúl Castro y cuñada de Fidel.
Günther Mándel afirmó a The New York Times que Tania encontró la manera de notificar a los militares bolivianos sobre el desarrollo de la guerrilla dirigida por el Che abandonando premeditadamente un jeep cargado con documentos comprometedores. Mándel testimonió que ese hecho estaba registrado en el Diario de Guevara, con el siguiente comentario: "Se han perdido dos años de óptimo y paciente trabajo". Para consolidar aún más sus afirmaciones, el alemán reveló que el verdadero nombre de Tania no era Laura Gutiérrez Bauer, como se creía, sino Haydée Tamara Bunke. Lo que Mándel descubría era cierto, pero ya era un secreto a voces: en el diario cubano Gramma del 8 de marzo de 1968 se publicó una copia de la matrícula de Tania en la universidad de La Habana correspondiente al año lectivo 1962-1963, donde constaba su verdadero nombre. Es decir que la joven nunca ocultó a los cubanos su identidad, y que usó el falso nombre de Laura Gutiérrez Bauer solamente en Bolivia.
Cuando The New York Times difundió las declaraciones de Günther Mándel aún no se había difundido el Diario de Guevara; basta una somera lectura para hallar evidencias que desmienten al alemán. Guevara nunca escribió que Tania había abandonado un jeep cargado de documentos: en la página del 20 de marzo de 1967 se limita a anotar la pérdida de un jeep confiado a Salustio, luego de una irrupción policial en La Calamina, el campamento base de la guerrilla en Ñancahuazú. Aún la policía boliviana de Camiri no tenia sospechas de que se preparaba una insurrección en La Calamina; suponía que allí se estaba organizando un contrabando de cocaína. En su Diario, Guevara no dice que en el jeep hubiesen dejado documentos, ni que lo manejara Tania, ni siquiera da muestras de que el suceso revista gravedad alguna. Simplemente escribe: "Se llevaron una mula y perdimos un jeep.". De inmediato cambia de tema.

DE ESPIA A GUERRILLERA
Tres días después, el 23 de marzo, ocurre el primer choque entre la guerrilla y el ejército boliviano. Sobre este encuentro ya se sabe todo; que fue casual y prematuro; que costó a los bolivianos siete muertos, cuatro heridos y una importante pérdida de armamentos tomados por la guerrilla. El pasivo de los insurgentes: un prisionero y algunos desertores.
Guevara, atento a la radio, anota en su diario, el 27 de marzo, que ya se ha difundido por toda Bolivia la noticia de la primera derrota del ejército, pero que éste se encuentra en posesión de numerosos datos sobre la guerrilla. Escribe entonces: "Es evidente que los desertores o el prisionero han hablado". Y agrega la famosa frase: "Todo hace pensar que Tania ha sido individualizada y en ese caso dos años de óptimo y paciente trabajo se perderían".
"Que Tania ha sido individualizada" quiere decir, simplemente, que en Bolivia ya conocen las actividades de la joven como agente del castrismo; que está "quemada" como enlace de la guerrilla. En esos momentos Tania se encuentra en el campamento rebelde, junto con el francés Debray y el argentino Bustos. Sin que ella lo sepa su destino ya está sellado. En el resumen del mes de marzo, Guevara apunta que ha dividido su contingente en tres patrullas: vanguardia, retaguardia y centro. En esta última patrulla figuran, junto a los guerrilleros, Tania, Debray y Bustos, considerados aún como huéspedes.
El 16 de abril el Diario cuenta que Tania está enferma, con 39 grados de temperatura. Deben dejarla atrás, en las cercanías del río Ikira, con otro enfermo y dos guerrilleros
que los atienden. Al día siguiente, 17 de abril, Guevara toma una decisión que repercutirá negativamente sobre el desarrollo de la guerrilla: divide en dos sus fuerzas ya escasas. Un grupo permanecerá en la zona de Ñancahuazú al mando de Joaquín, mientras que él mismo encabezará un contingente más grande que se desplazará hacia Río Grande. Es el momento de las decisiones cruciales: Debray y Bustos deciden abandonar la guerrilla; Tania, acorralada, prefiere acompañar a los combatientes. Las órdenes de Guevara a Joaquín revelan que su grupo debía tener escasa movilidad; por eso Tania, aún enferma, se incorpora a la pequeña columna que permanecerá en la zona de Ñancahuazú.
Los dos contingentes se buscarán en vano durante meses y no se encontrarán nunca, aunque en cierto momento hayan estado bastante cerda, a dos jornadas de marcha el uno del otro. Guevara tendrá las primeras noticias sobre Joaquín y su grupo el 2 de septiembre, cuando la radio La Voz de América anuncia que diez guerrilleros han quedado fuera de combate el 31 de agosto en el vado del Yeso, sobre el río Masicuri. El 8 de septiembre el Diario de Guevara registra que el presidente René Barrientos asistió a la inhumación de los restos de Tania.
¿Cómo soportó la joven esos meses de vida errante, peligrosa y miserable? No hay testimonios. Lo único que se sabe es cómo reaccionó cuando una compañía entera de ochenta soldados, con fusiles automáticos y ametralladoras, les tendió una emboscada y abrieron fuego en el momento en que Joaquín y su grupo vadeaban el río Masicuri. Tania, pese a su posición desesperada, disparó contra los atacantes hasta que la corriente del río la arrastró, ya sin vida. La encontraron varios días más tarde: llevaba blue-jeans descoloridos, una camisa de seda a jirones y botas de cuero muy gastadas. Su cuerpo fue trasportado en el mismo helicóptero que, dos meses después, llevaría a Vallegrande el cadáver del Che.

LA VERDADERA TANIA
Haydée Tamara Bunke nació en Buenos Aires el 19 de noviembre de 1937; no tenía aún 30 años cuando murió en la guerrilla boliviana. Hija de un comunista germano, emigrado a la Argentina para escapar a la violencia del nazismo, en 1953 volvió con su familia a Alemania Oriental. Estudió el bachillerato en la ciudad de Fürstemberg y luego se inscribió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Humboldt, en Berlín Este. Es obvio suponer que perteneció a las juventudes comunistas de la República Democrática Alemana. Se sabe que estuvo en Praga y tal vez también en Moscú.
¿Dónde conoció Haydée Tamara Bunke al Ministro de Industrias de Cuba? Puede haberlo encontrado en alguno de los frecuentes viajes de Guevara por Europa Oriental; hasta cabe la hipótesis de que le haya servido como intérprete, pues conocía muchos idiomas. De todos modos ambos tenían en común el lenguaje rioplatense, que tendía un puente de comprensión entre la argentina-alemana y el argentino-cubano: ninguno de los dos había logrado olvidar a Buenos Aires.
Lo único comprobado es que, en 1962, Tamara Bunke se encuentra en La Habana, sigue cursos de idiomas y estudia periodismo en la Universidad. Como todas sus compañeras, se entrena en calidad de miliciana y corta caña de azúcar; además tiene un empleo en una dependencia del Ministerio de Industrias, cuyo titular es, precisamente, Ernesto Guevara. En 1964 de improviso desaparece de Cuba. Reaparecerá más tarde en Bolivia, con un pasaporte argentino a nombre de Laura Gutiérrez Bauer; se cree que pasó un tiempo en Buenos Aires antes de arribar a La Paz.
Allí se presenta como una estudiante ansiosa por especializarse en el folklore de las poblaciones andinas; se desplaza por todo el país con una cámara fotográfica y un grabador para registrar la música indígena. Si bien esta actividad le sirve para encubrir su verdadera misión de enlace, la joven siente un profundo interés por las canciones desoladas del Altiplano, dominadas por la melodía monótona de la quena. Frecuenta a los estudiantes de la Universidad de San Andrés y se introduce en el ambiente radial de La Paz. En cierto momento logra un puesto en la Secretaría de Prensa de la Presidencia, y tiene algunos contactos personales con el general Barrientos. Sin duda fue un óptimo agente castrista.
En 1966 se casa con un estudiante boliviano que se llama Mario Martínez; poco después se divorcia y Martínez desaparece; fue a comienzos de 1967. En Bolivia se dice que el marido de Tania viajó a completar sus estudios en Alemania Oriental, pero el enigma sigue en pie. En agosto o septiembre de 1966 Tamara Bunke está en Camiri, preparando el foco guerrillero que comandará Guevara. Se aloja en el hotel Oriente, y con un carnet de periodista otorgado por la presidencia de Bolivia, además de su cámara fotográfica y su grabador, puede moverse sin trabas; dispone de un jeep para sus continuos desplazamientos, propone a la radio de Camiri una audición semanal de astrología; hábilmente propala mensajes secretos para orientar a los reclutas de la guerrilla que van a La Calamina, hacienda comprada por los hermanos Peredo para adiestrar a los futuros combatientes. Parece seguro que Tania condujo al Che Guevara hasta el campamento base de la guerrilla, como lo hiciera más tarde con Debray y Bustos.

TANIA Y EL CHE
Durante todo el mes de noviembre de 1966, cuando se inician las actividades de Guevara en Bolivia, el nombre de Tania está ausente del Diario que lleva el jefe guerrillero. En diciembre el Che la menciona casi casualmente, como si se tratase de una persona cuya participación en el plantel organizador se da por descontada. Resulta evidente que en los planes de Guevara Tania debía limitarse al papel de enlace y no participar directamente en la guerrilla. La fatalidad quiso que la joven, descubierta antes de tiempo como agente castrista, tuviese que permanecer hasta su muerte entre los guerrilleros.
En base a infundios divulgados sobre el contenido del Diario de Guevara antes de su publicación, se urdió una presunta relación amorosa entre el Che y Tania. La lectura del documento revela que Guevara trataba a Tania con evidente estima, por su eficiencia, pero con desapego. La famosa frase del Diario "Es como si se me hubiese muerto un hijo", no lamenta el triste fin de la joven.
Apenas el ejército boliviano halló la agenda en la mochila del Che dio rienda suelta a su imaginación y afirmó que la emocionada confesión del revolucionario era un tributo amoroso a Tania. La difícil caligrafía de Guevara favoreció el error de los novelescos militares: no es Tania, sino un cubano, "Tuma", quien arranca al Che esa frase de dolor por la pérdida irreparable. La semejanza de ambos nombres y la diminuta letra de Guevara se conjuraron para dar pie a una romántica patraña ya desmentida por la publicación del Diario.
Es, por otra parte, una maestra boliviana que se llama Loyola Guzmán quien le inspira insólitas palabras de aprecio: "Loyola es muy joven y dulce —escribe el Che— pero se ve que es muy decidida". Cuando la maestra termina por ser descubierta y detenida, en septiembre, hay amplios comentarios en el Diario del líder guerrillero, que demuestran un interés personal por la suerte de Loyola. Con respecto a la muerte de Tania, Guevara se abstiene de comentarios; se limita a anotar que sus restos recibieron "cristiana sepultura", con comillas irónicas. Posiblemente entre ambos sólo haya existido una relación profesional, como militantes de la revolución.
Tania, que no fue amante de Guevara, tampoco fue una espía soviética que lo hizo víctima de su premeditada traición, como imagina el alemán Günther Mándel. Ante todo porque un ex agente comunista enrolado en la CIA no busca publicidad con sensacionales confesiones a la prensa. Es evidente que Mándel no ingresó a la CIA, porque en caso contrario no se descubriría tan desaprensivamente. Y si la Central de Inteligencia de los Estados Unidos no lo aceptó como miembro después de su huida de Alemania Oriental, es por una sola razón: Günther Mándel es un mistificador.
Los padres de Haydée Tamara Bunke escribieron a La Habana desde Alemania Oriental, respondiendo a las condolencias de Fidel Castro. En la carta que enviaron no hay lamentos por la muerte de Tania; sólo el pesar de que su hija cayera tan lejos de Cuba, donde quería permanecer para siempre. En el ingenuo lirismo frecuente entre los cubanos, hay lugar para un poema dedicado a la joven guerrillera. La última estrofa dice: "Tania que fue de Argentina, / Tania que fue de Alemania / y ahora es de nosotros: ¡Tania! / de la América latina."

 

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Tania
Tania
El presidente boliviano René Barrientos observa el cadáver de Tania, muerta en una emboscada

 


 

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Tania en París antes de unirse al Che Guevara

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