Especial de PARIS-MATCH para 7 DÍAS, reportaje por PIER MARTOW
Baviera eligió sus diputados y entre ellos hay 15 neo-nazis. Thadden: "Tenemos ex-nazis; También los hay en otros partidos"

Existe en el mundo una cierta imagen de Alemania según la cual, periódicamente, como un río, se expande sobre Europa y es necesario llevarla a su lecho a cañonazos. Entonces los alemanes comienzan a practicar el arrepentimiento y la democracia. Obtienen todos los apoyos pero una inquietud subsiste. Se aguarda temerosamente el momento en que aparezcan signos sobre los muros, el momento en que resonarán los cantos anunciando, en cervecerías repletas de humo, que ciertas nostalgias del pasado comienzan a soñarse. . .
Cuando hace pocos días las calculadoras electrónicas de Munich anunciaron que los electores de Baviera habían enviado al Parlamento quince diputados llamados "neonazis", había que interrogarse si las aprensiones no estaban justificadas.
Adolf von Thadden, que a los 45 años es uno de los jefes de ese partido nacional demócrata que acaba de obtener el 8 % de los votos en las elecciones de Hesse, después en Baviera, es un junker, hijo de junker. En los manuales de historia se llama junkers a los prusianos que durante siglos montaron la guardia germánica en las fronteras del mundo eslavo.
En su oficina de Hannover, decorada con fotografías de dos castillos familiares, Herr Adolf von Thadden respondió a nuestro enviado: "Si hay ex nazis en nuestro partido, como los hay en otras partes, es porque todos los cuadros de la nación eran nazis de 1933 a 1945. Pero —agrega— no hay entre nosotros ninguno que hubiera tenido un puesto de la importancia del que ocupaba Kiesinger, por ejemplo, actual canciller por la democracia cristiana.
¿Por qué la gente de su partido, hace un año, depositó una corona de flores sobre la tumba de ciertos criminales de guerra fusilados en Landsberg por los norteamericanos? Thadden responde: "Fue un error. Cuando me enteré ya era tarde. Entre los fusilados por los norteamericanos había inocentes. Por ejemplo, un alcalde que fue condenado a muerte porque sus administrados habían linchado aviadores ingleses prisioneros". ¿Usted aspira a recuperar Alsacia y Lorena? Thadden explica que no. "En el Oeste no pedimos nada. Al Este sí, le pedimos todo lo que nos tomaron. Pero queremos obtener un acuerdo con los rusos. Creemos que las tropas norteamericanas deben abandonar el suelo alemán. Estimamos que la protección nuclear norteamericana es inútil y que la protección nuclear francesa basta. No se necesitan mil bombas para hacer la agresión imposible". ¿Ustedes son degaullistas? "Nos acusan de recibir dinero de De Gaulle. Pero no somos degaullistas en política interior. Pienso que la Constitución de De Gaulle es muy autoritaria para mi gusto". En materia europea —agrega—sí somos degaullistas. Más que Strauss, que en el fondo es un "atlántico". ¿Dictadura? "Jamás." ¿Extranjeros? "Hay un millón de españoles, italianos, griegos, norafricanos. Ellos remiten a sus países tres mil millones de marcos al mes. Es una de las causas del deterioro de nuestra economía." ¿El dinero que se pagará a EE.UU. por consentir que sus tropas permanezcan en suelo alemán? "Mejor sería dárselos a las viudas y mutilados de guerra que viven de miserables pensiones."
Pero hay un gran problema. Los grandes partidos de Alemania han admitido más o menos implícitamente que el pueblo alemán es culpable. El NPD de Thadden, no. Sostiene que no pueden ser criminales de guerra quienes actuaban en el frente o los que sucumbieron en las fábricas y en sus propias casas, durante la conflagración.
El partido neonazi trata de sacar provecho de esos 7 u 8 millones de muertos, cuyos retratos están en los livings de todas las casas alemanas y cuyas familias componen una masa electoral nada despreciable.

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