Revista Periscopio
18.08.1970 |
Este verano, la policía de Nueva York secuestró Blue Movie ("Cine
erótico") de Andy Warhol durante su primera semana en cartel. En
este film (declarado obsceno por el tribunal de primera instancia),
Viva, la superestrella del underground y su fornido compañero de
cama, Louis Waldon, se traban en una complicada lucha sexual, más
verídica que la de I Am Curious, una película anterior de Warhol con
la cual ascendió a la notoriedad.
Actualmente, Nueva York, Los Angeles y otras ciudades importantes de
los Estados Unidos tienen para elegir una variada selección de actos
sexuales filmados (a veces reales y otras, falsos), así como también
otras formas exóticas del amor. En He and She ("Él y ella"), a
estrenarse en breve, se muestra a una pareja que se ducha mientras
come hamburgueses, igual a la de Blue Movie. Pero hay una
diferencia: los hamburgueses de este último film son de pan negro.
¿Cómo se consigue llevar una película pornográfica a una pantalla
pública? Es fácil. Sólo hay que mezclar el sexo con la educación, o
insertarlo en el contexto de un documental. Luego, uno mismo puede
darle al producto resultante una clasificación X. "¿Para qué
esperar?'", como declara un conocido cineasta.
El nuevo género puede dividirse en dos categorías: la del cine
fabricado en los Estados Unidos y la de los films que, desde
Dinamarca, han invadido el mercado norteamericano. Ambas constituyen
la punta de lanza de la liberación sexual, o de la depravación,
según el punto de vista de cada uno.
En ambos casos, los tabúes cinematográficos en materia erótica han
sido ignorados: en la pantalla se muestran cuerpos totalmente
desnudos revelando cómo es posible hacer el amor en la forma más
insólita. Hasta la fecha, pocas demandas han sido presentadas en los
tribunales.
Las películas sobre educación sexual, realizadas con un presupuesto
reducido como Man and Wife ("Marido y mujer"), Marital Fulfillment
("Realización conyugal") y The ABC's of Marriage ("El ABC del
matrimonio"), presentan "un marido y una mujer" —generalmente
actores o modelos desocupados y por lo tanto desconocidos—, quienes
representan las posiciones indicadas en el libreto con un placer
académico. En vez de los sonidos que una pareja emite en tales
casos, un "doctor", de luenga barba y pipa en mano, declama un
monólogo supersincero desde una agradable oficina toda decorada en
madera. Luego de invocar a conocidas deidades sexuales como Havelock
Ellis, Masters y Johnson o Kinsey, informa que el sexo puede Ser no
sólo funcional, sino también placentero. De tanto en tanto, sonríe
para que el público se sienta cómodo y para ello agrega un leve
toque de suspicacia.
De una película a otra, el tema varía tanto como la posición de la
cámara, siempre estacionaria por puritanismo o por letargo. Y como
son producciones de bajo presupuesto, el decorado principal es,
generalmente, una inmensa cama redonda. La calidad de la fotografía,
en colores, varía desde los tonos lívidos y veteados que dan a los
cabellos un matiz verdoso y hacen resaltar los defectos de las
epidermis, hasta lo que un cineasta pornográfico designó con orgullo
como "tan bueno que puede servir para cualquier anuncio de
televisión".
El Orson Welles del manual del amor filmado es Matt Cimber, 34, ex
manager de Jane Mansfield y su tercer (y último) marido. Su Man and
Wife describe alrededor de cuarenta posiciones "prácticas" para
hacer el amor. "Nadie las había mostrado —dice con un orgullo no
disimulado— y ése era nuestro objetivo."
El realizador filmó Man and Wife con dos parejas en dieciocho horas.
"Tenía miedo de que si a los intérpretes les daba un recreo, no
volvieran —dice y se ríe con una risa nerviosa—. Algunas actrices
puede que sean prostitutas. Nunca pregunto. En realidad, uno de los
muchachos era homosexual."
Man and Wife costó 86 mil dólares (34 millones de pesos viejos) y ha
ganado hasta la semana pasada casi tres millones de dólares. Desde
Nueva York hasta San Francisco, se proyecta en más de cien salas,
"El sexo, en casi todos los films, es falso y simulado —aclara
Cimber con un dejo de cinismo—. Es tan aburrido como los
documentales sobre temas clínicos. Yo no hago películas sexy: hago
films sobre el sexo."
Lo que una película necesita para no tener problemas legales, es una
buena dosis de valor social. Esto constituye un problema con
respecto a las importaciones danesas por su cruda pornografía: en
general son sexhibiciones filmadas en vivo en los cabarets de
Copenhague.
Sin embargo, los daneses utilizan las escenas sexuales con
inteligencia. Para ilustrar el problema de la censura y la
represión, le adosan solemnes entrevistas seudocientíficas. En casi
todos estos films se encuentra la estadística ritual: a través de
ella, se indica al púbico cómo los crímenes sexuales declinaron en
Dinamarca con la liberalización de las leyes de censura.
De cualquier modo, el "erotismo danés", con títulos tan trillados
como Sexual Freedom in Denmark ("Libertad sexual en Dinamarca"), es
un boom de taquilla. En Nueva York, el mes pasado, Consorship in
Denmark: A New Approach ("Censura en Dinamarca: Un nuevo enfoque")
proyectada en tres salas en forma simultánea, recaudó 125 mil
dólares en las primeras tres semanas. Sexual Freedom alcanzó los 350
mil dólares en menos de doce semanas de proyección. Y esto tan sólo
en la ciudad de Nueva York.
Para competir con las importaciones "no tradicionales" danesas, los
manuales domésticos se están volviendo más picantes. Cimber planea
su propio documental. Lo habrá de titular Pornography USA. Ya en su
He and She se ofrece un detallado estudio del acto sexual. Su Black
Is Beautiful ("Lo negro es hermoso"), con el cual pretende
investigar la "legendaria destreza y la inagotable capacidad sexual
de los negros", incluye una orgía en una pretendida choza africana
sacada de Trader Vic's y, también, una discusión sobre las prácticas
tribales africanas.
Otro truco para sugerir legitimidad a las exhibiciones pornográficas
consiste en la distribución de cuestionarios al público. En ellos se
pueden leer las siguientes preguntas: "¿Contribuyó la película a
mejorar su vida sexual?" "Se ruega devolver esta ficha dentro de las
24 horas". También, los espectadores de Black Is Beatiful reciben
recetas de afrodisíacos africanos.
La novedad más reciente es el Manual Astrológico. (El último
proyecto de Cimber se llama Sexo y Astrología). Un aficionado a los
films pornográficos, que acababa de ver Zodiac Couples ("Parejas del
Zodíaco"), se tranquilizó al enterarse de que las estrellas lo
habían dotado de un impulso sexual
sano y normal y que su fracaso en ser excitado por un film
pornográfico la tarde anterior no era culpa suya sino de la
película. En realidad, para muchos espectadores, la visión de
parejas que se acarician entre sí en forma mecánica, o que realizan
cansadas acrobacias sexuales, es tan erótico como el estudio de las
fanerógamas.
Sin embargo, en Sacramento, California, un exhibidor reemplazó una
película de Walt Disney por la tediosa Man and Wife de Cimber ("Sin
cortes") y atrajo colas interminables de espectadores. Si bien el
público de los films sexuales está constituido en su mayoría por
hombres de edad mediana, que frecuentan en forma regular las
llamadas "casas de tolerancia", un número cada vez mayor de parejas
ha comenzado a llenar las salas. Esto ha llevado a los partidarios
de los films pornográficos a afirmar que el sexo mostrado sin
reparos, favorece un erotismo "más sano y más artístico"
Por el momento, nadie sabe exactamente qué acción legal puede
iniciarse contra la exhibición de estos films. Hay tanta confusión
acerca de la definición legal de obscenidad que cada abogado y cada
juez tienen una opinión diferente.
Pero queda en pie la pregunta: ¿Hasta dónde llegarán los cineastas
para imponer su producto? En las áreas urbanas, es donde por lo
general aparece esta cruda pornografía. Allí, las autoridades se
muestran poco inclinadas a iniciar acciones judiciales. Las
comunidades más pequeñas, aun las que están más cerca de las grandes
ciudades, han permanecido reacias a la pornografía filmada. Como
dice un abogado: "En el centro de Nueva York, todo puede pasar. Pero
en los pueblos, la cosa es completamente distinta."
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