Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

 

Conflictos potenciales en el mundo

Revista Siete Días
20 de diciembre de 1966


Entre combate y combate, una misa. Una tregua para los que mueren es poco, pero es algo. En Vietnam sufren.

Qué puede pasar en los próximos cinco años
Especial de Weekend Telegraph para 7 Días

Cuando empezó a hablarse, a principios de noviembre, de que el Papa Paulo VI trataría de obtener una tregua de Navidad en Vietnam, algunos se encogieron de hombros. "Una tregua... ¿De qué vale una tregua?" Claro, la tregua no es la paz; a lo sumo, no pasa de ser una "muestra gratis", una dosis homeopática de esa paz que, si siempre es un deseo, en Navidad es una promesa. Pero a poco que se piense en el valor de una vida humana, habrá de admitirse que un solo día, nada más que uno, sin derramamiento de sangre, justifica cualquier esfuerzo.
Sin embargo, debemos reconocer que también es cierto lo otro, eso de que de la tregua a la paz hay un largo trecho. Y como si esto fuera poco hay que agregar que
Vietnam es apenas uno de los muchos puntos críticos de este planeta-polvorín sobre el que estamos sentados. Que es lo que veremos de inmediato.
Desde que en 1945 terminó la guerra, por lo menos una media docena de veces estuvo el mundo al borde mismo del abismo nuclear. Hasta entonces, todo se hacía —o empezaba— en Europa; pero hoy, basta mirar un mapa para ver que no hay puntos tan desparramados sobre el globo como Berlín, Corea, Suez, Cuba, Vietnam... Y cada uno de éstos fue (y en cierta medida sigue siendo) una bomba cuya mecha se apagó apenas a tiempo.
Y como en este terreno vale más prevenir que... morir —porque de la guerra nuclear no se cura nadie—, los servicios especializados de todos los gobiernos tratan de prever o adivinar dónde y cuándo saltará la chispa que, en el mejor de los casos, nos dé otro susto. Un somero inventario de los puntos que podrán ser críticos en los próximos cinco años, nos da una lista demasiado larga para nuestra tranquilidad." Lo cual no quiere decir que cualquier crisis que se produzca será inevitablemente la antesala de la guerra nuclear; pero cualquiera puede llegar a ser otro Vietnam. Lo que ya es mucho decir.

EUROPA: menos peligro
El nudo gordiano de la guerra fría está en pleno corazón de Europa y se llama Berlín. De hecho, quizás nunca estuvo tan cerca la tercera guerra mundial como en 1948, cuando el famoso bloqueo a la ex capital alemana. Hubo también en la posguerra otros lugares donde pudo pasar cualquier cosa —Grecia, Hungría, Chipre—, y nadie puede asegurar que esos focos estén del todo apagados. Pero de cualquier manera, y debido un poco al equilibrio nuclear y otro poco a los cambios de perspectiva —-politicón y económicos— operados a ambos lados de la cortina de hierro, es opinión general que Europa es hoy uno de los lugares potencialmente menos peligrosos.
Sin embargo, tampoco puede afirmarse que el viejo continente sea un lecho de rosas. Veamos:
BERLÍN. — Sigue siendo el escenario número uno de la guerra fría. No sólo se enfrentan allí, muro de por medio, lo más selecto de las fuerzas occidentales y soviéticas, sino que en Berlín se concentran todas las discusiones y acusaciones que los divididos alemanes se intercambian con respecto a la partición de su país, Berlín depende de un doble cordón umbilical —ferrocarril y carreteras—- que lo unen a Alemania Federal. Cualquier imprudencia o "accidente" puede provocar un desastre, aunque aquí es donde con mayor peso actúa el equilibrio atómico.
ALBANIA. — El único aliado europeo de China. Se dice que los chinos ya están instalando allí una base para cohetes con ojiva nuclear. Nada más que como elemento de chantaje político, sería ya tremendo.
CHIPRE. — Desde su independencia, esta isla nunca tuvo paz completa. En cualquier momento Chipre puede convertirse en el detonante de una guerra entre Grecia y Turquía.
GRECIA. — Tiene dos elementos potencialmente explosivos: 1) el conflicto con Turquía por la cuestión chipriota; 2) la eterna batalla interna sobre el mantenimiento de la monarquía. No se descarta la posibilidad de un golpe de estado en los próximos cinco años.
MOSCÚ, — Sin discusión, el eje de la política europea: para bien o para mal, la iniciativa le corresponde. Además, nunca se sabe cuándo se traducirá una crisis interna en la U.R.S.S., con todas sus repercusiones.

CERCANO ORIENTE: siempre el petróleo
En esta zona, los occidentales controlan casi la mitad de los recursos petroleros del mundo. Es natural entonces que los comunistas, que no han logrado meter baza en las concesiones, apoyen a quienes reclaman la nacionalización de los yacimientos. Y además hay problemas locales.
ISRAEL. — En estado de guerra con los árabes desde hace dos décadas. Potencialmente, lo más explosivo en estos momentos está en el río Jordán y el mar de Galilea: Israel desvía el Jordán, los árabes responden desviando sus afluentes, y a medida que avanzan los trabajos crece la posibilidad de una nueva crisis.
IRÁN. — El antiguo reino de Persia —que no es un país árabe— mira con desconfianza las ambiciones expansionistas de su vecino Irak. Una línea de palmeras y un río de un par de cuadras de ancho separan al ejército iraqués de la gran refinería petrolera de Abadán, en Irán.
Kuwait. — Otro vecino que desconfía de Irak. Sus razones tiene: cuando este pequeño país "que flota sobre petróleo" obtuvo su independencia en 1961, Kassem lo reclamó como parte de Irak. Las cosas no pasaron a mayores, y los sucesores de Kassem no han vuelto a hablar del asunto; pero el problema sigue latente.
YEMEN. — El volcán político más activo de la región. Desde la revolución de SallaI que proclamó la república en 1962, toda la parte sur del país está controlada por los 50.000 hombres que envió Nasser en su apoyo. Pero la zona montañosa del norte sigue dominada por los partidarios del imán El-Badr, con ayuda de Arabia Saudita. Un choque directo entre ambos "protectores" puede ocurrir en cualquier momento.

ÁFRICA: negros contra blancos
Los problemas africanos tienen dimensión continental; pero no es desacertada la división en África Blanca o meridional, África Negra o central, y África Morena o mediterránea. En la primera el poder lo tiene una minoría blanca; en la segunda, los nuevos Estados soportan de mala gana el hecho de seguir necesitando de los blancos; en el norte, en cambio, los herederos de la antigua civilización islámica viven en otra era con relación a sus hermanos del continente. Pero las tres regiones están sobre ascuas.
Sudáfrica. — Ciudadela de la supremacía blanca en África. El apartheid terminará por morir; lo que no se sabe es si el golpe vendrá desde adentro o de afuera. Pero esto puede durar años, y entre tanto la tensión racial seguirá creciendo. Además, de cómo se resuelva este problema dependerá la tranquilidad de todos sus vecinos.
Rhodesia. — Allí está hoy el frente de batalla de África Blanca. Las sanciones económicas impuestas por Gran Bretaña contra el gobierno de Ian Smith sólo podrían dar resultado a largo plazo. Londres no quiere apelar a la fuerza, pero quizá lo hagan los africanos, más impacientes.
Angola y Mozambique. —Las últimas grandes colonias que quedan en el mundo. Las incursiones aisladas desde países limítrofes pueden convertirse, en cualquier momento, en verdaderas invasiones.
En África Negra, el problema principal es que no hay naciones; lo que hay son fronteras arbitrariamente trazadas en un mapa, allá en Berlín y hace más de 80 años, por las potencias colonialistas. Fronteras sin relación alguna con la realidad geográfica y étnica, por lo cual la única forma de comunidad válida y operante allí es la tribu. Además, hay tantos intereses de por medio que cualquier conflicto local puede desembocar en una crisis internacional.
África mediterránea está más tranquila, pero no mucho. En Sudán, la enemistad entre los negros del sur y los árabes del norte puede dar lugar en cualquier momento a una guerra dé secesión. Argelia y Marruecos no han solucionado aún sus problemas de límites; además, al socialismo argelino le produce alergia la vecindad de una monarquía,

LEJANO ORIENTE: el volcán
Con Vietnam ante los ojos, es difícil ser optimistas sobre el futuro inmediato de esa parte del globo. Los puntos peligrosos de la región son:
Vietnam. — Al parecer, éstas son las perspectivas: Es difícil que China intervenga directamente, a menos que Estados Unidos decida invadir o devastar Vietnam del Norte. Militarmente, el Vietcong nunca podrá expulsar a los yanquis; lo único que puede hacerlo es una presión decisiva de la opinión pública en EE. UU. (las últimas elecciones no lo han demostrado), o bien un cambio de régimen en Saigón. Cuando Hanoi se convenza de esto, se estará a un paso de la solución negociada.
Laos, — Prácticamente dividido en dos. Lo más probable es que los comunistas no intenten romper el statu quo hasta ver cómo termina lo de Vietnam.
China. — Pese a su belicosidad verbal, es poco probable que se lance a una guerra para extender sus fronteras. En materia de alimentos, la situación ha mejorado notoriamente; además, los excedentes arroceros del Sudeste no son tan grandes como para justificar una invasión. Por otra parte, la tan mentada tentación de Siberia es muy relativa: también en China hay grandes extensiones despobladas, amén de que una guerra con Rusia sería suicida. En cuanto a los enclaves de Hong Kong y Macao, no serán molestados, por su valor como fuentes de información... y de divisas.
Formosa. — Mientras la VIl Flota de EE. UU. esté ahí para protegerla, puede dormir tranquila. Pero ¿qué pasaría si a la muerte de Chiang Kai-shek sus sucesores deciden crear una "república de Formosa", desvinculada de China continental?
India, Paquistán, Indonesia. — Después de China, los gigantes de Asia. En cualquiera de ellos puede peligrar la paz interna —con repercusiones a su alrededor—, ya sea por sus impresionantes problemas económicos, o por algún intento separatista, o por ambas cosas a la vez.

Muchas teas encendidas
No hay más remedio que repetir una frase casi gastada por el uso: el mundo es cada vez más chico. Hace un par de siglos, una guerra chino-japonesa, por ejemplo, no hubiera quitado el sueño a ningún gobierno europeo. Hasta ayer no más, hasta 1945, todo se fabricaba o se destrozaba en Europa o desde Europa. Hace 10 años ¿quién sabía dónde quedaba Vietnam, o el Yemen, o Rhodesia? Hoy, en cambio, lo que pase en cualquier rincón del mapa es tan importante, que quizá de ello dependa nada menos que la supervivencia del hombre civilizado. . . o del hombre a secas.
Hay demasiadas mechas que asoman de esta enorme bomba terráquea, y hay muchas teas encendidas muy cerca de ellas. De ahí que, en los medios responsables, pronósticos de este tipo se hagan con la seriedad del más concienzudo pronóstico médico. Con la misma seriedad ... y con la misma in-certidumbre. Y de ahí también que, al acercarse la Navidad, uno se pregunte de qué está enfermo el género humano. Porque no hay que olvidar que el mensaje navideño promete "paz en la Tierra", sí, pero... "a los hombres de buena voluntad..."

 

 

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Conflictos 1966
Los agudos observadores están de acuerdo: Berlín en paz.

Conflictos 1966
Los pueblos de color se agitan: siempre hay alguna manifestación en algún lugar del mundo. La tensión, signo de la época.


 

 

 

 

 

 

 

Conflictos 1966
En Laos, país dividido en dos, la lucha todavía continúa.

 

 

 

 

 

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