Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

ELVIS PRESLEY
SIGUE SIENDO EL CANTANTE MEJOR PAGADO DEL MUNDO

Revista 7 Días
30 de noviembre de 1965

En la actualidad no hay un cantante que se asemeje a Elvis Presley. A los 30 años, es el mejor pagado en la historia del mundo del espectáculo. Por hacer cuatro películas y grabar algunos discos, este año va a ganar por lo menos tres millones de dólares. Sus 18 películas —que costaron alrededor de 30 millones de dólares— ya han dado una ganancia bruta superior a los 175 millones de dólares. Más de 100 millones de ejemplares de sus discos ha vendido RCA Victor en estos últimos 10 años. La comercialización de las camisas Elvis Presley, ositos de juguete y otras novedades, reportan la fabulosa suma de tres millones de dólares por año.

 


Semejante éxito ha causado el asombro y el espanto —aunque no el silencio— de los críticos que alguna vez consideraron que el triunfo de Presley era solo un brillo grotesco y perecedero. Porque en los 10 años que transcurrieron desde su primera aparición, no solamente ha logrado seguir haciendo cine, sino que además ha conseguido una seguridad económica tan sólida que ya no necesita hacer shows en night clubs, ni aparecer en público, ni ulular en televisión. "Aparte de Walt Disney — dice el productor de su última película— Elvis es lo único seguro en este negocio".
Por Io que parece, el éxito no va a parar. Una de las razones es el manager de Presley, un hombre ladino y de ojos pequeños llamado Coronel Thomas A. Parker, cuyo credo personal es "No trates de comprender. . . sencillamente, véndelo". En sus lujosas oficinas de la Paramount y MGM, Parker se rodea de objetos insólitos: conejitos rosados y ositos de juguete, banderines de Presley, recortes y pilas de discos. A menudo usa sombreros recargados y camisas sport con el hombre de "Elvis" bordado por los cuatro costados. "Los grandes ejecutivos tienen miedo de ser vistos en mi compañía. Eso me ahorra muchísimo tiempo", proclama con gusto.
Cuando Parker fue por primera vez a la Century Fox — donde Presley debutó—, el jefe de producción le hizo un largo prólogo sobre la juventud de Elvis y su falta de experiencia. Luego fue al grano: "¿Estarían bien 25.000 dólares?". Los ojos del coronel lo estudiaron incrédulo y respondió: "Eso me parece muy bien para mí. Ahora bien, ¿cuánto se le da al muchacho?".
Una situación similar se produjo cuando un canal de televisión le ofreció a Presley 50 mil dólares para que hiciera una sola aparición. Muy tranquilo, el coronel aceptó: "Muy bien, pero no lo dejaré cantar". Con jactancia, Parker aclara: "Considero un deber patriótico de mi parte mantener a Elvis en la escala del 90 por ciento de impuestos".
Todo indica que su técnica da excelentes resultados. Cuando Presley hizo su debut en Las Vegas, el coronel no solo se negó a aceptar un cheque, sino que exigió que el pago fuera al contado y por adelantado. La explicación que dio era convincente: "Tienen un lugar ahí en el desierto donde hacen pruebas atómicas. ¿Qué pasa si algún tipo aprieta un botón equivocado?".
Pero el paroxismo llegó cuando la feria mundial de Seattle consintió en pagarle 250.000 dólares por una sola aparición; el coronel añadió en el contrato "una cláusula por lluvia", que aclaraba un Increíble detalle: "En caso de lluvia, Elvis Presley y el coronel Thomas Parker se reservan el derecho de vender sus paraguas plásticos a! precio de un dólar".
A pesar de su riqueza, Elvis lleva una vida singularmente común. Vive detrás de unos portones que funcionan a electricidad, en una villa moderna para estrellas en Bell Air. Adentro, la casa parece más un salón de recreo de colegio que un hogar: por todos lados, hay juegos, un tocadisco automático, mesa para jugar a las cartas, estantes de libros, animales disecados y rellenos y un bar de bebidas sin alcohol, Elvis no prueba una gota de alcohol y muy de vez en cuando, fuma un cigarrillo. Se esfuerza por mantenerse en línea viviendo sólo a base de yoghurt y café, pero cada tanto sucumbe a las tentaciones gastronómicas. Hace pocos años, su entretenimiento favorito eran los autitos de choque en los parques de diversiones, pero desde entonces ha superado esa etapa, Si se le pregunta ahora qué hizo, por ejemplo, el fin de semana, dirá "Oh, fui a dar un paseo en el Rolls Royce, pero las carreteras estaban tan atestadas, que volví a casa y me puse a mirar televisión".
Cuando no mira televisión, Elvis se distrae boxeando y golpeando casi continuamente con los ocho jóvenes asistentes que viven con él y que son conocidos como "La maffia de Menfis". Con ellos práctica "karate" y puntería con pistolas de agua y luego los reúne para cantar a coro. Durante los fines de semana, Elvis y sus cortesanos viajan a un pequeño parque en el Goldwater Canyon de Beverly Hill. Se ponen pullóveres rojos, cascos blancos y pantalones azules y juegan al "touch-football" contra un equipo de la TV de MGM. "Hay un acuerdo tácito que a Elvis no se le puede dar duro, pero él puede ser todo lo salvaje que quiera", Elvis Presley ha demostrado tener mucho aprecio por todas sus compañeras de films. En una de sus últimas películas, las escenas de amor con Juliet Prowse se prolongaron mucho más que lo previsto. "No es necesario que pongas toda tu alma y tu corazón en las escenas", le advirtió el director. "¿Cómo se puede evitar en escenas como éstas?", replicó Elvis.
Muy lejanos están sus comienzos. Elvis nació terriblemente pobre en una casucha de dos piezas en Tupelo, una aldea de 17.000 almas en Mississippi y fue el único que sobrevivió de los mellizos que Gladys Presley diera a luz y que llamó Jessie Garon y Elvis Aron. "Mi madre nunca me tenía lejos de su vista. ¡No podía ir al arroyo con los otros chicos. Algunas veces me escapaba y ella me pegaba y yo creía que no me quería". Cuando adolescente y luego de pasar por todos los oficios imaginables, en el verano de 1954, Elvis tuvo una inspiración multimillonaria o, como él dice, "un impulso". Fue a la Sun Record Co. y cantó una canción con su guitarra. "Sonaba como alguien pegando, golpes en la tapa de un balde", sonríe ahora, mostrando sus dientes esmaltados. "El ingeniero que estaba allí me dijo que tenía una voz excepcional y que a lo mejor me llamaba uno de esos días".
Un año después, en la primavera de 1955, Elvis recibió un llamado telefónico de un hombre llamado Sam Phillips, de Sun Record. Quería que grabara una balada. "Traté de hacerlo, pero no podía conseguir lo que ellos querían. Entonces el Sr. Philliphs hizo una pausa y se fue a tomar un café. Yo me quedé cantando una canción con ritmo de rock and roll. Les gustó y grabamos varias".
Cuando los discos fueron tocados por primera vez en una estación de radio, Elvis se escondió en un cine. "Yo creía que la gente se reiría de mí. Algunos lo hicieron y supongo que algunos todavía ríen". Pero esa semana se vendieron 7.000 ejemplares del disco en Menfis. Elvis ya estaba en camino.
En las ciudades donde se presentaba, Elvis salía a escena con camisa de seda roja, pantalones negros muy ajustados y botas sobre unas medias color negro y rosado. Al comienzo se quedaba pálido, inmóvil, como Valentino en un museo de cera. Después ponía las piernas en actitud de baile, hacía algunos rasgueos en su guitarra y meneaba sus caderas de lado a lado. Le corrían espasmos por las piernas, los ojos brillaban bajo sus largas y enruladas pestañas; sus labios petulantes se abrían y emergió un sonido muy extraño. Las palabras eran irreconocibles, pero no obstante, los adolescentes parecieron captar su mensaje. Invadieron el escenario, tironearon de sus ropas hasta destrozarlas y le tijeretearon el pelo.
En enero de 1956, RCA Víctor lanzó el primer disco de Presley que vendió 2 millones de ejemplares. Seis meses más tarde, Elvis le ayudó al show-man Steve Allen a ganarle a otro show-man, Ed Sullivan en la guerra de la televisión de los domingos a la noche. Sullivan simuló desdén por Presley ("no me gusta, no lo tendrían a ningún precio"), pero poco tiempo después retiraba lo dicho y contrataba al joven por 50.000 dólares, la suma de dinero más alta que Sullivan pagó jamás a ningún cantante popular.
Sin embargo, no todo el mundo se desmayó por el impacto de Elvis. Lo que es peor, paralelo a su éxito, en ciertos sectores había olas de furia que recorrían el país. Algunos diarios importantes lo denunciaron como "lascivo y obsceno". Los eclesiásticos predicaban en su contra. Y otros detractores hicieron correr el rumor de que sus ruidos perniciosos eran producidos, así como en el grillo, por un violento chirrido de sus piernas. La crítica afectó mucho a Elvis. "Yo no hago ningún movimiento indecente con mi cuerpo. Cuando canto, simplemente empiezo a saltar. Si me quedo quieto, muero". Para 1957, Elvis ya tenía cuatro Cadillacs —amarillo, negro, blanco y negro y rosa—. También tenía un Lincoln Continental, color violeta, un Isetta amarillo y una motocicleta negra. Hizo construir una casona colonial para sus padres. Los cercos de la mansión estaban cortados en forma de pentagramas con notas musicales desparramadas. Las admiradoras se encaramaban por el enrejado y llevaban tazas de agua de la pileta donde Elvis trataba
—con mucha dificultad— de aprender a nadar.
Luego vino su servicio militar y era tan popular su figura que la prensa se ocupaba hasta de sus comentarios más triviales, tales como "Dormí muy bien y decidí levantarme". Cuando retornó a su trabajo lo esperaban 1.300.000 dólares en conceptos de regalías por venta de discos. Por su primera aparición en TV le pagaron 125.000 dólares, la suma de dinero más grande que jamás se haya pagado a una "visita" a un show. Parecía más delgado y más maduro. Las caderas ya no giraban tanto como antes; la expresión huraña de su cara ya se había cambiado por otra, más amable. Usaba un smoking sobre sus botas y cantaba melodías que el público podía comprender.
Hoy, en la cúspide de su fama, multimillonario, exteriormente, Elvis Presley permanece imperturbable: "Siempre quise ser alguien, pero nunca supuse que llegaría a ser alguien importante. Supongo que si todas estas cosas me molestan demasiado, siempre puedo volver a ser conductor de un camión".
Por C. ROBERT JENNINGS - Fotos de FRED GILLOOM

 

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Elvis Presley
Elvis Presley


 

 

 

 

 
Elvis Presley
Elvis Presley con sus padres
el coronel Parker

 

 

 

 

 

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