Revista Siete Días Ilustrados
27.08.1972 |
"Somos como los primeros cristianos y estamos prestos a morir por
nuestra fe, a llegar hasta el último extremo por nuestras creencias.
¿Que somos fanáticos? Y bien. Somos fanáticos. Jesucristo también
era un fanático", afirman. Y si la premisa suena osada o
irreverente, no es nada en comparación con la profecía que, a
mediados de agosto, los Testigos de Jehová —una secta que agrupa a
alrededor de dos millones de personas en el mundo entero—
arriesgaron en el cónclave realizado en Colombes, Francia, al que
asistieron 60 mil fieles: imaginan que muy pronto, hacia 1980, se
producirá el fin del mundo y que sólo los puros se salvarán. "Para
144 mil personas, no más, habrá mil años de bienaventuranza, pero
los restantes perecerán."
Qué hacer para figurar entre tos elegidos es un secreto que
proporcionan de buen grado: leer la Biblia, seguir el camino del
Señor y no apartarse de él. Desde luego, el camino del Señor es el
que Charles Taze Russel, un tapicero norteamericano, señaló en 1874,
cuando tenía 22 años. Entonces, Russel, un disidente de la secta
protestante presbiteriana, fundó en Pennsylvania la Sociedad de la
Torre de Guardia de Sión, precursora de los Testigos. El sendero se
ha congestionado: la prédica de los quince iniciados deparó una
colosal organización que maneja, actualmente, algo así como el
equivalente de 8 mil millones de pesos argentinos (viejos) por año.
Esa cifra se invierte en sueldos para predicadores y reclutadores de
fieles —50 mil pesos viejos per cápita y por mes— y en editar
Biblias, periódicos y panfletos que explican cómo hallar la
salvación eterna. Desde luego, no la garantizan: en el momento de
juzgar —aclaran—, será Dios el encargado de aprobar la conducta de
los candidatos al superparaiso.
¡ADIOS, MUNDO!
Si bien los dirigentes que asistieron a la reunión de Colombes
rehusaron conceder entrevistas —"eso quebraría la igualdad cristiana
y fomentaría el vedetismo"—, en diálogos aislados pudo establecerse
cuál era la opinión de quienes integran la cúspide de los Testigos.
Algunas de ellas rozan la herejía, a poco que se considere el punto
de vista católico; otras coinciden con personas de otros credos y
aun con quienes no tienen ninguno. He aquí un esquema de ese
pensamiento:
—¿De qué origen religioso son ustedes?
—Hay entre nosotros personas de todos los orígenes: ex católicos, ex
protestantes e, incluso, ex ateos. Y no importa la profesión ni la
raza. Hay médicos, ingenieros, obreros, blancos, negros, amarillos.
Sólo hace falta creer. Síganos usted también y será salvo.
—Pero sus creencias, al provenir de la Biblia, ¿tienen origen judío
o cristiano?
—No tenemos culto, ni lugar de peregrinaje; no creemos en el
Infierno ni en los milagros. Sólo seguimos la palabra de Dios.
—De Jesucristo.
—Jesús no es más que el maestro ejecutor de las órdenes de Dios. Es
el segundo Adán, y fue necesario porque el primero falló.
—¿Reconocen la autoridad del Estado?
—No nos metemos en política. Pero tampoco juramos obediencia, porque
no estamos dispuestos a hacer guerras y matar a nuestros hermanos.
—¿Por qué se oponen a las transfusiones de sangre? Hay múltiples
casos en que se han opuesto y el resultado ha sido la muerte del
enfermo.
—La sangre es sagrada. Hubo casos de muerte, pero esas personas
ganaron la salvación eterna. Algún día, su cuerpo resucitará y
vivirá eternamente en el paraíso terrestre bajo el reinado de Dios.
Aceptamos todo de la medicina moderna, menos las transfusiones y tos
trasplantes.
—¿Qué opina del aborto?
—Es un asesinato.
—¿Y de la música moderna?
—Es mala, porque incita a los jóvenes a fornicar. Nosotros
rechazamos el pecado y las circunstancias próximas al pecado. Los
testigos no mentimos, no robamos, no matamos, no violamos, y soto
fornicamos dentro del matrimonio.
—¿Por qué intentan asustar a la gente? Ustedes se presentan en las
casas y dicen: "Vengo a verlo porque el fin del mundo está próximo."
—Es que el fin del mundo está próximo. ¡Muy próximo! ¿O usted no se
da cuenta que hay guerras, epidemias, mitos de crímenes violentos y
una polución galopante? Dios destruirá a este planeta corrupto,
seguramente dentro de siete años, y entonces vendrán diez siglos de
felicidad, los años de oro.
—¿Cómo saben ustedes que eso ocurrirá?
—Porque todo está en la Biblia; la Biblia ha previsto todo: la
epidemia de gripe de 1914, todos tos descubrimientos científicos ...
Todo. Tome, lea, fíjese y verá que es así.
—¿Y por qué dicen que los gobiernos, todos los gobiernos, son
"impuros"?
—Porque son obra de los hombres y, por lo tanto, imperfectos. Lo
único perfecto es Dios, y para ser puro hay que seguirlo. El reino
de Dios será perfecto.
—Pero sin embargo, ustedes han manifestado su apoyo a Nixon.
—Es que cuando juró su segundo mandato presidencial, juró que iba a
luchar por una paz perdurable en el mundo ... Nosotros, en general,
votamos en blanco o nos abstenemos. Una vez que un fiel es bautizado
—mediante la inmersión total en las aguas, como lo hacía Juan
Bautista o Cristo, y no mediante la aspersión— ya no vuelve a
intervenir en asuntos terrenos. Ya empieza a salvarse.
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