Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


La juventud pide paz

Revista Extra
mayo de 1967

¿POR QUE CORRE SAMUELILLO O HASTA DONDE PIENSA LLEGAR EE.UU. EN VIETNAM? ESCALOFRIANTE RELATO DE LA MARCHA SOBRE NUEVA YORK RECLAMANDO EL FIN DE LA GUERRA. UN SOLDADO NORTVIETNAMES MUERTO CUESTA 300.000 DOLARES Y UN NEGRO VIVO RECIBE 50 DOLARES. EDAD DE LOS MANIFESTANTES: 18 A 30 AÑOS. "CUANTOS OIDOS DEBE UN HOMBRE TENER / ANTES DE QUE PUEDA OIR LLORAR... "
NUEVA YORK (Abril)



"Adhiérase a la movilización para finalizar la guerra en Vietnam." Durante la primera quincena del mes de abril, los carteles tapizaron muchas paredes de New York, y diversos panfletos fueron esparcidos por sus calles. Fue una campaña modesta, llevada adelante con muy poco respaldo económico, una especie de promoción de "entrecasa", llevada adelante gracias a la buena voluntad y ayuda (no siempre monetaria) de los que sostienen el Comité de la Primavera para Finalizar la Guerra en Vietnam.
Esta movilización, la más grande desde que comenzó la guerra en Vietnam, si tuvo algún efectivo positivo fue el de lograr que el 80 por ciento de los concurrentes fueran jóvenes; el cálculo del número de manifestantes varía según lo estimara la policía o el Comité: 125.000 calculó la policía y 300.000 el Comité. Si se tiene en cuenta la general oposición con que contó esta movilización en los hombres de negocios y en general los grandes capitales, la actitud de la prensa de no dar demasiada trascendencia al acto, y el esfuerzo, de los grupos conservadores para que pasara desapercibido, pueden considerarse las cifras dadas por la policía tendenciosas.
A las once de la mañana comenzaron los primeros grupos a reunirse en el Central Park, y desde allí, caminando a través del centro de la ciudad, se dirigieron al edificio de las Naciones Unidas. Allí, a partir de las dos de la tarde, hicieron uso de la palabra más de diez oradores, entre quienes se contaron el doctor Martín Luther King, Premio Nobel de la Paz, Stokely Carmichael, agresivo líder de la juventud negra, y el doctor Benjamín Spock, uno de los organizadores del acto. A las cuatro de la tarde continuaba desfilando gente desde el Central Park, la primera avenida —donde se encuentra emplazado el edificio de la UN— era una compacta y ululante masa humana que se perdía de la vista mezclándose con la niebla.
La espontaneidad y la improvisación fueron signos característicos. No existieron la sofisticación y artificialidad que acompañan generalmente las campañas masivas en USA.

18 A 30 AÑOS
Sin duda alguna no fue una orgía de color, música y luces, como las características campañas presidenciales —si es que se puede establecer un parangón— ni tampoco un derroche de apretones de manos y sonrisas.
Con respecto a la gente que participó, en lo único que puede considerarse un grupo homogéneo, es en la actitud individual de estar presente en un acto que correspondía a sus convicciones. Por lo demás —y salvo sus edades, en la mayoría, entre 18 y 30 años— sus vestimentas, ubicación geográfica y extracciones sociales no podían ser más disímiles. Tranquilas amas de casa con inconformistas beatniks, veteranos de la segunda guerra (fácilmente reconocibles por sus birretes) con estudiantes secundarios, profesores, ministros de varias iglesias... Cien indios sioux de Rosebud, Dakota del sur, iniciaron el desfile, portando elocuentes carteles: "No hagáis de Vietnam una Reservación Americana". Como es sabido, la casi desaparecida raza india americana, vegeta en reservaciones, pedazos de tierra cedidos por el gobierno americano, quizás en pago por la matanza de que los hizo objeto.
Además, todo el ghetto de Harlem estuvo presente, quizás porque la proporción de soldados negros en Vietnam es varias veces superior a su proporción en la población norteamericana, y también porque, en el espíritu de esta movilización estaba el de unir ambos movimientos, el Anti-Vietnam con el de los Derechos Civiles. Varios líderes anti-Vietnam objetaron esta fusión, pero esto no alcanzó a debilitar la fuerza del acto. Como puntualizó uno de los oradores "fue clara como el cristal la idea de los suecos, al designar Premio Nobel de la Paz a Martín Luther King, de que quien trabaja por la justicia social, trabaja también por la paz".
A lo largo de todo el recorrido, el silencio patetizaba la marcha. Se cantaban pocos estribillos.

¿ATMOSFERA DE CARNAVAL?
Más que una marcha masiva e indiscriminada, era el individualismo, la unión de voluntades individuales el signo distintivo del desfile. Pintores, poetas, cineastas, estudiantes de arte dramático, derramaron sobre el desfile notas de ingenio y sarcasmo. Cartelones impresos ("paren el bombardeo", "traigan nuestros soldados a casa"), o escritos a mano (''los chicos no nacieron para ser quemados") muchas veces horriblemente sarcásticos, como un panfleto el que un truco fotográfico permitía ver a una modelo junto a una chica vietnamita quemada; y abajo un slogan: "REVLON introduce la nueva moda del "rostro-oh-nena"; o contrastantes, como el que sólo mostraba dos fotos: una típica feliz familia americana y un chico vietnamita mutilado: salpicaban la marcha. Varios chicos y chicas, vestidos con túnicas negras, empolvadas sus caras, con grandes marcas rojas semejando sangre, avanzaban gritando: "hey, hey, LBJ, how many kids did you kill today" ("eh, eh, Lindon B. Johnson, cuántos chicos mataste hoy").
Más adelante, un compacto grito de jóvenes aullaba "Hell no, we won't go" ("Diablos, no, no iremos"). Su edad oscilaba en los veintidós años, edad en que se es reclutado para hacer el servicio militar. Quizás el más agresivo y comprometido acto de unos jóvenes, al iniciar el desfile, fue el de quemar públicamente cerca de 75 tarjetas de llamado al servicio militar, si se considera que puede costarles varios años de prisión.
No todos los participantes residían en Nueva York. Muchos de ellos venían de ciudades tan distantes como Cleveland o Chicago.
Un camión transportaba un silencioso grupo de negros unidos en un cartel "ningún vietcong me llamó jamás nigger" (insulto que muchos blancos utilizan para referirse a los negros).
Los "hippies", pacifistas, inconformistas, propulsores del amor y de las drogas, cuya edad no excede, en ambos sexos de los 25 años, coloreaban la marcha —con sus barbas y melenas hasta los hombros, y túnicas o casacas del ejército, ellos, y minifaldas y sombreros aludos, ellas— repartiendo miles de flores y beáticas sonrisas. Su número estaba lejos de ser despreciable, y su presencia en el desfile, considerada por la prensa como lesiva a la imagen de la nación americana ante el mundo, absorbió la mayor parte de los comentarios. Sus vestimentas provocaron que la prensa considerara que la marcha se movió en una "atmósfera de carnaval", y que el único resultado obtenido por el acto fue "demostrar que a los americanos durante la primavera les gusta divertirse" (sic).
De cualquier manera, le guste a USA o no, la movilización logró expresar el profundo sentimiento de gran parte de la juventud norteamericana contra la guerra en Vietnam.

300.000 DOLARES POR MUERTO
A las dos de la tarde comenzó el acto. Cantantes del folklore americano de la talla de Pete Seeger y Peter, Paul and Mary lo iniciaron, con incendiarias canciones contra la guerra en Vietnam. Pete Seeger pidió al público que coreara un estribillo con él: "one, two, three, four, stop this lousy war" (un, dos, tres, cuatro, paren esta piojosa guerra").
El doctor Luther King se dirigió en varias partes de su discurso, directamente a la juventud norteamericana, exortándolos a que "usen este verano y los venideros para educar y organizar a las comunidades de toda la nación contra la guerra".
Recordó que "matar a un soldado norvietnamita le cuesta al gobierno de USA más de 300.000 dólares" y que "a un negro en estado de desempleo sólo se le dan 50 dólares". Urgió al gobierno de Estados Unidos para que "hiciera honor a su palabra y suspendiera el bombardeo en Vietnam".
Antes del discurso una delegación encabezada por Luther King presentó una nota formal al doctor Ralph Blunche, subsecretario para Asuntos Políticos Especiales en las Naciones Unidas: "Venimos a las Naciones Unidas para afirmar el sostén de los principios de paz, universalidad, igualdad de derechos y autodeterminación de los pueblos, expresados en la Carta de las Naciones Unidas y aclamados por la humanidad, pero violados por los EE.UU."
King fue seguido por S. Carmichael, quien afirmó que "esta nación fue construida sobre el genocidio y continúa llevando adelante el genocidio ..." "No nos convertiremos en asesinos pagos para su sucia guerra." Quizás también probó esta manifestación la libertad de expresión y la viabilidad para disentir en una sociedad libre; a medida que pasaban los oradores los apostrofes contra el gobierno y la virulencia de los discursos se hacían más patentes.
A las seis, de la tarde se dio por terminado el acto, y una súbita lluvia comenzó a dispersar a los manifestantes. Varios chicos avanzaban guareciéndose con un cartel que rezaba: "los chicos vietnameses también quieren crecer".
En el aire quedaban las notas de las canciones de Peter, Paul and Mary:

¿Durante cuántos años debe existir mucha gente antes de que se les permita ser libres?
¿Cuántas veces puede dar vuelta un hombre la cabeza simulando que simplemente no ve?
¿Cuántas veces debe un hombre mirar hacia arriba antes de que pueda ver el cielo?
¿Cuántos oídos debe un hombre tener antes de que pueda oír llorar?
¿Cuántas muertes se necesitarán hasta que sepa que demasiada gente ha muerto?
La respuesta mi amigo, está soplando con el viento.
M.J.G.
28/4/67

 

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