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crónicas del siglo pasado

REVISTERO
INTERNACIONAL


TARAS BULBA EN SALTA
Cómo trabajaron y cómo son en la vida real Yul Brynner, Tony Curtis y la constelación de artistas que compusieron los personajes de la obra de Gogol para el cine norteamericano, a costo multimillonario.
Un par de millares de extras, costosos medios técnicos y la edificación de un "viejo" castillo transformaron por meses la tranquilidad de Salta.
revista Vea y Lea
enero 1962



Christine kaufmann y Brad Dexter




Vladimir Irman

Tony Curtis

Lee Thompson, Perry López, Harold Hecht

 

 

 

Por RAÚL VAZQUEZ
Fotos de JUAN N. GUTIÉRREZ
APENAS 26 años de edad contaba Nikolai Vassilievitch Gogol Janovsky —nacido el 19 de mayo de 1809 en Sorotchintsi, aldea del distrito de Mirgorod, gobernación de Poltava, Ucrania— cuando fue editada "Tarás Bulba", cuya riqueza en descripciones, paisajes, ambiente, personajes y la vital atracción de su tema, determinó su inmediato éxito. "Taras Bulba" en 1835 estaba incluida junto a otros relatos de Gogol: "Un propietario de otros tiempos", "La riña de Iván Ivanovitch y de Iván Nikiforvitch" y "El vampiro", todos bajo el título de "Mirgorod", ciudad natal del autor.
Gogol había soñado desde su juventud tomar como protagonista de un poema épico al hetmán (jefe) cosaco Ostranitsa, que combatió a los polacos en la primera mitad del siglo XVII y que según la tradición, fue apresado merced a una traición, siendo enviado a Varsovia donde murió en el patíbulo, como cuenta el lingüista e historiador Luis Pablo María Léger, profundo conocedor de la obra de Gogol, fallecido en París en 1923. Evidente que "Taras Bulba" es una variante de este episodio.
En 1840, en Viena, Gogol retoca el texto de la novela. Es el mismo año en que escribe "La capa". El tema de "Taras Bulba" ha impresionado al público, las aventuras de los dos hijos del cosaco Taras, Andrés y Ostap (Eustaquio) en que el primero, el menor, por amor a una muchacha polaca traiciona a los suyos haciendo que su padre, el viejo Tarás le dé muerte. Gogol, es indudable, ha leído "Romeo y Julieta", de Shakespeare: el amor de los dos representantes de dos familias hostiles. Ha conocido "El Cid", para marcar la grandiosidad de las batallas y encuentros. Y es posible que haya entrevisto "Natchez", de Chateaubriand —señala el citado estudioso francés Luis Léger— donde se muestra la lucha de los hurones contra los "Natchez". En "Los grandes maestros de la literatura rusa del siglo XIX", aparecido en 1885, su autor Ernesto Dupuy, establece una ingeniosa relación entre "Mateo Falcone", de Merimée —verdadero y ardiente "introductor" de Gogol en Francia— y "Tarás Bulba". Mateo Falcone mata a su hijo Fortunato de diez años, al conocer que seducido por un reloj de obsequio ha delatado al bandido corso Gianetto Sampieri. ¿Se ha inspirado Gogol en este tema aparecido en mayo de 1829 en la "Revista de París"? Gogol con 20 años no había publicado aún su tan criticado primer poema: "Hans Kuchelgarten". En ese entonces la literatura francesa no le inquietaba. Es casi imposible que "Mateo Falcone" haya sido fuente de inspiración para "Tarás Bulba" y su dramática escena.
Lo real es que en "Tarás Bulba", Gogol concretó el viejo sueño de relatar la historia de su país natal. Para ello había ideado una circular solicitando a los que poseían documentos auténticos, remitírselos en copia. En 1834 —año antes de "Tarás Bulba"— en la "Revista del Ministerio de Instrucción Pública de San Petersburgo" publica un buen estudio sobre las canciones ucranianas, presentándolo como "anticipo del trabajo novelado e histórico" que publicara después. Así había nacido "Tarás Bulba", que se convertiría en breve tiempo en obra maestra y popular.

GOGOL Y EL CINE
Muchos de los temas creados por Gogol han servido de base y contenido para grandes filmes. "Noche de Navidad" (Nochebuena) en la época muda, dirigido por Starevich, fue un suceso en Rusia con la popular figura de Ivan Ilich Mosjukin. "El abrigo" (La capa), con Renato Rascel, significó últimamente un no olvidado triunfo artístico para el cine de Italia. Y, entre otros argumentos de Gogol llevados al cine, "Tarás Bulba" fue trasladado con grandiosidad y despliegue por los rusos. En 1936 se conoció la versión francesa de "Tarás Bulba" con Harry Baur, Jean Pierre Aumont, Danielle Darrieux y dirección de Olexis Granowsky. En Italia, donde los grandes autores rusos del siglo pasado sirven con frecuencia para versiones cinematográficas importantes —Alberto Lattuada acaba de rodar "La estepa", la maravillosa narración de Antón P. Chejov—, está realizando en Yugoslavia una versión de "Tarás Bulba" con Orson Welles, Van Heflin y Rosana Schiaffino. (Van Heflin no es extraño a este tipo de temas, pues intervino en "Tempestad" (La Rebelión de los Cosacos) en base a la novela de A. Pushkin. Y, finalmente, la espectacular versión norteamericana de "Tarás Bulba", que actualmente está en proceso final de rodaje en Salta, con un presupuesto que llevaría a casi siete millones de dólares.

FINALMENTE, ARGENTINA
Lanzada la idea de filmación de "Tarás Bulba", el deseo de concretarla llevó a sus gestores a Yugoslavia, Grecia, España. El miércoles 22 de marzo de 1961 —a 126 años de la primera edición dé "Tarás Bulba"—, Harold Hecht, realizaba una conferencia de prensa en el Hotel Alvear de Buenos Aires, señalando que se filmaría "Tarás Bulba" en la Argentina, por la sencilla razón de que hay sitios parecidos a las estepas y que los argentinos son muy buenos jinetes. "Estuve en Campo de Mayo —aludía el productor— y pude comprobar esto observando el entrenamiento de la caballería militar". En esa ocasión sólo se tenía seguridad del contrato de Tony Curtis para realizar Andrés. Yul Brynner como Tarás, era una posibilidad y se mencionaba también, que el propio Burt Lancaster compondría dicho papel.
Poco tiempo después la noticia fue confirmada plenamente: en Salta se rodaría el filme. Estaba asegurada la participación de los soldados del Regimiento V de Caballería, gauchos de distintas zonas y la elección de lugares aptos para las grandes reconstrucciones que demandaba la trama. Tony Curtís y Yul Brynner —que acababa de actuar con Sal Mineo y Madlyn Rhue en "Escape from Zahrein" (sin título aún en castellano) filmada bajo el sol ardiente (45º a la sombra y 75º a 80º al sol) del desierto de California denominado el Valle de la Muerte— eran los artistas contratados definitivamente. La conferencia de prensa —esta vez en el Hotel Salta, de la ciudad de Salta— terminaba señalando que la filmación "se iniciaría en octubre y sería terminada en diciembre". Las palabras anticipadas por Gilbert Kurland y Eddie Woehler tuvieron plena confirmación.

SALTA TRABAJA
Cuando el 12 de octubre los integrantes del equipo de filmación "descubrieron" a Salta, la linda, dando la primera orden de filmación, ya una línea de sucesos había acaecido en tierra de Güemes y en la ciudad de Buenos Aires. Llegada de Tony Curtis por separado de su esposa Janet Leight y sus dos niñas. Ella por vía aérea y él arribando en el vapor "Río Tunuyán". Una huelga de estibadores dilató el viaje en Santos y Janet (estrella de "Psicosis") se adelantó.
Arribo aéreo de Yul Brynner (no viajó por cierto en compañía de aviación pues sus aviones no poseían asientos reclinables), Doris Cleiner, su esposa y un simpático perrito. Cámaras fotográficas, bultos. Grupo de amigos que le llevan hasta el Plaza Hotel. Apartamento 117.
Mientras Tony Curtis se aloja en la habitación 606 del Alvear, donde instala oficinas la empresa filmadora de "Tarás Bulba", en Salta , se dan los últimos preparativos para el día inicial de la filmación. En Castellanos, varios kilómetros de la ciudad de Salta, en zona militar, se ha iniciado la construcción de la fabulosa ciudad de Dubnov. Para ello desde el día 3 de agosto , especialistas escenógrafos trabajan infatigablemente. Se han adquirido enormes partidas de madera. Sobre el armazón inicial se trabajó con celotex, revestido de yeso. Luego fue pintado al óleo y con efectos especiales. El proyecto de la ciudad de Dubnov, pertenece al señor Carrera, argentino. Los decorados estuvieron a cargo del señor Antonio D. Ciappe, también argentino, y el señor Cruz Guadarán realizó los efectos especiales visto desde lejos, "el castillo" —como se lo ha dado en llamar vulgarmente— da la sensación exacta de que hubiese estado allí desde remoto tiempo, ya que acusa —efectos especiales— el "paso del tiempo". Obra maestra de escenografía que se concluyó —en presencia del autor de esta nota— el último viernes de octubre. Esta construcción soportó fuertes tormentas de la región, sin daño alguno, y sólo debió ser repintado nuevamente en algunos sitios, después de una tumultuosa visita de estudiantes que dejaron su nombre impreso en la fortaleza de Dubnov...
Faltan pocos días para iniciar la filmación y toda Salta está expectante. En la ciudad pasean futuros "cosacos" que han accedido a raparse casi completamente. En el Hotel Salta, hay continuo movimiento. Paralelamente, Jerry Brown está enseñando a los formidables jinetes salteños a disponer sus habilidades en función de las necesidades del rodaje. Una caída. Una frenada a pocos metros de donde se supone estará la cámara, un salto, todo en fin lo que concierne a las escenas espectaculares con jinetes. Jerry Brown y otros colegas, punta de lanza de trabajo en Salta de "Tarás Bulba" llegan al lugar con la fama y espectacularidad de sus atuendos vaqueros y el antecedente de que han sido quienes se encargaron de similar trabajo en las recordadas escenas de "Ben Hur".
En Buenos Aires, en octubre la empresa celebra otra reunión de prensa y presentación de los artistas en los salones del Alvear Palace Hotel. La reunión con centenares de personas, permite tener una definitiva idea de la importancia económica asignada al filme. Pocos días después, Yul Brynner y Tony Curtis parten hacia Salta.

DESDE EL AMANECER
Salta ha sido en diversas ocasiones territorio cinematográfico. Allí se filmó "Pacha Mama" (Lydia Quintana-Pedro Maratea), la inolvidable "Guerra Gaucha" (Petrone-Chiola- Muiño-Magaña), "El Domador" (O. Fuentes), "Las Campanas de Teresa" (Laura Hidalgo) ,etc. Pero ahora, Salta es punto de mira de todo el universo cinematográfico por realizarse allí la costosa versión de "Tarás Bulba". Enorme cantidad de material técnico ha llegado a la ciudad para la filmación: un gran camión generador de electricidad, un camión grúa, camiones con tiendas, carpas. Material eléctrico, etcétera. Se ha dispuesto de un vestuario fabuloso que incluye trajes completos para miles de personas y el de las figuras protagónicas es de alto costo. Recorren la ciudad autos y camiones, cumpliendo sus actividades, rotulados con el título de la película. En el Hotel Salta se ha instalado en su primer piso las oficinas de la productora. En los pisos superiores, se alojan artistas y técnicos. Yul Brynner y Tony Curtis viven algo alejados de la ciudad: en unas casitas individuales, atendidos por personal norteamericano especialmente llegado. Se trabaja intensamente desde el amanecer hasta el atardecer. En la entrada principal del Hotel Salta generalmente desde las primeras horas de la mañana ya hay actividad. Aún no han pasado los changuitos voceando su "Diarioooo... Tribunoooo..." con que marcan el despertar de la ciudad, cuando ya la gente del equipo técnico de "Tarás Bulba", donde se mezclan voces mejicanas, salteñas y lógicamente, norteamericanas, ubican algunos implementos en los camiones que aguardan afuera y, como se dijo, son inconfundibles en toda Salta por su rótulo del título de la película. A los pocos minutos en la planta baja del hotel aparecen los actores Perry López —actor portorriqueño, que compone el Ostap, hermano de Tony Curtis en la película—; Sam Wanamaker, el actor de "El precio de una vida", que en "Tarás Bulba" realiza Filipenko; Daniel Ocko, excelente actor, contratado ahora para el personaje Mykola; Wladimir Sokolof, que anda de un lado para otro con un libro, tratando de aprender castellano, hace el Viejo Estepario; Guy Rolfe, el príncipe Grigory, con su apostura quijotesca. Todos salen hacia el departamento de maquillaje, peluquería y postizos, que al igual que el vestuario, está ubicado a pocos pasos del Hotel Salta, en el edificio del Jockey Club (Facundo de Zubiría, 76) en la plaza 9 de Julio. Hasta allí llega Yul Brynner. El cotizado actor ha madrugado como los pájaros, los escolares, los lecheros o los changuitos vendedores de diarios. Yul arriba al Jockey Club acompañado por su asistente, con gesto duro y grave, para entrar ya en personaje. Camina rápidamente el largo pasillo, asciende unos pocos escalones y ya en el primer piso, se ubica en su camarín y se entrega a los encargados de la composición de su personaje. Entre los maquilladores y personal que trabajan en ese equipo figuran los argentinos Víctor Anzil, Alberto Nerón y Carlos Forno, que cumplen una labor elogiosísima. Yul, en los intervalos, canta, ríe estrepitosamente o baila. Han preparado café caliente que sorbe lentamente. Dialoga. Fuma. El humo asciende. Ya no es Yul Brynner: se ha ido convirtiendo lentamente, con admirable precisión, en el aguerrido Tarás. El actor se ha quedado silencioso; quizá como el viejo Tarás, cuando pensaba en lo que fue, en su juventud, en sus amigos, en los que habían muerto... El cigarro se consume. Como sus otros compañeros, ya está listo para salir al sitio de filmación. En una moderna rural, parten todos hacia la filmación.

MIENTRAS VIAJAMOS...
Mientras viajamos hacia la zona denominada Lomas de Patrón, donde se desarrollará la filmación con casi dos millares de extras, el paisaje y Yul Brynner, mueven la atención del cronista. Yul ya forma parte del paisaje salteño. Escenario y hombre tienen, en cierto modo, semejanzas: serenidad, amplitud y luminosidad, tras una apariencia ruda, fuerte, indomable. En ambos, pequeñas zonas cactáceas: espinas y flores. Todo exterior: máscara y cáscara. Juego liviano en la realidad: Yul es un actor-hombre, sincero, pacífico, que juega hacerse intratable para que no se desintegre en el público su personalidad con la del personaje de Gogol. En este "travelling" de la ciudad de Salta a Lomas de Patrón, descubrí a Yul Brynner, contemplando el color del cielo o tratando de hacer una broma. Es un hombre bondadoso, del que hay que saber esquivar sus espinas... Todo esto lo descubrieron y hoy bien lo saben los salteños, aristócratas en silencio y educación, ante los desplantes temperamentales del actor, padre de un muchachito que este 23 de diciembre cumplió 15 años, y de un "Oscar" que este año cumplió cinco.
FILMACIÓN
Hemos llegado. El lugar de filmación, con sus carpas y camiones, semeja una gran feria. Rostros cubiertos de crema, para evitar el sol. En una hondonada se ha ubicado más de un millar y medio de soldados del Regimiento V de Caballería, perfectamente "camouflados" de cosacos. A nuestro lado Harold Hecht, rejuveneciendo sus 54 años de edad con una camisa floreada, trabaja con un fervor que pareciera que se trata de su primera película (y ya ha realizado "El Pirata Hidalgo", "Veracruz", "Marty", "Trapecio", "Despedida de Soltero", "La Mentira Maldita", "Mesas Separadas", "El Discípulo del Diablo", "Lo que no se Perdona", "Jóvenes Salvajes"). Lee Thompson, el director inglés, nacido al comienzo de la primera Guerra Mundial, responsable de títulos como "Asesinato sin crimen", "Mientras espera la noche" (buen filme realizado en 1956), "Mi meta son las estrellas" (biografía del alemán Von Braun), "Brindis para un espía", "La bahía del tigre", "Kalapur" y "Los cañones de Navarone", trata de llegar a un acuerdo con respecto a un movimiento de cámara con el productor. Lee Thompson está al rojo vivo por el sol imperante. Mientras tanto, los ayudantes mexicanos que secundan la labor de los asistentes directores, dan órdenes a través de modernos altoparlantes a transistores. Tony Curtis, que se ha maquillado en su propio domicilio —ya que él no lleva ningún postizo ni aplique especial— bromea con los amigos o conversa con su médico personal.
Es muy agradable departir con Tony Curtis. Siente. Tiene viveza, agilidad y sentimiento. El Joe de "Una Eva y dos Adanes", donde actuara junto a Marilyn Monroe, no desentona con el actual Andrés, un personaje dramático. Tiene gran fe en la superproducción y confiesa su admiración por Salta y sus panoramas. Estima que aún no le ha llegado el tema que desearía filmar, si bien "Fuga en Cadenas", por la que optó al Oscar, "El Gran Impostor" y el actual, son momentos decisivos en su carrera.
Mientras tanto se ha iniciado la filmación. Se hacen ensayos con los dobles. Un ayudante se acerca a Yul Brynner y le indica que ha llegado el momento de actuar. El actor deja la cámara filmadora, que generalmente le acompaña y con la que capta escenas y motivos interesantes, y vuelve a su personalidad de Tarás Bulba. Monta un magnífico caballo negro y que no es otro que "Diablo", el caballo de Tarás Bulba que se encabritaba "cada vez que sentía de golpe los ciento veinte puds" que pesaba el viejo y aguerrido cosaco, como narra Gogol en su novela inmortal. Claro está que este Tarás Bulba no llega a los ochenta y tres kilos y ha reemplazado la tradicional enorme figura (como lo hicieron los rusos y franceses) por una fiereza cerril. Mientras tanto, como Tony Curtis no filma, se ha subido a una escalera para observar la escena.

DOS BESOS POR MEJILLA
Se inicia la filmación tras los clásicos pedidos de "¡silencio!", que son retransmitidos por las radios portátiles con que cuenta el equipo para mantener contacto en la enorme amplitud que abarca la filmación. Desde distintos ángulos se ponen en movimiento tres cámaras para filmación en color y panorámica. Los asistentes insisten:
— ¡A ver, muchachos, agiten las banderas, levanten bien las armas y metan mucho escándalo! Mucho barullo y grito. ¡Eh! Vamos, que al segundo disparo se callan. ¿Comprendido?
Los cerros devuelven aumentado un "sí" enorme que sale de millares de gargantas, que han tomado un ligero desayuno y que desde las primeras horas de la mañana han hecho la alquimia de transformar su indeformable personalidad salteña en aguerridos cosacos para la película panorámica, en color, de dos horas y media de duración.
Nuevamente —tras la pausa para asegurarse la perfecta actuación de los extras— se ponen definitivamente en marcha las cámaras. A un silencio expectante sigue una enorme gritería. Flamean al viento las enseñas y se oyen alaridos. Los tambores anuncian que avanzan los dos bandos. El más destacado y compacto, marchando al frente con Yul Brynner, y el otro con el jefe cosaco amigo de Tarás Bulba. Yul señala con una mano a su gente, que debe detenerse. Se adelanta y va hacia donde está el otro jefe. Frenan las cabalgaduras y Tarás con increíble agilidad, salta. El otro hace lo mismo, con cierta pesadez. Se miran: alzan los brazos jubilosos, se juntan y se obsequian cuatro besos, dos por mejilla, como tradicional saludo cosaco. La escena se repite varias veces, hasta que Hecht y Lee Thompson quedan conformes. Ya es mediodía. El sol abrasa. La escena filmada, no obstante, dará la impresión de ocurrir en un paraje frío y desértico.

YUL BRYNNER: JUEGO Y AMISTAD
Pausa para almorzar. Mientras los "cosacos" descansan, disponiendo el almuerzo, con las vituallas del Ejército, un gran camión reparte pasto para los caballos. En otro sector, en las tiendas, Tony Curtis, con el torso desnudo se prepara a almorzar en su "Cassino Curtis", lugar de reunión de los amigos—, volvemos a conversar con Yul Brynner que acaba de divertirse con un juguete norteamericano consistente en una gran cápsula que, a manera de satélite, dándole presión se eleva a gran altura, regresando al sitio de partida. Yul, en extrema cordialidad hacia nuestra persona, nos señala que tiene enorme confianza en el buen éxito de esta superproducción. De sus anteriores trabajos (¿recuerdan el general Bounine de "Anastasia"?) no está muy convencido, pues una vez realizadas sus interpretaciones y juzgadas, le molestan los errores, las imperfecciones, y piensa que pudo haber superado su actuación. Le preguntamos si en un futuro cercano abordará la dirección y responde que momentáneamente ello "no entra en sus planes". "Cuando suceda —agrega— trataré de dar con un muy buen libreto". Además —señala— cuando quede libre de los compromisos del cine, "volveré al teatro", donde ha obtenido éxitos.
El olorcillo del asado criollo, nos posterga la curiosidad y la charla amable con el astro de "Los Diez Mandamientos".

FIN DE JORNADA
Luego de" almorzar, conversamos más detenidamente con el joven actor portorriqueño Perry López. Ha hecho pequeños papeles en "Flaming Star", película con Elvis Presley, "Man Trap" para Paramount y un personaje central en "La jungla de acero" junto a una popular actriz de TV. Merced a la amistad fraternal que lo une a Tony Curtis consiguió su actual personaje, el importante Ostap, hijo de Tarás. Mientras conversamos, filman un reportaje los hombres de la TV norteamericana, que han estado captando escenas, durante todo el día. Perry López se ha comprado un retrato de Güemes y se ha enterado de su vida heroica. Desearía interpretar ese personaje. Le señalo que se parece a Artigas cuando joven, y me solicita le consiga retratos y material de lectura. Son las tres de la tarde y se reanuda la filmación. Continúa con el mismo tono y ritmo de la mañana. Llegan algunos invitados especiales con el jefe de producción, señor Chas Madariaga. A las 18 termina la filmación. Se ha añadido al trabajo del día, una escena nueva, en las tres horas de filmación de la tarde. De regreso a la ciudad de Salta, Yul, junto con nosotros, luego de haber quitado su maquillaje, postizos, y cambiado su pesada vestimenta, hace tertulia en el comedor del Hotel Salta, mientras afuera, la gente "curiosea" con distinción.
La actriz austríaca Ilka Windisch, se suma al núcleo de actores y técnicos que toman una copa, comentando la actividad del día. Ella es quien interpreta el personaje de madre de Andrés y Ostap. Por el momento es el único personaje femenino que interviene en el filme, hasta la llegada de Christine Kaufmann.

CHRISTINE: DESPEDIDAS
El 17 de noviembre llegó Christine, que tiene a su cargo el personaje de la bella polaca que altera la vida de Andrés. En un principio se había pensado en Jean Simmons, pero no pudo ser, por factor contratos. Christine tiene todo el encanto y tersura requerido por su personaje. Nació viajando, hija de padre alemán y madre francesa. A los 7 años debutó en un filme germano titulado "Salto Mortal". Ha hecho 27 películas. La última, junto a Kirk Douglas, "Pueblo sin compasión". Filma unos pocos días en Salta, y regresa a Italia, para completar "El mercenario", que protagoniza con Stewart Granger.
Nos despedimos de Tony Curtis, en Buenos Aires. Gratamente impresionado de la Argentina y los argentinos. Dicho con la auténtica sinceridad que lo caracteriza. A su doble, el señor Grande, lo invitó a su casa de descanso en los Estados Unidos. En Salta se ha conquistado el cariño de todos, por su generosidad. También ha terminado su actuación Yul Brynner, repuesto del accidente, al caer del caballo, accidente común y que perjudicó a Vladimir Sokolof, que se rompió dos costillas y a Perry López, que también se accidentó. Lógico en escenas violentas y de extraordinaria fuerza.

SALTA NO OLVIDARA
Ahora, alejados los actores principales, se inicia la filmación de la denominada "segunda unidad", es decir, escenas con los dobles de los artistas. Esta segunda unidad tiene un artífice: Clyff Lyons, que desde la época muda, trabaja en cine. El es quien conoce los secretos de las caídas, golpes sin golpes, muertes simuladas, etc., todo lo que hace la fuerza del filme.
Salta plena de historia, ha añadido un inusitado suceso en su vida. Sus parajes revivieron encuentros y desencuentros de miles de cosacos en titánica lucha. Un pedazo de su suelo ha visto al aguerrido Tarás dar muerte a su hijo Andrés, al conocer su traición. Salta, que guardará como atracción turística, decorados de la película, ha servido como escenario para divulgar nuevamente el talento místico y profundo de uno de los más grandes novelistas del siglo XIX, y cuyo texto "Tarás Bulba" sólo puede ser equiparado al de las novelas de Púshkin: "La hija del capitán" o "El negro de Pedro el Grande". 

 

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