En la última semana circularon entre los
simpatizantes de Boca Juniors insistentes rumores sobre la
construcción del futuro estadio. Los mejor informados
daban por seguro que sería construido en el Río de la
Plata, en una plataforma sobre el agua frente al extremo
sur de la avenida Costanera, aproximadamente entre el
monumento a Isabel la Católica y el espigón del Balneario
Municipal. Las autoridades del club mantienen todavía en
reserva esta información, pues no han finalizado aún las
tratativas con las autoridades municipales y temen que
éstas se vean afectadas, sobre todo en momentos previos al
cambio de los más altos funcionarios. PRIMERA PLANA
interrogó sobre la veracidad de la noticia al autor del
proyecto, ingeniero José Luis Delpini, pero sólo recibió
como respuesta una leve sonrisa y las siguientes palabras:
"Usted quiere saber demasiado". Delpini, que como es de
suponer es hincha de Boca y socio de la institución desde
hace 30 años ("soy vitalicio"), fue el autor de la actual
"Bombonera", proyectada en 1932, y sobre la que algunos
arquitectos opinan que constituye una de las obras "de
mayor originalidad": en aquellos tiempos parecía
prácticamente imposible ubicar 90.000 espectadores en un
terreno tan chico.
Un gigantesco tulipán
Exactamente el 1º de noviembre de 1960 el presidente de
Boca Juniors, Alberto J. Armando, llamó a Delpini a su
oficina y le dijo lo siguiente: "Quiero que me proyecte un
súper-estadio que tenga por lo menos 40.000 plateas y que
dé ubicación a 140.000 espectadores en total y que,
además, sea distinto de todo lo que se ha hecho en el
mundo hasta ahora. Pero entiéndame bien: Boca no puede
tener dos estadios, de modo que usted le dará a nuestra
actual Bombonera cualquier otro destino honorable, digamos
por ejemplo: viviendas para los asociados..." Delpini, que
viene proyectando estadios desde hace tres décadas,
sumergido en continuas búsquedas e infatigables estudios
("Esto no se hace en un día"), eligió uno de sus planos y
comenzó a modificarlo en todo aquello que consideraba
necesario hasta construir la maqueta. Cuando Armando llegó
al estudio y la vio terminada "saltó de alegría", y según
testigos presenciales, comenzó a abrazar a todos los
colaboradores de Delpini Una inevitable sensación de
asombro se experimenta al enfrentar la maqueta. Las 40.000
plateas forman un óvalo alrededor del campo de juego y
sobre ellas aparecen las gradas en un enorme plato apoyado
en un muro transparente que bordea todo el estadio, dando
la impresión de estar suspendido en el aire. La obra posee
una característica notable: el estadio será cubierto y se
podrá abrir o cerrar según las circunstancias. La cubierta
está concebida como un inmenso tulipán de 300 metros de
diámetro, con pétalos oscilantes de 150 metros de largo
cada uno, de modo que, a estadio abierto, el conjunto
aparecerá como una gigantesca flor (los pétalos tendrán
reflectores rasantes) y de noche ofrecerá un espectáculo
inimaginable, pues dentro de la corona luminosa el estadio
aparecerá suspendido. Delpini lo considera como "una obra
realmente revolucionaria" en materia arquitectónica y
destaca que en el Laboratorio de Investigación
Experimental de Estructuras de la Facultad de Ingeniería
se han iniciado loa trabajos de experimentación para
lograr la realización de la obra con importantes economías
de costos y de materiales. Teniendo solucionado el aspecto
financiero, la construcción en sí demandaría
aproximadamente tres años.
Viviendas en la
"Bombonera" El actual campo de deportes de Boca Juniors
será transformado, de acuerdo con el mandato recibido por
Delpini, para lograr 790 departamentos con un centro
comercial a lo largo de la planta baja y un gran parque de
juegos infantiles en el lugar que ahora ocupa la cancha de
fútbol. "Esta transformación se obtendrá utilizando las
estructuras aporticadas de sostén de las actuales
graderías, como esqueleto resistente de la futura
construcción para viviendas y con muy poca destrucción."
La fisonomía de la "Bombonera" no ha de variar mucho,
aunque estará adornada por ventanales (en dos bloques
paralelos) en el lugar que hoy ocupan las graderías.
Delpini no se deja fotografiar por los periodistas porque
dice que "lo que importa de los hombres no son las caras,
sino sus obras" y afirma que "para llegar a concretarlas
hace falta que Dios nos provea de una gran resistencia
para enfrentar los obstáculos y superar los fracasos,
mucha fe para seguir adelante y una larga vida para poder
verlas terminadas". Revista Primera Plana 16.07.1963
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El
círculo indica la zona donde sería construido el estadio
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en forma de un gigantesco plato suspendido sobre el agua
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