Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


SOLANAS-GETINO FILMAN A PERON
LUZ,CAMARA REVOLUCION

Revista Siete Días Ilustrados
23.08.1971

Realizada por el equipo de 'La hora de los hornos', una película filmada en Madrid -único protagonista: Juan Perón ofrece el testamento histórico del líder del justicialismo.

Desde que el nuevo cine argentino rechazó las viejas estructuras comerciales para afirmar un cine de autor, los jóvenes realizadores locales intentaron convertir esa búsqueda en una real comunicación con el espectador recurriendo al testimonio de la realidad cotidiana. 'La Hora de los Hornos' (una película que por su contemporaneidad ingresó en el campo de los tabúes, un terreno movedizo que impidió su exhibición en la Argentina) fue, tal vez, el film que inauguró esta nueva etapa introduciendo en el séptimo arte el momento de la acción. A casi tres años de aquella experiencia, sus realizadores, Fernando Ezequiel Pino Solanas (34, casado) y Octavio Getino (34), un escritor y cortometrajista español radicado en Buenos Aires desde 1952, intentan ahora un segundo film-ensayo: 'Perón: la Revolución Justicialista'.
"No es una película coyuntural donde Perón expone la actual política argentina —explican los ensayistas—. Es un film netamente histórico que nace a través de un hecho objetivo: Perón nunca estuvo tan cerca (sin estarlo) de la Argentina." En efecto, la película que se rodó a propuesta del grupo Cine Liberación (el brazo cinematográfico del peronismo) es un monólogo, documentado con fotografías de época, que Perón improvisa mientras recorre su residencia de Puerta de Hierro. En esa especie de testamento histórico el líder del justicialismo sintetiza su experiencia y preparación políticas desde 1945 hasta ahora.
Realizada con un magro presupuesto (aunque aún no se conocen las cifras definitivas, ya que la película entrará en la etapa de procesamiento recién en agosto) aportado por el Movimiento Justicialista y por un equipo que no superó las
cinco personas, el film marca la decisión de Perón de expresar su pensamiento a través de lo más avanzado en materia de información, el cine. "Algo que le permitirá —asegura Solanas— llegar a sus partidarios de una manera más directa." Seguramente, Perón tampoco descarta la posibilidad difusora de los postulados del peronismo que la cinta llevará al extranjero. Desde luego, no deja nada librado al azar: además de único protagonista, Perón es el autor del libro, supervisor y, una vez procesada, quien autorizará la emisión de la película y, en definitiva, dará las indicaciones para su difusión. "Si Perón ha concentrado toda la política del film —explica Solanas—, el grupo Cine Liberación asumió la responsabilidad técnica cinematográfica. Algo que para nosotros, militantes peronistas, es muy importante, ya que utilizamos el cine como un instrumento de la política."
El film, que comienza con una larga exposición sobre la preparación humana y técnica del justicialismo hasta las elecciones de 1946, continúa tocando temas tan candentes como las reformas que se introdujeron en el aparato social, en los derechos del trabajador y hasta la forma en que se logró implantar un sistema antiimperialista. Hace hincapié en las consecuencias que tuvieron para el país los gobiernos que lo precedieron y remarca la situación en que se encontraba la República hasta la revolución de 1955. Finalmente, formula indicaciones para las nuevas generaciones y marca premisas para la liberación. "El peronismo —explica Perón en el film— logró implantar esa liberación durante 10 años, pero no pudo consolidarla porque la Argentina estaba rodeada de países cipayos. La única forma de defenderla —asegura— es a través de la integración para constituir el viejo proyecto independentista de la patria grande hispanoamericana." Señala, también, que una revolución es obra de varias generaciones y que su generación tuvo la tarea de abrirla en la etapa histórica que él denomina de las nacionalidades. "A la generación actual —dice el viejo caudillo— le corresponde tomar el poder y afianzar la liberación con la etapa histórica que se llamará del Continentalismo." Al terminar la película Perón manifiesta que "en las circunstancias argentinas, el justicialismo es la expresión del socialismo nacional y que el mundo marcha, irremediablemente, hacia estructuras socialistas nacionales".
Por supuesto, no sería de extrañar que tan polémico tema se convierta, a pesar de la apertura política señalada por el gobierno, en otro tabú que impida su exhibición en la Argentina; a pesar de todo, Solanas y Getino son optimistas: "Perón y el peronismo —dicen— han soportado 16 años de trampas y, por lo tanto, han acumulado una larga y rica experiencia. Además, en cualquier conflicto político no se puede descartar la negociación, ya que pueblos como Vietnam y Estados Unidos, por ejemplo, mantuvieron más de cien conferencias de paz en París sin que por ello haya cesado la lucha". Parafraseando lo que alguna vez le dijera Perón, Solanas agrega: "Para que en esta negociación haya trampas, es necesario que exista un tramposo y un otario, y Perón no es ni lo uno ni lo otro; además, él esta seguro que esta película va a servir para probar las buenas o malas intenciones del otro bando, ya que habiendo manifestado el gobierno la apertura política, Perón no ve ningún impedimento para que este film no pueda llegar a los argentinos". No son los únicos que así piensan; por lo menos, varios canales de televisión están protagonizando una encarnizada lucha para lograr la exclusividad del film. No es para menos: el que lo logre superará con creces el rating que conquistó el canal oficial cuando difundió el tape de los partidos que disputaron las selecciones de Argentina y Brasil.

 

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Perón
Gerardo Vallejo, Solanas, Juan D. Perón, Getino
Solanas y Perón
Solanas y Perón
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