Bariloche
Durante 48 horas
la vida de Frondizi estuvo en peligro
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El 7 de abril, Alfredo Allende, ex ministro del Trabajo de Frondizi, denunció, a través del periodista Edgardo Da Mommio, que los rebeldes habían planeado el asesinato del ex presidente. Como se sabe, el regimiento con asiento en Bariloche, en manos "coloradas", se había plegado al movimiento de la Marina. El presunto plan de liquidación física de Frondizi habría contemplado tres posibilidades —fusilamiento en el patio del regimiento, traslado a Puerto Belgrano pero "aligerando carga en el camino" y asesinato por los comandos civiles revolucionarios— y el ex presidente se quejó amargamente de haber sido depositado "en territorio colorado".
Según un informe confidencial, elaborado por un grupo de colaboradores de Frondizi, el 28 de marzo llegó a Bariloche el coronel (R.) Martín Rodríguez, que posee en esa localidad una casa ocupada actualmente por el doctor Parodi Cantilo. El coronel Rodríguez recorrió en un avión del Aero Club de Bariloche la zona del Tunquelén (donde está alojado Frondizi), Bariloche, San Martín de los Andes, Junín y Neuquén, y mantuvo diversas entrevistas en todos esos lugares. El presidente del Aero Club es el señor León Beveraggi Allende. El coronel Rodríguez conversó con varios amigos, a los que expresó que el movimiento revolucionario era inminente y que se proponía la "eliminación de los políticos que perturban al país; en primer lugar, de Arturo Frondizi". El coronel Rodríguez, pasado a retiro luego de setiembre, había plegado la escuela de Mecánica del Ejército a favor de Toranzo Montero en la crisis anterior y se caracterizó siempre por su "coloradismo".
Producido el estallido, la guarnición Bariloche se mantuvo sin pronunciarse hasta las 17 del día 2. A esa hora es detenido el coronel azul Montes, jefe de la guarnición, y asume la jefatura el mayor Morgan (colorado desde los sucesos de setiembre, había minado el río Limay por iniciativa propia). Inmediatamente, la guarnición Bariloche ocupó la Municipalidad, el cuartel de Policía, la emisora local (LU8) y otros puntos claves de la zona. El teniente Muñoz, el capitán Fallero, el teniente primero Poledo y el capitán Llauró dirigen diversas etapas del operativa. La Policía queda subordinada al Ejército, pero los encargados de la custodia de Frondizi consiguen reforzar su provisión de armamentos y se disponen a defender al ex presidente. Con ametralladoras PAM hacen guardia en el hotel Tunquelén: cortan los ascensores y aíslan a Frondizi en el tercer piso.
A las 19, dos horas después de haberse plegado Bariloche al movimiento, la radio local, separada desde antes de la cadena nacional, emite el comunicado Nº 1 de la guarnición Bariloche. En el mismo, las fuerzas insurrectas no anuncian directamente haberse plegado al movimiento, sino que informan que han asumido el control de la zona para resguardar el orden y dicen que "no combatirán contra otras fuerzas" ni reprimirán a los rebeldes. Efectivos de la Gendarmería Nacional también patrullan lugares estratégicos y edificios públicos, pero sin plegarse a la acción de la guarnición ("tenían miedo", dijo el teniente 1º Poledo). Sin embargo, comienzan a moverse en la Gendarmería elementos retirados (cuyos nombres están tratando ahora de averiguar los servicios de informaciones) que habían llegado a Bariloche días antes. El comandante Cuba, jefe de zona, trató de oponerse a los golpistas, manejados, según parece, por el comandante Grosso. Otro comandante, de apellido Scherr, también adoptó la posición legalista. Entre la actitud híbrida de la guarnición y la posición contradictoria de la Gendarmería y de la Policía, la situación en Bariloche se había tornado, en la noche del primer día, sumamente confusa. Ante el curso de los acontecimientos, un grupo de civiles golpistas comienza a reclamar una acción inmediata y a organizar la intervención de comandos civiles. El presbítero Calixto Schincarioli realizó gestiones entonces para evitar un atentado en el Hotel Tunquelén: visitó el cuartel y obtuvo la seguridad, de parte del mayor Morgan,
de que se garantizaría la seguridad personal de Frondizi. El padre Calixto, en determinado momento de la discusión con los insurrectos, amenazó con "arremangarse la sotana y tomar una PAM". Durante su gestión, el padre Calixto pudo averiguar que el coronel Rodríguez había huido de Bariloche la misma noche del martes 2. También esa noche, la guarnición emite un comunicado número 2, igualmente híbrido.
El día 3 la situación es de expectativa hasta la noche. Los golpistas tratan de averiguar la marcha de la sublevación en Neuquén para decidir si se plegaban abiertamente a la misma, pero LU 5, Radio Neuquén, que proseguía en cadena con Radio Nacional, les desmentía las noticias indirectas sobre un presunto éxito de los rebeldes en esa provincia. Sin embargo, a las 23.40 pasan el comunicado número 3, plegándose a los revolucionarios, pero inmediatamente ordenan retirarlo (se llega a leer una sola vez, y por error) e insisten en los textos anteriores. A la madrugada del día 4, los jefes de la intentona en Bariloche inician la fuga y el teniente coronel Montes retoma el corlando de la guarnición. La radio local vuelve a conectar con la cadena nacional.
Tres marinos habían realizado, antes de los lechos, una inspección ocular en el hotel Tunquelén. Amigos de Frondizi (estaban allí el señor Alfredo Allende, jóvenes ucristas y el doctor Raúl Rabanaque Caballero), apoyados por un comisario policial "azul" (comisario López) y la custodia habían ofrecido transportar a Frondizi hasta la frontera con Chile (tres kilómetros), pero el ex presidente se negó. Sin embargo, los propiciadores de la "operación éxodo" habían resuelto que si la situación s e agravaba, "dormirían" —en caso indispensable— a Frondizi y lo trasladarían, "quiera o no", a Chile.
16 de abril de 1963
PRIMERA PLANA

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