La semana pasada, el gobierno del doctor Arturo Illia
vivió, por primera vez, la experiencia directa de las
limitaciones que para el Poder Ejecutivo significa la
representación proporcional. La oposición suscitada entre
los diputados nacionales por el proyecto de reformas a la
carta orgánica del Banco Central (proyecto que autorizaba,
de hecho, fuertes emisiones de dinero y que había contado
con la media sanción del Senado) cambió sustancialmente
tanto el panorama de la labor parlamentaria como la
estrategia del bloque oficialista en la Cámara baja: si
los legisladores hubieran aprobado las reformas
propuestas, el cuerpo hubiera entrado en receso hasta el
15 de enero; en cambio, la no consideración del tema
obligó a que en las comisiones de presupuesto y finanzas
se echaran las bases de un amplio debate sobre política
económica, que comenzará el 8 de enero y obligará al Poder
Ejecutivo a tratar de persuadir a los diversos partidos
sobre la validez de sus tesis, con el riesgo de tener que
introducir modificaciones sustanciales si no consigue el
respaldo suficiente como para proseguir con la línea
iniciada.
La imposibilidad de los representantes oficialistas en las
comisiones de Finanzas y Presupuesto y Hacienda de lograr
un despacho que permitiera aprobar las reformas en una
sesión rápida se basó, fundamentalmente, sobre las
resistencias de representantes de ambos sectores de la
UCRI, la democracia cristiana, UDELPA, demo-progresistas y
conservadores, a considerar las reformas propuestas por el
gobierno, sin que antes quede establecido cómo invertirá
el gobierno los fondos cuya emisión queda autorizada por
el proyecto y qué medidas se adoptarían para asegurar que
la expansión no se traducirá en un fuerte impacto
inflacionario. El presidente del bloque parlamentario de
la Unión del Pueblo Argentino, Raúl Sandler, sintetizó los
argumentos contrarios a la aprobación del proyecto cuando
expresó que se conocía la cantidad de dinero que el Banco
Central podría emitir (unos 70.000 millones de pesos) pero
no el plan de utilización de ese dinero. "Puede hacer
falta menos o puede hacer falta más. Si no hay un plan es
imposible saber si se justifica la emisión", fue,
prácticamente, el sentido de las divergencias expuestas
por el representante de UDELPA.
Por lo demás, la mayoría de los diputados no oficialistas
coincidieron en que las argumentaciones proporcionadas por
el ministro de Economía, doctor Eugenio Blanco, ante los
senadores. no fueron suficientemente claras.
Muchos de esos diputados —especialmente los representantes
de UDELPA y los dos sectores de la UCRI— desean también
hacer pie en el proyecto de reformas de la Carta Orgánica
del Banco Central para promover un amplio debate sobre la
totalidad de la política económica del gobierno. Ese
debate se basaría sobre los tres puntos que —además de las
mencionadas reformas— más ha censurado la oposición: la
reducción de las exportaciones, la derogación de los
decretos de promoción industrial para el Noroeste y la
Patagonia, y la anulación de los contratos petroleros.
El doctor Eugenio Blanco había concurrido a la Comisión de
Finanzas de la Cámara de Diputados acompañado por el
presidente y el vicepresidente del Banco Central, doctores
Félix Elizalde y Enrique García Vázquez. Allí expresó que
la no aprobación de las reformas no crearía problemas
imperiosos al gobierno nacional, pero impediría la
provisión de fondos a las provincias "cuyos gobiernos
esperaban el aporte nacional antes del 31". "Con excepción
de Buenos Aires, La Pampa, Jujuy, Salta y Santa Cruz —dijo
el ministro—, todas las provincias han hecho pedidos."
El diputado oficialista Mario Roberto, en tanto, explicó
que la sanción no se podía diferir a expensas de las
provincias argentinas.
Finalmente, se llegó a un acuerdo entre los diputados del
radicalismo del Pueblo y de los otros partidos
representados en la comisión: el 3 de enero de 1964
volverán a reunirse y procurarán llegar a un entendimiento
con el compromiso de una amplia discusión en el recinto,
para el 8 de enero.
Las consecuencias políticas de la demora parlamentaria en
considerar las reformas resultaron inequívocas para los
observadores: el control de la oposición obligará al
oficialismo a extremar sus precauciones y a adaptar su
estrategia, en cada tema, a las posibilidades de apoyo por
parte de los otros partidos.
31 de diciembre de 1963
PRIMERA PLANA - Página 4
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