EL PAIS
Illia 7 y 1/2: Solo para militares
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El viernes pasado había en el Correo de la Capital 80.000 telegramas detenidos y 2 millones de piezas postales paralizadas; además, 32.000 teléfonos estaban fuera de funcionamiento. Tanta incomunicación coincidió por la noche con la segunda entrevista colectiva del Presidente de la República y los más altos mandos de las Fuerzas Armadas.
La primera fue el 12 de junio de 1965, en la residencia de Olivos; esta vez, Illia era el invitado, en retribución de las tres comidas que él ofreciera en febrero (4, 12 y 25) a las tres armas. La idea partió del Secretario de Guerra, general Eduardo Castro Sánchez, y recibió apoyo del titular de Marina, vicealmirante Manuel A. Pita; las resistencias provinieron del Ejército y la Aeronáutica, pero no prosperaron.
Los 16 comensales (*El Presidente, el Ministro y Subsecretario de Defensa; los tres Secretarios militares; los tres Subsecretarios; los tres Comandantes en Jefe; los tres jefes de Estado Mayor, y el Jefe de la Casa Militar.) se sentaron a la mesa, a las 21.35, en el amplio comedor de la quinta que el Secretario de Guerra ocupa en un extremo de Campo de Mayo —la ubicación correcta es en San Miguel, al borde de la Ruta 8; la casa fue mandada construir por un Ministro de Perón, el general José Humberto Sosa Molina—, y se retiraron siete horas y media después, a las 4.50 del sábado.
El doctor Illia llevó la delantera en la charla, que se derramó sobre los whiskys, los platos franceses, el vino argentino, el coñac y las tazas de café, y que también se anudó en las volutas de los habanos convidados por el Ministro Leopoldo Suárez. "Ha sido el monólogo más largo del Presidente", confió uno de los oficiales presentes.
En todo caso, no hubo polémica ni discusiones ni preguntas; un tema fue excluido cuidadosamente por el Primer Magistrado y por los propios militares: las elecciones parciales de 1967.
La exposición de Illia, reiterativa de conferencias anteriores, buscó una vez más presentar la imagen de un gobierno con absoluto dominio de los conflictos y problemas. Buscaba, también, desentrañar el pensamiento de las Fuerzas Armadas, invitar quizá a la controversia; pero esta última tentativa no podía dar mayores frutos, ya que por lo menos 6 de los 13 militares presentes, por su investidura ministerial, parecen inhibidos para formular críticas, quejas, peticiones extra castrenses.
Si el doctor Illia convenció o no a sus anfitriones, es algo que nadie puede computar todavía. He aquí una síntesis de sus expresiones:
• Las denuncias del Ministro Zavala Ortiz y Ricardo Balbín sobre eventuales conspiraciones "desagradaron más al gobierno que a las Fuerzas Armadas". Fueron "declaraciones privadas", que la irresponsabilidad de un periodista trasladó al conocimiento público, deformándolas. Por otra parte, Zavala y Balbín no dijeron que las Fuerzas Armadas sean golpistas, sino que aludieron a los sectores golpistas de la Argentina, muchos de ellos constituidos por jefes y oficiales retirados.
• "No somos anticuados ni retrógrados. Estamos por los avances de la técnica." El Presidente se refirió a algunos de esos avances, inclusive el
, vuelo orbital de dos perros soviéticos. "Modificaremos algunos métodos, si es posible hacerlo con hombres del partido y de nuestro espíritu. Pero si hay modificaciones en nuestra conducción del país, sólo los habrá en el campo técnico."
• El peronismo sufre "una muy profunda división". Perón perdió toda vigencia, y la poca que le queda la iré perdiendo. Ya nadie cree en las órdenes ni las escucha ni las acata. Antes, un disco o una cinta grabada conmovían al país; hoy, mueven a la risa.
"Nosotros hemos depurado la política argentina" hasta tal punto que, en el peronismo, se impone la conducción local. "Todo se maneja aquí y no desde el exterior."
• La CGT "quiso derrocarnos con el Plan de Lucha; pero ya ven en qué quedó". "Lo que pasa es que éste es un país de cuerdos."
• "Nunca hemos mandado emisarios a Madrid, en ningún escalón del gobierno. Si hubo contactos de radicales del Pueblo con Perón, fueron a título privado." Dirigiéndose a Pita: "No negociamos con esa gente, almirante". La esposa de Perón vino al país sin que mediara pacto o acuerdo alguno entre el gobierno y ella o Perón. Según Illia, Perón la habría enviado "para ver si podía arreglar las cosas", y "ahora, ante el fracaso, parece que la señora se va".
• "No creo en los gabinetes de coalición, ni los puede haber. El gabinete debe ser armónico, inspirado en una misma línea de acción y pensamiento."
• "El comunismo no es tan grave como dicen. La solución para detener su avance es muy simple: mejores condiciones de vida. Y eso es lo que vamos a dar nosotros, mejores condiciones de vida." Este tema, que se extendió casi hora y media, arrancó los únicos cambios de impresiones de la charla, entre el Presidente, Suárez y las autoridades militares.
• "Hay que reequipar las Fuerzas Armadas, aprovechando el Pacto de Ayuda Militar de Estados Unidos. El Ministro se ocupará de agilizar los trámites, y así el Ejército tendrá tanques, la Aeronáutica, aviones y helicópteros, y la Marina, barcos y repuestos."
•"Seguimos estudiando el déficit ferroviario. Los 76.000 millones que figuran como déficit no son tanto, porque 45.000 millones se dedican a inversiones. Se han analizado las propuestas de algunos sectores que proponen despedir a 40.000 obreros para solucionar el déficit, y se descubrió que con ello sólo se ahorrarían 4.600 millones, muy poco comparado con la cifra total y muy caro como solución, por las agitaciones que crearían las cesantías de tantos obreros."
• "Democráticamente, somos un país maduro. La democracia funciona en su esencia y sus formas. Este es un país políticamente muy maduro."
• En cuanto al reglamento de la Ley de Asociaciones, "el gobierno tomó el toro por las astas".
• El Presidente, en fin, se mostró partidario de favorecer la opción en los futuros comicios argentinos.
La seguridad de Illia y sus apacibles disquisiciones no parecían condecir con actitudes de otros personajes del oficialismo, abocados a preparar una ofensiva de desprestigio contra las esferas militares. En el bloque radical del Pueblo, en la Cámara de Diputados, se bosquejaban pedidos de informes al PE sobre contactos entre jefes del Ejército y líderes sindicales. La simiente sembrada por el Canciller Zavala Ortiz y el jefe del partido, Balbín, entre los temerosos próceres de la UCRP, hacía brotar.
En los círculos militares, cuando a comienzos de esta semana se especulaba sobre las expresiones vertidas por Illia entre viernes y sábado, volvió a recordarse una controversia mantenida por un general de Estado Mayor y el Ministro del ramo, Leopoldo Suárez, en la quinta que él posee en Mendoza. El diálogo, según lo reconstruyeron algunos testigos, fue virulento; se produjo durante una cena a la que también concurrieron los Diputados oficialistas Adolfo Rouzaut y Demetrio Abdala, el general Pascual A. Pistarini y otros jefes del Ejército.
No se descarta la posibilidad de que, al trasmitir el diálogo, se hayan cargado las tintas: en la UCRP, nadie ratificó los términos de la polémica. Quienes certifican conocer todos sus detalles, informan que comenzó cuando uno de los Diputados, conversando con el general, eligió la labor del Ejército y la necesidad de reequipamiento que sufre. "Hay que reequipar no sólo a las Fuerzas Armadas sino al país. El país está parado", replicó el general. Entonces, terció el Ministro:
S. — Mire, todo se va a arreglar. Ya verá usted el vuelco que habrá en el mes de setiembre.
G. — Vea, Ministro. Pongamos las cartas sobre la mesa. No queremos planes mágicos. Ya tuvimos la experiencia del año 62.
S. — Por las próximas elecciones no se preocupe, general. Tenemos un plan pero no lo revelamos porque hay algunos generales que hablan con gremialistas, y esos gremialistas conocerían nuestro plan y nos ganarían de mano. A esos generales los vamos a denunciar en su oportunidad. A nosotros no nos van a chantajear con el golpe de Estado. Y si va a haber un golpe, que salgan, a ver lo que pasa. Pero yo con usted puedo hablar, porque usted tiene una trayectoria clara y definida. Créame que la salida se puede arreglar, negociar, imponer.
G.—Esta es hora de hacer.
S.— ¿Qué quiere que hagamos?
G.—Aquí hay que hacer una verdadera revolución, para sacar el país adelante. Pero debe hacerla el Presidente. Si él no la hace, la tendremos que hacer nosotros.
Según la misma fuente, intervino en ese instante el Diputado, con un pequeño discurso sobre la utilidad de "estos encuentros". "Ya ve —añadió—. Esta mañana no nos conocíamos, y esta noche yo ya me considero su amigo." "Sí, pero cualquier madrugada podemos ser enemigos."

Diplomacia
El señor del tango

Los radicales del Pueblo insisten en que el Presidente Illia es quien dicta la política exterior de la Argentina. Quizá por eso el Canciller Miguel A. Zavala Ortiz se reserva la parte más placentera de esa política: los viajes fuera del país. Diez días atrás partió hacia el Lejano Oriente, con su esposa y seis funcionarios del gobierno; una veintena de empresarios forma parte, también, de su comitiva.
Las últimas giras de Zavala Ortiz han coincidido con sus frustraciones en el seno del Poder Ejecutivo o del partido. Así, el 7 de diciembre de 1965, en pleno recrudecimiento de la disputa fronteriza con Chile, el Ministro volaba a Italia y España. Ahora, deja atrás el fracaso de su putsch interno, destinado a convencer a sus colegas de la necesidad de fundar un gabinete de coalición para que la UCRP se asegure ya los votos antiperonistas de 1967.
El motivo de la peregrinación al Este es el de mejorar relaciones económicas, abrir nuevos mercados, restañar problemas comerciales. Aunque quizá sea el de hoy el más exitoso viaje de Zavala Ortiz, porque si todo su retórico accionar en las Naciones Unidas no le sirvió para que las Islas Malvinas fueran devueltas a la Argentina, su estada en Tokio le permitió una gestión de primera magnitud: reclamar al gobierno japonés, en la persona del Canciller Etsusaburu Shiina, que se paguen los derechos de autor a los compositores argentinos de tango. "Ha sido —bromeó en Buenos Aires un adversario de Zavala Ortiz— su gran defensa de la soberanía nacional."
PRIMERA PLANA
15 de marzo de 1966

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Política Nacional
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Yo seré para Jesús
de CRUZ DEL EJE un hereje,
mas lo cierto es que esta CRUZ
me ha partido por el EJE
FLAX (Lino Palacio)