Revista Primera Plana
25.12.1962 |
El Canal 9 está transmitiendo los domingos, de 21.30 a
22.30, "La calesita", primera serie filmada de la televisión
argentina. Es una serie demasiado especial, ya que consta de
cuatro capítulos y no de los habituales treinta y seis que
se producen en Estados Unidos para cada ciclo, pero nunca
hasta ahora una emisora local había ofrecido material
cinematográfico realizado exclusivamente para video.
"La calesita" pasa revista al Buenos Aires finisecular y de
principio de siglo, mediante las evocaciones de su
protagonista, Goyo Lucero, un porteño que envejece en el
barrio de Montserrat. Toma su título de un tango homónimo de
Mariano Mores y el libreto pertenece a Rodolfo M. Taboada,
que con igual tema proveyó de dos sucesos de taquilla al
cine nacional: "He nacido en Buenos Aires" y "Mi Buenos
Aires querido".
Los cuatro capítulos implican una duración total de
aproximadamente 170 minutos, divididos en fragmentos de 35 y
tres de 45, de los cuales falta televisar uno. 'La calesita"
significó una inversión del orden de los 10 millones de
pesos, convirtiéndose así en el programa más caro lanzado
por la televisión local. Ha sido vendido por una empresa
eléctrica en unos 4 millones de pesos, pero no fue fácil
conseguir un patrocinante. Inclusive, se había pensado
diferir el estreno de "La calesita" para 1963.
La obra se elaboró en los estudios San Miguel, empleando
todas sus galerías; el rodaje insumió cinco semanas y
trabajaron 25 actores y actrices y 1.500 extras.
Ahora se prepara la transformación de estos 170 minutos de
celuloide en una película de duración normal —de 90 a 120
minutos, como máximo— para distribuirla en las salas del
país y recuperar así el capital empleado (algo parecido a lo
que el productor norteamericano David Susskind hizo con "El
poder y la gloria", que tuvo a Lawrence Olivier en el papel
central. Junto con la versión televisiva, en video-tape,
realizó un film que dentro de poco se estrenará aquí).
"La calesita" es el primer fruto de un convenio entre el
Canal 9 y Hugo del Carril; dicho convenio ha sido renovado
para 1963 y la operación se repetirá con un proyecto que del
Carril acaricia desde hace tiempo: "Juan Cuello".
Se necesitaron diez años de gestiones para que del Carril
aceptara trabajar en televisión: "La calesita" señala su
debut en este medio. Él se encargó de la producción y
dirección de la obra, además de actuar y cantar: interpreta
catorce canciones y dos papeles.
Otro reencuentro se produce, también, en "La calesita": la
intervención de Fanny Navarro, actriz que no hace cine desde
1954 (última película: "El grito sagrado", de Luis César
Amadori) y teatro desde 1958 (última labor: dos cuadros de
la revista del Maipo "La que le espera, excelencia") y que,
además, nunca se dedicó a la televisión.
Como es notorio, persiste una general reticencia para
contratar a Fanny Navarro, por sus antiguas vinculaciones
con el peronismo (presidió el ateneo cultural Eva Perón) y
con una figura prominente de la época: Juan Duarte.
Otros nombres del elenco son: María Aurelia Bisutti, Mario
Lozano, Floren Delbene, Jorge de la Riestra, Edmundo Rivero,
Totón Podestá, Domingo Garibotto, Enrique Amores y Mónica
Grey.
• Sin embargo, pese al despliegue financiero y artístico de
la empresa, "La calesita" no satisfizo en sus
presentaciones. Su talón de Aquiles es el libreto, que
maneja a los personajes de acuerdo con conocidos cánones
mitológicos (mujeres "de ley", hombres valientes, políticos
sucios, etcétera) y dentro de la ya clásica demagogia
pro-porteñista. Taboada, que en otras oportunidades
prefirió, por lo menos, el pintoresquismo para sus
revisiones, cae ahora en el melodrama con ramalazos
sentimentaloides y en la comodidad de reducir la historia a
los ingredientes de una tira de aventura.
Las anécdotas son triviales, la carga de ficción es
demasiado caprichosa y los hechos verídicos quedan colgando
a los costados del argumento como meros señuelos.
Sería exagerado pedir a Taboada que diga cosas profundas,
que incursione con ánimo crítico o fielmente expositivo;
menos exagerado es pedirle que diga cosas sensatas. Es fácil
hacer que el protagonista se enamore de la hija de un judío
en los alrededores de la Semana Trágica, para provocar un
conflicto dramático. Y el realismo o la veracidad tampoco se
obtienen poniéndoles boinas blancas a un grupo de
personajes.
• La realización es pulcra; Hugo del Carril no acude a los
virtuosismos desarrollados en otras películas suyas. Pero el
encuadre y el montaje de "La calesita" no prestan mucha
atención a las necesidades televisivas, y ésta es una falla
considerable para algo que se ha elaborado con destino a la
televisión.
Parece poco probable que el capítulo final se desprenda de
estos yerros.
25 de Diciembre de 1962
PRIMERA PLANA
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Fanny Navarro y Hugo del Carril
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