Un físico necesita que le resuelvan rápidamente ecuaciones
complicadísimas y acude a Sadosky. Los equipos del Instituto
de Sociología precisaron confeccionar una muestra
estadística de Buenos Aires y se la pidieron a Sadosky.
Cuando la gente de la Dirección Municipal de Tránsito tuvo
que racionalizar el sistema de señalización luminosa en la
avenida Santa Fe, acudió a Sadosky, el hombre de la
computadora. No es que sea el único experto en el tema,
pero el Instituto del Cálculo que dirige el doctor Manuel
Sadosky posee una de las computadoras más perfectas
existentes en el país. Además, él mismo está tan encantado
con su máquina que acepta con gusto tareas dificilísimas y
le habla a todo el mundo de su máquina, como un niño con un
juguete nuevo. "Nos hallamos en vísperas de la revolución
más inadvertida pero la que provocará cambios más
trascendentales en nuestra visión del mundo: la revolución
de los matemáticos", proclama.
Las matemáticas en la
calle "Se considera a menudo como comienzo de la Edad
Moderna la fecha de la invención de la imprenta en 1450;
ella elevó la reproducción de obras literarias, en cantidad
y velocidad, a un nivel completamente distinto con respecto
a la escritura a mano de los monjes de la Edad Media", ha
recordado el experto alemán Alwin Walther. "Todos nosotros
somos hasta ahora monjes de la Edad Media en lo que se
refiere al cálculo, aunque nos sirvamos de la regla de
cálculo y de la máquina de calcular manual o eléctrica. Este
cálculo a escala artesanal es reemplazado ahora por un
cálculo a escala industrial, lo cual produce un aumento en
la cantidad y velocidad similar al que, en otro orden,
promoviera la imprenta." Los responsables de este proceso
alucinante son las nuevas computadoras electrónicas.
Mientras las reacciones humanas conscientes se desenvuelven
en orden de segundos, las computadoras lo hacen en lapsos
del orden de una millonésima de segundo. "Un millón de
segundos equivale a once días de 24 horas, es decir, un mes
de trabajo", razona Sadosky. "La tarea que el hombre
más
veloz cumple en 30 días, estas máquinas la evacúan en un
segundo." Sadosky (especialista en matemática aplicada;
48 años, con esposa e hija también matemáticas; estudió en
Buenos Aires y se perfeccionó en Francia e Italia; desde
1959 es vice-decano de Ciencias Exactas y queda a cargo del
decanato durante las frecuentes ausencias de su titular)
organizó el Instituto del Cálculo — dependiente de su
Facultad — a partir de 1956. Espíritu progresista, advirtió
el papel cada vez más importante que cabe 31 matemático en
la sociedad contemporánea: ya dejó de ser sólo un anacoreta
de la ciencia, para salir al encuentro del hombre común y
darle una solución más exacta a sus problemas. Las
matemáticas van invadiendo, sin cesar, campos ajenos. •
En lógica, han provocado una transformación radical para dar
paso a una ciencia casi completamente nueva: la lógica
matemática o logística • En sociología científica, los
auxilia res matemáticos y estadísticos son in apreciables.
En lingüística, tienden a reemplazar una disciplina vaga
como la gramática histórica por una ciencia lógica; la
lingüística cualitativa. • En biología, aparte del
impacto de la bioestadística, se están removiendo los
fundamentos de técnicas tales como el diagnóstico médico que
adquiere una dimensión novísima: la de estrategia
científica contra la enfermedad. A partir de un buen
archivo, se comparan síntomas y se aplica el razonamiento
lógico apoyado en la teoría de la decisión y el cálculo de
probabilidades. • En economía se logran los éxitos más
espectaculares: Puede diseñarse el mejor sistema de
transporte para unir entre sí dos localidades cualesquiera
(como se hizo en Francia), la manera más económica de cubrir
el suministro de nafta a todas las estaciones de servicio, o
la cantidad óptima de materia prima que debe acumularse como
stock en una fábrica (si es mucha, hay que congelar
demasiado capital pero si es poca, tal vez habría, que
interrumpir la producción). Este avance formidable se ha
registrado en los últimos quince años gracias al
perfeccionamiento del invento más útil desde la imprenta: la
computadora electrónica.
Monstruo con memoria
magnética Habiéndolo comprendido así, Sadosky gestionó un
subsidio del Consejo de Investigaciones Científicas y
Técnicas (medio millón de dólares, la mayor suma concedida
hasta ahora por la entidad) para adquirir una computadora en
el exterior. Por sus características, resolvieron encargar
una unidad Mercury de fabricación británica. Mientras se la
construía, en el Instituto del Cálculo se formaban los
expertos encargados de manejarla, en forma tal que
inmediatamente después de entregada — en mayo de 1961— se
iniciaron los trabajos. Hasta el momento ya se han resuelto
más de 200 problemas planteados por físicos, químicos,
cristalógrafos, bioquímicos, sociólogos, lingüistas y
especialistas dé las más diversas ramas de la ciencia y la
técnica. La computadora ocupa un amplio salón en las
dependencias que la Facultad posee en la Ciudad
Universitaria de Núñez. Pertenece al tipo digital, con
memoria en tambores magnéticos y entrada de los datos en
cinta. Sin embargo, los ingenieros argentinos están
proyectando un aparato auxiliar capaz de convertir los datos
de fichas perforadas a cinta y viceversa. Con ello se
adosaría prácticamente el funcionamiento de la Mercury al de
las computadoras corrientes que utilizan tarjetas
perforadas. La máquina es atendida por un equipo de
cuatro ingenieros, que la prueban durante tres o cuatro
horas todas las mañanas. Deben verificar que todos los
circuitos estén en condiciones, para lo cual le plantean
problemas cuya solución es conocida. Si en una pantalla de
televisor fallaran uno o dos impulsos, la imagen perdería
otros tantos puntos, pero no ocurre nada más. En cambio, si
llegase a faltar un impulso, la computadora arrojaría
resultados equivocados. Para amenizar las pruebas, uno de
los ingenieros, que entiende de música, la adaptó a fin de
que su silbato module melodías conocidas. La Mercury es
capaz de cantar ahora el Himno Nacional, la Marsellesa y la
canción norteamericana Clementine. Cuando falla alguna nota,
los expertos comprenden que algún circuito anda mal. El
sonido atronador de la máquina ya es famoso para todos los
que concurren a esa hora a la facultad.
Cinco siglos
en unos meses Además de los ingenieros — todos
argentinos—, trabajan con la computadora técnicos
industriales (que sirven como ayudantes) y cinco estudiantes
de matemáticas. El doctor Sadosky tiene pensado requerir la
colaboración de alumnos de la Escuela Industrial para
contribuir a formarlos, ya que este campo irá extendiéndose
cada vez más en el futuro inmediato. La tarea específica
corre por cuenta de varios equipos de trabajo, hábiles en la
programación (poner la cuestión en lenguaje máquina, esto
es, en un código que la computadora comprenda "así como el
teléfono comprende que yo quiero comunicarme con mi primo
cuando marco en su disco el 37-8564"): • El grupo de
cálculo numérico, dirigido por el ingeniero Pedro Elías
Zadunaisky (estuvo cinco años en Estados Unidos como experto
en trayectoria de satélites artificiales). Hoy se ocupan de
un tema análogo al comportamiento de los satélites y de
importancia mundial: la determinación de la trayectoria del
cometa Halley, labor que les fuera pedida por la Asociación
Astronómica Internacional. • El grupo de estadística, a
cargo del profesor doctor Sigfrido Mazza, que elaboró una
muestra para el procesamiento de los datos del Censo
Demográfico Nacional de 1960 (a fin de hacer posible el
manejo de la información, se redujo los 20 millones de
fichas a 600.000 estadísticamente representativas). • El
grupo de economía matemática, encabezado por el profesor
doctor Oscar Varsavsky y el ingeniero Roque Carranza. Han
efectuado trabajos para el Consejo Federal de Inversiones.
El principal es el aprovechamiento hidráulico. Se analizan
distintas cuencas (por ejemplo, así se ha procedido con la
zona andina) y se estudia la mejor distribución a fin de
obtener el máximo rendimiento eléctrico sin afectar el
servicio de riego. Con la computadora Mercury se puede
efectuar una tarea de simulación, planteando casos
hipotéticos de acuerdo a los datos recogidos: si se usara
más electricidad, ocurriría esto; si se construyesen dos
diques, el resultado sería este otro, etcétera. Variando las
condiciones, en Río Diamante y sobre la base de datos de 20
años, se simularon situaciones que podrían darse en cinco
siglos. La misma máquina se encarga luego de hallar la
solución óptima. Los expertos de la Dirección de Tránsito de
la Municipalidad de Buenos Aires emplearon la computadora
del instituto en idéntica forma para simular casos de
tránsito en avenida Santa Fe, a fin de normalizar la
señalización luminosa en la arteria. • El grupo de
lingüística cualitativa está iniciando sus actividades bajo
la dirección de la ingeniera Eugenia Fischer y colaboran
especialistas de la Facultad de Filosofía y Letras. Se trata
de una disciplina novísima muy avanzada ya en lo que se
refiere a los idiomas inglés, ruso, japonés y chino, pero
casi inexplorada en castellano.
El mundo nuevo y
Marienbad "Para un matemático — asegura Sadosky — no es
difícil aprender el manejo de una computadora digital." Su
testimonio, claro, es muy parcial: él es un matemático
eminente, miembro del comité ejecutivo del Centro
Internacional de Cálculo de Roma y elegido para presidir su
asamblea constituyente en París (enero de 1962). De todos
modos, fácil o difícil, es un instrumento de perspectivas
inigualadas. Cada día su uso abarca nuevos horizontes y en
todos desencadena transformaciones radicales. Las
computadoras (hay unas 40 en el país, la mayoría ocupadas en
tareas administrativas) son capaces, entre otras cosas, de
simular vuelos de grandes aviones para adiestrar pilotos; de
liquidar electrónicamente envíos, contabilizar existencias,
analizar costo de materiales y mano de obra, llevar a cabo
investigaciones de mercado en base a cuestionarios y
liquidar salarios para 15.000 empleados en seis horas; de
ubicar cohetes enemigos durante la guerra mientras están en
vuelo, para hacerlos estallar; de automatizar íntegramente
el movimiento de cuentas corrientes (los cajeros cumplen
toda la operación a botones, en un segundo, desde cada
sucursal hasta la casa central del Banco) y anunciar al
empleado de las diversas agencias de viajes, la existencia
de asientos libres en aviones para la venta de pasajes con
anticipación. Uno de sus efectos será la conversión del
pronóstico meteorológico, de arte empírico en técnica
científica. Para predecir el tiempo con precisión, deberían
tomarse en cuenta tantas variantes (se estima que 400
ecuaciones con otras tantas incógnitas) que no ha nacido aún
la inteligencia humana que pueda considerarlas a todas en el
lapso requerido para suministrar la información al público.
Este proceso global resulta, sin embargo, juego de niños
para la computadora, que responde con exactitud científica
por riguroso cálculo de probabilidades. Las máquinas ya
traducen y confeccionan abstracts (resúmenes de artículos
científicos) figurando en los cimientos de la nueva técnica
de la documentación. Pronto se lograrán computadoras que
lean, incluso escritura cursiva. Aunque muy difíciles de
diseñar, se está en camino de una solución. Pero donde
sus alcances dan vértigo es en la automatización de
fábricas. La computadora es apta para controlar otras
máquinas con una perfección mucho mayor que un obrero. No
está lejos la imagen de la empresa sin personal, puesta en
marcha sólo por cuatro o cinco tecnócratas. "Por eso —dice
Sadosky— causa risa la ceguera de quienes insisten en
planteos sociales y económicos que dentro de poco van a
carecer de sentido frente a una renovación total de las
relaciones de producción. Lo sensato es prepararse para el
cambio y prever los problemas que, a su vez, éste plantee."
Además, las computadoras juegan. Explicándoles las reglas
del ajedrez, las máquinas ponderan situaciones y aplican las
normas. Hasta ahora sólo cubren algunas jugadas debido a la
complicación de ese juego, pero en otros de estructura más
sencilla, como las damas, derrotan a los campeones. Sadosky
gusta probar la Mercury con el juego de Marienbad: la
computadora gana siempre. Y si el matemático quiere hacer
trampas, ofendidísima la máquina le contesta: "Así no vale.
No juego más." Y se detiene. PRIMERA PLANA 19 de
febrero de 1963
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