Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


La Tuerca
enjuicia al país
Revista Siete Días Ilustrados
21.11.1967

CUANDO PERONISTAS Y NACIONALISTAS SE PELEAN
La "gran coincidencia" que intentaron forjar las tendencias, nacionalistas y peronistas comenzó a naufragar en el escándalo de la cena en El Pericón. La piedra de la discordia: los radicales a punto de una gran escisión interna Mientras tanto, el regreso Krieger despierta la euforia de los "liberales".

"Nosotros queremos la vuelta de Perón. ¿A quién le importa que Obligado vuelva o se quede donde está?", protestó un militante peronista ante un núcleo de desconcertados dirigentes. El grupo había ido a predicar, entre los pobladores de una "villa miseria", las euforias y las posibles propagaciones de la "Marcha de la Soberanía" (ver SIETE DIAS Nº 26). Es que esta vez, el aniversario de la batalla de la vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre de 1845, a orillas del Paraná, contra las fuerzas aliadas de Inglaterra y Francia, debía servir como precipitador político de una fantasiosa conjura destinada a dar por tierra con el gobierno.
La ignorancia o la indiferencia que rodeó a la convocatoria, fue una de las dificultades mayores que tuvieron que afrontar los conjurados. Pero no la única. Generada desde las páginas del periódico Azul y Blanco (clausurado por el gobierno), la propaganda del evento tendía a agrupar bajo las mismas banderas a nacionalistas, peronistas y radicales. Uno de los más entusiastas sostenedores del proyecto, Marcelo Sánchez Sorondo, fue de los que con mayor vigor preconizó la inclusión del radicalismo.
La fundamentación de esa tesitura pudo escucharse hace pocos días en los salones de la Federación Gráfica Bonaerense. Allí, el veterano líder nacionalista dijo: "En cierto sentido, el radicalismo fue un movimiento nacional, aunque incorporado al
sistema. Y cómo vamos a negar la euforia, la exaltación de valores nacionales que llevó al poder al movimiento peronista. Pero la enorme energía de que dispuso el peronismo se malgastó. Cuando un proceso político, se viene abajo es porque, otro lo derriba o porque cae en trance de íntima demolición: les faltó minorías revolucionarias, coherentes y capaces; élites dirigentes. Por eso, ahora, es necesario algo así como una tercera fuerza histórica que abra la perspectiva de una Revolución Nacional".
Sin embargo, lo que parecía un enunciado de coincidencias (el ex presidente Illia manifestó en reciente reportaje "hay que crear una doctrina nacional", estuvo a punto de diluirse en el escándalo que coronó la cena realizada una semana atrás en el restaurante El Pericón. Los radicales no asistieron, tampoco estuvo Sánchez Sorondo y la llegada de la policía impidió que peronistas y nacionalistas culminaran la gastronómica celebración con una batalla campal.

LA PIEDRA DE TOQUE. Cuando hace un mes, el escribano Carlos Dardán Muñoz, representante del grupo "Azul y Blanco", era desplazado de la plana mayor de la Comisión Organizadora de la "Marcha", los observadores interpretaron que lo que en realidad se había desplazado era el intento de introducir a los radicales en la integración que se gestaba. La variante consistió en ubicar al frente de la Comisión al historiador José María Rosa y en que la idea de la "Marcha" —surgida de las páginas del semanario nacionalista— pasara a ser monopolizada por una entente antiliberal "químicamente pura": Jorge Sulé, secretario personal de Bernardo Alberte; Alberto Contreras y Federico Ibarguren, por el nacionalismo.
En tren de mayores deducciones, se llegó a concluir que no se trataba de otra cosa que de un poderoso ensayo para desbaratar las gestiones "pactistas" que ostentan como columna vertebral al radicalismo y el peronismo. Si así fuera, se habría puesto en evidencia lo que muchos califican de "doble juego" del ex mayor Alberte. "En esa caso, Alberte puede tener los días contados", dictaminó un veterano observador de las lides peronistas. Y explicó: "La estrategia de Perón se basa siempre en las coyunturas electorales. Es la única manera de mantener el mito en vigencia. Por eso, Perón tiene puesta la vista en el acuerdo con la UCRP y desecha —por ahora— otras variantes. De ahí que Remorino haya viajado finalmente a Madrid. Es posible que retorne de allí con poderes ampliamente renovados e importantes novedades", concluyó.
Por otra parte, la acción del vapuleado ex mayor parece especular con la idea de "copar" todas las posibilidades en virtud de las aspiraciones mayoritarias de su movimiento. "Por eso su gestión ha sido nula", advierten sus críticos. Lo cierto es que la gresca que estuvo a punto de estallar en el restaurante de la avenida Callao, se originó en la irritación que produjo en los grupos nacionalistas la reiterada entonación de la famosa "marchita" por las huestes de Alberte y los excluyentes vivas a Perón. "Yo no voy a convalidar con mi presencia un acto peronista", manifestó un íntimo allegado de Sánchez Sorondo.
Además, la ausencia de monseñor Podestá en el acto organizado por la CGT para difundir la "Populorum Progressio", donde el obispo de Avellaneda debía ser el principal orador, se debió al presumible temor de que la reunión derivara en una manifestación partidista. Tales temores se vieron plenamente justificados por los hechos, y los gremios Independientes pudieron acopiar nuevos motivos para lo que se considera ya un inminente alejamiento.
No obstante, una de las motivaciones esenciales que acogió a los 300 comensales en El Pericón, no tardó en aflorar entre tos discursos y los vítores: "¡Dentro de pocos días tomaremos el poder" anunciaba un grupo de entusiastas, a despecho de las declaraciones del historiador José María Rosa que insistían sobre el "carácter apolítico y puramente conmemorativo del encuentro". Nunca fue un secreto que la "Marcha" había sido concebida como una suerte de cobertura civil para un movimiento militar. El cierre del periódico Azul y Blanco y el conocimiento público de la nómina de promociones y retiros que anualmente se verifica en las Fuerzas Armadas, pareció precipitar las divergencias internas, debilitando sensiblemente lo que aspiraba a presentarse como una "demostración de fuerza".
Prohibido por la policía y reducido a algunas expresiones aisladas, es posible que el intento de "gran coincidencia" derive en nuevos alineamientos. Los próximos intentos pueden consistir en la publicación de un documento firmado por el Movimiento Nacional Justicialista (Alberte), Encuentro Social-cristiano, los Comandos de Capital y provincia de Buenos Aires de la Democracia Cristiana y el Movimiento Nacionalista Tacuara Revolucionaria. El propósito, abiertamente declarado, es formar una coordinadora "antipactista". Pocas horas antes del domingo 19, día fijado para la "Marcha", algunos sectores pugnaban aún por rescatar los propósitos originarios. El gremialista Tomás Uncal, de los Independientes, declaró a SIETE DIAS: "La Marcha de la Soberanía tiene para nosotros un sentido de rememoración de un hecho de armas. Si se pretende desvirtuar ese propósito, rechazaremos los homenajes por falsos como rechazamos la historia tramposa y mentirosa que inventan los escribas a sueldo y comisión". Marcelo Sánchez Sorondo estimó, por su parte, que el acontecimiento "será algo así como anticipo del gran movimiento nacional reclamado por todos tos sectores sociales que constituyen las verdaderas bases del pueblo argentino. Por eso también, esta Marcha de la Soberanía no tiene rótulos partidarios ni otro dueño que el pueblo mismo".

LAS OTRAS PUERTAS. Mientras tanto, los deseos de Perón de provocar escisiones en la UCRP, para favorecer un entendimiento con los sectores pactistas, parecen cobrar auge plenamente.
A mediados de la semana pasada, un grupo de notables encabezados por los ex gobernadores Aldo Tessio y Justo Páez Molina, junto con tos "generacionales" Facundo Suárez y Conrado Storani, hicieron pública una declaración explicitando agrias críticas al Comité Nacional que preside Ricardo Balbín y exigiendo la promoción de un entendimiento general que "carecería de fuerza si no cuenta con el aporte decidido del peronismo, acerca del cual se muestra reticente la conducción partidaria en cuanto a una clara definición". Por la misma fecha, otro grupo radical, el que componen el ex vicepresidente Alejandro Gómez, los ex diputados ucristas Zenón Goldstraj y Nabucodonosor Santoni, el abogado Enrique Blanco del grupo "Intransigencia Nacional" que acaba de desprenderse de la UCRP y Carlos Suárez del Movimiento de la Juventud Radical, recibían una extensa carta de Perón, en la que el exiliado afirmaba: "El conflicto entre la fuerza y la opinión, provocado por
la usurpación del poder por las Fuerzas Armadas, sólo puede solucionarse si se desarrolla una acción capaz de desmontar esa fuerza para imponer la opinión. Es una operación en dos tiempos —advertía—: el primero de oposición activa y combatiente; el segundo de reconstrucción nacional". Con el obvio afán de coordinar el "primer tiempo" reclamado por el septuagenario ex presidente, Carlos Suárez acaba de partir hacia Madrid.
A todo esto, el regreso del ministro Krieger Vasena sirvió para que los más empinados representantes de las congregaciones "liberales" le dispensaran en Ezeiza una acogida triunfal. El clima, más político que económico de tal recibimiento, fue favorecido por un llamativo comentario del influyente diario francés "Le Monde" que consignaba: "Nos permitimos confiar en que la renovación del interés de Europa por la Argentina ayude a los elementos más liberales del gobierno de Onganía a restituir al país, a la brevedad posible, al sendero de la democracia y muchas veces ignorada por los militares". Por eso, las esperanzas "nacionalistas" parecieron converger sobre el coronel Francisco Guevara, quien habría hecho llegar al presidente Onganía un extenso memorándum en favor del "retorno a los principios nacionales que inspiraron la Revolución". Vale decir, el abandono de los principios liberales que inspiran la gestión del ministro de Economía.

 

Ir Arriba

 


José María Rosa
Alberte y José María Rosa
Peronistas y Nacionalistas
Las exteriorizaciones partidistas a punto ya de derivar en botellazos

 

 

Nacionalistas y Peronistas
En dos colectivos requisados a la línea 60 la policía se los lleva
Peronistas y Nacionalistas
Surge ahora la "marcha" ante la irritación de los grupos nacionalistas