Un tranvía llamado Frente Sorpresivos intentos de incorporarse al viaje
Con los políticos argentinos suelen ocurrir hechos muy
curiosos: en estos momentos insisten públicamente, con
inusitada vehemencia, que constituimos un país dividido por
rencillas internas. Sin embargo, en su actuación parecen
movidos por la convicción de que nada separa a un grupo de
otro. Es así que peronistas, frondizistas y
social-cristianos están ultimando los detalles del Frente
electoral que quieren consolidar; los amigos del general
Aramburu insisten en que su única chance política es que la
UCRI o la UCR del Pueblo apoye su candidatura; el balbinismo
considera que debe encontrar alguna entente con los demás
partidos, de modo que entre al Frente Nacional si éste deja
de ser Frente para convertirse en algo más vasto, ya que, de
otro modo, perderá, una vez más, la presidencia de la
Nación; todos los candidatos a presidente, y en especial
quienes alientan al general Aramburu a serlo, luchan
denodadamente para que dirigentes políticos sin partido
constituyan pequeñas agrupaciones que les brinden su apoyo
extrapartidario: y así van de Cipriano Reyes a Rodríguez
Araya, del coronel Castro a Oscar Albrieu.
Una
anécdota Hace tiempo, un coronel de la Secretaría de
Guerra instruyó a uno de sus subordinados, oficial de
informaciones, para que estudiara todos los antecedentes que
se habían obtenido respecto del Frente Nacional. Las
conclusiones del subordinado se sintetizaron posteriormente
en una frase: "En este tranvía van a tratar de entrar
todos". Hacia fines de semana, habían comenzado a
trascender algunos detalles de la conversación del
aramburista Horacio Thedy con el subsecretario de Interior,
Mariano Grondona. Aparentemente, la propuesta del doctor
Thedy tendía a evitar enfrentamientos políticos agudos en
las próximas elecciones, y a permitir que las agrupaciones
que no tenían ni la más remota chance, saborearan un poco la
mágica negociación que llevará a designar el candidato a
presidente de la República. Según esta propuesta, todos
los partidos se pondrían de acuerdo para elegir candidato a
presidente de la República, mientras que la segunda parte de
la fórmula sería individual, y que "gane el más mejor". El
mismo procedimiento se seguiría con los Ejecutivos
provinciales: un gobernador de común acuerdo entre todos los
partidos, y de ahí para abajo cada uno por las suyas. Esto
llevaría a un margen de negociación que permitiría, por
ejemplo, que, en reconocimiento de los votos
demoprogresistas en beneficio de candidatos comunes en
muchas provincias, se les concediera la gobernación de la
provincia de Santa Fe, donde es importante su caudal
electoral. Sin embargo, en los últimos días, a pesar de
los intentos frentistas de Ricardo Balbín y Horacio Thedy
—un frentismo de nuevo tipo, por cierto—, el Frente
Nacional iniciado por las conversaciones entre
justicialistas y frondizistas, iba ultimando etapas. Se
esperaba, así, que antes de la partida del general Onganía a
los Estados Unidos, a realizarse pocos días después del
próximo 20 de febrero, el Frente Nacional ya habría
designado candidato. De este modo, suponían los dirigentes
de este sector, no sería necesario el traslado de Arturo
Frondizi de la isla (refiere a la isla Martín García), ya
que el Frente contaría con los instrumentos indispensables
para superar las conversaciones parciales que llevan por su
cuenta los doctores Matera y Alende.
Una respuesta
Por otra parte, el traslado del ex presidente presentaba
características nada fáciles. La Marina insiste en no querer
seguir ejerciendo el papel de carcelero. Una de las ideas,
la de concederle la libertad de movimientos al doctor
Frondizi en la localidad de Rojas (provincia de Buenos
Aires), fue comentada del siguiente modo por el prisionero
de Martín García: "Cuando deje de ser prisionero, lo primero
que hago es un acto público". Frondizi no puede desdecirse
—ni quiere, aparentemente—, de una larga historia de acción
política. Los mandos del Ejército, después de sopesar todas
las alternativas, llegaron, en el curso de la última semana,
a una sugestiva conclusión: quienes derrocaron a Frondizi,
siguen conduciendo la Marina de Guerra desde todos los
mandos operativos, pero fueron desplazados tanto de Ejército
como de Aeronáutica; por lo tanto, que la Marina continúe
ejerciendo el papel de custodio de Frondizi. Todo parecía
indicar que el problema del traslado, había quedado
momentáneamente congelado.
Una predicción Al
concluir este artículo, el redactor del (mismo tuvo el
siguiente diálogo con el Director de PRIMERA PLANA:
—Señor Director, quisiera formular una predicción. —Los
lectores esperan de nosotros información, no predicciones.
Incluso en innumerables cartas nos han pedido, y hemos
concedido, la supresión de la sección Astrología. —De
todos modos, quisiera hacerla. —¿Cuál es? —El
candidato del Frente Nacional sería el doctor Mario Amadeo:
las negociaciones casi concluyeron ya al respecto.
—Resolvámoslo del siguiente modo: informamos que un redactor
político de PRIMERA PLANA hace una predicción, pero no
hacemos la predicción misma.
*.*.*.*.*.*.*.*
Fuerzas Armadas Ahora se conoce el texto íntegro
del informe del general Rattenbach Destacando
los cinco puntos esenciales, PRIMERA PLANA (edición del 2 de
enero) se ocupó del documento leído por el teniente general
Rattenbach en la reunión de generales de mediados de enero
pasado. De ese documento, existían únicamente dos
ejemplares: el segundo, en manos del subsecretario de
Guerra, general Julio Alsogaray. Con posterioridad a la
reunión de generales, cada uno de los participantes recibió
una copia en un sobre rotulado "confidencial" y llegó a sus
manos, en las distintas guarniciones del país, a través de
los sistemas de seguridad que tiene el Ejército. Por
supuesto que las tesis generales del documento habían
trascendido, pero el texto íntegro no había salido de las
manos de los generales que lo habían recibido con el encargo
de estudiarlo y trasmitirlo a sus mandos a través de
explicaciones personales. Sin embargo, de algún modo quedó
roto el círculo de generales, puesto que en su edición del 6
del corriente, el semanario "Segunda República" transcribe
textualmente el documento leído por el general Rattenbach,
precisamente con el título que llevaba el sobre entregado a
los generales: "Confidencial". De ese documento, los
dirigentes políticos subrayaban la última semana los
siguientes párrafos que suponían debían ser tomados en
cuenta: • "En la actualidad es un hecho, dadas las
condiciones políticas vigentes en la República, que el
justicialismo será una fuerza importante en una de las
coaliciones. El Ejército y sus mandos deben prepararse
entonces para resistir el impacto psicológico que
representará la presencia de una cantidad importante de
legisladores de tendencia justicialista, no sólo en el
Congreso Nacional y en las legislaturas provinciales, sino
también entre los electores de los colegios electorales.
Dicha presencia se extenderá también a los municipios. Esta
es una realidad para todos nosotros que tenemos que aceptar
y sobre todo respetar si estamos decididos a preservar la
existencia de un país organizado. Me permito insistir sobre
este punto que considero de vital importancia. Hay que
transmitir sincera y honestamente a los mandos subordinados
esta apreciación, y enseñarles que esto es lógico y deseable
si queremos evitar que una gran parte del justicialismo gire
a la izquierda, hacia el comunismo. Creemos que este cuadro,
que es descripto con respecto al panorama legislativo y
municipal, no se repetirá en el plano de la Presidencia de
la Nación ni en el de los ejecutivos provinciales más
importantes." • "La lógica indica que las coaliciones que
se formen tendrán que ser materializadas por acuerdos o
por pactos. Esa es la vía y el instrumento que todos los
partidos políticos de todas las democracias utilizan para
concretar la organización circunstancial o permanente,
dentro de la cual librarán la lucha por el poder reuniendo
el máximo de potencial político. Eso es natural y representa
un alto grado de sabiduría política. Hay quienes comparan
este tipo de alianza con el famoso pacto espurio de febrero
de 1958 que dio por resultado el triunfo del doctor
Frondizi. Existe sin embargo una diferencia fundamental:
aquél fue fraguado en secreto, a espaldas del pueblo y de
las fuerzas armadas, con un partido político proscripto; los
nuevos frentes o coaliciones, en el caso de materializarse,
serán concertados en forma limpia y pública, de frente al
pueblo y a las fuerzas armadas, con un partido político
reconocido en cuanto se ajuste a las prescripciones del
Estatuto vigente. Por eso creo que no solamente no debemos
oponernos a la formación de coaliciones, sino que debemos
aceptarlas, exigiendo solamente el recaudo de procedimientos
claros y limpios.
*.*.*.*.*.*.*.*
Siete días de política Cuando los sacrificados
sienten que son forjadores de una patria común
"Los peronistas aceptan todo: estamos perdidos." Esta
declaración formulada en rueda de amigos por un distinguido
político minoritario resume una situación y adelanta una
estrategia. Los últimos días y los que vendrán, quizás
hasta comienzos de marzo, serán decisivos para el porvenir
de la República por muchos años y la ofensiva
anti-Frentista alcanzará su "climax". Aquí, en esta
Argentina 1963, existe una "entente" en marcha que no sólo
traerá la paz —y por ende la recuperación económica— sino
que se ha podido poner en movimiento incontenible porque
alinea ideas e intereses razonablemente conciliables. Y digo
razonablemente, porque no se trata de procurar una salida
electoral que reúna al 99,99 % del pueblo argentino en torno
de una misma boleta, sino de asegurar, en torno de un
programa serio y responsable y de los candidatos más aptos
para ejecutarlo, una mayoría que proporcione al futuro
gobierno un fuerte respaldo popular y pedir, sin demagogias,
los sacrificios que son necesarios cuando los números cantan
y que son consentidos cuando los "sacrificados" sienten que
son forjadores de una gran Patria común y no esclavos de una
pequeña minoría. La Confederación General del Trabajo
proporcionó al país un ejemplo de responsabilidad y cordura,
y Andrés Framini representó uno de los episodios más
importantes de la semana. En cierto momento un grupo comenzó
a cantar "Los muchachos", y Framini, que tiene autoridad
porque es auténtico y representativo, se levantó, frenó la
marcha con un movimiento de manos, recordó que la C.G.T. era
de todos y empezó a cantar el Himno Nacional. El
"luchamos para que el pueblo pueda votar" barre con todos
los formalismos y tironeos procesales. La frase de uno de
los más importantes coroneles del pronunciamiento "azul"
noches pasadas ("No nos interesa que un militar entre en la
Casa Rosada, pero tendrá que entrar con votos y no con
botas") refirma el sentido de un pronunciamiento que fue
calificado por el diario "Le Monde" de París como "el
acontecimiento más importante después de la emancipación".
En los últimos días el tema "rótulo para el justicialismo",
sin el cual sería absurdo pretender que participe en la gran
solución nacional, adquirió caracteres urticantes sobre todo
por aspectos procesales. Después de nerviosas idas y
venidas, de largos diálogos y hasta de trascendidos cuyo
origen y significado se está muy interesado en averiguar,
prevalecieron el buen sentido y lo que Albert Camus llamaba
"la política aproximativa, que es la única generadora de lo
real". Finalmente, mientras la indispensable ala
social-cristiana del Frente se apresta a incorporarse
mediante gestiones en las cuales Mario Amadeo, Basilio
Serrano y Enrique de Vedia tienen un papel sobresaliente, el
justicialismo tendrá rótulo y podrá sentarse con la frente
alta a la mesa de la negociación, que inicialmente no podrá
hacerse, como es lógico, en la cancha de Boca Juniors, pero
que, concluida, tendrá estado público claro e
intergiversable. De eso se trata y eso se está haciendo:
una negociación formal en Buenos Aires sobre la constitución
y programática del Frente. Del candidato no tardará en
hablarse —veinte días a lo sumo—, pero lo que demuestra la
seriedad frentista es que no se hace para ningún "padrino de
la República" —peleado por otra parte con el 80 % de los
"ahijados"— sino que será "generado" por el esquema de
fuerzas que se pongan de acuerdo en alinearse detrás de un
programa nacional y popular. En este sentido están tan
profundamente equivocados los que ponen el carro delante de
la vaca, como los que quieren sentarse a una mesa de póker
con la condición de que lo dejen ganar. Pero aparecen ahora
dos tipos de maniobras paralelas: 1) El fantasma del golpe
disfrazando mediante la guerra sicológica a un perro pekinés
de león, con el fin, ya que no se pueden ganar las
elecciones, de convertirlas en una chirle expresión
sufraguista que permitiría, durante el futuro gobierno,
seguir ejerciendo el poder "vetatorio"; 2) Alejar a dos
figuras claves de este proceso de síntesis nacional —el
teniente general Rattenbach y el doctor Rodolfo Martínez—
para dividir a los "azules" y hacerles perder esa patriótica
e irrevocable decisión que poseen de abrir un nuevo ciclo de
historia argentina. MARIANO MONTEMAYOR
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Asamblea ¿Para qué conversan los partidos?
El próximo 21 de febrero se reunirá el plenario de la
"Asamblea de la Civilidad" que, a su término, dará a
publicidad el "acta de la coincidencia nacional" que
incluirá un "compromiso de legalidad" de todos los partidos
participantes. ¿Cuál será el alcance de este compromiso?
Según algunos (UCRP) podrá llegar a ser una coincidencia en
seis o siete puntos básicos que contarían con el apoyo de
cada partido durante el próximo gobierno, "sin que, por
supuesto, signifique un acuerdo electoral con vistas a un
gobierno de coalición". Otros (Partido Demócrata Cristiano)
entienden que será "un compromiso de respeto mutuo durante
el período electoral y manifestará la firme decisión de
cumplir y hacer cumplir la voluntad popular". Tampoco falta
quien piense que "la asamblea morirá tranquilamente con sus
buenos deseos". Ahora bien, ¿cuáles fueron las razones
que promovieron la realización de la "Asamblea de la
Civilidad"? En los últimos años se manifestaron nuevos
factores de poder (sindicatos obreros y organizaciones
empresarias) y otras instituciones hasta entonces
políticamente pasivas (Iglesia y Fuerzas Armadas) tomaron
conciencia de su papel en ese sentido. Este fenómeno quitó
de alguna manera la prioridad a los Partidos. Según el
doctor Arturo Mor Roig (representante de la UCRP), "el
actual momento es quizás una de las últimas oportunidades
que tienen los partidos para recuperar su puesto, aunque
para eso deberán sacrificar en parte su ortodoxia". Este es
también el pensamiento de muchos de los asistentes a la
asamblea. Por su parte, Rodolfo Tecera del Franco
(justicialista) ve en su asistencia "una prueba de nuestro
deseo de dialogar. Nuestra responsabilidad de dirigentes nos
impide hacer saltar los tapones". Es evidente entonces que
son distintos los objetivos de unos y de otros. El
miércoles 13 se efectuará en el local de la Unión Cívica
Radical Intransigente la última reunión preparatoria. En las
sedes de los partidos participantes se están estudiando las
bases del proyecto del "preámbulo" donde se fijarán los
propósitos y el temario a tratarse. Se sabe que éste
constará de cinco capítulos: político, económico, social,
internacional y cultural. En general, los participantes
tienen posición tomada sobre los temas propuestos y ésta no
es siempre coincidente. Sobre resultados más inmediatos,
como podría ser una exitosa presión sobre el gobierno para
lograr que éste derogue las medidas represivas para el
justicialismo y reforme el Estatuto de los Partidos
Políticos, se piensa que "es una inmoralidad que el gobierno
no haga caso de las sugerencias en tal sentido", pero no se
confía mucho en los resultados. En definitiva, nadie
piensa que la "asamblea de la civilidad" tenga alguna
incidencia en el desarrollo de los acontecimientos. Habrá
sido una conversación política más.
*.*.*.*.*.*.*.*
Zavala Ortiz Cree necesaria una ciencia Radical
"Es indudable que la democracia meramente política ha sido
superada por una realidad social económica cada vez más
activa y complicada". Así fundamenta Miguel Ángel Zavala
Ortiz su ponencia presentada al Comité Nacional de la Unión
Cívica Radical del Pueblo, proponiendo cambios fundamentales
en la estructura nacional que, considera, deberán ser
efectuados por medio de "un partido articulado en base a las
auténticas condiciones del hombre argentino". Afirma
asimismo que, los hechos han declarado superadas las
antiguas concepciones utópicas del radicalismo: los grandes
caudillos de su partido (Alem, Yrigoyen, Alvear), que fueron
los núcleos formativos del mismo, actuaron empíricamente,
les faltó la ideología que diera cohesión a su lucha. Zavala
Ortiz entiende que ha llegado el momento de superar esa
etapa por medio del radicalismo científico basado en las
esencias permanentes de la nacionalidad, cuyos objetivos
prácticos serían: • Defensa del orden democrático-social.
• Creación de un Consejo Económico-Social, integrado por
economistas y representantes obreros y empresarios que
planifique la política económica sin coartar las libertades
individuales. • Realizar una política argentina de
adentro hacia afuera, es decir superar el cosmopolitismo
político y cultural. • Integración argentina efectiva en
el complejo político-económico-latinoamericano. ¿Quiénes
han influido en la concepción del radicalismo científico?
Los grupos católicos izquierdistas de "Economía y
Humanismo", el socialista francés André Philip, Maurice
Duverger y sobre todo Georges Burdeau. En lo económico
Gunner Myrdel y John Galbraith. ¿Cómo fue recibida la tesis
en la UCRP? Según Zavala Ortiz, contó con la adhesión de
Carlos Perette, los comités de Córdoba y Salta y la de
muchos jóvenes radicales que "ya están trabajando en esa
línea". Sin embargo, aclara, "muchos caudillos que mantienen
el partido deshilvanado se muestran reacios a aceptar
innovaciones". Para el balbinista Arturo Mor Roig,
secretario del Comité Nacional, la ponencia de Zavala Ortiz
es simplemente una fase histórica del devenir radical".
*.*.*.*.*.*.*.*
Actualidad y perspectiva Posibilidades sin
futuro: Soluciones nacionales entre negocios y coaliciones
Nunca ha habido tanta incapacidad en los que tienen el deber
de prever y organizar el porvenir como en la Argentina de
1963, según lo revela el hecho de que los acontecimientos
gobiernen a los hombres en lugar de que los hombres
gobiernen a los acontecimientos. Veamos, pues, para no
incurrir en el mismo error, qué es lo que pasa y, sobre
todo, qué es lo que puede pasar. En 1945 hubo un vasto
movimiento de masas hecho en nombre de las reivindicaciones
populares. Lo hizo Perón y, como todos sabemos, dejó como
creación perdurable el incontrastable poder financiero de
Jorge Antonio. En 1958 tomó el gobierno la UCRI, que se
decía "nacional y popular", para cumplir la consigna de
liberar al país de las garras del "imperialismo". Y
Frondizi, como todos sabemos, terminó fundando el imperio
económico de Rogelio Frigerio. En la solución que se está
incubando en el Ministerio del Interior y en la Secretaría
de Guerra para dar una salida institucional a la crisis, los
dos ingredientes principales son el peronismo y la UCRI,
pues todo lo demás es electoralmente deleznable (irritados
democristianos, amables conservadores populares, modestos
socialistas argentinos, peligrosos comunistas). Y sucede que
el peronismo está presidido por Matera influido por Jorge
Antonio, y que en la UCRI se está tramitando la
defenestración de Alende con la decisiva participación de
Frigerio. De modo que el frente "nacional y popular"
levantado para dar renovadas esperanzas a las masas
pauperizadas y seguir la lucha contra el imperialismo,
servirá para consagrar la supremacía definitiva de Frigerio
y Jorge Antonio. Sobre esto conviene que nadie se llame a
engaño, especialmente los militares de todos los colores.
Ahora bien. El trámite para armar el frente y reconquistar
el gobierno para estos suertudos hombres de negocios no es
fácil, pero en el Ministerio del Interior se trabaja como la
estrella de Goethe, en la oscuridad, "sin prisa y sin
pausa". Veamos la técnica utilizada: (a) Ante todo, hay que
convencer a los peronistas para que se avengan a hacer
algunas concesiones y se disfracen, por ejemplo, de "ratten-peronistas"
(peronistas sin Perón, según idea de Rattenbach), pues (b)
la cuestión es cuidar ciertos pudores de algunos jefes
militares antiperonistas, y (c) quitarles a otros jefes
militares temores justificadísimos, para lo cual (d) se
buscará algún personaje de cuarta categoría (preferiblemente
militar) que presida desde el limbo el espectáculo que el
nuevo gobierno nos va a brindar, que (e) se parecerá
muchísimo a la última República Española, que fue un caos y
costó un millón de muertos. Desde luego la variante
analizada no puede darse. En efecto, es posible que la
máquina escape al control de sus inventores y tengamos ya no
el colapso económico (para lo que trabaja el equipo
ministerial del ramo haciendo afanosamente nada) y el
estallido social (como lo anticipa la crónica de la
subversión que hice en mi artículo anterior). También puede
ser que tengamos un nuevo "golpe" entre colorado y azul,
antidemagógico y anticomunista, lo que parece bastante
difícil, pues para tener una dictadura, hace falta: el
dictador (con ganas y condiciones), el equipo para gobernar
(coherente y eficaz), y las ideas (programa y objetivos),
más la fuerza (que es muy dudoso que se consiga). Y,
finalmente, también puede ser que el frente del "rattenperonismo"
se arme no más, que tengamos elecciones, y que sin embargo,
a través de una reacción incontenible de una colectividad
asustada al ver de nuevo muy juntitos los rostros de
Frondizi y de Perón, el frente sea derrotado. Estos son
temas para meditar por los partidos democráticos. En el
radicalismo del pueblo se advierte últimamente una peligrosa
tendencia hacia el misticismo, característica en la última
fase de la evolución de sus dirigentes, particularmente en
Yrigoyen y Sabattini, por ejemplo. Pero esa inspiración
lamentablemente no va a servir sino para favorecer la
coalición de los peores intereses, en perjuicio del país. En
política, como en la guerra, no bastan las intenciones. El
mariscal Bazaine estaba muy enamorado de su mujer, que era
una mexicana muy hermosa, pero perdió la batalla de Sedán y
acarreó innumerables calamidades a Francia. ¿No hubiera sido
mejor que la hubiera ganado, aunque no hubiera tenido tantas
virtudes conyugales? No hay que olvidar que ningún
gobernante tuvo tantas como Luis XVI y le cortaron el
pescuezo, a él, y a millares de franceses. EMILIO J.
HARDOY
*.*.*.*.*.*.*.*
UCRI Virtualmente, Alende ya rompió relaciones
con Arturo Frondizi Mientras el doctor Oscar
Alende estudiaría, con su equipo de asesores políticos, la
estrategia mediata e inmediata a adoptar frente al creciente
sector de la UCRI que, ante la perspectiva de un
enfriamiento entre el presidente de la Junta Nacional
partidaria y el ex presidente de la República, han optado
por reiterar su solidaridad con Frondizi y las tesis del
Frente Nacional, tres versiones de distinta naturaleza
confluían a los centros de las negociaciones de alto nivel,
planteando una posible alteración de los esquemas actuantes:
• Por un lado, se indicaba que David Blejer y Emilio Donato
del Carril, por indicación transmitida por alguno de los
últimos viajeros a Martín García, habían pasado a ser
mediadores entre Frondizi y Alende y se aprestaban a
solicitar al presidente de la Junta Nacional una reunión de
carácter urgente. En esa reunión, Blejer y del Carril harían
llegar al doctor Alende una propuesta conciliadora: a) el
partido enfatizaría su posición frentista y su solidaridad
con Arturo Frondizi; b) Alende desistiría de hacer proclamar
su candidatura por la Convención Nacional; c) Alende sería
presentado a la mesa de las negociaciones frentistas como
primero en la lista de precandidatos propuestos por la UCRI;
los representantes ucristas sostendrían la necesidad de su
candidatura y, solamente en el caso de un rechazo total de
la proposición, la UCRI sugeriría los nombres de
alternativa. En ese caso, Alende debía de abstenerse de toda
otra actividad "perturbadora" y acatar la resolución
conjunta de los partidos negociantes. • Por otro lado,
informantes de la UCRI vinculados a los servicios de
inteligencia comunicaban a la dirección partidaria la
inminencia de un golpe de estado nacionalista-peronista
encabezado por el general Iñíguez y apoyado por los restos
cayo-alsinistas de la Aeronáutica. La versión añadía que la
SIDE no se apresuraba a desmontar la conspiración por
saberla destinada al fracaso y con la convicción de que una
intentona peronista frustrada podría polarizar tensiones en
favor del teniente general Pedro Eugenio Aramburu. La lógica
era que a un golpe peronista-nacionalista podría sucederle
un contragolpe de signo inverso. Se insinuaba, en ese
sentido, que la operación era vinculable a la estrecha
solidaridad política entre el jefe de la SIDE (general Rauch)
y Aramburu. • Además, una versión demasiado sensacional
como para ser aceptada sin análisis indicaba que Perón
estaría por obtener una autorización del general Franco
para trasladarse a Punta del Este por 48 horas. Sin que
nadie pudiera explicar porqué, en todo caso se correrían los
riesgos de una actitud tan "urticante" existiendo otros
medios para participar en eventuales negociaciones, se
agregaba que Perón mantendría, en la residencia de Haedo de
Punta del Este (cedida al efecto) una entrevista de alto
nivel con Rogelio Frigerio, Raúl Matera y un jefe del
Ejército Azul. Los elementos aparentemente fantásticos de la
versión no amenguaron su rápida difusión. La suma de
elementos proporcionada por esos rumores obligó a una rápida
serie de inquisidoras llamadas telefónicas. El forzoso
cuarto intermedio no impidió, sin embargo, a Alende seguir
planteando su dilema de Hamlet: ¿romper ya con Frondizi y
dividir el partido en nombre del "antifrigerismo", o esperar
una desautorización de Frondizi y luego contraatacar
acusando al ex presidente de haber olvidado los postulados
radicales en nombre de una alianza con el peronismo,
sacrificando al partido y provocando al "golpismo"?. Las
"pintadas" del Comité Nacional ("Alende sí, Frigerio no";
"Frigerio y Vítolo traidores a la patria", etc.) y la
espectacular destrucción, por parte de elementos alendistas,
de un retrato de Arturo Frondizi, ilustraron
abundantemente sobre los matices de la estrategia de Oscar
Alende, aunque a veces los ejecutores hayan sobrepasado la
prudencia de sus inspiradores. Lo evidente, para todo
observador imparcial, era que una ruptura entre Frondizi y
Alende podía ser el próximo paso de la crisis radical
intransigente. Las predicciones, en ese sentido, señalaban
que si bien Alende controlaba aún gran parte del aparato
partidario, su posición podía seguirse deteriorando en
cuanto quedara evidente, ante los dirigentes del partido,
que la jefatura de Frondizi estaba en juego. Por lo
demás, Alende tratará ahora que se designe rápidamente la
mesa del Comité Nacional. La Junta que interinamente
gobierna al partido está integrada por doce miembros, de los
cuales solamente dos siguen respaldando a Alende (Domingorena
y Brower de Koenig), dos son aparentemente neutrales y no
concurrieron a la última reunión (Guzmán y Amit) y los siete
restantes están con Frondizi (Uranga, Sylvestre Begnis,
Gómez Machado, Américo García, Zanichelli, Abel Costa y
Piragine Niveyro, de la "línea combatiente" los cuatro
últimos). Alende —que con los once citados completa la
docena de dirigentes que gobierna la UCRI— ha quedado, así,
en notoria minoría y debe acelerar la constitución del
Comité Nacional (4 delegados titulares y 2 suplentes por
distrito), donde puede tener más margen para su juego
político. Pero el verdadero propósito de constituir el
Comité Nacional (donde Alende no tiene el "handicap" de un
mayor peso específico de 'la provincia de Buenos Aires,
porque tanto esa provincia como La Rioja tienen igualmente
cuatro delegados) es facilitar una reunión de la Convención
Nacional. En la Convención, sí, Alende puede contar con
importantes cartas: el cuerpo está estructurado sobre la
base de tantos convencionales por distritos como la suma de
los diputados y senadores correspondientes, y allí pesará,
entonces, decisivamente Buenos Aires. Alende tratará, por
lo tanto, de salir candidato por la Convención e imponer a
Frondizi el hecho consuma -do, planteando crudamente a quién
le corresponderá la responsabilidad de dividir el partido.
Pero el ex gobernador bonaerense debe aún esperar que pase
el 17 de febrero, fecha después de la cual (ese día eligen
delegados varios distritos) podrá tener quórum el Comité
Nacional. Si en ese quorum tiene mayoría, forzará la
convocatoria de la Convención. La réplica argumenta!
frentista a los planteos de Alende, en tanto, se inspira en
símiles históricos: Alende, con parte de los dirigentes
bonaerenses, es —dicen— el Balbín de 1963, y quiere dividir
el partido en el mismo sentido; quiere dividirlo para evitar
la unión con los peronistas. 12 de Febrero de 1963
PRIMERA PLANA
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-Arturo Frondizi: una respuesta lo mantendría aún en Martín
García -M. Amadeo: un periodista predice su candidatura a
presidencia. -Horacio Thedy: un diálogo revela una fuerte
inclinación frentista
¿Se convertirá Oscar Alende en el Ricardo Balbín de 1963?
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Presidente Guido según Flax
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