Panorama Político Nacional
1963
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Un tranvía llamado Frente
Sorpresivos intentos de incorporarse al viaje


Con los políticos argentinos suelen ocurrir hechos muy curiosos: en estos momentos insisten públicamente, con inusitada vehemencia, que constituimos un país dividido por rencillas internas. Sin embargo, en su actuación parecen movidos por la convicción de que nada separa a un grupo de otro. Es así que peronistas, frondizistas y social-cristianos están ultimando los detalles del Frente electoral que quieren consolidar; los amigos del general Aramburu insisten en que su única chance política es que la UCRI o la UCR del Pueblo apoye su candidatura; el balbinismo considera que debe encontrar alguna entente con los demás partidos, de modo que entre al Frente Nacional si éste deja de ser Frente para convertirse en algo más vasto, ya que, de otro modo, perderá, una vez más, la presidencia de la Nación; todos los candidatos a presidente, y en especial quienes alientan al general Aramburu a serlo, luchan denodadamente para que dirigentes políticos sin partido constituyan pequeñas agrupaciones que les brinden su apoyo extrapartidario: y así van de Cipriano Reyes a Rodríguez Araya, del coronel Castro a Oscar Albrieu.

Una anécdota
Hace tiempo, un coronel de la Secretaría de Guerra instruyó a uno de sus subordinados, oficial de informaciones, para que estudiara todos los antecedentes que se habían obtenido respecto del Frente Nacional. Las conclusiones del subordinado se sintetizaron posteriormente en una frase: "En este tranvía van a tratar de entrar todos".
Hacia fines de semana, habían comenzado a trascender algunos detalles de la conversación del aramburista Horacio Thedy con el subsecretario de Interior, Mariano Grondona.
Aparentemente, la propuesta del doctor Thedy tendía a evitar enfrentamientos políticos agudos en las próximas elecciones, y a permitir que las agrupaciones que no tenían ni la más remota chance, saborearan un poco la mágica negociación que llevará a designar el candidato a presidente de la República.
Según esta propuesta, todos los partidos se pondrían de acuerdo para elegir candidato a presidente de la República, mientras que la segunda parte de la fórmula sería individual, y que "gane el más mejor". El mismo procedimiento se seguiría con los Ejecutivos provinciales: un gobernador de común acuerdo entre todos los partidos, y de ahí para abajo cada uno por las suyas. Esto llevaría a un margen de negociación que permitiría, por ejemplo, que, en reconocimiento de los votos demoprogresistas en beneficio de candidatos comunes en muchas provincias, se les concediera la gobernación de la provincia de Santa Fe, donde es importante su caudal electoral.
Sin embargo, en los últimos días, a pesar de los intentos frentistas de Ricardo Balbín y Horacio Thedy —un frentismo de nuevo tipo, por cierto—, el Frente Nacional iniciado por las conversaciones entre justicialistas y frondizistas, iba ultimando etapas. Se esperaba, así, que antes de la partida del general Onganía a los Estados Unidos, a realizarse pocos días después del próximo 20 de febrero, el Frente Nacional ya habría designado candidato. De este modo, suponían los dirigentes de este sector, no sería necesario el traslado de Arturo Frondizi de la isla (refiere a la isla Martín García), ya que el Frente contaría con los instrumentos indispensables para superar las conversaciones parciales que llevan por su cuenta los doctores Matera y Alende.

Una respuesta
Por otra parte, el traslado del ex presidente presentaba características nada fáciles. La Marina insiste en no querer seguir ejerciendo el papel de carcelero. Una de las ideas, la de concederle la libertad de movimientos al doctor Frondizi en la localidad de Rojas (provincia de Buenos Aires), fue comentada del siguiente modo por el prisionero de Martín García: "Cuando deje de ser prisionero, lo primero que hago es un acto público". Frondizi no puede desdecirse —ni quiere, aparentemente—, de una larga historia de acción política. Los mandos del Ejército, después de sopesar todas las alternativas, llegaron, en el curso de la última semana, a una sugestiva conclusión: quienes derrocaron a Frondizi, siguen conduciendo la Marina de Guerra desde todos los mandos operativos, pero fueron desplazados tanto de Ejército como de Aeronáutica; por lo tanto, que la Marina continúe ejerciendo el papel de custodio de Frondizi. Todo parecía indicar que el problema del traslado, había quedado momentáneamente congelado.

Una predicción
Al concluir este artículo, el redactor del (mismo tuvo el siguiente diálogo con el Director de PRIMERA PLANA:
—Señor Director, quisiera formular una predicción.
—Los lectores esperan de nosotros información, no predicciones. Incluso en innumerables cartas nos han pedido, y hemos concedido, la supresión de la sección Astrología.
—De todos modos, quisiera hacerla.
—¿Cuál es?
—El candidato del Frente Nacional sería el doctor Mario Amadeo: las negociaciones casi concluyeron ya al respecto.
—Resolvámoslo del siguiente modo: informamos que un redactor político de PRIMERA PLANA hace una predicción, pero no hacemos la predicción misma.

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Fuerzas Armadas
Ahora se conoce el texto íntegro del informe del general Rattenbach

Destacando los cinco puntos esenciales, PRIMERA PLANA (edición del 2 de enero) se ocupó del documento leído por el teniente general Rattenbach en la reunión de generales de mediados de enero pasado.
De ese documento, existían únicamente dos ejemplares: el segundo, en manos del subsecretario de Guerra, general Julio Alsogaray. Con posterioridad a la reunión de generales, cada uno de los participantes recibió una copia en un sobre rotulado "confidencial" y llegó a sus manos, en las distintas guarniciones del país, a través de los sistemas de seguridad que tiene el Ejército.
Por supuesto que las tesis generales del documento habían trascendido, pero el texto íntegro no había salido de las manos de los generales que lo habían recibido con el encargo de estudiarlo y trasmitirlo a sus mandos a través de explicaciones personales. Sin embargo, de algún modo quedó roto el círculo de generales, puesto que en su edición del 6 del corriente, el semanario "Segunda República" transcribe textualmente el documento leído por el general Rattenbach, precisamente con el título que llevaba el sobre entregado a los generales: "Confidencial".
De ese documento, los dirigentes políticos subrayaban la última semana los siguientes párrafos que suponían debían ser tomados en cuenta:
• "En la actualidad es un hecho, dadas las condiciones políticas vigentes en la República, que el justicialismo será una fuerza importante en una de las coaliciones. El Ejército y sus mandos deben prepararse entonces para resistir el impacto psicológico que representará la presencia de una cantidad importante de legisladores de tendencia justicialista, no sólo en el Congreso Nacional y en las legislaturas provinciales, sino también entre los electores de los colegios electorales. Dicha presencia se extenderá también a los municipios. Esta es una realidad para todos nosotros que tenemos que aceptar y sobre todo respetar si estamos decididos a preservar la existencia de un país organizado. Me permito insistir sobre este punto que considero de vital importancia. Hay que transmitir sincera y honestamente a los mandos subordinados esta apreciación, y enseñarles que esto es lógico y deseable si queremos evitar que una gran parte del justicialismo gire a la izquierda, hacia el comunismo. Creemos que este cuadro, que es descripto con respecto al panorama legislativo y municipal, no se repetirá en el plano de la Presidencia de la Nación ni en el de los ejecutivos provinciales más importantes."
• "La lógica indica que las coaliciones que se formen tendrán que ser
materializadas por acuerdos o por pactos. Esa es la vía y el instrumento que todos los partidos políticos de todas las democracias utilizan para concretar la organización circunstancial o permanente, dentro de la cual librarán la lucha por el poder reuniendo el máximo de potencial político. Eso es natural y representa un alto grado de sabiduría política. Hay quienes comparan este tipo de alianza con el famoso pacto espurio de febrero de 1958 que dio por resultado el triunfo del doctor Frondizi. Existe sin embargo una diferencia fundamental: aquél fue fraguado en secreto, a espaldas del pueblo y de las fuerzas armadas, con un partido político proscripto; los nuevos frentes o coaliciones, en el caso de materializarse, serán concertados en forma limpia y pública, de frente al pueblo y a las fuerzas armadas, con un partido político reconocido en cuanto se ajuste a las prescripciones del Estatuto vigente. Por eso creo que no solamente no debemos oponernos a la formación de coaliciones, sino que debemos aceptarlas, exigiendo solamente el recaudo de procedimientos claros y limpios.

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Siete días de política
Cuando los sacrificados sienten que son forjadores de una patria común

"Los peronistas aceptan todo: estamos perdidos." Esta declaración formulada en rueda de amigos por un distinguido político minoritario resume una situación y adelanta una estrategia.
Los últimos días y los que vendrán, quizás hasta comienzos de marzo, serán decisivos para el porvenir de la República por muchos años y la ofensiva anti-Frentista alcanzará su "climax".
Aquí, en esta Argentina 1963, existe una "entente" en marcha que no sólo traerá la paz —y por ende la recuperación económica— sino que se ha podido poner en movimiento incontenible porque alinea ideas e intereses razonablemente conciliables. Y digo razonablemente, porque no se trata de procurar una salida electoral que reúna al 99,99 % del pueblo argentino en torno de una misma boleta, sino de asegurar, en torno de un programa serio y responsable y de los candidatos más aptos para ejecutarlo, una mayoría que proporcione al futuro gobierno un fuerte respaldo popular y pedir, sin demagogias, los sacrificios que son necesarios cuando los números cantan y que son consentidos cuando los "sacrificados" sienten que son forjadores de una gran Patria común y no esclavos de una pequeña minoría.
La Confederación General del Trabajo proporcionó al país un ejemplo de responsabilidad y cordura, y Andrés Framini representó uno de los episodios más importantes de la semana. En cierto momento un grupo comenzó a cantar "Los muchachos", y Framini, que tiene autoridad porque es auténtico y representativo, se levantó, frenó la marcha con un movimiento de manos, recordó que la C.G.T. era de todos y empezó a cantar el Himno Nacional.
El "luchamos para que el pueblo pueda votar" barre con todos los formalismos y tironeos procesales. La frase de uno de los más importantes coroneles del pronunciamiento "azul" noches pasadas ("No nos interesa que un militar entre en la Casa Rosada, pero tendrá que entrar con votos y no con botas") refirma el sentido de un pronunciamiento que fue calificado por el diario "Le Monde" de París como "el acontecimiento más importante después de la emancipación".
En los últimos días el tema "rótulo para el justicialismo", sin el cual sería absurdo pretender que participe en la gran solución nacional, adquirió caracteres urticantes sobre todo por aspectos procesales. Después de nerviosas idas y venidas, de largos diálogos y hasta de trascendidos cuyo origen y significado se está muy interesado en averiguar, prevalecieron el buen sentido y lo que Albert Camus llamaba "la política aproximativa, que es la única generadora de lo real". Finalmente, mientras la indispensable ala social-cristiana del Frente se apresta a incorporarse mediante gestiones en las cuales Mario Amadeo, Basilio Serrano y Enrique de Vedia tienen un papel sobresaliente, el justicialismo tendrá rótulo y podrá sentarse con la frente alta a la mesa de la negociación, que inicialmente no podrá hacerse, como es lógico, en la cancha de Boca Juniors, pero que, concluida, tendrá estado público claro e intergiversable.
De eso se trata y eso se está haciendo: una negociación formal en Buenos Aires sobre la constitución y programática del Frente. Del candidato no tardará en hablarse —veinte días a lo sumo—, pero lo que demuestra la seriedad frentista es que no se hace para ningún "padrino de la República" —peleado por otra parte con el 80 % de los "ahijados"— sino que será "generado" por el esquema de fuerzas que se pongan de acuerdo en alinearse detrás de un programa nacional y popular. En este sentido están tan profundamente equivocados los que ponen el carro delante de la vaca, como los que quieren sentarse a una mesa de póker con la condición de que lo dejen ganar. Pero aparecen ahora dos tipos de maniobras paralelas: 1) El fantasma del golpe disfrazando mediante la guerra sicológica a un perro pekinés de león, con el fin, ya que no se pueden ganar las elecciones, de convertirlas en una chirle expresión sufraguista que permitiría, durante el futuro gobierno, seguir ejerciendo el poder "vetatorio"; 2) Alejar a dos figuras claves de este proceso de síntesis nacional —el teniente general Rattenbach y el doctor Rodolfo Martínez— para dividir a los "azules" y hacerles perder esa patriótica e irrevocable decisión que poseen de abrir un nuevo ciclo de historia argentina.
MARIANO MONTEMAYOR

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Asamblea
¿Para qué conversan los partidos?

El próximo 21 de febrero se reunirá el plenario de la "Asamblea de la Civilidad" que, a su término, dará a publicidad el "acta de la coincidencia nacional" que incluirá un "compromiso de legalidad" de todos los partidos participantes. ¿Cuál será el alcance de este compromiso? Según algunos (UCRP) podrá llegar a ser una coincidencia en seis o siete puntos básicos que contarían con el apoyo de cada partido durante el próximo gobierno, "sin que, por supuesto, signifique un acuerdo electoral con vistas a un gobierno de coalición". Otros (Partido Demócrata Cristiano) entienden que será "un compromiso de respeto mutuo durante el período electoral y manifestará la firme decisión de cumplir y hacer cumplir la voluntad popular". Tampoco falta quien piense que "la asamblea morirá tranquilamente con sus buenos deseos".
Ahora bien, ¿cuáles fueron las razones que promovieron la realización de la "Asamblea de la Civilidad"?
En los últimos años se manifestaron nuevos factores de poder (sindicatos obreros y organizaciones empresarias) y otras instituciones hasta entonces políticamente pasivas (Iglesia y Fuerzas Armadas) tomaron conciencia de su papel en ese sentido. Este fenómeno quitó de alguna manera la prioridad a los Partidos. Según el doctor Arturo Mor Roig (representante de la UCRP), "el actual momento es quizás una de las últimas oportunidades que tienen los partidos para recuperar su puesto, aunque para eso deberán sacrificar en parte su ortodoxia". Este es también el pensamiento de muchos de los asistentes a la asamblea. Por su parte, Rodolfo Tecera del Franco (justicialista) ve en su asistencia "una prueba de nuestro deseo de dialogar. Nuestra responsabilidad de dirigentes nos impide hacer saltar los tapones". Es evidente entonces que son distintos los objetivos de unos y de otros.
El miércoles 13 se efectuará en el local de la Unión Cívica Radical Intransigente la última reunión preparatoria. En las sedes de los partidos participantes se están estudiando las bases del proyecto del "preámbulo" donde se fijarán los propósitos y el temario a tratarse. Se sabe que éste constará de cinco capítulos: político, económico, social, internacional y cultural. En general, los participantes tienen posición tomada sobre los temas propuestos y ésta no es siempre coincidente.
Sobre resultados más inmediatos, como podría ser una exitosa presión sobre el gobierno para lograr que éste derogue las medidas represivas para el justicialismo y reforme el Estatuto de los Partidos Políticos, se piensa que "es una inmoralidad que el gobierno no haga caso de las sugerencias en tal sentido", pero no se confía mucho en los resultados.
En definitiva, nadie piensa que la "asamblea de la civilidad" tenga alguna incidencia en el desarrollo de los acontecimientos. Habrá sido una conversación política más.

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Zavala Ortiz
Cree necesaria una ciencia Radical

"Es indudable que la democracia meramente política ha sido superada por una realidad social económica cada vez más activa y complicada". Así fundamenta Miguel Ángel Zavala Ortiz su ponencia presentada al Comité Nacional de la Unión Cívica Radical del Pueblo, proponiendo cambios fundamentales en la estructura nacional que, considera, deberán ser efectuados por medio de "un partido articulado en base a las auténticas condiciones del hombre argentino". Afirma asimismo que, los hechos han declarado superadas las antiguas concepciones utópicas del radicalismo: los grandes caudillos de su partido (Alem, Yrigoyen, Alvear), que fueron los núcleos formativos del mismo, actuaron empíricamente, les faltó la ideología que diera cohesión a su lucha. Zavala Ortiz entiende que ha llegado el momento de superar esa etapa por medio del radicalismo científico basado en las esencias permanentes de la nacionalidad, cuyos objetivos prácticos serían:
• Defensa del orden democrático-social.
• Creación de un Consejo Económico-Social, integrado por economistas y representantes obreros y empresarios que planifique la política económica sin coartar las libertades individuales.
• Realizar una política argentina de adentro hacia afuera, es decir superar el cosmopolitismo político y cultural.
• Integración argentina efectiva en el complejo político-económico-latinoamericano.
¿Quiénes han influido en la concepción del radicalismo científico? Los grupos católicos izquierdistas de "Economía y Humanismo", el socialista francés André Philip, Maurice Duverger y sobre todo Georges Burdeau. En lo económico Gunner Myrdel y John Galbraith. ¿Cómo fue recibida la tesis en la UCRP? Según Zavala Ortiz, contó con la adhesión de Carlos Perette, los comités de Córdoba y Salta y la de muchos jóvenes radicales que "ya están trabajando en esa línea". Sin embargo, aclara, "muchos caudillos que mantienen el partido deshilvanado se muestran reacios a aceptar innovaciones".
Para el balbinista Arturo Mor Roig, secretario del Comité Nacional, la ponencia de Zavala Ortiz es simplemente una fase histórica del devenir radical".

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Actualidad y perspectiva
Posibilidades sin futuro: Soluciones nacionales entre negocios y coaliciones

Nunca ha habido tanta incapacidad en los que tienen el deber de prever y organizar el porvenir como en la Argentina de 1963, según lo revela el hecho de que los acontecimientos gobiernen a los hombres en lugar de que los hombres gobiernen a los acontecimientos. Veamos, pues, para no incurrir en el mismo error, qué es lo que pasa y, sobre todo, qué es lo que puede pasar.
En 1945 hubo un vasto movimiento de masas hecho en nombre de las reivindicaciones populares. Lo hizo Perón y, como todos sabemos, dejó como creación perdurable el incontrastable poder financiero de Jorge Antonio. En 1958 tomó el gobierno la UCRI, que se decía "nacional y popular", para cumplir la consigna de liberar al país de las garras del "imperialismo". Y Frondizi, como todos sabemos, terminó fundando el imperio económico de Rogelio Frigerio.
En la solución que se está incubando en el Ministerio del Interior y en la Secretaría de Guerra para dar una salida institucional a la crisis, los dos ingredientes principales son el peronismo y la UCRI, pues todo lo demás es electoralmente deleznable (irritados democristianos, amables conservadores populares, modestos socialistas argentinos, peligrosos comunistas). Y sucede que el peronismo está presidido por Matera influido por Jorge Antonio, y que en la UCRI se está tramitando la defenestración de Alende con la decisiva participación de Frigerio. De modo que el frente "nacional y popular" levantado para dar renovadas esperanzas a las masas pauperizadas y seguir la lucha contra el imperialismo, servirá para consagrar la supremacía definitiva de Frigerio y Jorge Antonio. Sobre esto conviene que nadie se llame a engaño, especialmente los militares de todos los colores.
Ahora bien. El trámite para armar el frente y reconquistar el gobierno para estos suertudos hombres de negocios no es fácil, pero en el Ministerio del Interior se trabaja como la estrella de Goethe, en la oscuridad, "sin prisa y sin pausa". Veamos la técnica utilizada: (a) Ante todo, hay que convencer a los peronistas para que se avengan a hacer algunas concesiones y se disfracen, por ejemplo, de "ratten-peronistas" (peronistas sin Perón, según idea de Rattenbach), pues (b) la cuestión es cuidar ciertos pudores de algunos jefes militares antiperonistas, y (c)
quitarles a otros jefes militares temores justificadísimos, para lo cual (d) se buscará algún personaje de cuarta categoría (preferiblemente militar) que presida desde el limbo el espectáculo que el nuevo gobierno nos va a brindar, que (e) se parecerá muchísimo a la última República Española, que fue un caos y costó un millón de muertos.
Desde luego la variante analizada no puede darse. En efecto, es posible que la máquina escape al control de sus inventores y tengamos ya no el colapso económico (para lo que trabaja el equipo ministerial del ramo haciendo afanosamente nada) y el estallido social (como lo anticipa la crónica de la subversión que hice en mi artículo anterior). También puede ser que tengamos un nuevo "golpe" entre colorado y azul, antidemagógico y anticomunista, lo que parece bastante difícil, pues para tener una dictadura, hace falta: el dictador (con ganas y condiciones), el equipo para gobernar (coherente y eficaz), y las ideas (programa y objetivos), más la fuerza (que es muy dudoso que se consiga). Y, finalmente, también puede ser que el frente del "rattenperonismo" se arme no más, que tengamos elecciones, y que sin embargo, a través de una reacción incontenible de una colectividad asustada al ver de nuevo muy juntitos los rostros de Frondizi y de Perón, el frente sea derrotado.
Estos son temas para meditar por los partidos democráticos. En el radicalismo del pueblo se advierte últimamente una peligrosa tendencia hacia el misticismo, característica en la última fase de la evolución de sus dirigentes, particularmente en Yrigoyen y Sabattini, por ejemplo. Pero esa inspiración lamentablemente no va a servir sino para favorecer la coalición de los peores intereses, en perjuicio del país. En política, como en la guerra, no bastan las intenciones. El mariscal Bazaine estaba muy enamorado de su mujer, que era una mexicana muy hermosa, pero perdió la batalla de Sedán y acarreó innumerables calamidades a Francia. ¿No hubiera sido mejor que la hubiera ganado, aunque no hubiera tenido tantas virtudes conyugales? No hay que olvidar que ningún gobernante tuvo tantas como Luis XVI y le cortaron el pescuezo, a él, y a millares de franceses.
EMILIO J. HARDOY

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UCRI
Virtualmente, Alende ya rompió relaciones con Arturo Frondizi

Mientras el doctor Oscar Alende estudiaría, con su equipo de asesores políticos, la estrategia mediata e inmediata a adoptar frente al creciente sector de la UCRI que, ante la perspectiva de un enfriamiento entre el presidente de la Junta Nacional partidaria y el ex presidente de la República, han optado por reiterar su solidaridad con Frondizi y las tesis del Frente Nacional, tres versiones de distinta naturaleza confluían a los centros de las negociaciones de alto nivel, planteando una posible alteración de los esquemas actuantes:
• Por un lado, se indicaba que David Blejer y Emilio Donato del Carril, por indicación transmitida por alguno de los últimos viajeros a Martín García, habían pasado a ser mediadores entre Frondizi y Alende y se aprestaban a solicitar al presidente de la Junta Nacional una reunión de carácter urgente. En esa reunión, Blejer y del Carril harían llegar al doctor Alende una propuesta conciliadora: a) el partido enfatizaría su posición frentista y su solidaridad con Arturo Frondizi; b) Alende desistiría de hacer proclamar su candidatura por la Convención Nacional; c) Alende sería presentado a la mesa de las negociaciones frentistas como primero en la lista de precandidatos propuestos por la UCRI; los representantes ucristas sostendrían la necesidad de su candidatura y, solamente en el caso de un rechazo total de la proposición, la UCRI sugeriría los nombres de alternativa. En ese caso, Alende debía de abstenerse de toda otra actividad "perturbadora" y acatar la resolución conjunta de los partidos negociantes.
• Por otro lado, informantes de la UCRI vinculados a los servicios de inteligencia comunicaban a la dirección partidaria la inminencia de un golpe de estado nacionalista-peronista encabezado por el general Iñíguez y apoyado por los restos cayo-alsinistas de la Aeronáutica. La versión añadía que la SIDE no se apresuraba a desmontar la conspiración por saberla destinada al fracaso y con la convicción de que una intentona peronista frustrada podría polarizar tensiones en favor del teniente general Pedro Eugenio Aramburu. La lógica era que a un golpe peronista-nacionalista podría sucederle un contragolpe de signo inverso. Se insinuaba, en ese sentido, que la operación era vinculable a la estrecha solidaridad política entre el jefe de la SIDE (general Rauch) y Aramburu.
• Además, una versión demasiado sensacional como para ser aceptada sin análisis indicaba que Perón estaría por obtener una autorización del
general Franco para trasladarse a Punta del Este por 48 horas. Sin que nadie pudiera explicar porqué, en todo caso se correrían los riesgos de una actitud tan "urticante" existiendo otros medios para participar en eventuales negociaciones, se agregaba que Perón mantendría, en la residencia de Haedo de Punta del Este (cedida al efecto) una entrevista de alto nivel con Rogelio Frigerio, Raúl Matera y un jefe del Ejército Azul. Los elementos aparentemente fantásticos de la versión no amenguaron su rápida difusión.
La suma de elementos proporcionada por esos rumores obligó a una rápida serie de inquisidoras llamadas telefónicas. El forzoso cuarto intermedio no impidió, sin embargo, a Alende seguir planteando su dilema de Hamlet: ¿romper ya con Frondizi y dividir el partido en nombre del "antifrigerismo", o esperar una desautorización de Frondizi y luego contraatacar acusando al ex presidente de haber olvidado los postulados radicales en nombre de una alianza con el peronismo, sacrificando al partido y provocando al "golpismo"?. Las "pintadas" del Comité Nacional ("Alende sí, Frigerio no"; "Frigerio y Vítolo traidores a la patria", etc.) y la espectacular destrucción, por parte de elementos alendistas, de un retrato de Arturo Frondizi, ilustraron abundantemente sobre los matices de la estrategia de Oscar Alende, aunque a veces los ejecutores hayan sobrepasado la prudencia de sus inspiradores. Lo evidente, para todo observador imparcial, era que una ruptura entre Frondizi y Alende podía ser el próximo paso de la crisis radical intransigente. Las predicciones, en ese sentido, señalaban que si bien Alende controlaba aún gran parte del aparato partidario, su posición podía seguirse deteriorando en cuanto quedara evidente, ante los dirigentes del partido, que la jefatura de Frondizi estaba en juego.
Por lo demás, Alende tratará ahora que se designe rápidamente la mesa del Comité Nacional. La Junta que interinamente gobierna al partido está integrada por doce miembros, de los cuales solamente dos siguen respaldando a Alende (Domingorena y Brower de Koenig), dos son aparentemente neutrales y no concurrieron a la última reunión (Guzmán y Amit) y los siete restantes están con Frondizi (Uranga, Sylvestre Begnis, Gómez Machado, Américo García, Zanichelli, Abel Costa y Piragine Niveyro, de la "línea combatiente" los cuatro últimos). Alende —que con los once citados completa la docena de dirigentes que gobierna la UCRI— ha quedado, así, en notoria minoría y debe acelerar la constitución del Comité Nacional (4 delegados titulares y 2 suplentes por distrito), donde puede tener más margen para su juego político. Pero el verdadero propósito de constituir el Comité Nacional (donde Alende no tiene el "handicap" de un mayor peso específico de 'la provincia de Buenos Aires, porque tanto esa provincia como La Rioja tienen igualmente cuatro delegados) es facilitar una reunión de la Convención Nacional. En la Convención, sí, Alende puede contar con importantes cartas: el cuerpo está estructurado sobre la base de tantos convencionales por distritos como la suma de los diputados y senadores correspondientes, y allí pesará, entonces, decisivamente Buenos Aires.
Alende tratará, por lo tanto, de salir candidato por la Convención e imponer a Frondizi el hecho consuma -do, planteando crudamente a quién le corresponderá la responsabilidad de dividir el partido. Pero el ex gobernador bonaerense debe aún esperar que pase el 17 de febrero, fecha después de la cual (ese día eligen delegados varios distritos) podrá tener quórum el Comité Nacional. Si en ese quorum tiene mayoría, forzará la convocatoria de la Convención.
La réplica argumenta! frentista a los planteos de Alende, en tanto, se inspira en símiles históricos: Alende, con parte de los dirigentes bonaerenses, es —dicen— el Balbín de 1963, y quiere dividir el partido en el mismo sentido; quiere dividirlo para evitar la unión con los peronistas.
12 de Febrero de 1963
PRIMERA PLANA

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Política Nacional
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¿Se convertirá Oscar Alende en el Ricardo Balbín de 1963?
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